Dios Creador

Por Jorge Balvey

(A modo de síntesis)

Lo confesamos en el Credo: "Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible".
Gen 1,1: "Al principio creó Dios los cielos y la tierra"
Sal 32, 4: "Porque El lo dijo y se hicieron las cosas: El lo mandó y existieron"
Is 40, 26: "Alzad a los cielos vuestros ojos y mirad: ¿Quién los creó?...: Dios"
Heb 3, 4: "Toda casa es fabricada por alguno, pero el Hacedor de todas las cosas es Dios"
Ex 20, 11: "...y cuanto en ellos se contiene"
Jn 1, 1-3: "Todas las cosas fueron hechas por El"
Rom 11, 36: "De El y por El y en El son todas las cosas"

Ciertamente las cosas todas proclaman que han sido hechas por Dios, ya que todo lo que cae en el ámbito de nuestra existencia es cambiante: todo ha comenzado a existir:

-ahora es
-hace un tiempo no era nada
-y dentro de un tiempo no será
-Luego de suyo ¿qué son todas las cosas? ¡nada!
-no han podido hacerse a sí mismas.
-ni cabe pensar en una serie indefinida de causas intermedias sin una Primera exenta de la serie, por tener en sí misma el ser.

Todo lo que llega a ser tiene una causa ajena.

Si tuviera el ser por sí misma lo tendría siempre.
Si comienza a ser, es que ha recibido el ser de otro.
Y este otro, una de dos: o tiene el ser por sí mismo
o lo tiene recibido de otro

y así sucesivamente.

Hay que reconocer que el conjunto de las cosas que han comenzado a ser, tiene su origen de otro ser, trascendente al conjunto.

Hay que concluir que debe haber un Ser que no haya recibido el ser sino que lo tenga por sí mismo. que ES por naturaleza, por esencia y por tanto puede dar ser sin necesidad de otro. Ese ser no puede ser otro que el Ser sin limite, el Ser en plenitud: a ese Ser lo llamamos DIOS.

Dios a Moisés dijo que su nombre es YO SOY.

El único que es de suyo, de por sí, que no debe el ser a otro,
que da el ser a todo lo que comienza a ser.
Juan dice "todas las cosas fueron hechas por El"
Rom II, 36: "De El, y por El y en El son todas las cosas.
Por lo demás ningún ser limitado puede crear en sentido estricto, porque crear es producir el ser "de la nada". Pero para dar el ser a lo que no es, se requiere un poder infinito, omnipotente..., porque infinito es el abismo que media entre la nada y el más pequeño ser.

Los seres limitados sólo puede modificar lo que ya es de alguna manera.
CREAR es hacer algo en su totalidad, hacerlo del todo, a partir de "nada".
El carpintero no hace la totalidad de la silla: la hace a partir de algo: la madera.
El poeta no hace la totalidad de un poema: lo hace a partir de conceptos y palabras que ya existían o que ha elaborado a partir de otras que ya existían.

En cambio, Dios hace el universo sin que nada haya previamente, sin materia preexistente, sin ningún elemento previo: ex nihilo sui et subiecti.

Pero no es que Dios utilice la nada como cierto material para formar el universo, porque la nada, nada es. Los que juegan con la palabra nada como si significara algo, hacen un simple juego de palabras que no corresponde a nada en la realidad.

Aquí la imaginación nos falla y si nos descuidamos nos traiciona. "Hacer algo de la nada" es una operación inimaginable. Cuanto más queremos apoyarnos en la imaginación para concebirlo, más confundidos nos encontramos. Porque la nada no tiene representación posible, no tiene imagen: no es.

¿Cómo puede pues surgir algo de la nada?

Sólo por la preexistencia del Ser que es el Ser en plenitud, con poder infinito. Sólo siendo infinito puede obrar sin nada previo. Tampoco es que Dios "se valga" de la nada, sino que se vale "nada más que" de su omnipotencia. Dios no depende de nada ni en su ser ni en su obrar.El carpintero depende de sus facultades y de la madera. Sin la madera quizá pudiera ser un hábil carpintero pero no podría nada con su habilidad. Ciertamente la creación supone un poder infinito, aunque el efecto, la criatura, sea un ser finito.

LA CONSERVACIÓN EN EL SER O CREACIÓN CONTINUADA

Ahora bien, el hecho de que Dios haya creado el universo con un simple acto de su voluntad, no es un hecho que pasó en tiempos remotos. Desde luego Dios creó el universo hace millones de años. Pero aquel acontecimiento inefable -aquel acto creador- que dio origen al universo, y a nuestra propia vida, no es sólo algo del pasado, que nada tenga que ver con la existencia actual del universo y de nuestra propia existencia. Precisamente porque Dios creó ex nihilo, porque las criaturas de suyo nada son, no podemos continuar en la existencia si Dios no sigue dándonos el ser, si no sigue manteniéndonos en la existencia.

Hay en el núcleo de la criatura una insuficiencia radical; de manera que si la criatura fuese abandonada por Dios, dejaría de ser ipso facto, volvería a ser lo que de suyo fue: nada en absoluto.

Es decir, la acción creadora se requiere no sólo al comenzar a existir, sino también para mantener en la existencia y para aumentar la perfección. El carpintero puede hacer una mesa y marcharse a casa. Y la mesa sigue existiendo, aunque pase a otras manos. Una vez hecha, la mesa no necesita para nada del carpintero. Pero esa independencia de la mesa respecto al carpintero, se debe a que el carpintero ha hecho la mesa no de la nada, sino de la madera. Y esta puede mantener la forma que le ha dado el carpintero. Pero Dios ha hecho todo de la nada, y si abandonase su obra, el universo, éste volvería a ser lo que es por sí mismo: nada. Si la "nada" es como el "material" de que Dios hace las cosas, sin Dios nos quedamos en la nada.

En la creación la criatura es totalmente pasiva. Por eso nos puede ayudar a comprender la creación con el ejemplo del espejo. Si nos ponemos ante el espejo, nuestra imagen se refleja. Pero sólo está ahí mientras estamos delante del espejo. Nos vamos y la imagen del espejo desaparece. Porque la imagen no está hecha del espejo ni por el espejo, sino sólo en el espejo. El espejo no pone nada, sólo recibe: es totalmente pasivo.

Si Dios "se fuera" del universo, el universo desaparecería.
La causalidad eficiente de la criatura se llama predicamental: afecta al modo de ser.
La causalidad eficiente de Dios se llama trascendental, porque afecta al ser mismo, a la totalidad del ser de la criatura.