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Los católicos y la superstición

  1. ¿Por qué la superstición?

  2. ¿Para qué la superstición?

  3. ¿Son verdaderas esas fuerzas ocultas?

  4. ¿Cómo actúan las fuerzas ocultas?

  5. ¿Quién tiene más poder…?

  6. ¿Qué tenemos que hacer los cristianos ante estas fuerzas ocultas?

  7. ¿Qué decir de esos que se dicen cristianos y acuden a sitios para invocar o hacer "trabajar" las fuerzas ocultas?

  8. ¿Por qué parece que cada vez hay más superstición?

  9. ¿Todos los aparentes milagros vienen de DIios? ¿El demonio puede hacer milagros?

  10. ¿Los cristianos debemos de tener miedo a las fuerzas ocultas? ¿Pueden hacer algo contra nosotros?

  11. ¿Cómo puede una persona dejar el camino de la superstición?

1.- ¿Por qué la superstición?

Contestar a esta pregunta no es fácil. En realidad son muchos los motivos por los cuales existe la superstición… En la sociedad actual hay personas de fe inmadura, que más que a Cristo , lo que van buscando es aclararse interiormente, incluso psicológicamente… Para algunas personas la religión tiene que hacerles "sentir" "algo". Si no "sienten" "algo" no están a gusto… Esta necesidad de sentir algo es normal en la adolescencia, pero en la edad adulta estas ganas de sentir "algo" deriva a otras realidades… Este es uno de los motivos por el cual muchas personas caen en la superstición y en la magia, horóscopos, ocultismo, echadores de cartas, etc.

Las personas que tienen una fe madura no se dejan llevar por lo primero que le dicen. La persona de fe sigue viviendo su vida religiosa, sientan algo o no, se hable de gracias místicas o de delirios divinos o de la noche oscura de los sentidos y del espíritu…

La persona inmadura en la fe cae fácilmente en la credulidad y "siente" que Dios no le da respuestas. Dios "no hace" lo que esa persona quiere y por ello intenta que se haga su propia voluntad por encima de la voluntad de Dios. En pocas palabras: la persona de fe inmadura no se fía de Dios ni de su poder, ni de lo que Dios dijo y de ahí que vaya a buscar otros caminos…

2.- ¿Para qué la superstición?

Entre la religión y la superstición hay una gran diferencia. La religión intenta hacer la voluntad de Dios, ("hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo…") animando y amando a los que le rodean y amando a Dios sobre todas las cosas y dejando todo en sus manos. La superstición, en cambio, intenta suplantar la fe en Dios y para ello no es extraño que intente engañarnos diciendo que su poder viene de Dios, cuando en realidad viene del demonio, o, como dice la Biblia, "de las tinieblas".

Si algunos dicen que sus "poderes" vienen de Dios, ¿por qué han hecho ritos distintos? ¿por qué hacen cosas que la Biblia condena? ¿por qué no aceptan la voluntad de Dios y lo que intentan es cambiar esa voluntad acudiendo a los poderes de las tinieblas? ¿por qué todos esos actos llevan a la larga a las personas a desequilibrios, perturbaciones psíquicas, odios, rencores y mil maldades más?

3.- ¿Son verdaderas esas fuerzas ocultas?

Dejando aparte la gran charlatanería y engaños que existe en este campo, tenemos que decir sin embargo que las "fuerzas ocultas" provienen del diablo; no en vano la Biblia afirma claramente la existencia de un "poder de las tinieblas" con el que relaciona todo el mal existente en el mundo: violencia, mentira, injusticias, crímenes, etc… Su protagonista es llamado Satanás, el Diablo, el Enemigo, el Príncipe de este mundo.

Cuando las personas recurren a estas fuerzas ocultas, lo que están haciendo es abandonar a Dios y quedar abandonado a su suerte:

"Despreciaron a Dios, al no tratar de conocerlo según la verdad, y Él, a su vez los abandonó a su corazón sin conciencia, que los llevó a cometer toda clase de torpezas." ( Rom 2, 28 )

"Han cambiado al Dios de verdad por la mentira; han adorado y honrado a seres creados, prefiriéndolos al creador: ¡Bendito sea Él por todos los siglos. Amén!" ( Rom 2, 25 )

Estas fuerzas ocultas del demonio existen; pero para los cristianos están totalmente prohibidas el acudir a ellas.

