I. Himnos
múltiples para el tiempo pascual
El agua pura, don de la mañana
Himno para los
Laudes matutinos, y para unos Laudes con acentos de Pascua. El agua pura
es el don de la mañana. ¡Felices los que podemos disponer con abundancia
del don del agua! No todos lo pueden. La experiencia del lavatorio
matinal, de esa agua que da brillo a nuestros ojos, vida a nuestro rostro,
energía a nuestro cuerpo, puede evocar la experiencia bautismal. Al
contacto del agua pura el alma despierta, y el ángel se acerca y dice:
¡Cristo resucita!
Ya está el corazón
templado para la celebración y el amor: ¡Cómo quieren las venas de mi
cuerpo ser música, ser cuerdas de la lira!
Desde esta
vivencia humana y honda, que en nosotros es vivencia cristiana, recogemos
el despertar de la ciudad trabajadora, que se apresta para la tarea
diaria. Los motores y la prisa sean transformados en nuestra celebración
en liturgia para el Señor.
La fe nos dará el secreto. Por la fe veremos al Resucitado: Mirad cual
surge transparente...
EI himno desea
alcanzar al Resucitado. Que el despertar sea un despertar pascual, y que
el trabajo del día dolor, gozo, amor esté todo él penetrado de la
presencia fuerte del Señor.
El agua pura, don de la mañana,
da a los ojos el brillo de la vida,
y el alma se despierta cuando escucha
que el ángel dice: «¡Cristo resucita!».
¡Cómo quieren las venas de mi cuerpo
ser música, ser cuerdas de la lira,
y cantar, salmodiar como los pájaros,
en esta Pascua santa la alegría!
Despierta la ciudad trabajadora,
se llena de motores y de prisas;
aquí nos llega el ruido acelerado
que quiere ser liturgia matutina.
Mirad cuál surge Cristo transparente:
en medio de los hombres se perfila
su cuerpo humano, cuerpo del amigo
deseado, serena compañía.
El que quiera palparlo aquí se acerque,
entre con fe en el Hombre que humaniza,
derrame su dolor y su quebranto,
dé riendas al amor, su gozo diga.
A ti, Jesús ungido, te ensalzamos,
a ti, nuestro Señor, que depositas
tu santo y bello cuerpo en este mundo,
como en el campo se echa la semilla. Amén.
RUFINO MARÍA GRÁNDEZ
(música) – FIDEL AIZPURÚA (música), capuchinos, Himnos para el Señor.
Editorial Regina, Barcelona 1983. 127-130.