EL AÑO LITÚRGICO
HIMNOS PASCUALES

P. Rufino María Grández, ofmcap.


 

I. Himnos múltiples para el tiempo pascual



Un hombre verdadero


¡Quién pudiera hundirse en la humanidad de Jesús y poseerla! Jesús, el Señor, el Resucitado, hoy y ayer es un hombre verdadero, llegado hasta la cima de lo humano. Ecce Homo! Un hombre verdadero…, o mejor, el único y el ejemplar de todos.
Y la santa resurrección de Jesús es la verdad de su humanidad, no la verdad apologética, sino la verdad sustancial de que el hombre, por gracia de Dios, sólo es hombre perfecto cuando alcanza la divinización que se le ha prometido con una generosidad nunca merecida.

No es vacío el deseo cuando el hombre desea sin medida. La apertura a lo infinito, que es parte de nuestra humanidad, o, mejor, que es nuestra misma humanidad, es un camino que termina en Cristo. En él estoy yo, en él soy yo.

Nacimos enamorados de divinidad. Y estoy hay que cantarlo como sea. Hay que cantárselo a Jesús, que es cantarlo a nosotros mismos.


Un hombre verdadero,
llegado hasta la cima de lo humano,
ha muerto en el madero,
al golpe de mi mano,
no aceptado en su casa como hermano.

No supo de venganza
aquel que de perdón sólo sabía;
herido por la lanza,
del pecho le nacía
un río que la tierra bendecía.

El Padre al Hijo llama
y lo levanta eterno y luminoso;
el sepulcro proclama
que en este cuerpo hermoso
ha vencido la Vida al Mentiroso.

No es vacío el deseo
cuando el hombre desea sin medida,
pues mucho más poseo
en su divina vida
que todo lo que yo por mí decida.

¡Oh Cuerpo de pobreza,
dolor ayer y gozo eternamente,
ungido en la cabeza,
derrama por tu frente
el gozo que unge el gozo de tu gente!

¡Honor al Elegido,
que al alba ha madrugado, al alba clara!,
¡oh, mira complacido,
que nada te separa,
suelto en la tumba el velo de tu cara! Amén.


Rufino María GRÁNDEZ (letra) – Fidel AIZPURÚA (música), capuchinos. Himnos para el Señor. Editorial Regina 1983. Pp. 139-14