San Roberto Belarmino

 

(Roberto Francisco Rómulo Bellarmine)

Un distinguido teólogo Jesuita, escritor y cardenal, nacido en Montepulciano, el 4 de Octubre de 1542; fallecido el 16 de Setiembre de 1621. Su padre fue Vincenzo Bellarmino, su madre Cinthia Cervini, hermana del Cardenal Marcello Cervini, posteriormente Papa Marcelo II. Fue llevado al colegio Jesuita recientemente fundado en su ciudad, y entró en la Compañía de Jesús el 20 de Setiembre de 1560, siendo admitido a sus primeros votos al día siguiente. Pasó los siguientes tres años estudiando filosofía en la Universidad Romana, después de lo cual enseñó humanidades, primero en Florencia, luego en Mondovi. En 1576 comenzó su teología en Padua, pero en 1569 fue enviado a finalizarla en Lovaina, donde podría obtener una mas completa familiarización con las herejías predominantes. Habiendo sido ordenado allí, pronto obtuvo reputación como profesor y como predicador, con esta última cualidad arrastró a su púlpito tanto a Católicos como a Protestantes, aún de sitios distantes. En 1576 fue llamado a retornar a Italia, y se le confió el profesorado de Controversias recientemente fundado en la Universidad Romana. Probó estar a la altura de la ardua tarea, y las conferencias dictadas dieron sus frutos en el trabajo "De Controversiis" el cual, entre otros muchos más, de excelencia, constituye el título principal de su grandeza. Este trabajo monumental fue el más temprano intento de sistematizar las variadas controversias de su tiempo, y produjo una inmensa impresión a través de Europa, el impacto asestado al Protestantismo fue tan agudamente sentido en Alemania e Inglaterra que fueron fundados profesorados especiales con el objeto de proveer respuestas al mismo. No ha sido aún superado como el libro clásico en su materia, aunque, como era de esperar, el progreso de la crítica ha afectado el valor de algunos de sus argumentos históricos. En 1588 Bellarmine fue hecho Padre Espiritual de la Universidad Romana, pero en 1590 fue como teólogo, con el Cardenal Gaetano, a la embajada que Sixto V estaba entonces enviando a Francia, para proteger los intereses de la Iglesia en medio de los problemas ocasionados por las guerras civiles. Mientras estaba allí le llegaron noticias de que Sixto, que había aceptado calurosamente la dedicatoria de sus "De Controversiis", estaba proponiendo poner su primer volúmen en el Index. Esto fue así porque había descubierto que asignaba a la Santa Sede sólo un poder indirecto y no directo sobre los asuntos temporales. Bellarmine, cuya lealtad a la Santa Sede era intensa, sintió esto grandemente en su corazón; fue, sin embargo, desviada la atención por la muerte de Sixto, y el nuevo papa, Gregorio XIV, hasta concedió la distinción de una especial aprobación al trabajo de Bellarmine. Entonces finalizó la misión de Gaetano, Bellarmine reasumió su trabajo como Padre Espiritual, y tuvo el consuelo de guiar los últimos años de San Aloysius (Luis) Gonzaga, quien murió en la Universidad Romana en 1591. Muchos años después tuvo el consuelo adicional de promover exitosamente la beatificación del santo joven.

