EL AÑO LITÚRGICO
HIMNOS PASCUALES

P. Rufino María Grández, ofmcap.


 

I. Himnos múltiples para el tiempo pascual



Jesús se quedó dormido


Dormido…, dormido…, dormido para su Esposa, nacida de su costado.

Himno para el Resucitado que atrevidamente quisiera recoger la intimidad nupcial.

Ha muerto Jesús, el Rey, la cabeza coronada rendida sobre el costado; ha muerto de amor, embriagado de un cáliz que ha apurado.

Ha muerto, pero aquella muerte despojadora, durísima y real cual la realidad del pecado, es, desde nuestra insondable fe, como un sueño nupcial. La Cruz evoca el Jardín del Génesis. Pero sobre todo evoca el otro Jardín donde Jesús resucitó. Y este Jardín es hoy la Iglesia: Lo siente la Iglesia y lo ama, / oye su voz y los pasos (cf. Gn 3,8); / siente su aliento divino / en el aire perfumado, / y en un abrazo lo tiene / la Esposa al Esposo amado.

El mismo tema paradisíaco lo evocamos con el recuerdo de Adán: Adán empieza a vivir en cuerpo resucitado. Nos referimos al “último Adán, espíritu que da vida” (1Co 15,45). Y es Jesús; pero en Jesús somos cada uno de nosotros por su santa resurrección.

En la doxología quisiéramos romper nuestro corazón proclamando la divinidad de Jesús.


Jesús se quedó dormido,
suave la muerte en sus labios;
la cabeza coronada
rendida sobre el costado,
y abierto el río fecundo
del corazón traspasado.

Dormido en la paz del Padre,
de sus fuerzas despojado;
dormido por aquel cáliz,
droga de amor que ha apurado;
dormido para su Esposa,
nacida de su costado.

Y en la madrugada pura
quien dormía ha despertado.
Fresco de vida infinita
y muerto para el pecado.
Adán empieza a vivir
en cuerpo resucitado.

Lo siente la Iglesia y lo ama,
oye su voz y los pasos;
siente su aliento divino
en el aire perfumado,
y en un abrazo lo tiene
la Esposa al Esposo amado,

¡Salve, Jesús vencedor,
Santo de Dios todo Santo,
gloria y lumbre, mundo y cielo,
misterio manifestado,
Hombre bueno de los hombres,
Dios del hombre enamorado! Amén.


Rufino María GRÁNDEZ (letra) – Fidel AIZPURÚA (música), capuchinos. Himnos para el Señor. Editorial Regina 1983. Pp. 135-138..