PENSADORES
ALEMANES
b) Fichte
Liberal
de familia diplomática[1],
Johann Wolfgang von Goethe (Frankfurt 1749-Turingia 1832) vivió desde su
natalicia Frankfurt
una vida llena de hechos relevantes[2],
hasta que se impuso el contexto liberal en toda Europa. Supuso el cénit de la
literatura y lengua alemana, y el auténtico sucesor de Lutero.
De
pequeño escribía obras de teatro, hasta que su padre lo envía a estudiar
derecho a Leipzig,
con la idea de convertirlo en un burgués[3].
En uno de sus veranos asiste junto a su tía a una representación de marionetas
sobre el legendario Fausto[4],
en su natal Frankfurt.
Hasta
1771 permance en Alsacia,
en cuya catedral de Estrasburgo conoce y hace amistad con Herder[5],
fundador del movimiento nacionalista alemán Tormenta
y Pasión, en el que el mismo Schiller[6]
estaba afiliado. Así mismo, se enamora de Federica, en adelante su musa y molde
para sus personajes femeninos.
De
1771 a 1775 vive en Sajonia,
donde empieza sus primeras prácticas de abogado. Allí hace nuevos amigos, y
compone su Desventuras del joven Werther-1774[7],
con final romántico de suicidio[8].
Se afilia también a la logia masónica Modestia
cum Libertate de Zurich.
De 1775 a su muerte vive en Weimar,
ciudad puritana del conde Carlos Augusto, donde se enamora de su 3ª amante y
recibe críticas del pueblo por ello. Viaja a Italia en 1786 para relajarse, y
conocer de 1ª mano el Clasicismo. En 1808 se entrevista con Napoleón en Erfurt[9],
en 1809 con Hegel[10],
y se lanza de lleno a completar sus 61 obras de teatro y pensamiento.
Llegado el momento de su muerte,
y sólo en presencia de su nuera, aludió a “abrir las ventanas para que entre
la primavera”, aludiendo a la filosofía de Hegel de “la lechuza que levanta
su vuelo al anochecer, y que debe ser la Alemania del momento”. Su legado
manuscrito forma parte del patrimonio de la humanidad de la Unesco, como
emperador del pensamiento que escrudiña la realidad con tendencia a la revolución[11].
Supuso el desgarramiento de la conciencia
alemana, expresado mediante el ideal romántico y sin análisis de
claves interpretativas[12].
La obra fue elaborada a lo largo de los 60 años, de ahí que sea la obra
identificativa de su vida.
Se trata de un libro sin visión unitaria ni culturalista, sino con una
lectura no equilibrada, al igual que fue la vida de su autor[13].
Se trata de una lectura bifronte, de tensión de principio a fin[14],
que se centra en reflexionar sobre el
ser del hombre[15].
Se
trata de un poema
cósmico, con representación de papeles de todo tipo[16],
viajes a la Antigüedad, tensión dialéctica de contrarios. En el encuentro
entre Fausto y el espíritu de la tierra[17],
Goethe llegó incluso a introducir un grabado suyo personal, a mano y emulando
las xilografías de la época.
Sus
ediciones
siguieron el proceso de:
-manuscritos
originales, elaborados en 1772,
-1ª
impresión, bajo el título de Fausto
-1ª
edición, bajo el título de Fausto,
una tragedia, en 1808,
-2ª
edición, bajo el título de Fausto,
segunda parte de una tragedia, en 1832.
Cuenta con 2 partes:
-1ª
parte, de Fausto frente el mundo, donde busca su misión,
-2ª
parte, de Fausto ante el mundo, donde desarrolla su misión
Cuenta con 1 argumento: el amor. Un amor que
es el que acaba salvando[20],
y no la técnica. Un amor que es recibido, y que no se puede forjar.
En cuanto a personajes, nos encontramos con:
-el
director, que llama la atención del vulgo, y que al final impone su acción,
frente a las palabras de otros,
-el
poeta, que ha de ofrecer sus poemas sólo en parte y de forma sencilla, para
que éstos no acaben destrozados por el vulgo,
-el
bufón, que no llama la atención, y cuyas palabras tratan de menoscabar a
las autoridades,
-la
masa, que no da para mucho más, y que sólo puede ser movida por la masa.
En
el prólogo
del Cielo nos encontramos con un paralelismo con el bíblico libro de
Job. En este caso, el sabio-Dios
corrige a Mefistófeles sobre la identidad del hombre: no doctor sino servidor,
no autónomo sino relacionado con otros seres. El pacto entre el Sabio y Mefistófeles
incluye, así mismo, la capacidad de tentar a Fausto en todos los ámbitos,
materiales y espirituales:
Mefistófeles:
“Yo sólo me ocupo de los malos ratos que se da el género humano. Pues el
diminuto dios del mundo arrastraría una vida más soportable si Tú no le
hubieses dado la Razón”.
Gran
Sabio: “¿Sólo te presentas para acusar? ¿Y Fausto?”.
Mefistófeles:
“El insensato no se nutre de cosas terrestres, y conoce a medias los
cielos”.
Gran
Sabio: “Mientras viva sobre la tierra te concedo que pongas por obra tus
asechanzas. El hombre se extravía siempre que, no satisfecho de lo que tiene,
busca”.
Mefistófeles:
“Quiero que muerda el polvo como lo mordió mi tía la serpiente”.
En
el episodio de la
Noche se habla del espíritu de la tierra[21]
y de la magia[22].
Hay un intento de suicidio, por parte de un candidato a suicidio que ha
estudiado en las 4 facultades de derecho, medicina, teología y filosofía[23],
y que empieza a ver a su siervo filosofando. Hasta que empieza a escuchar por la
ventana un Resucitó, y aparta la copa
envenenada de sus labios:
Espíritu:
“¿Quién me llama? ¿Serías tal vez tú, miserable gusano que tiemblas de
pies a cabeza? Tú te asimilas con el espíritu que te forjas en la mente, pero
conmigo de ninguna manera”.
Wagner:
“Dispensad, maestros, os he oído declamar. No me sabría mal iniciarme en ese
arte”.
Ante
la puerta de
la ciudad hay un diálogo entre Fausto y Wagner. Se muestra admiración
por la naturaleza[24],
ya que ésta hace al hombre merecer la pena seguir siendo hombre. Hay tensión
dialéctica sobre si Mefistófeles es el personaje demoníaco[25],
o sólo el lado negativo de Fausto[26]:
Estudiante:
“Camarada. La mano que durante el sábado agita la escoba es la que prodiga más
caricias durante el domingo”.
Ciudadano:
“Nada me gusta tanto como los días de fiesta, el vaso de cerveza y navegar
por el río”.
Vieja:
“Oh risueña y hechicera juventud. La joven es atractiva, pero debería
mostrarse más amable”.
Muchacha:
“Alejémonos de esta vieja, no sea que el público nos vea con ella. No
obstante, ella fue quien me hizo ver a mi amado en un cristal”.
Fausto:
“Volveos, y desde la cumbre mirad la ciudad. Por el portal sale, en tropel,
una multitud de toda clase. Todos buscan el sol, el prado y el río, y se
entregan a sus diversiones”.
Viejo:
“Señor doctor, bien hacéis en no despreciarnos y en venir a confundiros
entre esta muchedumbre”.
Fausto:
“En mi cuerpo habitan dos almas que separar quisiera: la una apegada a la
vida, sin querer soltar este mundo; la otra huyendo de la noche que la rodea, y
abriéndose camino a través de los antepasados... Los
del Norte vienen contra nosotros con sus afilados dientes; los del Este acuden
echando bocanadas de seco viento; los del Oeste nos envuelven en su devorador
torbellino. Todos escuchan dócilmente, porque están dispuestos a causar daño.
Obedecen con prontitud porque quieren engañar al que les invoca. Se fingen
enviados del cielo para mentir... Qué curioso: ese perro negro está dando
vueltas a mi alrededor en forma de espiral. Quizás lo está haciendo para
tender a mi alrededor numerosos lazos, pero nada encuentro en él que dé a
sospechar que es un espíritu. ¡Ven, sígueme!”.
En
su gabinete de
estudio, Fausto abre el Nuevo Testamento. Aparece entonces un
personaje negro que se introduce en el estudio, y que se pone nervioso cuando
Fausto abre la Biblia y lee “en el principio era la Palabra”. Hasta que
acaba diciendo Fausto “en el principio era la acción”[27],
desechando los afectos por irracionales[28],
así como los sentimientos. En el pacto Fausto-Mefistófeles se pacta no una
vida placentera, sino el llegar al momento humano de mayor plenitud y felicidad,
y detener ahí el tiempo:
Espíritus
malignos: “Uno de los nuestros está detenido ahí dentro” (la
nube se disipa, y aparece Mefistófeles detrás del hornillo).
Fausto:
“¿Con que el perro, en último resultado, tenía en su seno un estudiante
viajero? ¡Chistoso es el caso! ¿Cómo te llamas?”.
Mefistófeles:
“Soy un espíritu que continuamente niego la evidencia de las cosas. Me
compongo de una parte de las tinieblas que engendraron la luz”.
Fausto:
“Ahora conozco que, como nada puedes destruir en conjunto, procuras aniquilar
la parte”.
Mefistófeles:
“Cuanto más me esfuerzo en destruir el mundo, más joven y fresca es la
sangre que le da vida. Así van las cosas y, francamente, poco adelanto en mi
propósito. Si esto anheláis, no tengo inconveniente en permanecer a vuestro
lado”.
Fausto:
“Me place, con tal que no sean desagradables tus obras”.
Mefistófeles:
“Vale, Fausto, comencemos. Queda sumergido en un mar de ilusiones, entretente
con tus visiones”.
Fausto:
“Soy demasiado viejo para anhelar diversiones, y sobrado joven para no sentir
deseo. ¿Qué puede darme el mundo? Maldita sea la idea elevada que el alma
forma de sí misma. Maldito el lazo que nos une con la propiedad, la mujer, el
hijo, el sirviente, el arado. Maldita la esperanza de empresas aventuradas”.
Mefistófeles:
“Los espíritus de mi clase os recomiendan que frecuentéis el mundo, que
abandonéis esta soledad y pesadumbre, pues sois un hombre como los demás. Mi
condición es serviros con tal que en el otro mundo tengáis que hacer otro
tanto conmigo”.
Fausto: “Lo
del otro mundo poco me inquieta. Gocemos de este sol. Dame una fruta que no se
pudra antes de caer y árboles que cada día se vistan de hojas nuevas. Entonces
cese el reloj de andar, deténgase la aguja del tiempo.
Mefistófeles:
“Asociaos con un poeta. Dejadle que se entregue por completo a la embriaguez,
que reúna todas las condiciones más apreciables, que amalgame la grandeza del
alma y que después haga sentir las ardientes pasiones que subyugan a la
juventud”.
Estudiante:
“He llegado hace poco, y deseoso de aprender”.
Mefistófeles:
“Lo que aconsejo que estudiéis antes que todo, amigo mío, es el Collegium
logicum, para dirigir vuestro raciocinio y no extraviaros yendo de aquí
para allá sin orden ni concierto. Si se quiere conocer a fondo, debe hacerse
abstracción de la inteligencia metafísica, pues con ella no os faltarán
palabras para designar todo lo que se acierta y no se acierta. No habrá
necesidad de jurisprudencia, pues las obligaciones y los derechos son una eterna
enfermedad. La teología es muy difícil, pues en ella hay mucho veneno
escondido, y es difícil distinguirlo del remedio (lo más acertado, si os dedicáis
a la misma, es estudiar un solo autor y prestarle completa fe). Fácilmente
puede sacarse un buen partido de la medicina, así que tomad el mundo tal cual
es y dejad que a la buena de Dios vaya adonde mejor le parezca.
