P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

FLOS SANCTORUM



Beata Teresa de Calcuta
5 de septiembre


La Madre Teresa de Calcuta, nació en Albania el 26 de agosto de 1910 y murió en la India, en Calcuta, el 5 de septiembre de 1997, y se tardó unos días para su entierro apoteósico, que fue el día 13. Lleno de admiración y de cariño cristiano le escribí entonces un himno. No hacía falta ser un profeta para poner esta dedicatoria: Con motivo de su funeral y para el deseado día de su beatificación. Y lo mandé al periódico regional; y allí fue publicado, en el periódico La Rioja (24 de septiembre de 1997, pág. 13), salvo que se saltaron esta dedicatoria. El Papa Juan Pablo II, que ya anteriormente se había retratado con ella - y son fotos, como tantas de la Madre Teresa, que han dado la vuelta al mundo - la declaró Beata el año 2003.

La Madre Teresa es tan famosa como Gandhi, a quien se le dio el título de Mahatma: Mahatma Gandhi.

Pero lo que nadie imaginaba, hasta que a los diez años de la muerte se publicaron sus cartas a los directores espirituales, primero en inglés y luego en español, es que desde joven había hecho a Jesús, su divino Esposo, el voto de hacer siempre lo que ella viera como más perfecto, de sonreírle siempre... Esta mujer había vivido en la oscuridad mística del Getsemaní y del Calvario. Mientras millones de personas la aclamaban, ella, sonriente, vivía en la pura oblación, en la oscuridad, en la fe absoluta. Jesús le había dicho: ¡Ven! ¡Sé mi luz en los agujeros de los pobres...! El libro, editado por el Postulador de la Causa, Padre Brian Kolodiejchuk (Misionero de la Caridad), se titula: ¡Ven! ¡Sé mi luz...! (Ediciones Planeta, Barcelona 2008, 500 pp.).

Por eso, a este Himno, compuesto, como decimos, en ocasión de su santa muerte, le falta todavía una estrofa esencial: la estrofa de la oscuridad, que es clave en la mística de la Madre Teresa.

¡Qué misteriosos y ocultos son los caminos del Señor!


Teresa del Sagrario y de los Pobres,
retrato fiel del Buen Samaritano,
es gracia tu memoria, y hoy decimos:
¡Bendita tú, oliente flor de sándalo!

Teresa arrodillada junto a Cristo,
sedienta con la sed de aquellos labios:
bebiste amor, dolor de enamorada,
mirando a quien gemía en el Calvario.

Y fuiste entonces Madre de los Pobres,
Teresa de Calcuta te llamamos ,
hogar abierto, lámpara encendida,
que el mundo herido cabe en tu regazo.

Teresa humilde, abrazo sin fronteras,
palabra transparente a los humanos,
seamos con los pobres tu familia,
tu corazón florezca en nuestros manos.

A Cristo, eterno pálpito, la gloria
y el triunfo del amor le sea dado:
¡a ti, Jesús, que muerto en Cruz amante,
a todos nos hiciste tus hermanos! Amén.

Alfaro (La Rioja), 8 septiembre 1997.

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