Este himno está construido sobre la escena del Evangelio de la fiesta de
san Bartolomé: Jn 1,45-51.
La tradición eclesiástica ha identificado
el nombre de Natanael, discípulo de Juan, con el nombre del apóstol
Bartolomé de los Sinópticos, que aparece en los catálogos de los
apóstoles, al lado del nombre de Felipe (Mt 10,3; Mc 3,18; Lc 6,14; Hch
1,13). En la escena de Juan también está ligado a Felipe.
Natanael es un verdadero, un genuino, un
auténtico israelita. Esta es la alabanza suprema de Jesús. Natanael es un
“justo”, un “santo”.
Como discípulo de Juan, Natanael es un
hombre en búsqueda; y de parte de quien penetra el fondo de los corazones
es un elegido: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas
debajo de la higuera”. Estar debajo del árbol – y en concreto debajo de
una higuera – puede significar la actitud del estudioso y meditativo
dedicado a la investigación de las Escrituras, cuya totalidad es “la Ley y
los Profetas”.
NOTA. Desde hace unos años la antigua basílica de
San Bartolomé, en la Isla del Tíber, en Roma (Isola Tiverina), donde se
veneran, según la tradición, las reliquias traídas de Oriente, tiene un
significado relevante, porque ser la iglesia memorial de los Mártires del
siglo XX. “Mi amado predecesor Juan Pablo II destinó este templo
precisamente para ser lugar de la memoria de los mártires del siglo XX y
lo encomendó a la Comunidad de San Egidio, que este año da gracias al
Señor por el cuadragésimo aniversario de su fundación” (Benedicto XVI,
Homilía en la Basílica de San Bartolomé en la isla Tiberina, Lunes 7 de
abril de 2008).
Es éste Natanael,
junto a Nazaret crecido,
de Caná de Galilea,
¡qué nombre tan bien querido!
“Verdadero israelita”,
Jesús mismo fue quien dijo;
¡oh hermosura de Israel
para llegar a discípulo!
- ¿De dónde tú me conoces,
que sabes lo que yo ansío?
Yo estoy con Juan a su vera,
con él yo busco camino.
- Con la Ley y los Profetas
meditabas pensativo;
la higuera no te cubría
para mis ojos divinos.
Te vi y lo dije hasta dentro:
Serás un apóstol mío;
camina en las Escrituras,
tras ellas vente conmigo.
* * *
¡Oh Jesús, Hijo de Dios,
Rey de Israel ya venido,
la Iglesia feliz te canta,
te adora en los Santos Libros! Amén.
En Jerusalén 1986.
Publicado en el art. “Himnario de los
Apóstoles”, en AA. VV. Fovenda Sacra Liturgia. (En homenaje a Mosén Pere
Farnés) 1ª Edició. Barcelona, Editorial Pastoral Litúrgica, 2000.
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