II. Poesías
pascuales en forma de himnos
Se levanta
cantando del sepulcro
En el “Officium passionis” san Francisco para paladear la presencia de
Cristo en las santas Escritura, compuso salmos, tomando de aquí y allí
textos oraciones de la Escritura, y, a veces, introduciendo alguna
amplificación o glosa.
En el “Psalmus III,
9. 10” encontramos estos textos:
Exsurge, gloria mea, exsurge psalterium et cithara * exsurgam diluculo
(Ps 56,9).
Confitebor tibi in populis, Domine * et psalmum dicam tibi in gentibus
(Ps 56,10)
9Levántate,
gloria mía, levántate, arpa y cítara; * me levantaré a la aurora (Sal
56,9).
10Te
confesaré entre los pueblos, Señor, * y te recitaré un salmo entre las
gentes (Sal 56,10).
Desde esa
interioridad del salmo, que quiere recoger la intimidad de Jesús, desde
ahí cantamos. Es Jesús el que habla al Padre y con él por delante nosotros
nos dejamos llevar.
Se levanta
cantando del sepulcro
con el alma cual cítara en las manos;
para ti, Padre mío, cantaré
el himno florecido entre mis labios.
Cantaré, tocaré ante las naciones,
mis brazos con el orbe a ti levanto;
batid vuestra alegría, pueblos todos,
en la fiesta pascual que yo proclamo.
Mi cuerpo para ti cual bello canto
te entregará el amor que tú me has dado,
y verterás tus ojos complacido,
oh Padre, en las heridas de mis manos.
El río de agua viva, el santo Espíritu,
desde tu seno brota en mi costado;
oh Padre del retorno, te bendigo,
mi vida consumada en ti derramo.
Te cantaré en la aurora tu victoria,
nuevo conmigo el mundo renovado;
los salmos de la fe hoy en la tumba
salen cantando el triunfo de tu Amado.
Oh Padre de la Pascua, Padre mío,
el gozo eterno queda declarado;
¡oh Padre!, hoy consagro en el Espíritu
mi vida con la tuya en un abrazo. Amén.
28 junio 1983