CATECUMENADO 66 



NUESTRA FE CRISTIANA ANTE UN MUNDO EN GÉNESIS
CIENCIA Y FE



OBJETIVO CATEQUÉTICO 
* Descubrir la visión cristiana de un mundo en Génesis y, además, la 
relación existente entre ciencia y fe. 

54. Historia de la vida e historia del hombre 
La ciencia nos dice que a la historia del hombre antecede otra mucho 
más larga: «la historia» de la vida. Naturalmente, la humanidad hubo de 
comenzar un día con unos primeros hombres. Aunque la transición se 
muestra como gradual ante una observación exterior, la hominización, 
sin embargo, representa respecto del animal un modo de existir tan 
radicalmente nueva, que tuvo que haber un momento determinado en 
que ciertos seres vivos dejaron de ser algo y empezaron a ser alguien 
(cfr. Pío Xll, Humani Generis, DS 3896). El instante de este comienzo ha 
desaparecido para siempre en la oscuridad de los tiempos (60). 

55. Una visión dinámica del mundo 
A la historia del hombre y al dinamismo de la vida, precede la génesis 
-la evolución- del cosmos. La ciencia moderna ha descubierto en el 
acontecimiento evolutivo la ligazón física entre todos los vivientes y, por 
extensión, entre todo lo real. Este es el denominador común en el que 
coinciden todas las investigaciones e hipótesis en torno al 
acontecimiento evolutivo. La evolución es una de las grandes 
concepciones científicas que ha contribuido a la formación de una nueva 
visión del mundo: una visión dinámica (61). 

56. Una nueva situación de la cultura 
El Concilio Vaticano II recoge la nueva situación de la cultura, creada 
por el cambio profundo de las circunstancias de vida del hombre 
moderno en el aspecto social y cultural. Se puede hablar incluso de una 
nueva época de la historia humana. Tal situación ha sido preparada por 
el ingente progreso de las ciencias naturales y de las humanas, incluidas 
las sociales por el desarrollo de la técnica, y también por los avances en 
el uso y recta organización de los medios que ponen al hombre en 
comunicación con los demás. De aquí provienen ciertas características 
de la cultura actual: las ciencias exactas cultivan al máximo el juicio 
crítico, los más recientes estudios de la psicología explican con mayor 
profundidad la actividad humana; las ciencias históricas contribuyen 
mucho a que las cosas se vean bajo el aspecto de contabilidad y 
evolución... (Cfr. GS 54) (62).

57. Dos órdenes de conocimiento: Fe y razón 
En el diálogo de la fe con la ciencia, hemos de mantener un doble 
principio: No buscar en la ciencia lo que sólo la fe nos puede dar y, a su 
vez, no buscar en la fe lo que la ciencia nos puede ofrecer. El Vaticano II, 
«recordando lo que enseñó el Concilio Vaticano I, declara que existen 
dos órdenes de conocimiento distintos, el de la fe y el de la razón; y que 
la Iglesia no prohíbe que las artes y las disciplinas humanas gocen de 
sus propios principios y de su propio método..., cada una en su propio 
campo; por lo cual, reconociendo esta justa libertad, la Iglesia afirma la 
autonomía legítima de la cultura humana, y especialmente de las 
ciencias» (GS 59; cfr. 36) (63). 

58. La ciencia debe permanecer en su propio campo 
Según esta autonomía metodológica, la ciencia debe permanecer en 
su propio campo, sin rebasarlo, y reconocer, por tanto, sus límites. Ni la 
naturaleza que muchos hombres contemporáneos creen dominar, ni la 
ciencia en la que se apoyan como si fuese una religión o una filosofía, 
son ni toda la naturaleza ni toda la ciencia. Lo que se entiende por 
ciencia, con frecuencia, lleva al hombre de nuestro tiempo a reducciones 
y empequeñecimientos de realidades que no pueden ser captadas por 
los métodos del saber científico (64). 

59. Como tal no puede oponerse a la fe 
Por lo que a la cuestión evolutiva se refiere, el hecho científico, como 
tal, no da amparo a ninguna filosofía. Es filosóficamente neutro. 
Permaneciendo en su propio campo, no puede oponerse a la fe. No 
sucede esto con las interpretaciones materialistas y panteístas que 
históricamente han surgido en torno al descubrimiento de la evolución 
(65). 