En
la taberna de
Leipzig tiene lugar la opinión pintoresca y burlesca que Goethe
siente por el populacho, cuando muestra a Mefistófeles llevando a Fausto a dar
una vuelta por el mundo:
En
la cocina de
la bruja Mefistófeles pide a la bruja el secreto para otorgar a
Fausto la eterna juventud[29],
y permitir con ello que pueda hacer todo lo que se proponga:
Fausto:
“¿Es posible que una mujer reúna todas las perfecciones?”.
Mefistófeles:
“Naturalmente, cuando todo un Dios emplea seis días en la Creación de una
cosa y al último día dice bravo”.
Bruja:
“Escucha atentamente lo que dice el misterioso libro de la bruja: Con uno harán
diez, dos separarás, harás tres y rico serás, las cuatro dejarás, con cinco
y seis haz siete y ocho, nueve es uno, diez es nada”.
Fausto:
“Me parece que esa vieja delira”.
Mefistófeles:
“Amigo mío, el arte es antiguo y moderno. Ha sido moda en todas las épocas
el propagar el error en lugar de la verdad. Por eso hoy día se habla de todo
sin saber nada. Ese licor os enseñaré a experimentar, y os llevará a los
transportes del amor”.
En
el cuarto de
Margarita Fausto experimenta su amor hacia Margarita. Se trata de un
amor romántico, que se pone en movimiento afectivamente, pero sin ningún
proceso de inmutación[30],
y mucho menos de conformación de voluntades o entrega generosa al otro:
Margarita:
“¿Cómo es que se encuentra aquí esta preciosa cajita? ¿Qué contendrá?
Pero, ¿de dónde habrán salido esos cofres? Esto huele a magia. ¿De qué me
sirve ser hermosa y joven, si nadie hace caso de mí?”.
Mefistófeles:
“La madre de la chica lo ha visto, y ha dicho a su hija que entregue la cajita
a la Virgen Santa. Llamó al cura, y la Iglesia tiene para eso buen estómago
(pues se ha tragado países enteros sin la más leve indigestión).
Fausto:
“No me avengo a seguir tu consejo”.
En
el jardín de
Marta tiene lugar la tragedia, y unión ilícita sexual entre Fausto
y Margarita:
En
la caverna del
bosque Fausto sufre un remordimiento de conciencia por lo que ha
hecho, y Mefistófeles sigue animándolo a internarse completamente en el mal:
Fausto:
“¿De qué me sirve gozar entre sus brazos? Yo soy el enemigo de Dios, que he
sepultado aquella inocente criatura. Necesitabas otra víctima aún, infierno
maldito. Ven, Satanás, ven a poner término a mi mortal congoja”.
En
el jardín de
Marta recibe Fausto el aviso de Margarita de que no siga el peligroso
camino de Mefistófeles, y se da cuenta de ello por sus propias palabras,
divergentes de las que dice la Iglesia:
Fausto:
“Hija mía, ya ves que te quiero. Sabe que estoy siempre dispuesto a dar mi
sangre por aquellos por quienes amo, y a dejar en completa libertad su modo de
pensar y su fe. Querida hija, Dios lo abarca todo, todo lo sostiene”.
En
la Calle
el hermano de Margarita se bate en duelo con Fausto, por haber dejado embarazada
a Margarita[31].
No obstante, Mefistófeles interviene y Valentín cae muerto:
Mefistófeles:
“Señor doctor, no retrocedáis. Animo, no os separéis de mi lado. Sacad la
espada, atacad con vigor”.
Valentín:
“El diablo anda por medio de este lance. Ay de mí”.
Marta:
“Socorro, socorro”.
Pueblo:
“Un cadáver”.
Margarita:
“Oh desgracia, Dios mío, Dios mío”.
Valentín:
“Próximo está mi fin. Escucha, Margarita, hermana mía. Tú no eres todavía
bastante despejada. Has empezado por amar a uno a escondidas. Pronto sucederán
otros al primero, y entonces serás de todo el mundo. Cuando la deshonra
comienza, lo hace en secreto. Pero a medida que va creciendo, sale en público a
la luz. La gente honrada se apartará de ti, irás a esconder tu vergüenza, y
aunque Dios te perdone, en la tierra tu memoria te maldecirá”.
Margarita:
“Hermano mío, qué suplicio es el mío”.
En
la catedral
Margarita llora todos los pecados cometidos, pero ya no hay remedio y su final
está dictado:
En
la noche de Santa Valpurga tiene lugar el conciliábulo
de brujas, día 1º de Mayo, aprovechado por Mefistófeles para
hacerle pasar a Fausto el mayor de sus desalientos:
Fausto:
“Espíritu de contradicción, creo que todo lo que haces está muy puesto en
razón. Yo sé que subimos al Brocken en una noche de conciliábulo, para
dejarnos secuestrar voluntariamente. Todos aquí circulan con anhelo al Espíritu
del mal”.
Mefistófeles:
“¿Qué os parece, amigo mío? Aquí se baila, se guisa, se bebe, se hace el
amor”.
Fausto:
“¿Quién es aquella?”.
Mefistófeles:
“Miradla bien, es Lilí, la primera mujer de Adán. Hoy no se descansa, y al
concluir una danza comienza otra”.
Fausto:
“Mefistófeles, ¿ves allá abajo una pálida y hermosa joven que está
separada de los demás? Se aleja con lentitud, con los pies encadenados. No
puedo menos de confesarlo, que se parece mucho a la buena de Margarita”.
Mefistófeles:
“Ya os he dicho que no fijaseis vuestra atención en semejantes cosas. Es un
espectro, y el hombre que se atreve a arrostrarla corre el grave peligro de
quedarse petrificado”.
Fausto:
“Que tormento es el mío. Por más que me esfuerzo no puedo separar mi vista
de la suya.
Mefistófeles:
“No ha sido ella la primera que se ha encontrado en tal situación”.
Fausto:
“Perro, monstruo abominable, devuélvele su forma primitiva”.
Mefistófeles:
“Habéis llegado al fin de vuestro raciocinio, allí donde vosotros los
hombres no podéis ir más allá. ¿Por qué os comparáis con nosotros sin
conocer primero a fondo vuestra naturaleza? ¿He sido yo quien ha venido a
buscaros, o al contrario?”.
Fausto:
“Sálvala, condúceme a su presencia. Llévame a donde está ella”.
En
la cárcel
trata de acudir inútilmente Fausto al rescate de Margarita, que le recuerda los
pecados cometidos y la causa de todos ellos: Mefistófeles:
Margarita:
“Ah, ah, ya se acercan. Espantosa muerte. Fui hermosa, y eso fue la causa de
mi perdición. Mi amante estaba a mi lado, ¿qué delito es el mío? Déjame
amamantar al hijo de mis entrañas. Lo he acariciado pero me lo han arrebatado.
Quiero echarme en sus brazos, apoyarme en su seno. Me ha gritado “Margarita”,
he conocido su dulce y simpática voz. ¿Eres tú? ¿Vienes a salvarme? No te
vayas”.
Fausto:
“Sí, soy yo. Ven, sígueme. Ánimo, dulce amiga mía, ven”.
Margarita:
“Luego, ¿vienes a romper mis cadenas? ¿Por qué no me miras con horror? Me
parece que me rechazas. Ahora tú te irás. ¡Ojalá pudiese seguirte, Enrique mío!
Pronto, pronto, salva a tu hijo. Corre, toma el arrollo, más allá del
puentecito, a mano izquierda. Cógelo, quiere salvarse entre la espumosa agua. Aún
se agita, ¡sálvale! El frío se apodera de mí. Allí está mi madre sentada
en una piedra. Su sueño fomentaba nuestros goces. Felices tiempos aquellos”.
Fausto:
“Rápido, Margarita, mi amada, que ya asoma el alba”.
Margarita:
“¿El alba? Ese debía ser el día de mis bodas. No cuentes a nadie que he
estado en casa de Margarita. Nos veremos otra vez”.
Mefistófeles:
“Rápidos, mis caballos ya relinchan”.
En la creación del homúnculo, Wagner
consigue producir una nueva vida humana en el laboratorio: el homúnculo, símbolo
del peligro diabólico de la técnica humana. Se trata de mostrar el mito de
engendramiento asexual[32],
capaz de producir criaturas más elevadas[33],
de transformar aquello que no le gusta[34].
No obstante, concluye que la técnica no puede prometer mejorar las condiciones
humanas, pues si lo logra puntualmente, a continuación la propia técnica lo
acaba estropiciando.
En su viaje a la Edad Clásica surge
una relación entre Fausto-Helena[35]
y una continua dialéctica de contrarios[36]
entre las 2 almas de Fausto[37].
En su viaje a la Edad Media Fausto
contempla la política real. Surge una unión entre el norte y el sur en un
castillo medieval[38].
En su viaje a los Alpes Fausto no añora
más el pasado, sino que disfruta el presente y mira al futuro, bajo la máxima
de que “la acción lo es todo, y la gloria no es nada”. Decide, así, apoyar
al emperador frente al anti-emperador[39],
y hacer penitencia por sus pecados[40].
En la
orilla del mar Fausto logra disfrutar a través de su acción, y
llenar de bien el mundo. Esto le lleva al gozo supremo, y al momento en que
Mefistófeles se hace con su alma y muerte Fausto. Además, Mefistófeles
incendia una cabaña cedida para la ocasión por el propio Júpiter[41].
En el
funeral de Fausto aparece el cortejo de la Iglesia militante y
triunfante, con Margarita entre los santos y la frase final de “lo eterno y
femenino nos lleva hacia lo alto”[42].
DIEZ
DEL CORRAL, L; “Ortega, Goethe y Weimar”, en DIEZ DEL CORRAL, L; Obras completas, vol. IV, ed. Centro de Estudios Constitucionales,
Madrid 1998, pp. 3601-3611.
GOETHE,
J; Fausto (trad. de J. Roviralta), ed.
Cátedra, Madrid 2011.
Liberal de familia pobre, Johann Gottlieb Fichte (Bautzen 1762-Berlín
1814) pudo estudiar teología gracias al pago que le hizo su propio párroco[43].
Ingresó en el Seminario de
Jena, aunque poco antes de su ordenación decidió no hacerse
sacerdote, sino dedicarse a la filosofía en la ciudad de Leipzig.
En Leipzig conoce y se casa con
Johanna. En 1792 escribe un comentario a la filosofía de Kant[44],
que le hace famoso y da enorme prestigio[45].
No obstante, la Iglesia alemana le acusa de ateísmo, y Fichte tiene que
renunciar a todas sus actividades.
Retirado de la vida pública
en Berlín,
Fichte tiene que dar clases particulares para ganarse la vida. Hasta que el
también teólogo Humboldt funda la universidad de Berlín[46],
e invita a Fichte a que sea su primer rector universitario[47].
Murió a los 52 años[48],
con su obra todavía a medio hacer.
Alemania
estaba diseminada en 30 pequeños
estados bajo dominio de Napoleón, rey de Francia e Italia. Y esto
fue la chispa que hizo saltar todas las alarmas.
Se trató de una Alemania de gran esplendor
cultural, desde Kant y Hegel hasta Beethoven y Schubert, pasando por
Schiller y Schelling. En ella Kant había impuesto su filosofía, y había hecho
de puente con la filosofía del sacro Imperio germano.
El norte prusiano y el sur austriaco eran los dos polos de Alemania,
creando en su interior cierto dualismo
interno catolicismo-protestantismo, clasicismo-modernismo…
A nivel filosófico, Fichte se
declaró seguidor de Kant, a pesar de que éste mostró su desacuerdo público
con Fichte. Y es que Fichte fue derivando la filosofía kantiana hacia un
idealismo gnoseológico[49]
al que Kant nunca se hubiera atrevido a llegar[50].
Así, subraya la supremacía de la razón práctica kantiana: un hacer según tu
saber, conociendo porque estamos destinados a actuar[51].