4.- ¿Cómo actúan las fuerzas ocultas?

Normalmente impiden la acción de Dios. Las personas que han elegido esos poderes que no vienen de Dios, demuestran una clara repugnancia hacia todo lo que tiene que ver o que representa al Señor. Así las prácticas ocultas impiden que la Palabra de Dios y los sacramentos actúen con eficacia en las personas supersticiosas, ya que la persona libremente ha dado la espalda a Dios, se ha desentendido de Él ni importándole ni su persona ni su mensaje. De ahí que a las personas metidas en el ocultismo les cueste mucho decidirse por Cristo.

La persona que entra en este mundo de lo oculto y de las fuerzas del mal sufren distintos tipos de desequilibrios; sufren obsesiones, miedos, melancolía, cansancio de la vida, remordimientos, rechazo a la Palabra de Dios y los sacramentos, etc. O sea, la persona que se inicia en ese camino de las fuerzas ocultas entra en un progresivo entorpecimiento de las funciones psíquicas de carácter religioso.

Las fuerzas ocultas vienen siempre del demonio, nunca de Dios:

"Ustedes son mis testigos, dice Yavé, y son mi servidor, que he elegido, para que sepan todos y crean en mí, y comprendan que Yo Soy. Ningún dios existió antes de mí, y ningún otro existirá después. Yo soy Yavé, y yo soy el único Salvador. Yo soy el que lo he anunciado, el que los he salvado. Soy yo el que les he hablado y no un Dios extraño. Ustedes son mis testigos, dice Yavé, y yo soy Dios y siempre lo he sido. Y nadie me puede hacer apartar "la mano" ; si yo ejecuto algo nadie me lo puede impedir." (Is. 43, 10-13 )

5.- ¿Quién tiene más poder…?

Muchas veces la gente pregunta que ya que esas fuerzas ocultas pueden ser verdad, quién, a la hora de la verdad, tiene más poder, si Dios o el demonio… Hay también personas que afirman que el poder del demonio es igual al de Dios.

La Biblia nos dice que por encima del poder de Dios no hay absolutamente ningún poder:

"Así habla Yavé, tu redentor, el que te formó desde el seno materno: Yo, Yavé, he hecho todas las cosas, yo, solo, estiré los cielos. Yo afirmé la tierra, sin que nadie me ayudara. Yo hago que fracasen las señales de los magos, y que se vuelvan locos los adivinos; hago que los sabios se retiren y que su ciencia no acierte. Yo confirmo las palabras de mi servidor y procuro que tenga éxito los planes de mis delegados. " ( Is. 44, 24-26).

Tanto en el tiempo de la Biblia como en el nuestro esto tiene vigor.

No existen dos fuerzas igualitarias, con igual poder… Sólo Dios es desde el principio el "Todopoderoso" y el mal es apartarse de Dios… En Jesús vemos varios ejemplos. Cuando Jesús se encuentra con un endemoniado sólo "manda" con poder sobre los endemoniados y sobre los mismos demonios. Veamos algunos ejemplos:

"Jesús respondió: "¡Qué gente tan incrédula y extraviada! ¡Hasta cuándo estaré entre ustedes! ¡Hasta cuándo tendré que soportarlos! Tráiganmelo aquí." Y Jesús ordenó al demonio que saliera del niño, el que quedó sano de inmediato." (Mt. 17, 17- 18)

"Cuando divisó a Jesús, fue corriendo, se puso de rodillas y gritó muy fuerte : "¿Qué tienes que ver conmigo, Señor, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego, por Dios, que no me atormentes". Es que Jesús le había dicho: "Espíritu malo, sal de este hombre." Y como Jesús le preguntó: "¿cómo te llamas?", contestó: "Me llamo Multitud, porque somos muchos." Y rogaban insistentemente a Jesús que no lo echara de la región. Había allí una gran manada de cerdos comiendo al pie del cerro. Los espíritus le rogaron: "Mándanos a esta manada de cerdos y déjanos entrar en los cerdos." Y Jesús se lo permitió. Entonces los espíritus malos salieron del hombre y entraron en los cerdos. En ese mismo instante dichas manadas se arrojaron al lago desde lo alto del precipicio y allí se ahogaron." (Mc 5, 6-13)

Vemos que ante Dios las fuerzas de lo oculto quedan totalmente anuladas. No existen por tanto dos fuerzas iguales, sino que Dios siempre puede más…

6.- ¿Qué tenemos que hacer los cristianos ante estas fuerzas ocultas?

