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Maimónides: tolerancia y bioética de un judío cordobés en el s.XII

A los 800 años de la muerte de Moisés Ben Maimón, Córdoba acoge a más de cuarenta especialistas de todo el mundo para rescatar un legado asombrosamente actual.


 

Especialistas llegados de EEUU, Israel, América Latina y España se reunen en Córdoba del 6 al 9 de septiembre para estudiar la figura de del científico, médico y filósofo judeo-español del s.XII en el marco de la Jornada Europea de la Cultura Judía. A él se dedicarán 28 ponencias, 11 comunicaciones y tres conferencias.

 

Maimónides es uno de esos nombres que suenan de haberse escuchado de pasada en el colegio pero cuya vida y obra son desconocidas incluso entre la gente culta. Una de las razones es que escribió en hebreo y árabe y buena parte de su obra (se conserva casi toda) sigue sin traducirse al español.

 

Nació en Córdoba en 1135 y falleció en Fustat (Egipto) en 1204. En 1148 la invasión almohade entran en Córdoba y los judíos abandonan la ciudad ante las masacres y órdenes de conversiones forzosas al Islam. Parece ser que Maimónides no huyó enseguida de Al-Ándalus ... ¿significa eso que fingió abjurar del judaísmo? Los especialistas no lo saben con certeza.

 

Tolerancia ante la persecución

 

De los 13 a los 30 años, Moisés ben Maimón es un judío errante. Vivió primero en Almería, donde probablemente compuso un tratado de Lógica y otro sobre el Calendario. Pasó luego a Marruecos y vive 5 años en Fez. Allí escribió su Carta sobre la Apostasía (1160) En ella se opone a algunos judíos que, sin haber conocido la persecución, condenaban con facilidad a los conversos por la fuerza al Islam. Para el rabino Maimónides hay que mostrarse comprensivo con estos conversos, incluso entender que pueden darse falsas conversiones, aunque el filósofo es inflexible con la apostasía en sí. En condiciones muy duras, como las impuestas por los almohades, dirá que el exilio se convierte en un deber. En 1172 escribe una Carta al Yemen, con el mismo tema; los judíos eran puestos por las autoridades chiítas del Sur de Arabia (Yemen) ante el dilema de convertirse al Islam o morir.

 

La idea de que es aceptable hasta cierto punto fingir una conversión sería, siglos después, germen de conflicto con los cristianos españoles, que siempre desconfiarían de la sinceridad de los judíos conversos y cristianos nuevos.

 

Un maestro espiritual

 

El Maimónides maduro de Egipto se nos aparece como jefe espiritual de la comunidad judía. Su epistolario contiene centenares de cartas con consultas de rabinos de todo el mundo. Como rabino, aún hoy goza de la mayor autoridad doctrinal en el judaísmo.


Problemas económicos de la familia le llevaron a practicar la profesión médica, llegando a ser médico de la corte del Sultán Saladino. Por su dedicación a los enfermos, fue durante años un hombre que carecía de tiempo para sí mismo. El conocimiento del dolor le hizo más sensible aún a la debilidad del hombre, a quien quiere curar en cuerpo y en espíritu. A él se le atribuye una “oración del médico” llena de sabiduría para una práctica médica éticamente digna.  

 

Sobre Dios y la Ciencia: la Guía de Perplejos


Su principal escrito filosófico, Moré Nebujim (Guía de perplejos) fue redactado originariamente en árabe, en 1200, y traducido al hebreo bajo su supervisión.  Ejerció gran influencia en Occidente: Santo Tomás de Aquino la apreciaba y cita al rabí Moisés con respeto y con cierta frecuencia.

El libro se dirigía a personas con dificultades para armonizar su fe con la ciencia. Maimónides les muestra que tanto la razón como la fe vienen de Dios y llevan a Dios.


Sobre la existencia de Dios,  Maimónides deja claro que no es sólo una verdad que podemos conocer por la fe sino también por la razón. Siguiendo al árabe Avicena razona: existen los seres contingentes (seres que podrían no existir), pero no podría haber seres contingentes sin un Ser Absoluto o Necesario (Aquél que no puede ser que no exista); luego Dios (el Absoluto) existe.

Algunos razonaban: “si la materia es eterna y el tiempo infinito, no habrá habido creación y no se necesita un Creador”. A estos Maimónides respondía adelantándose a la solución de Santo Tomás de Aquino: el tiempo podría no haber tenido un comienzo y, no obstante, conoceríamos con toda certeza que el mundo es creado, porque "ser creado" no consiste en haber tenido un comienzo cronológico, sino en deber el existir a Otro. La creación se está conservando mientras hay seres que no se deben a sí mismos el existir: en el pasado, el presente y el futuro. La creación y el Creador no están, pues, al inicio del tiempo, sino fuera del tiempo, esto es, en la Eternidad.

 

2.000 autores casi perdidos

Entre la mitad del siglo X y la fecha de 1492, en España hubo 2.000 autores judíos que cultivaron la literatura en hebreo y árabe. Carlos del Valle, coordinador científico del congreso que se celebra estos días en Córdoba, denuncia que "de estas obras, la Biblioteca Nacional prácticamente no tiene nada y debería ser el lugar para estudiar toda la cultura española. Hay que favorecer el estudio creando buenas bibliotecas sobre este tema. Por lo menos hay que tener los textos en hebreo de estos autores".