A nivel político, Fichte fue
admirador de la revolución francesa, así como de la visión política de
Rousseau[52].
Trató siempre que los sistemas estatales permitiesen a los ciudadanos vivir con
mayor libertad. Y cada domingo pronunció un discurso a la nación alemana[53],
invitando a los berlineses a resistir a la invasión napoleónica.
A
nivel histórico,
Fichte partió de una idea primaria absoluta, y de ahí fue derivando todas las
cosas. Para él, había habido 5 etapas históricas:
-la
inocencia, donde la conciencia actuaba por instinto interno,
-la
pecaminosidad incipiente, donde la conciencia se exteriorizó,
-la
pecaminosidad total, donde el egoismo se rebeló contra la razón,
-la
redención humana, donde la ciencia amó a la razón, y la salvó,
-el
arte de la razón, donde todo vuelve a moverse de acuerdo a la razón.
A nivel educativo, Fichte propuso
una educación universal y gratuita para todos[54].
Pues debe ser ella la que tenga que ir superando cada una de las etapas históricas,
para llegar a la idea platónica de un estado asegurador de la vida virtuosa de
los ciudadanos, en que los políticos hagan de “sacerdotes” o educadores
pedagógicos.
A nivel teológico, acabó Fichte
diciendo que la razón última está en la humanidad, y no en Dios, a nivel
panteísta.
Hay que verlos dentro de la ocupación napoleónica sobre Alemania, Y
entenderlos desde los conceptos de estado y nación surgidos como reacción
frente a la invasión francesa[55].
Una invasión francesa que consumó la ocupación de la misma Prusia, y que
provocó posicionamientos anti-franceses dentro de intelectuales proclives a la
ilustración.
Trata de distinguir al pueblo
alemán del resto de los pueblos. Un pueblo alemán que no cuenta con un linaje
ni sangre pura, y que en su origen optó por una monarquía a forma de
caudillaje. No obstante, hoy día está llamado a ser el conformador de un nuevo
orden social, que englobe a todos los pueblos germanos:
“El
alemán es la estirpe de los germanos, los que unieron el orden social
establecido en Europa con la verdadera religión... La
primera diferencia de los germanos es que permanecieron en la sede del pueblo
primitivo, conservaron su lengua originaria y originaron una confederación de
estados bajo un jefe, con gran pureza de linaje... Además,
las zonas habitadas por germanos son de naturaleza muy parecida”.
En ese proceso, las cualidades del nuevo estado y nación alemana han de
ser el territorio y la lengua. Una lengua
germana pura, unida siempre al mismo tronco, y que surgió de ideas a las que se
fueron aplicando conceptos[56].
Conformación de la lengua en la que el elemento religioso fue perfeccionando
todo el engranaje, apoyado por:
-la
filosofía, fin en sí misma, pero también ayuda para todo el que aspira a
ella,
-la
poesía, medio de propaganda pro-nacionalista alemán.
“Lo
más importante de los germanos es su idioma, que conserva lo propio de su
lengua originaria, y continúa hablando lo mismo sin interrupción”.
“Después
de milenios, la lengua germana continúa siendo la misma, sin grandes saltos, y
sigue estando viva”.
“En
la lengua alemana, todo concepto se convierte en uno y no en otro sonido. Así,
se eleva a la percepción de lo metafísico, con el fin de mantener sus
conceptos y evitar la confusión”.
“Así,
pues, todos los conceptos metafísicos, que además dominan la claridad del
conocimiento físico… se instalan en el lenguaje alemán, a través de símbolos,
de la meditación y de Dios”.
“Con
lo cual llegamos a la gran importancia de la formación espiritual para mantener
viva nuestra lengua alemana, y para que ésta intervenga en la vida”.
“En
cuanto a la filosofía alemana, hoy en día está reclamando exactitud, forma
científica, unidad, realidad y esencia. Se puede decir que la filosofía
verdadera ha penetrado en la parte de la vida alemana, y que si alguien quisiera
ser un alemán verdadero, no podría filosofar de otra manera que ésta”.
Lanza el axioma de que el pueblo originario es el alemán, como racional
y natural que es. Además, es superior a los pueblos
extranjeros, amanerados y holgazanes, y origen de todos los males
alemanes.
Deben
ser características del pueblo
alemán: la laboriosidad, la genialidad.
Así, pues, Alemania estará entre el cielo y la tierra, entre la patria
extranjera y la patria eterna, entre 2 polos necesarios pero cada uno en su
lugar:
“Los
alemanes son trabajadores, y tienen laboriosidad y seriedad en todas las cosas.
En cambio, los otros pueblos se dejan llevar del convoy de la feliz
naturaleza”.
“Alemania
es una nación de primera índole, un pueblo educable y en el que los educadores
prueban sus descubrimientos y tratan de influir en la sociedad. En cambio, los
otros pueblos son de segunda categoría, sus clases instruidas se distancian del
pueblo, y siguen los instrumentos ciegos de sus proyectos”.
Se centra en el amor a la patria, y pide a los alemanes: una
nacionalidad, un patriotismo. Lo 1º desde la libertad[57]
y lo 2º desde el amor[58].
Un
concepto de nación
que es la clave para el ensamblamiento del pueblo alemán, por encima incluso
del sentido religioso.
Y
un concepto de patria
que ha de estar por encima de todo[59],
como se ve en los ejemplos de germanos que lucharon por su patria:
-los
bárbaros, dentro del Imperio romano,
-los
protestantes, dentro de la Iglesia Católica,
-los
románticos, dentro del Profetismo napoleónico.
La educación debe ir orientada a
forjar el amor nacional a la patria, y a primar:
-el
concepto de patria, por encima del de nación,
-el
concepto de nación, por encima del de estado.
El
cristianismo
puede servir, termina apuntando Fichte, pero:
-si
no elimina la nacionalidad propia alemana,
-si
admite la eternidad alemana, junto a su eternidad del alma.
“En
cuanto a la consideración del establecimiento de un estado alemán y de sus
reglas fijas, los estados extranjeros nos han servido de precursores. De ahí
que nuestro concepto de política esté extranjerado, por muy firme, seguro e
independiente que sea”.
“No
obstante, debe mencionarse siempre el honor al linaje y alma alemana”.
“Comprended
que no se puede crear este espíritu alemán con discursos reprensivos dirigidos
a los adultos, sino solamente mediante la educación a la juventud”.
“Este
es el amor a nuestro pueblo. Un amor que debemos respetar, en el que debemos
confiar, regocijarnos, sentirnos orgullosos”.
“La
religión cristiana permite elevarse por encima de todos los tiempos y de toda
la vida física y presente, sin dañar lo más mínimo la justicia, ética y
santidad de la vida prendida por la creencia nacional. Además, el que no
considera lo eterno no tiene ningún amor absoluto, y tampoco puede amar a su
patria como es debido”.
Proveniente de nascor-nacer[60],
el término
nación viene a significar para Fichte una comunidad unida por su lengua y raza.
Como precedentes de Fichte, ya:
-Lutero
había recopilado todo lo originario alemán[61],
-Herder
había empezado a estudiar la lengua alemana
-Mazzini
había comenzado el camino nacionalista y reivindicativo italiano
Parte Fichte del pueblo originario alemán, que no ha roto nunca con sus
orígenes. Se trata de un concepto filosófico de nación, en el sentido de
hacer de Alemania un país
superior al resto de países:
-a
nivel cultural, sobre todo,
-a
nivel identitario, por encima del pluralismo existente.
Esta superioridad cultural e identitaria alemana debía ser expresada políticamente
a través de:
-una
constitución democrática, capaz de suceder al fracasado sistema ilustrado
francés[64],
-una
educación universal y gratuita, capaz de nacionalizar hasta el ámbito
religioso.
CHEVALLIER,
J. J; Los grandes textos políticos desde
Maquiavelo a nuestros días, ed. Aguilar, Madrid 1955, pp. 197-209.
CHATELET,
F; DUCHAMEL, O; PISIER, E; Historia del
pensamiento político, ed. Tecnos, Madrid 2006, pp. 240-241.
GALLEGO,
A; “Los orígenes del nacionalismo”, en VV. AA; Diez
años de reflexión sobre el nacionalismo. El estado, la nación, la soberanía
y lo hispánico, ed. Tirant lo Blanch, Valencia 2007, pp. 115-127.
MARX
Judío
de familia humilde, Karl Heinrich Marx (Tréveris 1818-Londres 1883) se convirtió
al protestantismo, junto con toda su familia[65],
en 1824. Cursó el bachillerato en Tréveris
y sus estudios de filosofía en Bonn[66]
y Berlín, hasta que en 1841 presenta su tesis doctoral sobre el ateísmo de
Epicuro.
En
Berlín
entra en contacto con los idealistas Jóvenes
hegelianos y Bruno Bauer, uno de los miembros destacados del club. Se hace
también socio del Doktorklub-Club de
Doctores. En 1842 comienza a colaborar
con la Rheinische Zeitung-Gaceta
Renana, dedicada cuestiones de política, comercio e industria. Aquí inicia su
carácter crítico, y puede ponerse en contacto directo con los problemas políticos
y sociales de Alemania. En 1843 se
casa con Jenny von Westphalen, joven perteneciente a la nobleza prusiana[67].
A
raíz de la censura y cierre de la Rheinische
Zeitung-1843, Marx se traslada a París,
donde colabora con Arnold Ruge en los Anales
franco-alemanes, revista en la que publica su Crítica
de la filosofía hegeliana del Derecho. Aquí:
-entra
en contacto con el socialismo francés, a través de Proudhon y Louis Blanc,
-conoce
al anarquista ruso Bakunin,
-se
sumerge en la economía política inglesa de Adam Smith,
En
1845 Marx es expulsado de Francia, trasladándose a Bruselas. Allí continúa su
actividad política e intelectual, plasmada en sus Tesis sobre Feuerbach-1845 e Ideología
alemana-1846, escritas con Engels y con los elementos fundamentales de la
concepción materialista de la historia. En
1847 se asocia a la Liga Comunista, y junto a Engels redacta los principios y
objetivos del Manifiesto comunista-1848.
Marx es expulsado de Bélgica por revolucionario, y se traslada a Londres[68],
donde establece definitivamente su residencia.
En
Londres
desarrolla una intensa actividad intelectual[69],
colaborando también en el The New-York
Tribune. Pronto publica su Crítica a
la economía política-1859[70],
así como su El Capital-1867, obra
maestra de Karl Marx. En 1871 sucede la revolución de la Comuna de París, y
Marx desde Londres muestra su total apoyo en su Guerra civil en Francia-1871[71].
No
obstante, Marx no deja de participar en las actividades del movimiento
comunista internacional, desde el momento mismo en que fue creada la
Asociación Internacional de Trabajadores-1864, conocida como I Internacional Socialista[72].
A su funeral asistieron 5 personas, y
Hegel mandó imprimir en su tumba la tesis 11 de Feuerbach[73],
junto al colofón de su Manifiesto:
“proletarios de todo el mundo, uníos”.
La
revolución industrial iniciada hacia 1800 había sido la causa de auténticos
cinturones suburbanos alrededor de las grandes ciudades, y eso a su vez había
dado paso a las primeras asociaciones reivindicativas. Ante la nueva situación,
la postura conservadora estuvo representada por el liberalismo, mientras que el
socialismo surgió al no hacerse cargo nadie de las condiciones inhumanas.
El sindicalismo nació contra el aislacionismo en que se encontraban los
obreros. En Inglaterra Owen[74]
y el movimiento cartista fueron los primeros en asimilar la clase trabajadora. Y
en Francia Proudhon[75]
estigmatizó los consejos de resignación que venían de parte de la Iglesia,
junto a numerosos panfletos que florecieron en un antilericalismo popular[76].
