EL AÑO LITÚRGICO
HIMNOS PASCUALES

P. Rufino María Grández, ofmcap.


 

III. Himnos pascuales enviados como felicitaciones

 

Se ha roto la envoltura de la muerte


La resurrección de Jesús está, ante todo, dentro de Jesús. Y ¿qué es ella? ¿Qué puede decir la teología? La teología es lenguaje humano de lo divino. Y en la resurrección del Señor tan real es lo humano como lo divino, pues uno y otro son inseparables.

La resurrección de Jesús es la irrupción desde dentro. Está en él, porque la resurrección de Jesús es el despliegue de la Trinidad, el fuego del Espíritu que brota en Jesús. Es lo que queremos cantar en este himno.


Se ha roto la envoltura de la muerte
y surge en ti, Jesús,
el último secreto de tu Padre,
el Beso comulgado, el Fuego ardiente.

Tu blanco cuerpo es brasa estremecida
en la paterna diestra,
al aire y la caricia y la ternura
del Soplo del amor que Dios espira.

Cantemos al Espíritu que irrumpe
tras siglos a la espera,
ahora aquí surgido, aquí testigo,
invicto misionero en nueva historia.

Espíritu, Cariño y Regocijo,
milagro de milagros,
habítanos por dentro potentísimo
y llénanos de paz y de dulzura.

Y llévanos después transfigurados
-silencio y energía-
al mundo cual benéfica semilla
y tórnanos a ti, que eres el cielo.

Señor Jesús, recinto de la Pascua,
venero del Espíritu,
¡a ti la santidad, a ti el perfume,
la gloria y el amor y el dulce canto! Amén.


Pascua 1998