60. La sabiduría humana, si desborda sus límites, se vuelve idolátrica 

Cuando la sabiduría humana desborda sus límites, se vuelve 
idolátrica, vana (Sb 13, 1; Rm 1, 21). Esto es lo que percibe y denuncia 
el creyente israelita ante el influjo de la cultura griega, introducida en 
Israel con la dinastía macedónica de los seléucidas, a la que pertenece 
Antíoco Epífanes, el verdugo de los Macabeos (2 M 7). Los grandes 
mentores de la sabiduría griega, seducidos por las maravillas de la 
naturaleza, la adoraron en cada uno de sus principales elementos. Por 
ello, dice el libro de la Sabiduría: «Sí, vanos por naturaleza todos los 
hombres que ignoraron a Dios y no fueron capaces de reconocer por los 
bienes visibles a Aquel-que-es, ni atendiendo a las obras, reconocieron 
al Artífice, sino que al fuego, al viento, al aire sutil, a la bóveda 
estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo, los 
consideraron como dioses, señores del mundo» (/Sb/13/01-02) (66). 

61. "... ¿cómo no llegaron primero a descubrir a su Señor?" 
En nuestra época, con el avance extraordinario de la ciencia, no se 
adorará al agua, por ejemplo, como elemento primordial y señor del 
mundo, pero sí puede suceder que se adore, en su caso, a una primera 
nebulosa de hidrógeno. La idolatría científica de nuestro tiempo aparece 
en esta expresión de un materialista dialéctico: «El electrón es 
inagotable; lo mismo que el átomo. La naturaleza es infinita y existe 
infinitamente». El libro de la Sabiduría se hace una pregunta, que parece 
particularmente dirigida a muchos de nuestros contemporáneos: ... «Si 
llegaron a adquirir tanta ciencia que les capacitó para indagar el 
universo, ¿cómo no llegaron primero a descubrir a su Señor?» 
(/Sb/13/09) (67). 

62. El universo tiene su propio himno al Creador 
La creación es signo de grandeza y del amor de Dios. El universo tiene 
su propio himno al Creador. Es preciso saber escucharlo. Los Concilios 
Vaticanos I y II enseñan que el hombre «puede conocer ciertamente a 
Dios, principio y fin de todas las cosas, con la razón natural, por medio 
de las cosas creadas» y que, gracias a la revelación «todos los hombres, 
en la condición presente de la humanidad, pueden conocer fácilmente, 
con absoluta certeza y sin error, las realidades divinas, que en sí no son 
inaccesibles a la razón humana» (DV 6, cfr DS 3004-3005) (68) 
........................................................................

TEMA 66-1

OBJETIVO: 
INICIACIÓN EN LA VISIÓN CRISTIANA DEL MUNDO: 
ANTE UN MUNDO EN GÉNESIS 

PLAN DE LA REUNIÓN 
* Información: personas, hechos, problemas... 
* Lluvia de ideas: interrogantes del grupo en torno al hecho de la 
evolución. 
* Presentación del tema 66 en sus puntos clave. 
* Diálogo. 
* Oración comunitaria: desde la propia situación . 

PISTA PARA LA REUNIÓN . 
PUNTOS CLAVE 
* Una visión dinámica del mundo. 
* Dos órdenes de conocimiento: fe y razón. 
* En su propio campo, la ciencia no se opone a la fe. 
* Lectura de Sb 13,1-9 y Rm 1,18-23. 
* Himno del universo: Sal 104 y 148. 
........................................................................

TEMA 66-2 

OBJETIVO: 
INICIACIÓN EN LA VISIÓN CRISTIANA DEL MUNDO: 
ANTE UN MUNDO EN GÉNESIS 

PLAN DE LA REUNIÓN 
* Información: personas, hechos, problemas...
* Presentación del objetivo y plan de la reunión.
* Presentación del montaje audiovisual La Creación... 
* Diálogo: nuestra reacción ante el montaje. 
* Oración comunitaria: desde la propia situación 

PISTA PARA LA REUNIÓN 
* Presentación del montaje audiovisual titulado La Creación. 
Posibilidad creadora del hombre, de I. AGUILAR (Ed. Dinama, Madrid, 
1979): se centra en el esfuerzo del hombre como colaborador de Dios en 
la creación (ver DEPARTAMENTO DE AUDIOVISUALES (SNC), Montajes 
Audiovisuales. Fichas críticas, C-17)

.