Asimismo por ese tiempo integró la comisión final para la revisión del texto de la Vulgata. Esta revisión había sido requerida por el Concilio de Trento, y los papas posteriores habían trabajado sobre el objetivo y casi habían llegado a completarlo. Pero Sixto V, aunque no estaba capacitado en esta rama de la crítica, había introducido alteraciones suyas, que habían resultado para peor. Había llegado tan lejos que hasta tenía una impresión de esta viciada edición, y la había distribuido parcialmente junto con la Bula propuesta para imponer su uso. Murió, sin embargo, antes de su promulgación, y su sucesor inmediato procedió rápidamente a quitar los errores y retirar de circulación la defectuosa impresión defectuosa. La dificultad consistía entonces en cómo sustituirla con una más correcta edición sin adjuntar un estigma al nombre de Sixto, y Bellarmine propuso que la nueva edición debía continuar a nombre de Sixto, con una explicación preliminar que, teniendo en cuenta la aliqua vitia vel typographorum vel aliorum que se había deslizado, Sixto mismo había resuelto que debía emprenderse una nueva impresión. La sugerencia fue aceptada, y el propio Bellarmine escribió el prefacio, aún prefijada a la edicion Clementine desde entonces en uso. Por otra parte, en cambio, ha sido acusado de falsedad al afirmar que Sixto había resuelto sobre una nueva impresión. Pero su testimonio, como no hay evidencia en contrario, debería ser aceptado como decisivo, teniendo en cuenta cuán conciente persona era considerado por sus contemporaneos; y más aún desde que no puede ser impugnado sin derramar verguenza sobre el carácter sus compañeros de comisión quienes aceptaron su sugerencia, y de Clemente VIII que con pleno conocimiento de los hechos dio sanción al prefacio de Bellarmine, prefijado a la nueva edición. Además, el mismo Angelo Rocca, Secretario de la comisión revisora de Sixto V y de los pontífices que le sucecieron, escribió un borrador de prefacio para la nueva edición, en el cual hace las mismas afirmaciones: (Sixto) "dum errores ex typographib ortos, et mutationes omnes, atque varias hominum opiniones recognoscere , ut postea de toto negotio deliberare atque Vulgatam editionem, prout debebat, publicare posset, morte prfventus quod cœperat perficere non potuit". Aún existe este borrador de prefacio, sobre el cual prevaleció el de Bellarmine, como adjunto a la copia de la edición Sixtina en la cual se señalan las correcciones de Clementine, y puede ser observado en la Biblioteca Angélica de Roma.

En 1592 Bellarmine fue hecho Rector de la Universidad Romana, y en 1595 Provincial de Nápoles. En 1597 Clemente VIII lo llamó de vuelta a Roma y lo hizo su propio teólogo y adicionalmente Examinador de Obispos y Consultor del Santo Oficio. Más tarde, en 1599 lo hizo Cardenal-Pastor del título de Santa María in viâ ,alegando como razón para esta promoción que "la Iglesia de Dios no tenía otro igual en erudición". Fue designado entonces, junto con el Cardenal Dominico d'Ascoli, como asesor del Cardenal Madruzzi, el Presidente de la Congregación de Auxiliis, que había sido instituido poco antes para solucionar la controversia que había aparecido recientemente entre los Tomistas y los Molinistas concerniente a la naturaleza de la armonía entre la gracia eficaz y la libertad humana. Desde el principio el consejo de Bellarmine fue que la cuestión teológica no debía ser decidida autoritariamente, sino dejada para posteriores discusiones en las escuelas, prohibiendo estrictamente a los contendientes de ambas partes permitirse censuras o condenas a sus adversarios. Al principio Clemente VIII se inclinó por este punto de vista pero luego lo cambió completamente y resolvió sobre una definición doctrinal. Se hizo entonces embarazosa la presencia de Bellarmine y lo designo en el Arzobispado de Capua justamente en ese momento vacante. Esto es a veces mencionado como la desgracia del cardenal, pero Clemente se consagró con sus propias manos- un honor que los papas usualmente concuerdan es un signo de especial respeto. El nuevo arzobispo partió de inmediato hacia su sede, y durante los siguientes tres años dio un brillante ejemplo de celo pastoral en su administración.

En 1605 murió Clemente VIII, y fue sucedido por Leon XI quien reinó sólo veintiseis días, y luego por Pablo V. En ambos cónclaves, especialmente en el último, el nombre de Bellarmine estuvo muy presente ante los electores, para su gran aflicción, pero su calidad de Jesuita jugó en su contra en la decisión de muchos de los cardenales. El nuevo papa insistió en mantenerlo en Roma, y el cardenal, accediendo obedientemente, demandó que, por lo menos, debería ser liberado de la carga episcopal en las obligaciones que no pudiera cumplir en adelante. Fue entonces hecho miembro del Santo Oficio y de otras congregaciones, y en adelante fue el consejero en jefe de la Santa Sede en el departamento teológico de su administración.

