Sistema Baconiano de Filosofía
EnciCato
Este sistema toma nombre derivado de su
fundador, Francis Bacon, Lord Verulam, Vizconde St. Albans, estadista y
filósofo; nacido el 22 de enero de 1561; murió el 9 abril, 1626. Fue el segundo
hijo de Lord Keeper Bacon y Anne, su segunda esposa, hija de Sir Anthony Cooke y
cuñada de Lord Burghley.
A los trece años (1573) entró al Trinity College, Cambridge donde
estudió bajo la dirección de Whitgift. Antes de que egresar (1575) ya había
adquirido reputación considerable para sus habilidades y aprendizaje. Estaba en
Cambridge, cuando le confesó después a Rawley, que había llegado a disgustarle
la filosofía aristotélica—“no por que el autor fuera inútil, puesto que él le
hacía poseedor de todos los altos atributos en la vida, sino por lo infructuoso
que consideraba a esas formas; siendo una filosofía, tal y como su Lord, lo
decía, hecha para las disputas y no para trabajos que beneficiaran al hombre. En
esa creencia se mantuvo hasta el fin de sus días”.
En junio de 1576, fue admitido en
el Gray´s Inn, destinado a la profesión legal; fue algo breve, luego
fue adjunto a la embajada francesa de Sir Amyas Paulet. Su padre murió en 1579,
dejándole una pequeña provisión. Él retornó a Inglaterra para continuar sus
estudios legales y fue admitido como abogado el 27 junio de 1582. Dos años
después fue electo al Parlamento por el Distrito de Melcome Regis. En el año
siguiente escribió su "Carta de Consejo a la Reina Elizabeth", un documento de
interés considerable para los católicos, expresando las opiniones de Bacon
respecto al tratamiento de ellos.
Mary Stuart estaba aún viva, y había complots y rumores de complot contra la
reina. Había muchos adherentes a la vieja fe; y la conformidad podía ser
asegurada por medidas severas o por medidas insidiosas. El miembro joven tenía
católicos para los enemigos de la reina. Era imposible, pensó, satisfacerlos,
peligroso irritarlos a través de demasiado severidad. Él recomendó cambios en el
Juramento de Supremacía e incluso propuso la tolerancia circunspecta de los
sectarios debido a que su enseñanza estaba dirigida a un tema "a lo que la
excelencia de su Majestad tiene que desear y querer”, viz., las disminuciones y
el debilitamiento de los papistas.
Su vida política y avance, no obstante su intriga y el incesante ajuste para los
cargos, fueron lentos; su ambición extraordinaria fueron condenados durante años
de infructuosidad. Tenía el infortunio de incurrir en el disgusto de la reina
con motivo de oponerse a una concesión de subsidios en tal forma que atentaba
contra los privilegios de los Comunes. El patrocinio que él encontró en
Essex conllevó a una amistad tan notable, tanto como a un final dramático y
desastroso.
Hasta 1607, cuando James I había reinado durante casi cuatro años, él no había
adelantado en ningún cargo, a no ser el revertir el puesto de Registrador de la
Cámara de la Estrella. Pero en 1607, él se llegó a ser Abogado-General. Desde
entonces hasta su caída, él adelantó rápidamente. El cargo de Abogado-General se
le confirió en 1613. Él llegó a ser consecutivamente, miembro del Concilio
Privado (1616), Lord Keeper del Gran Sello (1617), Lord Chancellor (1618). Él
obtuvo la dignidad de tener el título de Barón Verulam (1618), y logrado ser
Vizconde de Albans (1621). De repente vino su caída. Él fue acusado, como
Chancellor, de haber sido sobornado.
Respecto a este cargo, se declaró culpable, se le destituyó, y declaró incapaz
de ejercer cargo alguno o empleo en el Estado. Fue excluido del Parlamento y la
Corte, y multado con un pago de 40,000 libras; se le sentenció al
encarcelamiento en la Torre durante el tiempo que dijera el rey. En tiempo fue
remitida toda su sentencia.
Su muerte ocurrió cinco años
después; cuando iba a una cena a Highgate, él iba en su carruaje
comprado, mató y llenó con nieve una gallina a fin de observar los efectos de la
nieve retardando la putrefacción. Se resfrió y tuvo bronquitis. Una semana
después murió en la casa del Conde de Arundel; y fue enterrado, según su deseo,
en San Albano, en la iglesia de San Miguel.