El
s. XIX fue el siglo que asistió a la secularización de las masas, y de ahí
que la clase obrera naciese como tal descristianizada. En cualquier caso, no
fueron abandonadas las creencias, sino las prácticas religiosas[77].
Para Veuillot[78]
la burguesía tiranizaba al obrero, y se dejaba llevar por líderes
intelectuales que les privaban de un sentido integral de la vida. Ketteler[79],
por su parte, intentó ofrecer una visión general de la sociedad que se
opusiera tanto al individualismo liberal como al totalitarismo ilustrado.
Surgió como réplica al individualismo liberal de Locke[80]
y Smith[81],
y fue el originante del comunismo. Su raiz se remonta a Babeuf[82],
y su combativo Partido de los Iguales a lo largo de la Revolución francesa.
Llegada la Revolución industrial surgió la
nueva clase proletaria, ocupando el nuevo centro del drama social. Se trataba de
una clase muy distinta a la agraria, y apetitosa para unos pensadores y filántropos
que querían seguir criticando al individualismo liberal. Surgen entonces las
figuras de los socialistas Saint Simon[83],
Proudhon[84],
Owen[85]
y Fourier[86].
No obstante, poco a poco los comunistas empiezan a desmarcarse de los
socialistas utópicos por no ser éstos capaces de transformar la sociedad[87],
ni imponer el mito de la igualdad de Babeuf. Es el momento en que surge en París
la alemana Liga de los Justos-1839, que pone el acento en la posesión de bienes[88]
y la conspiración constante[89].
Marx mantuvo numerosos contactos con la escuela
de Tubinga[90].
Pero el primero en ejercer influencia sobre él fue Hegel[91],
que en su Fenomenología del espíritu-1807
había fundado un método dialéctico[92]
que partía de la identificación entre ser-pensar[93]
y realidad-idea[94],
para terminar explicando que el sentido y sanación de la humanidad sólo vendrá
desde el respeto por:
-el
espíritu subjetivo, patente en el alma y conciencias individuales,
-el
espíritu objetivo, patente en la historia, derecho, moral y política,
-el
espíritu absoluto, patente en la religión
También
influyó sobre Marx la lectura materialista de la historia de Feuerbach[96],
quien en su Esencia del Cristianismo-1841
había criticado radicalmente a la religión, pensando que la ciencia alemana
sería capaz de suplir a la Iglesia en cuanto a fundamento racional. Para Marx,
si la religión había sido creada por el hombre, el propio hombre tendría que
ser el encargado de liberarse de ella. De ahí que tuviera que usarse
radicalmente[97]:
-las
críticas filosóficas, para destruir desde ellas a la religión,
-los
análisis cientíticos, para construir desde ellos la nueva racionalidad
social.
Por último, Darwin también alentó el
pensamiento de Marx, mediante un Origen de
las especies-1858 que le llevó a escribir su Capital-1867, como declaración de guerra total de la clase débil
contra la clase fuerte, en pro de dilucidar cuál de ellas habría de
desaparecer, y cuál sobrevivir.
Fue
publicado como programa de la Liga
Comunista de los Justos, asociación clandestina de trabajadores
alemanes[98]
que había pedido expresamente al filósofo renano que lo compusiera para su
Congreso de Londres-1847. Tenía que tratarse de un programa detallado de la
Liga, teórico y práctico a la vez.
Fue terminado de componer por Marx
en enero 1848, en alemán y en unos momentos en que no pasaba por la cabeza del
filósofo los sucesos que se precipitarían en París en febrero y en junio de
1848. En 1850 llegó a Londres una traducción del Manifiesto, mediante la publicación que hizo del mismo la Red
Republican, revista de George Harney.
Se trata de un panfleto en el que colaboró su fiel amigo Friedrich Engels,
filósofo también renano que, desde sus acaudalados negocios familiares en
Inglaterra, introdujo en el continente la experiencia obrera de la 1ª potencia
mundial: los efectos del capitalismo salvaje inglés. Así, aportó a Marx la
base de la crítica anti-capitalista del Manifiesto,
plasmada en los enfrentamientos patrono-proletarios descritos a continuación.
A lo largo de sucesivas ediciones, el Manifiesto
fue ganando adeptos y seguidores, y situándose en el primer plano mundial. La
edición alemana fue reeditada desde 1850 varias veces en Alemania, Suiza e
Inglaterra. La edición rusa llegó en 1863 de la mano del propio Bakunin, y fue
publicada desde Ginebra para Rusia a través de las revistas Kolokol
y Vera Zasulich. La edición inglesa vio la luz en 1872 en Estados
Unidos, a través de la traducción de la revista Woodhull and Claflin’s Weekly. La edición francesa apareció en
1873 en Francia, a través de la traducción del inglés de la revista Le
Socialiste.
La I Internacional Socialista-1864
no pudo aprobar el Manifiesto de
Engels y Marx, dado que todavía se mantenía al nivel de Asociación
Internacional de Trabajadores, con todo tipo de proletariado militante dentro de
sus filas, tanto desde Italia y España hasta Bélgica e Inglaterra.
Fue la II Internacional Socialista-1889
la que pudo ponerlo de texto básico socialista, tras los retoques llevados a
cabo por los renanos en 1872 y 1882, así como por la expansión llevada a cabo
a través de traducciones mejoradas.
Remontándose a las enseñanzas
de la historia,
comienza proclamando Marx que la historia siempre:
-“ha
dividido a la sociedad en diversos estamentos”,
-“ha
provocado la lucha de clases”,
-“ha
enfrentamiento a maestros y oficiales, a una clase política con otra, a burguesía
con proletariado”.
Cuenta con “apenas un siglo de existencia”, según Marx. Lo que no le
impide haber tenido tiempo para “haber sometido todas las fuerzas de la
naturaleza, a través de una revolución
permanente en la producción y condiciones sociales” que:
-“ha
destruido las relaciones entre los hombres”,
-“ha
despojado de su aureola a todas las profesiones venerables”,
-“ha
convertido a los trabajadores en servidores asalariados”,
-“ha
desgarrado las relaciones familiares”,
-“ha
reducido las relaciones humanas a simples relaciones de dinero”,
-“ha
profanado las creencias e ideas sagradas, veneradas durante siglos”.
En cuanto a su implicación en el proceso
industrializador, se trata de una burguesía que:
-“ha
acabado con la división gremial del trabajo”,
-“ha
sustituido la manufactura”,
-“ha
acelerado los mercados gigantes y medios de transporte”,
-“ha
bajado los precios en todos sitios, derrumbando hastas las murallas de China”.
Y todo ello con un efecto
universalizador:
-“quitando
a la industria su base nacional”,
-“no
empleando materias primas indígenas, sino de los climas más diversos”,
-“consolidando
bajo un solo interés nacional todas las individualidades provinciales”,
-“diluyendo
la producción intelectual nacional en patrimonio común de todos”.
Como
efectos
colaterales, esta burguesía denunciada por Marx:
-“ha
concentrado la propiedad en manos de unos pocos”,
-“ha
sometido los paises bárbaros a los países civilizados, el Oriente al
Occidente”.
No obstante, son puntos
débiles de esta burguesía:
-“la
lucha por la propiedad, constante en la industria y comercio”,
-“los
tiempos de crisis, que retrotrae la sociedad a un estado de barbarie”,
-“su
competencia permanente con la burguesía de otros países”.
Así, pues, concluye Marx, “la burguesía ha producido sus propios
sepultureros, y su hundimiento es inevitable”.
Se
trata de una clase
obrera “sin propiedad, sin patria, sin nada poseído, sin nada que
salvaguardar”. Es más, forman “una masa diseminada, sin la unidad que goza
la burguesía”. De ahí que “el verdadero resultado de sus luchas no es el
éxito sino la unión”.
De
hecho, cada día más y como consecuencia del progreso industrial, Marx constata
que “capas enteras de la clase dominante, sectores enteros de la burguesía,
pequeños industriales y pequeños comerciantes… van cayendo en las filas
del proletariado”, con su consiguiente “desaparición del resto
de clases sociales”.
La
causa de esta uniformidad de clases viene, pues, del “creciente empleo de las máquinas,
que quita todo atractivo al trabajo”. Pues “cuánto más se desenvuelve el
maquinismo, más aumenta la cantidad de trabajo, y todo es acelerado por el
movimiento de las máquinas”. Incluso “el trabajo de los hombres es
suplantado por el de las mujeres y los niños”.
Del maquinismo deduce Marx que “masas de obreros, hacinados en la fábrica,
se tienen que organizar en forma militar, bajo una jerarquía completa de oficiales y suboficiales, esclavos de
la máquina y sin otro fin que el lucro”. Además, “el fabricante se
convierte en víctima del casero, del tendero y del prestamista”.
Así, pues, “el proletariado debe luchar contra
el burgués aislado que explota directamente, oprimirlo, arrancarle
gradualmente su capital, violar despóticamente su derecho de propiedad,
arrastrar su existencia a la esclavitud”. Un aburguesamiento que debe ser
borrado del medio, según Marx, “incluyendo a los enemigos de sus enemigos y a
la monarquía absoluta”.
Para
ello no debe dudar en “recurrir a la violencia,
e implantar así su dominación”. Y cuando haya llegado a la dominación, debe
“centralizar todos los instrumentos del estado, destruir las mercancías
extranjeras que le hacen competencia, romper o incendiar las máquinas, intentar
reconquistar la posición perdida en la Edad Media”.
En el socialismo feudal “una parte de
los legitimistas franceses y la joven Inglaterra han dado al mundo un espectáculo
cómico, disfrazándolo todo. Pues imputan a la burguesía haber hecho surgir un
proletariado revolucionario, tomando parte contra la clase obrera. Del mismo
modo, el cura y el socialismo clerical han recurrido siempre al barniz
socialista, al despecho de la aristocracia”.
En el socialismo pequeño-burgués,
“los villanos de las ciudades continuaban vegetando al lado de la burguesía.
Pero con el desarrollo de la gran industria veían aproximado el momento en que
desaparecerían por completo, y serían reemplazados. Esto les llevó a analizar
los efectos destructores del maquinismo, la concentración de capitales, la
ruina de los campesinos… tratando de encajar los modernos medios de producción
en el marco de las antiguas relaciones de propiedad”.
En el socialismo alemán, “los
literatos alemanes profanaron la literatura francesa, deslizando sus absurdos
filosóficos bajo el original francés. Así, bajo la crítica francesa del dinero
ellos escribían enajenación, y bajo
la frase crítica francesa del burgués
ellos escribían poder universal. A
esta interpolación de fraseología le dieron el nombre de ciencia alemana del
socialismo, castrando la literatura comunista francesa”.
En el socialismo burgués “una parte
de la burguesía deseaba remediar los males sociales con el fin de consolidar la
sociedad burguesa. Era el caso de los economistas, que buscaban una burguesía
sin proletariado, invitando a los proletarios a entrar en la nueva Jerusalén y
no haciendo otra cosa que inducirles a continuar con la sociedad actual, apartándose
de todo movimiento revolucionario”.
En el socialismo crítico-utópico, sistema ya propiamente comunista, “en lugar de acción social se ponía acción del propio ingenio. Se confeccionaban planes a conciencia, interesándose por la clase obrera. Pero sólo deseaban mejorar las condiciones de vida de la sociedad, repudiando la acción revolucionaria y proponiendo alcanzar objetivos por medio tan sólo de pequeños experimentos, casi siempre abocados al fracaso. No obstante, atacó las bases de la sociedad, instruyó a los obreros, transformó el estado, y continúan soñando con sus utopías sociales, a forma de crear una pequeña Icaria en el aire”.
“Un
fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Y todas las fuerzas de la
vieja Europa se han unido en santa cruzada contra este fantasma”.
Los comunistas se distinguen, según Marx, “por la independencia
de su nacionalidad, por proclamar la violencia, por las fases de la lucha”.
