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Al grito incesante de «¡Viva Cristo Rey!», consigna que fue la que alentó a millones de mexicanos, junto con «¡Viva Santa María de Guadalupe!», a defender con la vida el derecho a la libertad religiosa y al culto que le fuera denegado por el gobierno de Plutarco Elías Calles (1924-1928), la multitud recibió, con lágrimas, la beatificación de Anacleto González Flores, de José Sánchez del Río y de otros diez mexicanos y un español (diez laicos y tres sacerdotes) que prefirieron la muerte antes de renegar de su fe. ….. En la celebración, se pidió que la sangre derramada por los trece mártires sirva para que los gobernantes y los legisladores hagan de México un lugar de unidad y reconciliación. Los otros once beatos son Luis Padilla Gómez, Jorge y Ramón Vargas, Ezequiel y Salvador Huerta, Luis Magaña Servín, Miguel Gómez, Trinidad Rangel, Andrés Solá (sacerdote español), Leonardo Pérez y Ángel Acosta Zurita. ….. La fecha de la beatificación fue escogida por ser la solemnidad de Cristo Rey del Universo, día en el cual se congregan todos los años miles de «cristeros» sobrevivientes o familiares, en las inmediaciones del Cerro del Cubilete, centro geográfico de México y memoria permanente de los mártires de «la Cristíada». Por casualidad coincidió en esta ocasión con el 95 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana (que trajo consigo las leyes que, finalmente, darían pábulo a la persecución religiosa).
La llamada «guerra
Cristera» que tuvo lugar entre 1927 y 1928, según datos de especialistas,
acabó con la vida de 250 mil personas en México”.
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