La filosofía de Lord Bacon es demasiado fragmentaria como para estar sujeta a
una crítica, sólo para algo discursivo. Escribió mucho como para ser dejado de
lado del comentario; estaba lleno de expresiones simbólicas, como para ser
exacto y breve. Es más bien de la naturaleza de un método que un sistema, y es
el método el que está incompleto. Algunos intentos en cuanto a dar nueva
dirección en la búsqueda de la verdad, han sido sobrevalorados; pocos van al
fondo de tan vigoroso criticismo.
Podría decirse que Bacon sufrió la caída en las trampas, de las cuales él
advertía a otros. La confianza que tenía en sus propios poderes era colosal.
Pocos hombres podían haber escrito, como él lo hizo, el "Novum Organum":
"El dado se lanza, el libro se escribe, para o ser leído ahora o en la
posteridad – no me importa en que tiempo; puede esperar un siglo para tener un
lector, tanto como Dios tuvo que esperar 6,000 años para tener un observador".
"Su deconstrucción y minimización del trabajo de los antiguos filósofos --
excepto, quizás, Demócrito -- es como sobresaltar su ignorancia de la ciencia
contemporánea o como la aplicación que él hace de sus propios principios; para
las reglas incipientes de inducción" (su uso ya estaba ejemplificado en el "Analytica
Posteriora" de Aristóteles), ese hallazgo tiene su expresión más exacta en
los Canons de Mill, él debía haber prevenido algunos puntos de vista,
como mínimo, respecto a apreciaciones científicas.
Con todos sus señalamientos sobre
los insidiosos peligros de la Idola, él no pudo librar su comprensión de las
preocupaciones que ellos causaban. Incluso en la presentación de su Método
Inductivo. Estos fantasmas famosos de la mente, de cuyos dolores debemos
librarnos, son cuatro:
el Idola Tribus (preocupaciones comunes a la humanidad);
el Idola Specus (pertenecientes al individuo);
el Idola Fori (resultando de la confusión de palabras y cosas en el
discurso común del mercado);
el Idola Theatri (consistiendo en recibir el dogmata de
filósofos que falsean la posesión de la mente por causa de una presunta
autoridad).
Todavía el hecho que él los señaló y puso énfasis en señalar el peligro ya es un
adelanto. Sus listas, también, de hechos, su confusas “congeries”, señalan la
vía para un examen científico de la naturaleza. Sus contenidos deben ser
tratados por acuerdo, desacuerdo y comparación.
Hablando de manera general, esto sería el equivalente al uso del Método de
Acuerdo y Diferenciaría, el cual sería tomado junto con el de Variaciones
Concomitantes. Lo que no se resalta con prominencia suficiente es la parte
sumamente útil jugada por la conjetura e hipótesis en la generalización, y
agrupación de hechos y casos; pero esto es escasamente sorprendente, debido a
que Bacon, aunque él no le concede gran valor, propuso inaugurar cierto proceso
por el cual podrían producirse inducciones rápidamente a partir de los hechos
por medio de un proceso casi mecánico o matemático.
Es interesante al filósofo escolástico, su tratamiento de causas, y en
particular el tratamiento de causas formales. Hay cuatro causas comunes, formal
y final, perteneciendo en el esquema de Bacon a la investigación metafísica; la
eficiente y material perteneciendo a la física. El objetivo del autor del "Novum
Organum" era desterrar causas finales del alcance de la ciencia física.
Su sentido de limitante en lo
causal de la ciencia física, arroja luz sobre su separación abrupta entre la
filosofía y la teología (vide infra). Con respecto a la causa formal
del ser, nuestro autor es peculiarmente incoherente. Él usa el término en una
sucesión de suposiciones diferentes, por tanto, su verdadero significado es
eficazmente obscurecido, por los varios usos que recibe la palabra. Pero, de un
pasaje en el "De Augmetis", podría inferirse que le dio un tratamiento
de lo que en la escolástica como la forma accidentalis.