Su objetivo no es otro que “la conquista del
poder político para el proletariado”, y estas ideas y propósitos
“resultarían indignas si se ocultasen”.
La
abolición de las relaciones de propiedad
“no es exclusiva del comunismo”. Por eso el rasgo distintivo del comunismo
“no es la abolición de la propiedad en general, sino la abolición de la
propiedad burguesa”. Reconoce Marx que “existen propiedades personalmente
adquiridas, fruto del trabajo propio”. Pero concluye el renano que esta legítima
propiedad no es sino “un precedente a la propiedad burguesa, a la propiedad
privada moderna”. Además, en su forma actual, “la propiedad se mueve en el
antagonismo entre el capital y el trabajo asalariado”.
“El precio medio del trabajo es el salario,
y éste es cada vez más fluctuante”. Por consiguiente, “el obrero
asalariado se apropia de un beneficio líquido que puede dar trabajo a otro”.
La familia “ha de ser suprimida
para el proletariado, pues no existe más que para convertir en burgueses a sus
integrantes. Además, el comunismo ha de “abolir la servidumbre de los hijos
para con sus padres, destruir los vínculos más íntimos, sustituir la educación
familiar por una educación social”. Además, concluye Marx, “los dulces
lazos de los padres con sus hijos resultan repugnantes”.
En
cuanto a la religión, ésta “no es sino mero prejuicio burgués”. Es verdad
que “existen verdades eternas”. Pero “el comunismo ha de abolir estas
verdades eternas, ha de abolir la religión y la moral”.
Por último, incita Marx a la encarnación
del comunismo:
-en
todos los sitios del mundo, pues “los comunistas apoyan por doquier todo
movimiento revolucionario contra el régimen social y político existente”,
“sin formar un partido aparte”, y “nunca opuesto a los partidos obreros
del proletariado”;
-en
cada uno de los lugares donde hay que entablar lucha, sumándose “en
Francia al Partido Socialista Democrático, en Suiza al Partido Radical, en
Polonia al Partido Revolucionario Agrario, en Alemania al Partido Comunista”.
No obstante, “los comunistas han de fijar su principal atención en
Alemania, porque será ésta la que llevará a cabo esta revolución bajo
condiciones más progresivas, al igual que las precedentes revoluciones tuvieron
lugar en Francia e Inglaterra”.
Tuvo
influencia de Hegel en lo dialéctico y Feuerbach en lo material, así como la
impronta evolucionista de Darwin.
Consiste en reducir todo análisis del
mundo a lo meramente material, incluido el mundo espiritual[99].
Una materia en continuo movimiento evolutivo, que cada vez va realizando síntesis
más perfectas, a fuerza de superar sus propias contradicciones.
Hasta que surge el hombre,
consecuencia del trabajo material[100]
y economía de la naturaleza[101].
Así, el hombre-tesis recurre a la naturaleza obstaculizadora-antítesis, y
acaba generando al hombre-síntesis. De ahí que se también el hombre siga
perfeccionándose, y sea perfectible de eliminar nuevas contradicciones
individualistas[102],
para convertirse en un ser comunista[103].
Consiste en reducir todo análisis de la historia a lo exclusivamente
económico. Pues:
-cada
etapa está sujeta a sus propios medios de producción,
-las
fuerzas de producción no pasan de ser primarias, pero han sido dotadas con
superestructuras ideológicas,
-las
superestructuras ideológicas, en su control por los medios de producción,
producen lucha de clases,
-el
proceso histórico es dinámico, y está en continua evolución.
Según Marx, ha habido 4 procesos históricos:
-el
pre-histórico, sin hierro ni instrumentos, ni cercos a la propiedad
privada,
-el
esclavista, que creó amos-esclavos según fue perfeccionando sus medios de
producción,
-el
feudal, que cambió la estructura amos-esclavos por señores-siervos,
-el
capitalista, que cambió la estructura señores-siervos por
burgueses-proletarios.
A los que habría que añadir uno nuevo e inédito en la historia:
-el
comunista, que cambiará la estructura burgueses-proletarios por
proletarios-proletarios, sin clases ni propiedades privadas, y con la ciencia
como medio de progreso.
Así, pues, según Marx, la ideología ha dividido en clases a la
sociedad, en su intento por hacerse con los medios de producción. Y eso debe
desparecer, desenmascarando toda ideología[104].
ARENDT,
H; Karl Marx y la tradición del
pensamiento político occidental, ed. Encuentro, Madrid 2007.
CHEVALLIER,
J. J; Los grandes textos políticos desde
Maquiavelo a nuestros días, ed. Aguilar, Madrid 1955, pp. 243-275.
TIERNO GALVAN, E; Antología de Marx, ed.
Edicusa, Madrid 1972.
VALCARCEL,
A; “La filosofía política de Hegel”, en VALLESPIN, F; Historia de la teoría política, vol. IV, ed. Alianza, Madrid 1992,
pp. 16-65.
VARGAS
MACHUCA, R; “El neomarxismo”, en VALLESPIN, F; Historia de la teoría política, vol. IV, ed. Alianza, Madrid 1992,
pp. 469-532.
HITLER
Canciller
de Alemania de 1933 a 1939, Adolf Hitler (Austria 1889-Berlín 1945) fue el
fundador del Partido nacional-socialista alemándial, y el causante de la II
Guerra Mundial. Así mismo, impuso en Alemania el totalitario III Reich,
llevando al país germano a la barbarie racista y a una imposible expansión
alemana hacia el Este europeo.
Hijo de aduanero que le azotaba, y de madre que le dio todo su cariño,
Hitler pasó su infancia en Linz-Austria,
llevando una vida rebelde para el estudio[105]
y atenta a la idea de una gran Alemania[106].
Tras terminar sus estudios obligatorios con 16 años, dedice dedicarse a leer la
historia de Alemania, uniéndose a los nuevos movimientos pangermánicos que su
amigo Kubicek le iba enseñando.
Con 17 años marcha a Viena,
donde vive su tierna juventud y empieza a trabajar como obrero, entrando en
contacto con los socialistas. Rechaza la idea de formar parte de unos sindicatos
“formados por pequeños burgueses alemanes”, que además rechazan
equivocadamente la religión, moral y ordenamiento social. Eso sí, se da cuenta
de que el éxito político sólo lo consigue una masa brutal y fanática, por
medio de la propaganda de turno. Es entonces cuando intenta analizar el éxito
de la violencia marxista, y se da cuenta de que el Manifiesto fue escrito por un judío. Llega entonces a la conclusión
de que los judíos están detrás del movimiento marxista[107],
tratando de desmantelar con él el poder aristocrático occidental, y poder así
dominar el mundo. En una visita que hace al Parlamento austriaco se da cuenta
del peligro nº 3 para la sociedad[108]:
el parlamentarismo[109].
Con 23 años se traslada a vivir a Munich,
montando por su cuenta una tienda de acuarelas. En 1914 es reclutado para la I
Guerra Mundial[110],
hasta que ésta termina, encuentra un nuevo trabajo[111]
y en 1919 se afilia al Partido Obrero Alemán[112].
Desde él lanza una radical oposición contra los otros dos partidos
mayoritarios[113],
decide ascender en su organigrama[114]
y empieza a elaborar una propia ideología, consistente en el rechazo de:
-el
totalitarismo político, aunque reconoce que sólo las acciones individuales
han cambiado el mundo,
-una
democracia en manos de las masas, pues ésta está carente de genio político,
-la
eugenesia aristocrática, o idea darwinista de lucha de razas.
Es el momento en que decide cambiar el nombre del partido por el de Partido
nacional-socialista, pivotarlo en torno a sus 25 puntos políticos,
embellecerlo con la cruz gamada y lanzarlo en golpe de estado sobre Munich[115].
18 de sus seguidores fueron fusilados[116],
todo su partido confiscado, y él en persona condenado a 5 años de cárcel.
En la cárcel escribe todas sus ideas
bajo el título de Mein Kampf, una
seguidora suya las lleva a la imprenta, y muchos empresarios y críticos con la
República de Weimar empiezan a subvencionarlas para acabar con el socialismo
rampleante de Alemania.
Liberado en 1924, Hitler publica su pangermanismo, anti-comunismo y anti-semitismo,
hasta que en 1931 es llamado por el Partido Zentrum para formar parte del gobierno de Berlín,
para completar la mayoría parlamentaria que le hacía falta[117],
y así de paso infundir cierto germanismo y anti-comunismo en la democracia
cristiana electiva.
Desde su escaño en el gobierno comenzó a dilatar rápidamente su
popularidad, por medio de una oratoria que iba calando en todas las escalas
sociales alemanas. Hasta que se presenta por su propia cuenta y obtiene la
victoria en las elecciones
de 1933, convirtiéndose en el canciller de Alemania y en el
implantador del III Reich alemán. Su nuevo orden de expansión alemana pasaba
por la eliminación de 1,5 millones de gitanos, 6 millones de judíos y 9,5
millones de rusos. Hasta que él mismo tuvo que eliminarse junto a su querida y
nueva esposa, Eva Braun.
Puede
apreciarse a través de los 25 puntos
políticos del pensador alemán, propuestos el 20 febrero 1920 a los
miembros de su propio partido y días después a toda la prensa nacional, y que
consisten en:
-la
mística del jefe, con el partido como medio para llegar a las masas,
-la
idea de nación, como superior al estado
-un estado ético, nacional y socialista, centralizado, orientado hacia lo
absoluto, anti-liberal y anti-paralamentarista,
-la raza alemana, basada en una lengua común y una gran Alemania que hay que
construir
-la
igualdad de trato internacional a Alemania, con supresión de las
“cadenas” de Versalles y restitución de las colonias alemanas,
-la protección de la sociedad alemana, con protección a la vejez,
maternidad remunerada, equipos deportivos juveniles…
-un ejército nacional, comandado por la nueva SS y no ya la
vieja SSA,
-una prensa alemana, que suplante la social y cristiana, y valorice la lengua y
cultura alemana,
-una religión positiva, que no critique al gobierno y no tenga ningún credo
privilegiado,
-la
potenciación de la familia alemana, base de una clase media sana y freno
al obrerismo de calle, con prevención matrimonial en manos de la Iglesia católica
y protestante,
-una economía de medianas empresas, de interés nacional, basada en los trust
económicos, enemiga de las altas finanzas, orientada a asuntos comerciales de
interés común.
Pivota en torno a la regeneración
racial, a la que hay que dar comienzo[120],
dintinguiendo entre alemanes (de lengua y raza) y resto de ciudadanos alemanes
(de inminente expulsión). Pues hay que intentar crear el nuevo Prometeo de la
humanidad, superior al resto de las razas por su alto grado de sacrificio y
trabajo[121].
De ahí que no pueda mezclarse con el resto de pueblos cercanos, al estar éstos
cegados por su pecado original.
Todo ello por medio de un estado
ético absoluto, jerárquico y cercano a las masas[122],
con una formulación filosófica[123],
una religión ética estatal, parafernalia litúrgica respectiva[124]
y la mayor simpleza posible[125].
Lo cual debía ser llevado a cabo por la juventud alemana, como
constructora del futuro y en cuyas manos puso Hitler una propaganda[126]:
-capaz
de mentir, si está en juego la supervivencia,
-arrastradora
hacia la histeria colectiva, a foma de hombre-masa y no hombre-individuo,
-simple
en argumentos, para integrar a los no intelectuales y posicionar sólo a favor o
en contra,
-con
contenido unilateral, con símbolos claros y sin matices,
-de
color rojo, para atraer a las mujeres.
Una juventud a la que había que dar una educación:
-en
torno al deporte y no tanto las humanidades,
-de
culto al cuerpo y a la raza aria,
-desarrolladora
del carácter y la voluntad,
-que
convenza a propios y extraños.
