EL AÑO LITÚRGICO
HIMNOS PASCUALES

P. Rufino María Grández, ofmcap.


 

I. Himnos múltiples para el tiempo pascual



La tumba abierta dice al universo


La solidaridad de Hombre-Historia-Cosmos es una verdad firme en la teología del Antiguo Testamento. Y Pablo ha recibido como herencia este pensamiento, que lo acepta de buen grado. El texto místico de Rm 8,20-22 lo dice a las claras: “La creación, en efecto, fue sometida a la vanidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto”.

En la resurrección de Jesús se anuncia ya la armonía que ha de existir entre el cuerpo de Cristo y el cosmos.

Podemos invitar, pues, como en el Cántico de los Tres Jóvenes, de Daniel, a todas las criaturas a que griten de júbilo porque con la resurrección de Jesús se les introduce ya en la redención final.


La tumba abierta dice al universo:
“¡Vive! ¡Gritad, oh fuego, luz y brisa,
Corrientes primordiales, firme tierra,
al Nazareno, dueño de la vida.”

La tumba visitada está exultando:
“¡Vive! ¡Gritad, montañas y colinas!
Le disteis vuestra paz, vuestra hermosura,
Para estar con el Padre en sus vigilias.

La tumba perfumada lo proclama:
“¡Vive! ¡Gritad, las plantas y semillas:
le disteis la bebida y alimento
y él os lleva en su carne florecida.

La tumba santa dice a las mujeres:
“¡Vive! ¡Gritad, creyentes matutinas,
la noticia feliz a los que esperan,
y colmad a los hombres de alegría!

¡Vive el Señor Jesús, está delante,
está por dentro, está emanando vida!
¡Cante la vida el triunfo del Señor,
su gloria con nosotros compartida!


Nota. El himno, como otros, fue incorporado a la Liturgia de las Horas para México y otros países de América Latina (1979).