La Biblia, la escuela de la vida
Carlo
Maria Martini
El cardenal Carlo Maria Martini, arzobispo de Milán,
nos habla sobre su nuevo libro "Vivir con la Biblia"
El cardenal Carlo Maria Martini, arzobispo de Milán, ha publicado
en España su libro "Vivir con la Biblia" (Planeta + Testimonio), que
recoge su meditación sobre ocho figuras bíblicas. El arzobispo de
Milán aporta a su profundo conocimiento de la Biblia sus más de
quince años al frente de una de las diócesis más importantes del
mundo. En esta entrevista nos habla sobre la importancia que tiene
para el cristiano y para cualquier hombre el libro de los libros: la
Biblia.
- De dónde surgió la idea de escribir sobre las figuras del Antiguo
Testamento?
- Prácticamente todos mis escritos publicados sobre figuras
bíblicas se basan en guiones de ejercicios espirituales. Para
prepararlos busco un título que me estimule y, por lo común, pasa
mucho tiempo hasta que lo encuentro. Si escojo a Jeremías, me
preparo el tema, leo los mejores comentarios sobre Jeremías, leo y
releo el texto bíblico y veo en qué me reconozco en él. Los
ejercicios espirituales son una singular aventura del Espíritu que
consiste en una serie de meditaciones impartidas a un pequeño
grupo de personas, durante varios días, en una atmósfera de
silencio y oración.
- Qué es la "lectio divina"? LECTIO-DIVINA/QUE-ES
- Llamo "lectio divina" a la lectura de una página bíblica que
tiende a convertirse en oración y a transformar la vida. Es un
ejercicio metódico, ordenado y no casual, de escucha de la Palabra
en un clima de silencio y oración. Una lectura que debe ser de toda
la Biblia, no sólo de un texto en particular. Es, por ello, una "lectio"
continua y completa. Es precisamente esta "lectio" la que la liturgia
nos ayuda a cumplir en el ciclo triple de las lecturas eucarísticas de
los domingos, en el doble ciclo de las lecturales feriales y en el ciclo
anual de las lecturas del breviario para los sacerdotes.
- Tiene necesidad de practicar este tipo de oración?
ORA/LECTIO-DIVINA
- La "lectio" es, en primer lugar, una constante renovación de
motivos para resistir, para no sucumbir, para esperar a pesar de
todo. Repara las energías perdidas, restaura las energías
gastadas, estimula constantemente nuestra tarea diaria.
Personalmente siento que, cuando me falta el contacto con la
Palabra, se me agota la fuente que surte a mi mente y a mi corazón,
que me permite vivir, buscar siempre lo mejor, renovar las pautas
de trabajo para mí y para los demás, superar los momentos de
flojedad, de oscuridad, de impaciencia, de disgusto y de amargura.
La "lectio divina", la Palabra, es la fuente viva de la que brota la
creatividad y desenvoltura. La Biblia es una escuela extraordinaria
para discernir los sentimientos, pues cuando reflexiono sobre mis
sentimientos cotidianos y sobre los de los personajes bíblicos, me
siento inclinado a comparar mi mundo afectivo, pasional y
sentimental con la claridad, la transparencia y el orden del misterio
de Dios; siento la invitación a contemplar mis sentimientos en y con
Jesús.
- Es necesaria una vuelta a la Biblia por parte de la Iglesia?
- El concilio exhorta "con ardor e insistencia a todos los fieles,
sobre todo a los religiosos, a aprender la sublime ciencia de
Jesucristo con la frecuente lectura de las divinas Escrituras...". Creo
que es providencial este hincapié, sobre todo para nuestro mundo
occidental. En él nos encontramos con frecuencia en un contexto
prácticamentre ateo, en el que el misterio de Dios ya no está
presente en signo alguno exterior de la vida y de la sociedad, y no
es presentado a la conciencia por una atmósfera de fe.
- Qué gana el cristiano con el contacto con la Biblia?
- Una aridez interior amenaza a todos y se corre el riesgo de que
sofoque las conciencias cristianas, que no lleguen a expresar en su
experiencia cotidiana el gusto por el Dios vivo. No creo que sea
posible pasar indemnes a través del desierto espiritual del mundo
moderno europeo si no se alimenta la fe con un contacto personal
con la palabra de Dios. En otras épocas, cuando la mayoría de la
gente no sabía leer, la meditación sobre la Biblia dependía más de
la predicación eclesiástica. Hoy, que existe una necesidad mayor de
meditación bíblica personal, la Providencia da a todos los cristianos
la posibilidad de acercarse directamente a la Escritura. Pero, sobre
todo, hay que recordar que san Jerónimo decía que "la ignorancia
de las Escrituras es ignorancia de Cristo".
- A nivel práctico, qué se podría hacer para acercarse a la
Biblia?
- Un primer método es la Escuela de la Palabra. Se trata de una
lectura bíblica para el pueblo, especialmente los jóvenes, hecha
según el método de la "lectio divina" de que antes hablábamos, un
ejercicio de interiorización de la Palabra. En Milán comencé yo
mismo, en 1980, a dirigir la Escuela de la Palabra y durante los
primeros cinco años de mi episcopado convoqué el primer jueves
de mes a miles y miles de jóvenes en la catedral. Hoy, la Escuela de
la Palabra se ofrece una vez al mes en 65 grandes iglesias de la
diócesis y los encuentros los dirigen sacerdotes que convoco al
inicio del año instruyéndoles sobre el método y el contenido de
cada encuentro. Cada mes, de 10.000 a 15.000 jóvenes siguen
regularmente este camino.
- Qué es lo que hace que la Biblia sea "especial"?
- La vida, la muerte, la amistad, el dolor, el amor, la familia, el
trabajo, las diversas situaciones personales, la soledad, los
secretos movimientos del corazón, los grandes fenómenos sociales,
toda esta vida humana no la presenta la palabra de Dios escrita en
la Biblia bajo una luz nueva y verdadera. El contacto con esta
Palabra lleva a una riqueza de vida inesperada. Para mí, que leo la
Sagrada Escritura desde hace cincuenta años, se presenta cada
vez como algo nuevo, capaz de provocar mi estupor y la emoción de
estar en contacto con los valores mismos de Dios. No es una
casualidad que la Escritura sea la fuente cultural, insustituible, de la
Iglesia, el punto de referencia de todo cambio cultural.
Justo
AMADO
Semanario "Iglesia en camino"
Archidiócesis de Mérida-Badajoz
Número 263. 19 de julio de 1998