En realidad, no entrar nunca en el juego de estas fuerzas ocultas que se disfrazan de muchas maneras. Cuando una persona empieza ese camino cada vez le costará mas salir. Lo mejor: confiar en Dios, nuestro Señor, y dejarnos de buscar y de hacernos otros dioses… A nosotros también se nos llama a ir creciendo y madurando en la fe. En una palabra: dejarse habitar por Dios:

"Si alguno me ama, mi Padre le amará y vendremos a él, y haremos morada en él." (Jn 14, 23)

Debemos pues dejar que Dios esté en nuestro pensamiento, en nuestra mente y en nuestro corazón. Si hacemos esto nada ni nadie podrá contra nosotros. Vivir una fe sincera, abierta, comprometida, es una forma segura de no dejar actuar a las fuerzas del mal en nosotros. Debemos encontrar y seguir a Cristo como nuestro salvador personal, no como un Dios abstracto, sino como alguien cercano y cariñoso que de verdad nos quiere ayudar y proteger.

Mientras las personas que acuden a esos sitios siguen ese camino esclavizados por el miedo y la superstición, metidos en la cárcel de la sugestión, a nosotros Jesús nos ha prometido que se hará según hemos creído:

"Entonces Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Reciban ustedes lo que han creído". Y vieron" (Mt 9, 29)

Nosotros, por nuestra parte, debemos de creer en Jesús para recibirlo. Creer en su poder sobre las fuerzas ocultas del mal para no tener miedo y vivir felices y en libertad:

"Cristó nos liberó para que fuéramos realmente libres. Por eso manténganse firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud." (Gál 5, 1)

"Ustedes, hermanos, fueron llamados para gozar la libertad; no hablo de esa libertad que encubre los deseos de la carne; más bien, háganse esclavos unos de otros por amor. Pues la Ley entera está en una sola frase: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si se muerden y se devoran unos a otros, ¡cuidado!, que llegarán a perderse todos. Por eso les digo: anden según el Espíritu y no llevarán a efecto los deseos de la carne. Pues los deseos de la carne están contra el Espíritu y los deseos del Espíritu están contra la carne. Los dos se oponen uno a otro, de suerte que ustedes no pueden obrar como quisieran. Pero, si los conduce el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley.
Es fácil ver lo que viene de la carne: libertad sexual, impurezas y desvergüenzas; cultos a los ídolos y magia; odios, celos y violencias, furores, ambiciones, divisiones, sectarismo, desavenencias y envidias; borracheras, orgías y cosas semejantes. Les vuelvo a declarar lo que ya les he dicho: los que hacen estas cosas no herederan el Reino de Dios.
En cambio, el fruto del Espíritu es: caridad, alegría y paz ; paciencia, comprensión de los demás, bondad y fidelidad; mansedumbre y dominio de sí mismo. Ahí no hay condenación ni Ley, pues los que pertenecen a Cristo Jesús tienen crucificada la carne con sus vicios y sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, dejémonos conducir por el Espíritu. No busquemos la vanagloria: que no haya entre nosotros provocaciones ni rivalidades." (Gál 5, 13-26)

Los católicos creemos en el más allá y en la inmortalidad del alma, pero rechazamos el Espiritismo. También creemos que la voluntad y el deseo de Dios es que todas las personas se salven, pero rechazamos el consultar el futuro, etc.

Ocurre muchas veces que personas que están dentro de la fe van a esos sitios. En muchas ocasiones llevadas por buenas intenciones, pero sin duda con grave ignorancia aparecen situaciones y hechos con apariencia de bien, pero que esconden la mano inequívoca del poder de las tinieblas. Veamos algunos casos:

En aparentes visiones de carácter religioso, donde la persona o personas videntes tienen la sensación de ser seres agraciados y escogidos, hasta el punto de llegar a extremos absurdos. Las apariciones no tienen que ser algo mágico ni estar contra la Palabra de Dios y la propia Iglesia.

También hay que tener cuidado con la superstición a imágenes y signos religiosos. Sólo Dios es Dios y a Él sólo debemos adorar. Cuando hablan de poner perejil a san Pancracio y cosas semejantes… esto no está en el sentir de la fe, y mucho menos cuando todo esto se hace con intención mágica.