De las operaciones particulares con las que se asocia generalmente su nombre, las siguientes son las más importantes: La investigación de Auxiliis a la que, después de todo, Clemente no había encontrado forma de decidir, fue entonces finiquitada con una resolución en línea con la sugerencia original de Bellarmine. 1606 marcó el comienzo de la disputa entre la Santa Sede y la República de Venecia la que, sin siquiera consultar al papa, había presumido de anular la ley de exención clerical de la jurisdicción civil y de sacar el derecho de la Iglesia de tener propiedad real. La disputa llevó a una guerra de panfletos en lo cual la parte de la República fue sostenida por Juan Marsiflio y un monje apóstata llamado Paolo Sarpi, y la de la Santa Sede por Bellarmine y Baronio. Contemporáneo con el episodio Veneciano fue el del Juramento Ingles de Alianza. En 1606, adicionalmente a las graves inhabilitaciones que ya pesaban sobre ellos, se les requirió a los Católicos Ingleses bajo pena de prœmunire a prestar un juramento de lealtad sutilmente redactado de tal modo que un Católico rehusando a prestarlo podía aparecer como rehusando a responsabilizarse de obligaciones civiles indudables, mientras que si lo prestaba, no estaría meramente rechazando sino aún condenando como "impía y herética" la doctrina de la deposición del poder, es decir, del poder que, acertada o equivocadamente, la Santa Sede había reclamado y ejercitado por siglos con completa aprobación de la Cristiandad, y la cual defendían aún en aquellos tiempos, la gran masa de los teólogos de Europa. Habiendo prohibido la Santa sede prestar ese juramento a los Católicos, el propio rey Jacobo salió al frente como defensor de su postura, en un libro titulado "Tripoli nodo triplex cuneus" al cual Bellarmine replicó con su "Responsio Matthfi Torti". Siguieron otros tratados de ambos lados, y el resultado de uno, en rechazo del poder por deposición, escrito por Willam Barclay, un jurista Inglés residente en Francia, fue que la réplica de Bellarmine al mismo fue marcada por el Parlement Realista de París. Así ocurrió que, por seguir la vía media del poder indirecto, él fue condenado en 1590 como muy Realista y en 1605 como muy Papista.

Bellarmine no vivió para tratar la última y más seria etapa del caso Galileo, pero en 1615 tomó parte de su fase temprana. Siempre mostró gran interés en los descubrimientos de éste investigador, y estaba en términos de amistosa correspondencia con él. El tomó también - como atestigua su carta a Foscarini, amigo de Galileo - exactamente la actitud correcta hacia las teorías científicas en aparente contradicción con las Escrituras. Si una teoría científica está insuficientemente probada, como indudablemente era el caso de la teoría heliocéntrica de Galileo, debe ser adelantada solamente como una hipótesis; pero si , como en el caso de la teoría hoy, está sólidamente demostrada debe tomarse el cuidado de interpretar las Escrituras solamente de acuerdo con ella. Cuando el Santo Oficio condenó la teoría heliocéntrica, por un exceso en la dirección opuesta, fue la obligación de Bellarmine de indicar la condena a Galileo y recibir su sumisión. Bellarmine vivió para ver un cónclave más, aquel que eligió a Gregorio XV (Febrero de 1521). Su salud estaba entonces declinando, y en el verano del mismo año se le permitió retirarse a Sant'Andrea y prepararse para el final. Su muerte fue por demás edificante y un final adecuado para una vida que no había sido menos destacable por sus virtudes que por sus realizaciones.

Su espíritu de predicador, su singular delicadeza de conciencia y libertad de pecado, su espíritu de humildad y pobreza, junto con el desinterés con el que se mostró tanto bajo sus hábitos de cardenal como bajo su ropaje de jesuita, su pródiga caridad con los pobres, su devoción al trabajo, se combinaron para impresionar a aquellos que lo conocieron íntimamente con la sensación de que él estaba entre los santos. De acuerdo con esto, cuando murió, fue la expectativa general que su causa sería prontamente introducida. Y así fue, bajo Urbano VIII en 1627, cuando se apelo a su titulación como Venerable. Pero un obstáculo técnico, surgido de la legislación general del propio Urbano VIII con relación a las beatificaciones, requirió su prórroga en ese momento. Aunque fue reintroducida en diversas ocasiones (1675, 1714, 1752 y 1832), y aunque en cada ocasión hubo una gran preponderancia de votos en favor de la beatificación, sólo después de muchos años tuvo un resultado exitoso. Esto fue parcialmente debido al carácter influyente de algunos que emitieron votos adversos, Barbarigo, Casante, y Azzolino en 1675, y Passionei en 1752, pero más aún por razones de adecuación política, al estar el nombre de Bellarmine cercanamente asociado con la doctrina de la autoridad papal más odiosa a los políticos Realistas de la Corte Francesa. "Hemos dicho - escribía Benedicto XIV al Cadenal de Tencin - en confianza al General de los Jesuitas que la demora de la causa no proviene de las cuestiones menores de las que le hace cargo el Cardenal Passionei, sino de las tristes circunstancias del momento"(Etudes Religieuses, 15 de Abril de 1896). Bellarmine fue finalmente canonizado por el Papa Pío XI en 1930, y declarado Doctor de la Iglesia Universal en 1931. Es el santo patrón de los catequistas.

