Oración en el huerto |
Orad,
para que no entréis en la tentación. —Y se durmió Pedro. —Y los
demás apóstoles. —Y te dormiste tú, niño amigo..., y yo fui
también otro Pedro dormilón. |
Flagelación del Señor |
Habla
Pilatos: Vosotros tenéis costumbre de que os suelte a uno por Pascua.
¿A quién dejamos libre, a Barrabás —ladrón, preso con otros por
un homicidio— o a Jesús? (Math., XXVII,17.) —Haz morir a éste y
suelta a Barrabás, clama el pueblo incitado por sus príncipes. (Luc.,
XXIII, 18.) Habla Pilatos de nuevo: Entonces ¿qué haré de Jesús
que se llama el Cristo? (Math., XXVII, 22.) |
Coronación de espinas |
¡Satisfecha
queda el ansia de sufrir de nuestro Rey! —Llevan a mi Señor al
patio del pretorio, y allí convocan a toda la cohorte. (Marc., XV,
16) —Los soldadotes brutales han desnudado sus carnes purísimas.
—Con un trapo de púrpura, viejo y sucio, cubren a Jesús. —Una caña,
por cetro, en su mano derecha... |
La Cruz a cuestas |
Con
su Cruz a cuestas marcha hacia el Calvario, lugar que en hebreo se
llama Gólgota. (Joann., XIX, 17.) —Y echan mano de un tal Simón,
natural de Cirene, que viene de una granja, y le cargan la Cruz para
que la lleve en pos de Jesús. (Luc., XXIII, 26.) |
Muerte de Jesús |
Jesús
Nazareno, Rey de los judíos, tiene dispuesto el trono triunfador. Tú
y yo no lo vemos retorcerse, al ser enclavado: sufriendo cuanto se
pueda sufrir, extiende sus brazos con gesto de Sacerdote Eterno. Los soldados toman las santas vestiduras y hacen cuatro partes. —Por no dividir la túnica, la sortean para ver de quién será. —Y así, una vez más, se cumple la Escritura que dice: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre ellos echaron suertes. (Joann., XIX, 23 y 24.) Ya está en lo alto... —Y, junto a su Hijo, al pie de la Cruz, Santa María... y María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Y Juan, el discípulo que El amaba. Ecce mater tua! —¡Ahí tienes a tu madre!: nos da a su Madre por Madre nuestra. Le ofrecen antes vino mezclado con hiel, y habiéndolo gustado, no lo tomó. (Math., XXVII, 34.) Ahora tiene sed... de amor, de almas. Consummatum est. —Todo está consumado. (Joann., XIX, 30.) Niño bobo, mira: todo esto..., todo lo ha sufrido por ti... y por mí. —¿No lloras? |