En cuanto al papel de la palabra
e imagen, Hitler pone toda la fuerza en la primera, y la dota de
total psicología, adaptación a las masas, oratoria primitiva para hacerse
entender, repetición para fijar las ideas.... Eso sí, la imagen debe apoyar el
mensaje oral, tanto en cines como en su influjo directo sobre el espectador.
Publica Hitler la ley
del más fuerte, que todavía se hace más fuerte cuando está solo
que cuando está sometido a cooperar con gente ajena y normas hostiles. Y es que
en esta vida, explica Hitler:
-no
todos buscan el mismo objetivo,
-cada
particular se siente destinado a cumplir sólo él sus objetivos,
-muchos
particulares que se asocian acaban entregando los beneficios a otra asociación,
-los
grandes inventos han sido logrados por un solo individuo,
-siempre
ha surgido un hombre fuerte solitario, que ha arrastrado a todos los demás.
Los medios para llevar estos
proyectos hasta sus últimas consecuencias deben ser todos los disponibles, y no
tener más traba que:
-la
inseparable unión fürer-pueblo,
-la
captación de nuevos adeptos (difusores) y miembros (vividores de la ideología).
Se
trata del escrito bio-historicista que Hitler escribió durante sus 15 meses de
cárcel, en el que vulgariza el racismo y sitúa a la raza alemana como la
elegida para llevar a cabo sus principios ideológicos[127].
Racismo
general en el que Hitler particulariza el caso judío, como cabezón y afiliado
al demonio, aparte de inclinado por naturaleza a la usura.
Y Romanticismo particular que ya
Bismarck introdujo años atrás, el pueblo alemán fue mamando desde entonces[128],
y que ahora Hitler organiza de forma total, bajo:
-la
máxima luterana de que “a la autoridad civil hay que obedecerla
religiosamente”,
-la
idea de validar un alma alemana en el centro de Europa.
Recoge
el espíritu de los mítines que pronunció en la sala de fiestas Hofbräuhaus
de Múnich en 1920, donde el éxito obtenido le llevó al compromiso de seguir
convocando asambleas semanales con carácter subversivo.
Gira
en torno a la temática de la culpabilidad de la guerra, procedente de las cadenas de
Versalles y aún a sabiendas de que:
“un mitin popular de
grandes proporciones, formado por excitados elementos proletarios y no por flemáticos
burgueses, y donde se tenía por tema el Tratado
de Versalles, era considerado entonces como un ataque contra la república y
el síntoma de una tendencia reaccionaria si no monárquica”.
No obstante, Hitler se dio cuenta de que el público se mostraba reacio a las críticas sobre los tratados internacionales, y que si quería atraerlo hacia su causa sería fundamental el empleo del arma de sus detractores: la propaganda.
“Ante un pueblo semejante,
uno habría podido darse con la cabeza contra la pared de desesperación. Era un
pueblo sordo, reacio a
querer comprender que Versalles constituía una deshonra
y un oprobio, y que hasta se resistía a reconocer que ese tratado significaba
una inicua
expoliación contra la nación alemana. El trabajo destructor del
marxismo y el veneno de la propaganda enemiga habían anulado la razón
de aquellas gentes. En realidad no había derecho para quejarse puesto que la culpa
pesaba gravemente sobre nuestra burguesía. ¿Qué había
hecho ella para atajar
tan terrible obra disociadora y combatirla imponiéndose el deber de abrir paso
a la verdad, mediante una labor de difusión popular bien encaminada y
minuciosa?”..
Apuesta
el líder socialista por imponer la verdad histórica frente a los crasos
errores de Alemania, sin temores a la represión que ello pudiera suponer. Y eso
no puede hacerse de otra forma que asumiendo una actitud contraria frente a lo asumido
previamente por la opinión pública. Más, ¿cómo atraer a los detractores
hacia la verdad y mantenerlos en ella?
“Nos fue dado conocer la
extraordinaria disciplina de la propaganda puesta en acción por nuestros
adversarios, y aun hoy me siento orgulloso de haber encontrado el medio de
neutralizar la eficacia de esta propaganda y de anular también a sus mismos
autores. Dos años más tarde me había hecho maestro en este arte”.
El discurso empleado Hitler a partir de entonces partiría de las posibles críticas que pudieran realizar sus oponentes. De esta manera, enfrentó paralelamente los tratados de Versalles y de Brest- Litovsk, comparando punto por punto sus ideas sobre lo firmado en ambos, de forma que paulatinamente atrajo a los oyentes a sus conclusiones:
“El
resultado debió de ser sorprendente. Una vez más se desarraigaba de los
corazones y de los cerebros de miles una gran mentira para en su lugar quedar
inculcada una verdad”.
En
todas las asambleas fue Hitler mejorando paulatinamente su capacidad de ganar público,
y dando fuerza a una palabra
más directa
y determinante
que la propia prensa:
“Sin embargo a la palabra hablada le atribuíamos importancia capital, porque en realidad sólo ella es capaz de incoar grandes evoluciones, y esto debido a simples razones de orden psicológico”.
“El
orador tiene en el auditorio al cual se dirige un punto permanente de
referencia, siempre que sepa leer en la expresión de sus oyentes hasta qué
punto estos son capaces de seguirle y comprender sus ideas y que sepa ver también
si la impresión y el efecto producido por sus palabras, conducen al propósito
deseado. El escritor, en cambio, nada sabe de sus lectores. En consecuencia, no
podrá concentrarse a un determinado público situado al alcance de sus ojos,
sino que deberá dar a sus exposiciones un carácter general”.
Durante
su estancia en el poder, Hitler no sólo se valió de la prensa y oratoria, sino
que se percató de la fuerza de la imagen. Hasta su muerte utilizó el mundo
gráfico y cine como mejores medios para la exaltación de su
proyecto totalitario:
“Mejores perspectivas de
éxito tiene en este orden la propaganda gráfica en todas sus formas incluso el
film. Un gráfico proporciona en tiempo mucho más corto, quisiera decir casi de
golpe, una explicación que por escrito se obtendría sólo después de penosa
lectura”.
En este aspecto, proporciona Hitler una serie de claves muy provechosas en el arte de la persuasión del oyente y cargos públicos de la administración:
“El orador se dejará
influenciar siempre por la masa, de modo que, instintivamente, fluyen de sus
labios justamente aquellas palabras que él necesita para tocar el alma de sus
oyentes. Si ve que no le comprenden, formulará sus conceptos en formas tan
primitivas y claras que indudablemente el último de todos ha de entenderle; si
se percata de que no son capaces de seguirle, entonces desarrollará sus ideas
tan cuidadosa y lentamente que el más supino de entre ellos no quedará en
zaga; y si, finalmente, nota que sus oyentes no parecen hallarse convencidos de
la veracidad de lo expuesto, optará por repetir lo mismo cuantas veces sea
necesario, siempre en forma de nuevos ejemplos, refutando el mismo las
objeciones que, sin serle manifestadas, capta él en el seno del auditorio,
replicándolas y desmenuzándolas hasta que en definitiva, el último sector de
oposición revele, a través de su actitud y de la expresión de los que lo
forman, que ha capitulado ante la lógica argumentación del orador”.
Hitler
demuestra también en este punto el conocimiento de la psicología
humana, en tanto se percata del desarraigo
intelectual de las masas populares:
“Destruir en las gentes
prejuicios que no tienen arraigo en su intelecto, sino que inconscientemente están
basados únicamente en el instinto. Vencer esa barrera de animadversión
instintiva, de odio apasionado y de repulsión preconcebida, es mil veces más
difícil que rectificar una opinión científica deficiente o errónea. Las
concepciones falsas y la deficiente instrucción, son susceptibles de corregirse
mediante la enseñanza; en cambio jamás se rectificarán por el mismo medio,
las resistencias del sentimiento. Sólo una llamada a esas fuerzas misteriosas,
es capaz de obrar sobre estas resistencias. Muy difícilmente puede lograrlo el
escritor, pues quizás sea este poder, privilegio exclusivo del orador”.
Hitler
cita ejemplos de oradores, particularmente a un Lloyd George cuyo éxito se basó
en la
sencillez
de lenguaje,
lo elemental
de las formas
y empleo de ejemplos
simples
y comprensibles. Por último, analiza Hitler el poder
de las asambleas
populares, de que el individuo se sienta parte integrante de una comunidad:
“El mismo individuo
formando parte de una compañía o de un batallón, rodeado de todos sus
camaradas, se lanzará más desaprensivamente al asalto que cuando se halle
solo. Agrupado, sentiríase siempre protegido hasta cierto punto, aunque, prácticamente,
mil razones demuestren lo contrario”.
“El sentimiento de
comunidad que inspira la manifestación colectiva no sólo alecciona al
individuo, sino que cohesiona y contribuye también a crear el espíritu de
cuerpo. La voluntad, el ansia y también la energía de miles, se acumula en
cada uno. El hombre que, lleno de dudas y vacilaciones, entra en una tal
asamblea, sale de ella íntimamente reconfortado: se convirtió en miembro de la
comunidad”.
Estos
principios serán fuertemente explotados por los nazis, desde
la más tierna infancia
con las juventudes hitlerianas hasta los ámbitos militares de las SS. Hitler
había descubierto dos claves fundamentales para la construcción del proyecto
de la Gran Alemania: el poder de la oratoria y la fuerza de la masa.
Se
trata de un postulado que adquirió notoria relevancia en el panorama ideológico
y constitutivo del partido nazi. Pero para ello es necesario primero desterrar
las falsas y erróneas
creencias:
“La
difundida convicción de que una tal cooperativa alcanza un enorme incremento de
fuerza de acción y que, automáticamente, transforma en una potencia a los
grupos que la componen, por sí solos débiles y pequeños”.
Para
defender su tesis define primeramente lo que es una asociación o cooperativas
de trabajo:
“Un
grupo de asociaciones que, con el fin de facilitar su labor, se someten ente sí
a recíprocas obligaciones, eligiendo un directorio común con más o menos
facultades, para luego poder llevar a cabo una acción conjunta. De esto se
infiere que ha de tratarse de sociedades, asociaciones o partidos cuyos propósitos
y procedimientos no se diferencien demasiado los unos de los otros”.
Estas
cooperativas se forman cuando sus integrantes se adhieren porque buscan la misma
finalidad,
y en ellas exponen y defienden su verdad, o sostienen sus soluciones a los
problemas.
Pero
para su resolución deberán contar con un programa,
tanto ideológico como de
acción.
Además, la lógica de común acuerdo no siempre se cumple por ellos mismos,
sobre todo por la imprevisible naturaleza humana:
“La
primera querría yo calificarla de casi trágica, en tanto que la segunda, tiene
un fondo miserable y hay que buscarla en la flaqueza de la naturaleza humana”.
La
primera causa de falta
de unión
que señala Hitler es que muchas veces los hombres se consideran predestinados a
la consecución de sus propósitos de una manera única y exclusiva:
“Que el destino mismo proponga varias soluciones a la prueba de selección,
para hacer que a la postre, en el libre juego de fuerzas, se incline la victoria
final a favor del más fuerte, esto es, del más apto y capaz de resolver el
problema. Sin embargo, la persuasión de que justamente ese hombre es el
predestinado exclusivo, suele la más de las veces llegar tarde a la conciencia
de los demás”.
Así,
aunque el rumbo elegido sea el correcto, deben ser no
muchos sino uno solo
el que lo lleve a cabo, como se ve en los ejemplos de unificación prusiana y
austriaca:
“La
cuestión de la fundación de ese Reich, no fue el fruto de una voluntad común
puesta al servicio de un procedimiento también común, sino más bien el
resultado de una lucha consciente y a veces inconsciente por la hegemonía política,
lucha de la cual surgió a la postre la Prusia vencedora”.