Escritos

Puede verse una lista completa de los escritos de Bellarmine, y de aquellos dirigidos contra él en la "Bibliothhque de la compagnie de Jésus" de Sommervogel. Los siguientes son los principales:

1 Trabajos controversiales. "Disputationes de Controversiis Christianae Fidei adversus hujus temporis hfreticos", de innumerables ediciones de las cuales las principales son aquellas de Ingolstadt (1586-89), Venecia (1596), revisada personalmente por el autor, pero abundante en errores de impresión, Paris o "Triadelphi" (1608), Praga (1721), Roma (1832); "De Exemptione clericorum", y "De Indulgentiis et Jubilaeo", publicadas como monografías en 1599, pero posteriormente incorporadas a "De Controversiis"; "De Transitu Romani Imperii a Graecis ad Francos" (1584); "Responsio ad praeciupua capita Apologiae . . . pro successione Henrici Navarreni" (1586); "Judicium de Libro quem Lutherani vocant Concordiae" (1585); cuatro Risposte a los escritos relativos a la República Veneciano de Juan Marsiglio y Pablo Sarpi (1606); "Responsio Matthaei Torti ad librum inscriptum Triplici nodo triplex cuneus" (1608); "Apologia Bellarmini pro responsi one sub ad librum Jacobi Magnae Britanniae Regis" (1609); Tractatus de potestate Summi Pontificis in rebus temporalibus, adversus Gulielmum Barclay" (1610).

2 Trabajos Espirituales y Catequísticos. "Dottrina Cristiana breve", y "Dichiarazione più copiosa della dottrina cristiana" (1598), dos trabajos catequísticos que han recibido aprobación papal en más de una oportunidad, y han sido traducidos en varios idiomas; "Dichiarazione del Simbolo" (1604), para uso de los sacerdotes; "Admonitio ad Episcopum Theanensem nepotem suum quae sint necessaria episcopo" (1612); "Exhortationes domesticae", publicado solamente en 1899, por Père van Ortroy; "Conciones habitae Lovanii", la edición más correcta (1615); "De Ascensione mentis in Deum" (1615); "De Aeterna felicitate sanctorum" (1616); "De gemitu columbae" (1617); "De septem verbis Christi" (1618); "De arte bene moriendi" (1620).Los últimos cinco trabajos espirituales escrito durantes sus retiros anuales.

3 Trabajos de exégesis y otros trabajos. "De Scriptoribus ecclesiast." (1615); "De Editione Latinae Vulgatae, quo sensu a Concilio Tridentino definitum sit ut ea pro authenticae habeatur", no publicado hasta 1749; "In omnes Psalmos dilucida expositio" (1611). Han sido publicadas ediciones completas de la Opera omnia de Bellarmine's en Colonia (1617); Venecia (1721); Napoles (1856); Paris (1870).

Ven. R. Bellarmini, S.R.E. Cardinalis, vita quam ipse scripsit (con un Apéndice), escrito en 1613, a requerimiento de los Padres Eudfmon Joannis y Mutius Vitelleschi, publicado por primera vez entre las acta del Proceso de Beatificación en 1675, republicado en 1887 por DÖLLINGER AND REUSCH, con notas muchas de las cuales son útiles pero cuyo tono general es injusto y malicioso; una multitud de documentos no publicados en los archivos del Vaticano, Simancas, Salamanca, la Compañía de Jesús, etc.; Epistolœ familiares (1650); EUDAEMON JOANNIS, De pio obitu Card. Bellarmini (1621); FINALI, Esame fatto per me, esto es, por los hermanos laicos que lo asistieron en su última enfermedad, MS.; vidas por FULIGATI (1624, traducido al Latín con adicione por PETRA SANCTA, 1626) y BARTOLI, (1678); CERVINI, Imago virtutum (1625). Estos forman el material original principal. De las vidas derivadas las mejores son aquellas por FRIZON (1708), y COUDERC (1893). Ver además LE BACHELET IN VACANT, Dict. de thiol. cath.; y para la doctrina de Bellarmine's sobre la doctrina de la autoridad papal, DE LA SERVIÈRE, De Jacobo Angl. Rege cum Card. R. Bellarmine . . . disputante (1900).

SYDNEY F. SMITH
Trascrito por Paul T. Crowley
Traducido por Luis Alberto Alvarez Bianchi