III. Himnos
pascuales enviados como felicitaciones
Y gira y gira el
tiempo
El tiempo gira y gira, como ya lo había meditado el Eclesiastés. Y la
encarnación es misterio en el tiempo (véase nuestro himno navideño “El
frágil tiempo cede a tu cayado” para Navidad de 1987). En este himno hay
una evocación del tema, Y publicada la “Tertio Millenio Adveniente” (10
noviembre 1994), estamos en la fase antepreparatoria del gran
acontecimiento de fin de Milenio.
Hecha esta mención el himno se detiene contemplativamente ante el
Resucitado, que es el Señor, a quien podemos llamar con la Escritura
“Jesús”, Sí, Jesús dulcísimo y silente.
Contemplándole,
recogemos nombres de la Escritura: Justo, Siervo, Santo, Piedra, para
adorar a quien tiene el Nombre sobre todo Nombre que el Padre le ha dado (Flp
2,9).
Y gira y gira el
tiempo
sobre la larga frente y la mirada,
mas siente el alma gemidora
que es Pascua, bella Pascua eternamente.
¿Qué nombre para ti,
Jesús, Jesús dulcísimo y silente,
Señor y altar de nuestro culto,
Cordero degollado, aroma suave?
El Justo, el Siervo, el Santo,
la Piedra preciosísima escogida,
oh tú, presente y venidero,
de todas las promesas el Mesías.
El cielo puro, el cielo
el Nombre sobre todo Nombre, el Nombre
y el Hijo y la Palabra ardiente,
oh Luz de nuestra Pascua, eso eres.
¡Oh tú, caudal y fuente,
locura terminal en su regazo,
amor y senda en las estrellas,
retorna a los hermanos, no nos dejes!
Jesús glorificado,
ceñido por el Padre en nuestras sienes,
Jesús, divino hermano nuestro,
a ti el amor y todo honor por siempre. Amén.
Vitoria – Gasteiz, 17 marzo 1996
Noticia: El himno fue
musicalizado por Fidel Aizpurúa (música sin publicar)