“El
libre juego de fuerzas quiso que fuera realidad. En efecto, ¿quién hubiera creído
seriamente, hace doscientos años, en los países alemanes, que la Prusia de los
Hohenzollern y no el reino de los Habsburgo iba a convertirse un día en el núcleo
creador y directriz del nuevo Reich? En cambio, ¿quién podría hoy desconocer
que de ese modo obró mejor el destino? ¿Y quién sería capaz de figurarse un
Reich alemán basado en los principios de una dinastía corrupta y degenerada,
como la de los Habsburgo?”.
“No, el
desarrollo natural debió colocar al mejor en el puesto que le correspondía,
ciertamente después de una lucha de siglos. Así
fue y así será eternamente”.
Se
trata, en poner en práctica el darwinismo social, bajo la creencia de que el
más vigoroso y diligente
se revelará y será el vencedor. La ley del más fuerte, por tanto, gobernará
e imperará frente al sentido común y a la colaboración por un bien común
mayor.
La
segunda causa que señala Hitler de por qué no siempre cooperan las personas
que tienen un mismo objetivo se debe a la mala
inclinación de ciertos sujetos.
Pues hay personas que se pueden adherir a un proyecto con la pretensión de
espiar su programa y fundar con él las bases de su propio partido:
“Lo
cual es no sólo trágico, sino infinitamente miserable. Radica en la infeliz
mezcla de emulación, envidia, ambición e inclinación a la ratería, características
que desgraciadamente se encuentran reunidas en ciertos sujetos de la
humanidad”.
Hitler
expone a continuación ejemplos
que se dieron en Alemania a este respecto, como fue el de la NSDAP y la DSP, e
incluso se vale del ejemplo de su propio partido:
“Repentinamente
surgieron programas políticos plagiados del nuestro; se proclamaron principios
tomados del conjunto de nuestras ideas; precisáronse objetivos por cuya
consecución hacía años que luchábamos y se eligieron, por último, caminos
ya trillados por la NSDAP”.
Hitler,
así, acaba apostillando que los grandes proyectos de la historia son realmente
iniciados y puestos en práctica por la acción
triunfante de uno solo,
que no significa que no tenga un partido o movimiento a su alrededor:
“Las
grandes revoluciones ideológicas de trascendencia universal son imaginables y
factibles únicamente como luchas titánicas de grupos individuales y nunca como
empresas fruto de coaliciones”.
“Pues
nunca la sola convicción de ocho cojos, apoyados mutuamente, puede constituir
un gladiador, capaz de triunfar en su cometido”.
“En
consecuencia, el estado nacionalsocialista jamás será creado por la voluntad
convencional de una cooperativa nacionalista, sino sólo gracias a la férrea
voluntad de un movimiento único que sepa imponerse por encima de todos los demás”.
En
este capítulo incide de nuevo Hitler en la relevancia del factor propagandístico
para la adhesión y expansión
de la ideología y proyecto político a poner en práctica. Pero añade
a su vez que:
“la
propaganda debe preceder a la organización y ganar a favor de ésta el material
humano necesario a su actividad. Siempre fui enemigo de métodos de organización
precipitados y pedantes, porque generalmente el resultado no es otro que un
mecanismo muerto”.
Por
tanto, la difusión de la ideología es clave y condición previa a la selección
entre aquellos que se hayan adscrito a dichas ideas. De todos ellos, se
seleccionará a los más capacitados para ejercer las funciones
de mando y organización de la masa adscrita. De ahí que:
“el
cometido de la propaganda consiste en reclutar adeptos, en tanto que el de la
organización es ganar miembros. Adepto a una causa, es aquel que declara
hallarse de acuerdo con los fines a que tiende la misma; miembro es el que lucha
por ella. La adhesión radica en el solo conocimiento de la idea, mientras que
ser miembro supone el coraje de representar personalmente la verdad reconocida
como tal y propagarla”.
Entre
los adeptos se encuentra principalmente la nueva
clase media (funcionarios, profesiones liberales, managers), al
frente de la cual se situaría el führer. Hitler en este aspecto defiende el
hecho de que:
“el
agitador podrá resultar un mejor führer que un teorizante abstraído del mundo
y extraño a los hombres. Porque conducir significa: saber mover
muchedumbres”.
Sobre
la cuestión del führer
reflexiona y se interroga el mismo Hitler:
“El
don de conformar ideas, nada tiene de común con la capacidad propia del Führer.
Obvio sería discutir qué es lo que tiene mayor importancia: ¿o concebir
ideales y plantear finalidades de la humanidad o realizarlas? Como pasa a menudo
en la vida, también en este caso, lo uno y lo otro. La más bella concepción
teórica quedará sin objetivo ni valor práctico alguno si falta el Führer que
mueva las masas en aquel sentido. E inversamente ¿de qué serviría la
genialidad del Führer y todo su empuje, si el teorizante ingenioso no precisase
de antemano los fines de la lucha humana? Pero lo más raro, en este planeta, es
hallar encarnados en una misma persona, al teorizante, al organizador y al Führer.
Esta conjunción, es la que revela al hombre grande”.
Así,
resulta que el propio Hitler es el hombre grande, gran ideólogo, agitador
apasionado… que necesita el partido nazi y la nación. Y para que sus ideas
triunfen de manera rápida y eficaz, será clave haber sembrado en la opinión pública
la necesidad de su exclusivismo,
rigidez y firmeza en torno a su propio organigrama, que es la que
sostendrá en la práctica la lucha.
Para
lograr los objetivos será lícito el uso
de cualquier método, incluido el de la violencia, la fuerza, la
aniquilación… con tan de estar supeditados a la vida y supervivencia del
partido.
La
organización debe integrar al número
de hombres idóneo para el correcto funcionamiento del movimiento,
a la vez que procurar que las disensiones no llevasen a la fractura. Por
ello, se debe velar por mantener vivo el espíritu de lucha y acción.
Hitler
indica que una vez que el movimiento haya adquirido un gran éxito, se debería
suspender de forma automática la incorporación de nuevos miembros, que no de
adeptos. El movimiento amplificará en el futuro su organización sólo en base
a un minucioso
examen de los miembros:
“Unicamente
así podrá el movimiento mantener su núcleo incólume y sano. Luego, hará que
bajo tales circunstancias, sea exclusivamente este núcleo el que guíe y
conduzca el movimiento, es decir, el que determine la propaganda destinada a
lograr que se le reconozca universalmente y que (como dueño del poder) adopte
procedimientos necesarios a la realización práctica de sus ideas”.
Hitler
finaliza este capítulo relatando su llegada al puesto principal de administración
del partido y la mejora de éste gracias a la incorporación de Max Amann, bajo
cuyas órdenes había combatido en la guerra como gerente clave del partido
nacionalsocialista.
Fueron
publicados el 25 de febrero de 1920 ante toda la sociedad alemana, como programa
propio del partido nazi, en el Burger Braukeller de Munich. Un programa inalterable que recogía las bases
del primer manifiesto
racista[129],
y que para poder entenderlo realmente hay que partir de la concepción de estado hitleriana,
consistente en que:
“un
estado que tiene una misión, un estado ético que se orienta hacia un
Absoluto… es un estado antiliberal, antiparlamentario, antipartidos; un estado
fundado en un principio y en una mística del jefe, del conductor (führer), y
cuyo motor es un partido único, intermediario entre las masas y el jefe”.
“Se
trata de un estado radicalmente anti-marxista, anti-burgués, anti-igualitario,
jerárquico y corporativo, empeñado con ahínco en nacionalizar, en hacer no
simplemente nacionales sino nacionalistas, a esas masas que el marxismo judío
quería desnacionalizar e internacionalizar”.
1º:
la unión de todos los alemanes en torno a
una gran Alemania, fundada en el derecho de la independencia.
El
proyecto de construcción de la Gran Alemania había sido una de las opciones
barajadas durante el proceso de unificación alemana, encabezada por los
Habsburgo de Viena frente a la Pequeña Alemania propuesta por los Hohenzollern.
Esta última había sido finalmente la opción triunfadora. Sin embargo, la
propuesta del partido era la unificación de todos los alemanes bajo la misma
nación, siguiendo el criterio cultural que ya se había iniciado con Fichte,
pero al que se añadía ahora de manera más radical la connotación política
de estado nacional.
2º:
la igualdad de derechos
de Alemania respecto a las demás naciones, y la abolición de los tratados de
Versalles y Saint Germain.
Reclama
la recuperación del honor duramente mancillado tras la I Guerra Mundial, tanto
para Alemania en Versalles como para Austria en Saint Germain. La abolición de
estos tratados suponía poner fin a la reducción a 100.000 hombres del ejército
alemán, la desmilitarización del Sarre y Ruhr, la devolución de territorios
del antiguo imperio austro-húngaro... Peticiones todas ellas que no serían
bien recibidas por otras potencias europeas, principalmente por Francia.
3º:
la exigencia de una serie de territorios para
la obtención de materias primas fundamentales para el crecimiento como potencia.
4º:
la exclusión a ser ciudadanos del estado
y miembros de la nación, fuera de aquellos por cuyas venas circule la sangre
alemana, y sea cual fuere su credo religioso.
Se
promulga así el racismo, como exigencia para ser miembro de la nación alemana,
subrayando el poder de la sangre, la idea de origen y el presupuesto de pueblo
originario ya abordado desde Fichte. De este 4º punto se derivará el 5º, en
el que se indica que por tanto todo aquél que viva en Alemania pero no sea alemán,
será considerado como mero huésped, y estará sujeto a leyes extranjeras y no
alemanas, tanto para bien como para mal.
5º-6º: el derecho a
sufragar y desempeñar las oficiales funciones de
gobierno por parte exclusiva de los ciudadanos del estado, sea cual sea
su naturaleza y sin tener en cuenta solamente consideraciones de partido en
lugar de carácter o idoneidad.
Señala
la pureza necesaria de los miembros al servicio del estado, que no habría de
ser otra que la reducción al grupo sanguíneo alemán.
7º:
las funciones
estatales deben ser la promoción industrial y la subsistencia ciudadana.
Explicita
el punto 7º, así mismo, que en caso de que el estado no pueda velar por dichas
condiciones, todos aquellos que no sean ciudadanos serán necesariamente
excluidos de los servicios nacionales. De este punto se desprende la implícita
y dura situación de escasez, tanto alimenticia como técnica, por la que
atravesaba Alemania tras la I Guerra Mundial.
8º: la prohibición de
toda inmigración no alemana, con exigencia a
todo no ario de abandonar inmediatamente el territorio nacional.
Punto
que supone, de facto, la expulsión y deportación de la población judía,
gitana y minoritaria, de todos aquellos territorios que estuviesen bajo
administración alemana.
9º:
los idénticos derechos
y obligaciones de todos los ciudadanos del estado.
Que
no eran otros que el trabajo infatigable en favor del estado y la nación
alemana, como se recogerá en el punto 10º.
10º: los intereses
generales por encima de las actividades individuales, ambos adaptados al
marco impuesto por la comunidad y las conveniencias de la misma. Así mismo, la
pena de muerte de todos aquellos usureros, especuladores y conspiradores contra
los intereses del estado.
Supeditado
así al ser humano al progreso de una nación, dejando ya de considerarlo como
fin en sí mismo y sí como medio e instrumento al servicio del señor estado
(en sintonía con el Manifiesto de
Marx).
11º: la abolición de
todo ingreso no conseguido por medio del trabajo,
junto a la abolición de la servidumbre impuesta por el
interés del dinero.
Pensamiento
que deriva de la estancia en Viena de Hitler, en la que había trabajado como
obrero y había sufrido las penurias de los desfavorecidos a causa del nivel
adquisitivo. No hay que olvidar que el proyecto de Hitler era socialista, con
una fuerte carga negativa hacia el modelo de sociedad capitalista heredada.
12º:
la confiscación implacable de toda
ganancia y enriquecimiento individual conseguido a causa de la guerra,
dado el enorme sacrificio que ésta supone de vidas y propiedades.