La Iglesia se ha manifestado siempre muy reservada ante lo maravilloso-religioso: estigmas, visiones, mensajes, etc. Desconfía sistemáticamente de todo lo que escapa al control objetivo y provoca el entusiasmo popular. Porque la fe no es credulidad…

El cristianismo, apoyándose en la Biblia, cree en la existencia de los milagros. Pero en la Biblia el milagro no es en primer lugar un "prodigio" físico; es ante todo una manifestación del amor de Dios. No es precisamente una "prueba" sino un "signo" percibido por la fe. Los milagros son, para el creyente, los signos de que el Reino de Dios esperado está "ya aquí".

Las cadenas mágicas o más bien llamadas "cadenas de oración" que nos llegan con cierta frecuencia mediante cartas anónimas diciéndonos que si no hacemos esto y lo otro y enviamos tantas copias a otras personas, nos van a suceder toda clase de desgracias a nosotros y a los nuestros… Son otro tipo de superstición que, por supuesto, no viene de Dios ni Dios lo quiere ya que esas "cadenas" son un chantaje a la desgracia, están fundadas en el miedo; son una especie de terrorismo espiritual, ya que manda el rezo de unas oraciones y quiere actos mecánicos y automáticos. Es también el mundo de la superstición, viene de los poderes de lo oculto bajo apariencias de fe y de santidad… La magia es distinto a lo religioso, actúa de distinta forma y sus actos son totalmente diferentes… En la Biblia no se nos invita a conjuros, ni hechicerías, al contrario las condena y las deplora, ni a nada parecido, sino a la adhesión a Jesucristo, a su vida y a su resurrección, y dejar que el Espíritu Santo actúe en nosotros, no los poderes de lo oculto:

"No olviden que han sido liberados de la vida inútil que llevaban antes, igual que sus padres, no con algún rescate material de oro o plata, sino con la sangre preciosa del cordero sin mancha ni defecto." (2 Ped 1, 18-19)

7.- ¿Qué decir de esos que se dicen cristianos y acuden a sitios para invocar o hacer "trabajar" las fuerzas ocultas?

Un verdadera cristiano no acude nunca a esos lugares. Algunas veces vemos como personas que se dicen cristianas dicen que no es malo ir a esos sitios, que la magia blanca es buena, etc. Tenemos que tener en cuenta que la magia quiere decir siempre, sea del tipo que sea, ciudadano del diablo. Mas absurdo parece uno que se dice cristiano, que reza el padrenuestro, cuando diciéndole a Dios "que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo…", acude a las casas de superstición a tratar, inútilmente por supuesto, de cambiar la voluntad divina:

"No pacten alianzas desiguales con aquellos que no creen: ¿Podría unirse la injusticia con la maldad? ¿O podría convivir la luz con las tinieblas y haber armonía entre Jesucristo y Satanás? ¿Que unión puede haber entre el que cree y el que ya no cree? El tiempo de Dios no tiene que ver con los ídolos, y nosotros somos el templo de Dios vivo. Ya lo dijo la Escritura: "Habitaré y viviré en medio de ellos, seré su Dios y ellos serán mi pueblo. "Por eso: "salgan de en medio de ellos y apartánse, dice el Señor. No toquen nada impuro y yo los veré con agrado. Yo seré un padre para ustedes, que pasarán a ser mis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso." (2 Cor 6, 14-18)

Algunos que se dicen cristianos comentan que ellos fueron a esos sitios por curiosidad o ignorancia. A menudo dicen que la visita a la echadora de cartas fue por ignorancia y por curiosidad, que aunque fue no se lo tomaba en serio… Hay que recordarles aquel ejemplo que ilustra este punto. Si cojo una granada de mano, y sea por curiosidad o por ignorancia, por broma o en serio, tiro de la anilla, las consecuencias serán siempre las mismas…

Un cristiano no debe de recurrir jamás a las artes ocultas. El cristiano recibe daño, tanto en su alma como en su mente al ser influenciado por artes ocultas. Ir a esos lugares supone ponerse a disposición del Maligno y abandonar voluntariamente la protección de Dios.

