EL AÑO LITÚRGICO |
III. Himnos
pascuales enviados como felicitaciones Amor, ternura del Padre
Esto es lo que trata de decir la primera estrofa de este himno pascual, guía de las demás: Amor ternura del Padre / indigente de los hombres / en el árbol de la cruz / Dios hecho nuestro se rompe. La resurrección de Jesús es el frasco roto que ha llenado la casa de perfume (cf. Jn 12,3). Y esta santa resurrección nos ha ungido de divinidad. En virtud de la muerte de Cristo los amados de Dios (1Ts 1,4), se han convertido en amadores. Jesús, pues, nos invita a participar de su Pascua. Nos abre su pecho, como lo abrió a los apóstoles (Jn 20,20). Y nos dice: ¡Venid, benditos de mi Padre! (Mt 25,34). Y el que nos dijo: "Mi Padre es vuestro Padre" (Jn 20,18), nos dice: mis dones son vuestros dones; todo lo mío es tuyo (Lc 15,31). Vivimos esta Pascua cuando la humanidad ha vivido una Guerra, iniciada el 19 de marzo, todavía por concluir, guerra cruel, injusta, absurda, fracaso de la familia humana en su camino. Contemplemos a Jesús como nuestra paz: "él es nuestra paz" (Ef 2,14); contemplémosle como paz y estandarte en el monte, y arrojémonos en sus brazos.
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