25 octubre
Beatas
María Jesús Massiá Ferragut y Compañeras,
vírgenes y mártires en
1936-1937
Por cinco flores rojas
Entre la áurea multitud de mártires de la persecución religiosa
sobrevenida en España los años 1936-1939, aparte de 12 capuchinos (cuya
memoria se celebra el 26 de septiembre), se encontraban cinco clarisas
capuchinas. Tres de ellas eran hermanas de sangre, apellidadas Massiá
Ferragut, profesas en el monasterio de Agullent: María Jesús (nacida el 12
de enero de 1882); María Verónica (nacida el 15 de junio de 1884), y María
Felicidad (nacida el 18 de agosto de 1890). Las tres se habían refugiado,
junto con su otra hermana agustina descalza, María Josefa, en casa de su
madre María Teresa en Algemesí; las cuatro hermanas y la madre fueron
asesinadas el 25 de octubre de 1936 cerca de Alcira. La madre y las cuatro
hijas fueron beatificadas.
(Cuando Pío XII conoció
este caso exclamó emocionado: Pero ¡cómo! Esto es el caso de la madre y de
sus siete hijos en tiempo de los Macabeos… Efectivamente, ahora como
entonces a la madre la asesinaron la última; la madre sostuvo la fe de sus
hijas).
Las otras dos capuchinas
son: Isabel Calduch Rovira (nacida el 9 de mayo de 1882 en Alcalá de
Chivert), del monasterio de Castellón, asesinada el 13 de abril de 1937 en
el cementerio de Cuevas de Vinromá; y Milagro Ortells Gimeno (nacida el 29
de noviembre de 1882 en Valencia), del monasterio de Valencia, asesinada
el 20 de noviembre de 1936 en Paterna, cerca de Valencia.
El himno va por las cinco
capuchinas y en determinado momento se les nombra a cada una.
Por cinco flores
rojas
del huerto de Jesús Crucificado,
la Iglesia, madre y virgen inmolada,
postrada ante su Esposo, eleva un canto.
Hermanas capuchinas
que en pos de Cristo fuisteis paso a paso,
Francisco y Clara os dieron Regla y guía,
mas el secreto vivo fue el Sagrario.
Dejad decir los nombres
escritos en el cielo y coronados,
María de Jesús, y tú, Verónica,
Felicidad: las tres, un solo tallo..
La fe de vuestra madre
bebisteis de su pecho, a su regazo,
y el día del martirio os alentaba,
¡oh madre fiel al mártir del Calvario!
Milagro e Isabel,
hermanas en el mismo pan y paño:
Jesús, amor de amantes, os sedujo,
Jesús, vuestra pasión, y los hermanos.
¡La gloria sea a
Cristo,
que en cruz murió, amando y perdonando;
la gloria a él, que vive y nos estrecha,
y da su paz, del hombre enamorado! Amén.
Publicado
anteriormente en: RUFINO MARÍA GRÁNDEZ, Himnario del Santoral Capuchino.
Pamplona, Curia provincial de capuchinos, 2004, pp. 84-85.
|