Existen potencias y fuerzas ocultas, pero sabemos como cristianos que no estamos sujetos como esclavos a esas potencias. Nosotros no servimos a fuerzas ocultas, extrañas o desconocidas, sino a Jesucristo, el que triunfa sobre tales potencias:

"Les quitó su poder a las autoridades de arriba, los humilló ante la faz del mundo y los llevó como prisioneros en el cortejo triunfal de su cruz." (Col 2, 15)

"Por tanto hagan morir los que les quede de vida "terrenal", es decir, inmoralidad, impurezas, pasión desordenada, malos deseos, y esa codicia con la que uno se hace esclavo de los ídolos. Estas son las cosas que atraen el castigo de Dios." (Col 3, 5-6)

No negamos que existan esas potencias, pero sí somos conscientes que Jesús y nosotros con Él, somos capaces de superarlas.

8.- ¿Por qué parece que cada vez hay más superstición?

En realidad no es que cada vez exista más superstición, lo que ocurre es que está más presente en los medios de comunicación social y la gente saca la idea que el tema está generalizado.

En la antigüedad, el número de adeptos era infinitamente mayor que en la actualidad, pero llegó a desaparecer su influencia social. La superstición siempre ha existido. Adivinos sabemos que en todas las épocas los hubo. Para conocer el futuro se han usado a lo largo de los siglos distintos medios:

Para los cristianos todos estos temas del ocultismo están prohibidos por la Biblia.

Algunos recurren a estas fuerzas ocultas porque creen que Dios se ha desentendido de ellos, que eso de que Jesús murió por nosotros y que resucitó es una locura, algo imposible… Nosotros, sin embargo, creemos en el Señor:

"El lenguaje de la cruz no deja de ser locura para los que se pierden. En cambio, para los que somos salvados, es poder de Dios, como dice la Escritura: "Haré fallar la sabiduría de los sabios y echaré abajo las razones de los entendidos. Filósofos, teóricos: ¡cómo quedan! ¿y la sabiduría de este mundo? Dios la dejó como loca." (1 Cor 1, 17-20)

Por otra parte, se ha querido hacer desaparecer la religión de nuestras sociedades, diciendo que la religión es alienante, que apaga las aspiraciones espirituales de la gente calificándolas de evasión y en cambio, este desprecio a la religión ha llevado a la gente a nuevas formas de esclavitud, ciertamente inhumanas y alienantes, basadas en el temor, el miedo y lo oculto. Aparecen así en la sociedad actual las formas más arcaicas del paganismo.

La supersticiosa confianza de tanta gente sobre signos y fetiches, nos muestra que la decadencia de la fe en Dios conduce a otra clase de fe mucho más ridícula en herraduras, plomos, hojas de trébol, cerdos de la suerte, estatuas de elefantes, el número 13, etc. etc. todo lo cual lleva a prácticas ocultistas y la consiguiente sujeción espiritual.

Los cristianos muchas veces nos encontramos como Pablo cuando le salió el mal a su encuentro:

"Sucedió que mientras íbamos al lugar de oración, salió a nuestro encuentro una muchacha que tenía poderes de adivina y que, adivinando, traía buen dinero a sus amos…" (Hech 16, 16)

Los cristianos tenemos nuestra propia forma de adorar a Dios a través de la oración y no a través de conjuros y fetiches de la buena suerte, y aunque hay algunos cristianos que dicen tener visiones, etc. no debemos olvidar que hay enfermedades físicas y psíquicas que pueden producir alucinaciones, aparentes visiones, etc. Convertirse a Cristo es la mejor medicina contra todas las fuerzas ocultas.

9.- ¿Todos los aparentes milagros vienen de DIios? ¿El demonio puede hacer milagros?

Todos los milagros y signos no vienen de Dios. El demonio también puede hacer milagros y prodigios:

"Esto no es maravilla, pues el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. No es mucho pues, que sus servidores se disfracen de servidores de la salvación; pero su fin será conforme a sus obras." (2 Cor 11, 14-15)

La Biblia reconoce los milagros de Dios, pero también los de Satanás:

"Ya que aparecerán falsos mesías y falsos profetas, que harán señales y prodigios con el fin de engañar, aun a los elegidos, si esto fuera posible. Ustedes, pues, estén preparados; de antemano se lo he advertido todo." (Mc 13, 22-23)

Cristo tiene el poder máximo. El es el Señor sobre todas las potencias de las tinieblas:

"Entonces Jesús, acercándose, les habló con estas palabras: "Todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra". (Mt 28,18)

