EL AÑO LITÚRGICO
HIMNOS PASCUALES

P. Rufino María Grández, ofmcap.


 

V. Hora intermedia en Pascua



Publicamos diversos himnos para la Hora Intermedia en el tiempo pascual Pascual, y uno para Completas.

El titulado “Perenne mediodía, luz pacífica”, con su introducción, está publicado en: Rufino María GRÁNDEZ (letra) – Fidel AIZPURÚA (música), capuchinos, Himnario de las Horas. Editorial Regina, Barcelona 1990. Pp. 05-108.



Oh santa incorrupción de la esperanza
(Tercia)

Oh santa incorrupción de la esperanza,
oh eterna primavera de la tierra,
Jesús resucitado, ¡qué delicia
poder cantar aquí tu Pascua abierta!

En ese cuerpo tuyo luminoso
el mundo se concentra y se despliega;
también mi corazón a ti se abraza:
de todo lo que espero eres la Puerta.

¡Jesús de Nazaret, Jesús celeste,
Jesús Señor, riqueza de la Iglesia
y vértice de todo cuanto existe,
bendito tú, Jesús, bendito seas! Amén.


Perenne mediodía, luz pacífica
(Sexta)

Perenne mediodía, luz pacífica,
que irradias desde el cielo tu presencia,
la nueva creación es toda hermosa,
porque eres tú pleroma de la Iglesia.

«Yo soy la luz del mundo», tú dijiste,
y el eco de tu voz así resuena:
Yo soy vuestra verdad, vuestra alegría,
Yo soy seguridad en vuestra senda.

¡Camino nuestro, ruta luminosa,
saciado de dolor y dicha plena,
con cuánto gozo a ti te bendecimos,
cantando ante tu rostro que serena. Amén.


Señor, alzado ya, mas no distante
(Sexta)

Señor, alzado ya, mas no distante,
presente en la verdad de nuestras almas,
estás aconteciendo, estás viviendo,
estás ahí, y aquí tu Pascua estalla.

Sufrimos tu Pasión y estás en Gloria,
de pobre estás vestido, tú que irradias,
de lucha aquí, y ahí en paz segura,
¡oh grande sacramento de tu Pascua!

Viviéndote entre el hoy y tu retorno,
te amamos, ya salvados por tu gracia;
¡oh Cristo, triunfador de todo mal,
atrae al mundo y reina en tu morada! Amén.


Verbo de Dios, el sol de mediodía
(Sexta)

Verbo de Dios, el sol de mediodía,
amable mensajero de tu rostro,
fecunda nuestra tierra y la hermosea
como fuente de luz, de vida y gozo.

Más hermoso tu cuerpo, que es pleroma
del infinito amor jamás gastado;
y de ese mar sin fondo ni ribera
la Iglesia es tu pleroma continuado.

Verbo de Dios, que reinas sin fatiga,
que emerges victorioso del trabajo,
reina dichoso tú que nos esperas
mientras nosotros vamos caminando. Amén.


Reina el Señor allí donde ninguno
(Nona)

Reina el Señor allí donde ninguno
ciñe corona que haya dado el mundo;
reina el Señor allí donde la vida,
sin lágrimas, es río de delicias.

Reina el Señor, el Compasivo, el Siervo,
que en sus hombros cargó nuestro madero;
vive el muerto en la cruz, el sepultado
y con hierro sellado y custodiado.

Cruzó el oscuro valle de la muerte
hasta bajar a tumba de rebeldes;
hacía suya nuestra culpa y pena,
y en silencio escuchó nuestra sentencia.

Pero reina el Señor, la tierra goza,
y ya se escuchan los cánticos de boda.
¡Gloria al Señor Jesús Resucitado,
nuestra esperanza y triunfo deseado! Amén.


El corazón se dilata
(Himno para Completas)

El corazón se dilata
sin noche en tu santo cuerpo,
oh morada iluminada,
mansión de todo consuelo.

Por tu muerte sin pecado,
por tu descanso y tu premio,
en ti, Jesús, confiamos,
y te miramos sin miedo.

Como vigilia de amor
te ofrecemos nuestro sueño;
tú que eres el paraíso,
danos un puesto en tu reino. Amén.