Las "formas" de color, la gravedad, densidad, calor, etc. "de las cuales las
esencias, mantenidas por la materia, conforman a los seres” son propuestas como
temas de investigación, no las formas de las substancias. Debe notarse que él
hace que las esencias consistan en las “formas” sostenidas por la materia, en
una perspectiva, que con pequeñas diferencias, puede ser encontrada en varios de
los sistemas modernos.
La finalidad confesada de Bacon era
de índole práctica. Dado el conocimiento inductivo de la "forma" es que nosotros
somos capaces de producir la lógica consecuencia de cualidad en la materia. Él
concibió eso como una posibilidad de hacer malabares con las "formas", con
mucho, en el mismo sentido como el alquimista de días más tempranos esperó
transmutar las esencias. Sus propias contribuciones positivas al avance de
ciencia eran magras en extremo. Ningún filósofo va a sus trabajos por buscar una
guía, ningún científico para buscar información.
De hecho, el Dr. Whewell dice que ningún descubrimiento científico ha sido hecho
alguna vez mediante el método de Bacon. Las brechas que tenía su sistema, nunca
fueron conectados con los procesos para darle un sentido completo. Pero sería
una superficial consideración y una inexactitud histórica el etiquetar como
inútil, el método que el adelanto. De hecho, él llamó atención a que era
peligroso abandonar la observación exacta, lo que fue el reproche de los
escolásticos tardíos; y él proporcionó un indudable incentivo para la
persecución de la ciencia positiva.
Si él hizo poco en levantar ciencia a la dignidad que ahora tiene, él al menos
indicó el camino con base en el cual se debía proceder. Pero al crear el método
de inducción, el demeritó el de deducción; y sin un solo principio general como
base, cualquier filosofía, sistemática o matemática, está abierta a la
posibilidad de ser inconsecuente. La posición de Bacon con respecto a la
revelación es bien conocida. La razón no puede lograr ningún conocimiento
positivo de Dios.
Esto debe venir a partir de la fe de manera única. La religión está por encima de la razón, pero no se opone a la misma. Por el contrario, es el oficio de la razón encontrar objeciones y refutar los argumentos contra las verdades de la revelación; es muy disputada la apreciación de que Bacon fue un racionalista o un creyente. Como un hombre de estado, fue anglicano y erastiano. Como filósofo, la religión no llegó a estar en su esfera. Pero hay pasajes en los cuales sus escritos muestran decisivamente un espíritu religioso, especialmente en algunos de los “Ensayos”.
Los principales trabajos de Lord
Bacon están contenidos en la lista siguiente. Las fechas corresponden a las de
publicación:
"Advancement of Learning", 1605. (Fue aumentada y traducida al latín y
editada por Rawley, como "Opera F. Baconis de Verulamio...Tomus primus qui
contient de Dignitate et Augmentatis Scientiarum libros IX", 1623.)
"De Sapientia Veterurm", 1609 (realizada en inglés por by Sir A .
Gorges, Knight, como "The Wisdom of the Ancients" 1619);
"Essays; Religious Meditations (in Latin); Places of perswasion and
disswasion; of the Colours of Good and Civil" (a fragment), 1579.
En la segunda edición (1598) the Meditations are in English. En la
primera edición en inglés hubo 10 ensayos; en la segunda (16l2) 38; en la
tercera (1625) 58.
"Historia Ventorum" (Part III of the "Instauratio Magna"),
1622;
"Historia Vitae et Mortis" (2nd Title of Part III, I. M.),
1623;
"New Atlantis" (published by Rawley), 1627.
"Novum Organum", "Distributio Operis"; "Parasceve"; "Catalogues",
1620. (El plan de manera completa de la "Instauratio Magna" es indicado
en el prefacio.
"Sylva Sylvarurn" (published by Rawley), 1627.
Las principales ediciones de los trabajos de Bacon han sido hechas por Rawley (1627-57); Tenison (1679); Stephens (1734). "Complete editions" por Blackbourne (1730); Mallet (1740); Birch (1763); Montague (1834); Spedding, Ellis, y Heath (1857-83).
FRANCIS AVELLING
Transcripción de Joseph P. Thomas
Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
Cortesía de ACIDIGITAL para la
BIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL
http://www.enciclopediacatolica.com