Cuando la gente cree ver algún aparente milagro o prodigio hay que preguntarse de quién viene, y cuál es el "precio" que tenemos que "pagar" por ese acto extraordinario. En ocasiones muchas personas llegaban a "pactar" con las fuerzas del mal, representadas por el ocultismo:

"Ustedes afirman: "Hemos hecho un contrato con la Muerte, y con el lugar de los muertos hemos firmado un acuerdo. Por eso cuando pase el vendaval destructor no nos hará nada, pues nos hemos refugiado en la mentira y en el engaño nos hemos escondido." En vista de todo esto, el Señor Yavé les dice: "Miren como yo coloco en Sión una primera piedra cuadrada, preciosa y firme: "El que se apoye en ella, no se moverá". Pondré el derecho como regla y la justicia como nivel. El granizo aplastará el refugio de la mentira y las aguas inundarán su escondite. Será roto su contrato con la Muerte y el acuerdo con el Lugar de los Muertos ya no tendrá más valor." (Is 28, 15-18)

No puede haber un milagro de Dios donde el nombre de Dios es blasfemado y despreciado, donde se odia a Cristo y lo que Cristo representa, donde no existe el amor.

Hay cosas que explícitamente vienen prohibidas en la Biblia como por ejemplo el rechazo de que algún muerto sea enviado por Dios como mensajero:

"Y Abraham contestó: tienen a Moisés y a los profetas, que los escuchen. "No, padre Abrahám, dijo el rico. Si uno de entre los muertos los va a visitar se arrepentirán". Pero Abraham le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no le creerán." (Lc 16, 29-31)

En la Biblia vemos como Jesús con su poder, vence las fuerzas del mal:

"Al llegar a la orilla opuesta, a la tierra de Gadara, dos endemoniados salieron de entre unos sepulcros y vinieron a su encuentro. Eran hombres tan salvajes que nadie podía pasar por ese camino. Y se pusieron a gritar: "Hijo de Dios, ¿qué quieres con nosotros? ¿Viniste a atormentarnos antes de tiempo? (Mt 8, 28-29)

"En una ocasión se encontraba en esta sinagoga un hombre que estaba en poder de un espíritu malo, y se puso a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a derrocarnos? Yo te he reconocido: Tú eres el Santo de Dios." Jesús le hizo frente con autoridad: "¡Cállate y sal de este hombre!" El espíritu malo hizo revolcarse al hombre en el suelo y lanzó un grito tremendo, pero luego salió." (Mc 1, 23-26)

"¿Qué quieres, Jesús nazareno? ¿Has venido a derrocarnos? Yo sé quien eres: el santo de Dios." Pero Jesús amenazó al demonio y le ordenó: "Cállate y sal de este hombre." El demonio salió del hombre lanzándolo al suelo pero sin hacerle ningún daño." (Lc 4, 34-35)

"Viendo a Jesús se puso a gritar, cayó a sus pies y dijo en voz alta: "¿qué quieres conmigo, Jesús, hijo de Dios Altísimo? Te lo ruego, no me atormentes." (Lc 8, 28)

Dios es el único que puede doblegar y vencer a las fuerzas ocultas que actúan en el mundo y en las personas.

Los cristianos no creemos todo lo que aparentemente aparece como milagro. La Iglesia es la que después de serias y profundas investigaciones es la que nos dice si algún signo o aparente milagro es verdad y de quién viene, si de Dios o del Maligno.

La Iglesia recuerda a la Biblia cuando se pregunta de dónde vienen las cosas que nos suceden:

"Queridos míos, no se fíen de cualquier inspiración. Examinen los espíritus para ver si vienen de Dios, porque muchos falsos profetas andan por el mundo." (1 Jn 4, 1)

"… otro reconoce lo que viene del bueno o del mal espíritu…" (1 Cor 12, 7-11)

Debemos ser muy cautelosos para poder distinguir lo que viene de los poderes de las tinieblas y lo que hemos de reconocer como obra del Espíritu Santo.

En la Biblia se nos narran milagros divinos y milagros del demonio:

• Milagros divinos:

"Jesús se quedó en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, y muchos creyeron en Él al ver las señales milagrosas que hacía…" (Jn 3,23)

"Lo acompañaba muchísima gente a causa de las señales milagrosas que lo veían hacer en los enfermos." (Jn 6, 2)
"Algunos fariseos decían: "Este hombre no es de Dios, porque trabaja en día sábado". Pero otros se preguntaban: "¿Cómo puede ser pecador un hombre que hace signos como éste? Y estaban en desacuerdo." (Jn 9,16)

"¿Qué vamos a hacer con este hombre? Todo Jerusalén sabe que ha hecho un milagro clarísimo y no podemos negarlo." (Hech 4, 16)

• Milagros del demonio:

"Porque se presentarán falsos cristos y profetas, que harán cosas maravillosas y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, aun a los elegidos de Dios. Miren que se los he advertido de antemano." (Mt 24, 24-25)

"Ya que aparecerán falsos mesías y falsos profetas, que harán señales y prodigios con el fin de engañar, aun a los elegidos, si esto fuera posible." (Mc 13, 22)

"Al presentarse este Sin-Ley, con el poder de Satanás, hará milagros, señales y prodigios al servicio de la mentira, y usará todos los engaños de la maldad en perjuicio de aquellos hombres que han de perderse, porque no acogieron el amor a la Verdad que los llevaba a la salvación. Por eso Dios les dirigirá las fuerzas del Engaño que los lleven a creer en la mentira; así llegarán hasta la condenación todos aquellos que no quisieron creer en la verdad y prefirieron quedarse en la maldad." (2 Tes 2, 9-12)

"En realidad son espíritus diabólicos que hacen cosas prodigiosas y se dirigen a los reyes del mundo entero; los van a reunir para la batalla del Día grande de Dios, Señor del Universo." (Apoc 16, 14)

10.- ¿Los cristianos debemos de tener miedo a las fuerzas ocultas? ¿Pueden hacer algo contra nosotros?

Realmente no. La persona que sigue a Cristo de verdad, con todo su corazón, con toda su alma, con todo su ser, no tiene que tener miedo al Maligno y sus fuerzas, porque Dios le ha vencido y le vence siempre:

"Sean valientes y firmes, no teman ni se asusten ante ellos, porque Yavé, tu Dios, está contigo; no te dejará ni abandonará. Yavé irá delante de ti. Él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas, pues, ni te desanimes." (Det 31, 6.8)

"No temas ni te asustes, porque contigo está Yavé tu Dios, adondequieras que vayas." (Jos 1, 9)

"No temas porque yo estoy contigo, no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios y yo te doy las fuerzas, yo soy tu auxilio y con mi diestra victoriosa te sostendré." (Is 41, 10)

Dios protege al que confía en Él y nada malo le pasará:

"Tú que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del Todopoderoso, dile al Señor: mi amparo, mi refugio, en ti mi Dios, yo pongo mi confianza." (salm 91, 1-2)

"Por lo demás, háganse robustos en el Señor con su energía y su fuerza. Pónganse la armadura de Dios, para poder resistir las maniobras del diablo. Porque nuestra lucha no es contra fuerzas humanas, sino contra los Gobernantes y Autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras. Nos enfrentamos con los espíritus y las fuerzas sobrenaturales del mal. Tengan siempre en la mano el escudo de la Fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio." (Ef 6, 10-12.16)

Los cristianos no sólo no tenemos miedo a las fuerzas ocultas sino que desde los primeros momentos los discípulos ejercitaron el "yo te ordeno" de Jesús, tal y como lo habían visto hacer al Maestro:

"Jesús, pues, llamó a sus doce discípulos y les dio poder para expulsar a los demonios y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. " (Mt 10,1)

"Y estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán los espíritus malos, hablarán nuevas lenguas, tomarán con sus manos las serpientes y, si beben algún veneno no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán. " (Mc 16, 17-18)

"Habiendo reunido a los Doce, Jesús les dio autoridad sobre todos los demonios y poder para sanar las enfermedades. " (Lc 9, 1)

Si vives con Jesús puedes hacer estas cosas, sin miedo, sin temores, sin angustias. Quien vence a las tinieblas es Cristo y sin Él no podemos hacer nada. La misma Iglesia nos recuerda:

"Un duro combate contra el poder de las tinieblas cruza toda la historia de los hombres." (Concilio Vaticano II. GES 37, 2)

Con el poder de Cristo el creyente saldrá siempre triunfante y nadie ni nada podrá contra él.

11.- ¿Cómo puede una persona dejar el camino de la superstición?

No es fácil. Cuanto más haya estado una persona metida en los temas de ocultismo, más le costará y más sufrirá en dejarlo, pero es posible con la ayuda de Dios.

Mucha gente se siente "atrapada" por fuerzas ocultas, por el miedo a lo desconocido. Dejar la superstición pasa necesariamente por conocer a Dios y conociéndolo amarlo y vivir su mensaje; descubrir a Jesús como su salvador. Bien es cierto y lo hemos indicado anteriormente, que a las personas entregadas al ocultismo les cuesta mucho decidirse por Cristo, pero es posible con su ayuda salir de la esclavitud de la superstición. Cuando la persona descubre a Jesús como a su Dios y Señor entonces deja de prestar sumisión a las fuerzas ocultas, por ello convertirse a Cristo es la mejor medicina contra el ocultismo.

La persona debe experimentar exterior e internamente que Cristo es el Rey que destruye el dominio de Satanás opuesto al reino de Dios, y esa adoración que hacía a lo oculto, ahora debe comprender y vivir que:

"Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo tributarás culto" (Mt 4, 1-11)

La persona que quiere dejar el ocultismo y las influencias de éste sobre su vida, debe comenzar una nueva vida sabiendo que el resistir sólo es posible por medio del Espíritu Santo y éste es recibido por la Palabra de Dios y los sacramentos. La persona que desee desprenderse de las fuerzas ocultas tiene que seguir estos pasos:

  1. Desear sinceramente abandonar el oscurantismo.

  2. Renuncia absoluta y total a toda práctica de artes ocultas o a cualquier pecado conocido.

  3. Absolución basada en la Palabra de Dios y de los sacramentos.

  4. Recibir los sacramentos con cierta frecuencia, tener una vida de oración y de entrega a los demás.

  5. Saber resistir espiritualmente a nuevos ataques del enemigo.

  6. Dejarse orientar por alguna persona convenientemente formada en estos temas.

Hay que pedir constantemente la ayuda del Espíritu Santo, que viene a todo el que sinceramente lo pide:

"Por lo tanto, si ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos, cuanto más el Padre del Cielo dará Espíritu Santo a los que se lo pidan." (Lc 11, 13)

Algunos piensan que la solución a los temas de la superstición compete exclusivamente al psiquiatra. Esto no es del todo cierto. Tenemos que tener bien claro que no debemos dar una respuesta exclusivamente psíquica a este tema, ya que también se necesita una actuación a la raíz misma del problema, esto es, al plano espiritual, es lo que llamamos "cura de almas".

La cura de almas no es un mero proceso psicológico. No podemos tratar en ningún caso de sustituir el poder de la Palabra de Dios y de los sacramentos por la sociología y la psicología. Sólo hay una posición correcta y es, por medio de la psicología, apartar aquellos estorbos psicológicos que impiden escuchar la Palabra de Dios y recibir los sacramentos.

A la hora de acudir en busca de ayuda médica es importante acudir a un profesional (psicólogo o psiquiatra) cristiano, que sepa ayudar y orientar en el proceso de vuelta hacia Cristo.

La persona que quiere abandonar el ocultismo y las influencias de éste en su vida, también tiene que dar los siguientes pasos:

1.- Renunciar al diablo:

La persona tiene que aceptar en su corazón la presencia amorosa del Señor y dejar que sea Él quien dirija su vida. Bien nos vale para entender qué tipo de renuncia se nos pide, el recordar las renuncias que se nos pide en el bautismo:

2.- Experimentar la fuerza de Dios en tu vida

"Pero los rebeldes, y los pecadores, van a ser destrozados al mismo tiempo, y aquellos que se alejen de Yavé, perecerán." (Is 1, 28)

"Soy yo quien tenía que borrar tus faltas y no acordarme más de tus pecados." (Is 43,25)

"He hecho desaparecer tus pecados como se levanta la neblina, y tus faltas como se deshace una nube. Vuélvete a mí, pues yo te he rescatado." (Is 44, 22)

"Ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: "Conozcan a Yavé" Pues me conocerán todos, del más grande al más humilde. Porque yo habré perdonado su culpa y no me acordaré más de su pecado." (Jer 31, 34)

"Porque esta es mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados." (Mt 26, 28)

3.- Acudir a la celebración y a la formación

"Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la eucaristía y a las oraciones." (Hech 2, 42)

"No abandonen sus iglesias como algunos acostumbran a hacerlo, sino que más bien anímense unos a otros, tanto más cuanto ven que se acerca el día." (Heb 10,25)

© Mario Santana Bueno.