Se
trata del paso previo a la nacionalización de los negocios y comercios hasta el
momento, inclusive los trust económicos.
13º:
la confiscación de la tierra con propósitos
comunales, así como la abolición del interés de los préstamos sobre tierras
y prohibición de especular con las
mismas.
Con
este punto se debería lograr el control de la propiedad privada, sustraída y
automáticamente destinada a la nación por considerarse ilícita, contraria y
dañina al bien último y absoluto que era el estado.
14º: la colaboración del
comercio al por mayor a los intereses de la
nación.
Supone
en la práctica el control paulatino y efectivo del estado sobre las distintas
instituciones, movimientos y agrupaciones económicas del país.
15º-16º:
la asistencia social a la vejez,
así como la creación y mantenimiento de una sana clase
media.
Se
trata de una serie de puntos de índole social, en los que la introducción de
la acción estatal como garante del bien de sus miembros pasa a ser considerada
imprescindible, y para lo cual se supedita y hace entrega de algunos de los
bienes hasta el momento particulares.
17º:
la nacionalización de las propiedades especulativas, a fin de que se alquilen a
favor de los pequeños proveedores, autoridades de distrito y localidades
menores.
Dos
medidas que buscaban la protección de los más desfavorecidos, como ya se había
puesto en práctica en otros regímenes totalitarios como el fascismo italiano
de Mussolini. A este conjunto de medidas de protección social se une también:
18º:
el amparo
social a las madres e infantes, prohibiendo el trabajo de los niños,
aumentando la gimnasia obligatoria y apoyando a los clubes deportivos que
promuevan el mejoramiento físico de la
juventud.
19º: el reemplazo del
materialista derecho romano por un sistema legal
alemán.
20º-21º: la reconstrucción
total del sistema nacional de educación, de
acuerdo con las necesidades prácticas de la vida, la idea de estado,
inteligencias superiores e hijos de padres pobres.
El
control de la educación por parte del estado, como medio de promoción,
consolidación y difusión de las ideas del mismo, había sido una constante
desde el nacimiento del nacionalismo, y ya anteriormente expuesta por el propio
Fichte en sus Discursos a la Nación
Alemana de 1807.
22º:
la abolición del ejército mercenario y la formación de un ejército
nacional.
Lo
que implica la creación de milicias y ejércitos vinculados ya no sólo al
partido sino a la nación, cuya esencia pivotaría sobre el partido. Constituye
otra de las claves genéricas de muchos de los totalitarismos del siglo XX,
tales como los de Lenin, Stalin, Mussolini…
23º: la adopción de
medidas legales contra la impostura deliberada de la prensa,
prohibiendo el empleo de una lengua no alemana, periódicos no alemanes salvo
permiso especial, la influencia de no alemanes en su financiación, la publicación
de tendencias contra el bienestar estatal o comunión nacional.
Fue
una de las medidas fundamentales para controlar la población, de forma que se
evitaran fracturas internas de la sociedad, la difusión de ideas perjudiciales
o contrarias al régimen…
24º:
la libertad religiosa dentro del estado
mientras no se milite contra los sentimientos morales de la raza alemana. El
partido defiende el cristianismo positivo,
mas no se compromete con él. Así como combate el materialismo judío filtrado
entre nosotros.
Medida
en la que de nuevo se aprecia la supeditación de todos los ámbitos sociales al
bien nacional. Lo que se une al cariz antisemita de Hitler hacia los judíos y
el materialismo comunista (ambos intrínsecamente relacionados para el líder
alemán, ya que había sido el judío Marx el que había elaborado la idea de un
materialismo histórico revisionista de todo lo demás.
25º:
la creación de una poderosa autoridad
central del estado, parlamento centralizado, cámara clasista y tecnócrata. Sus
jefes han de jurar consagrarse sin desmayo y sacrificar su vida para lograr el
cumplimiento de todos los puntos precedentes.
Compendio
de las ideas expuestas anteriormente, y cabeza de todas ellas, que recoge la
idea de un organismo político de poder, controlado por los miembros del partido
nazi-, que dicte y organice el trabajo incesante de la nación.
CHEVALLIER,
J. J; Los grandes textos políticos desde
Maquiavelo a nuestros días, ed. Aguilar, Madrid, pp. 341-371.
BENOIST,
A; Comunismo y nazismo. 25 reflexiones
sobre el totalitarismo en el s. XX (1917-1989), ed. Altera, Barcelona 2005.
HITLER,
A; Mi lucha, 1ª parte: nación y raza,
ed. Galeón, Madrid 2002
HITLER,
A; Mi lucha, 2ª parte: importancia de la
oratoria, el hombre fuerte, propaganda y organización, los 25 puntos, ed.
Galeón, Madrid 2002.
MECHIN,
J; Comentarios a Mein Kampf, ed.
Sieghels, Buenos Aires 2008.
VITKINE,
A; Mein Kampf, historia de un libro,
ed. Anagrama, Barcelona 2011.
Manuel
Arnaldos
Mercaba,
diócesis de Cartagena-Murcia
versión
imprimible
Indice
general: www.mercaba.org/GradodeHistoria/1.htm
_____________________________________
[1] Pues su padre era uno de los miembros del Consejo de Frankfurt, lugar donde antiguamente se coronaban a los emperadores.
[2] Revolución francesa, Restauración de Viena, Revolución industrial…
[3] Estilo de vida elitista que llevó en adelante, que le llevó a despreciar a la masa ignorante del vulgo (según GOETHE inservible para todo, salvo para la acción).
[4]
Sacerdote y químico alemán del s. XVI, conocido como JOHANN VON
FAUSTEN, que estudió teología en la Universidad de Heidelberg y se dedicó
a la astronomía y necromancia. De él escribió el protestante MELANCHTHON
que lo conoció en Colonia, cuando hacía experimentos científicos junto a
dos perros negros (según el luterano poseídos por el demonio, pues el
sacerdote hizo un pacto con el diablo para someterlo a sus órdenes).
Se trató de un personaje que la leyenda inmortalizó, desde la literatura renacentista de JOHANN SPIES y su Historia de Johann von Fausten-1587 hasta la música romántica de HECTOR BERLIOZ y su Condenación de Fausto-1846.
[5] Teólogo alemán, JOHANN GOTFRIED HERDER (Mohrungen 1744-Weimar 1803) había sido compañero de estudios de IMMANUEL KANT en la Universidad de Konigsberg. Posteriormente, fue el inspirador del Romanticismo alemán, así como el fundador del movimiento Sturm und Drang-Tormenta y Pasión, cécula madre del nacionalismo alemán, basado en el volksgeist-espíritu del pueblo.
[6]
Filósofo alemán, FRIEDRICH SCHILLER (Baden 1759-Weimar 1805) había sido
el impulsor de la clasicista Escuela de Weimar, donde había propuesto una
formación equilibrada entre razón y sentimientos, a forma de nueva estética
alemana.
[7] Obra que el propio NAPOLEON BONAPARTE leyó 8 veces, y que el duque CARLOS AUGUSTO conoció de 1ª mano (tras lo cual invitó a GOETHE a vivir en su Ducado de Weimar, trabajar como su consejero personal en asuntos de guerra y ciencia minera, y seguir desarrollando en aquel teatro municipal sus ideas, hasta el final de su vida).
[8] Final lógico del Romanticismo, pues su enemigo principal era el tiempo, y el estar abocado a la muerte.
[9] Donde NAPOLEON le declara que en Europa “la política lo será todo”, y GOETHE le responde que “ahí tenéis a un hombre”.
[10] Filósofo alemán, GEORG FRIEDRICH HEGEL (Stuttgart 1770-Berlín 1831) había sido el fundador del método dialéctico (entre el ser y no ser, entre el deber ser y no deber ser), sobre todo en una Fenomenología del espíritu-1807 donde el maestro alemán parte de la identificación entre ser-pensar y realidad-idea para terminar explicando que el sentido y sanación de la humanidad sólo vendrá desde el respeto por el espíritu humano, estatal y religioso.
[11]
Aunque él en su vida llevase una vida burguesa.
[12] Para que el espectador sea quien las analice.
[13] Como el mismo GOETHE decía en 1811, “Dios te da la nuez, pero sin cascar”, para que sea el hombre el que la casque.
[14]
Según explica LUIS DIEZ DEL CORRAL.
[15]
Un ser que consiste en llegar a ser, mediante la acción (acción autónoma
del hombre, respecto a la naturaleza).
[16]
Al estilo de CALDERON DE LA BARCA.
[17]
Símbolo de la creatividad, dentro del Romanticismo.
[18]
Donde aparece ya la figura de Mefistófeles y la cocina de la bruja (donde
Fausto recupera su juventud).
[19]
Mediante la utopía de la técnica, desarrollo capitalista, avances
industriales y coloniales…
[20]
Como se ve en Margarita, que es la que conduce a Fausto a la salvación.
[21]
Símbolo de la creatividad, dentro del Romanticismo.
[22] Medio diabólico para ampliar la experiencia, y poder juvenilmente llegar al momento clave del pacto.
[23]
Al descubrir que los saberes enciclopédicos están fragmentados, muertos y
desconectados de la vida real, y carecer de capacidad para cambiar las cosas
desde los saberes:
-medievales,
y sus ordenadas Summas,
-ilustrados,
y sus enciclopédicos “atrévete a saber” y “saber para poder”.
[24]
Ciencia viva, y no ciencia muerta de los libros.
[25]
Persona real y subsistente, y origen de todo mal.
[26]
A forma de 2 almas que Fausto experimenta en su interior.
[27]
Frase programática de toda la filosofía de GOETHE en su Fausto.
Se trata de una frase que rompe toda armonía entre teoría-práctica,
mente-cosmos, espíritu-materia. Pues no se puede conocer la ortodoxia de
las cosas, sino sólo su ortopraxis. Se trata del “evangelio de la
modernidad”, que trata de adaptar lo antiguo a lo nuevo, lo clásico a lo
ilustrado.
Ruptura que recogerá DAVID HUME poco después, cuando niegue toda
posibilidad de conocimiento metafísico. O el propio JOHN LOCKE, cuando
afirme que sólo existe conocimiento si éste es empírico. Pues “la mente
(continúa explicando LOCKE) es una hoja en blanco donde no hay ideas
innatas, sino ideas que parten siempre de la experiencia”. Así, pues,
concluyen ambos empiristas británicos, no se pueden conocer las causas de
un efecto, ni la verdad última de las cosas.
Ruptura que, según CARLOS BARDEL, está en el origen de los
totalitarismos actuales. Pues las universidades alemanas se esmeraron en
perfeccionar al infinito sus métodos, para llegar al conocimiento de la única
verdad: la científica.
Ruptura que, según vemos hoy día, condujo al escepticismo, al no necesitarse una ética interna para que el hombre pueda cambiar las cosas (pues no es el hombre el que cambia las cosas, sino al revés y de forma constante).
[28]
Afectos pasionales que, según SANTO TOMAS DE AQUINO, pueden ser:
-externos,
o de inmutación, pues absolutizan lo que la otra persona despierta en mí,
-internos,
o de conformación, pues coartan mediante empatía los sentimientos, y se
van uniendo las voluntades,
-conscientes,
o intencionados sobre las acciones que realizan,
-generosos,
o de entrega a los demás.
[29]
Mito de la eterna juventud, que ya criticó ROMANO GUARDINI en su Etapas
de la vida, al denunciar que el hombre de hoy día no quiere madurar,
pues ya su experiencia no es modelo para las nuevas generaciones. Una falta
de madurez que se ve, según Guardini, en la política y constantes cambios
en los sistemas educativos, que buscan experimentar para conseguir una
eterna juventud.
[30]
Paso 1º del amor del que hablaba SANTO TOMAS DE AQUINO, y que el propio
GREGORIO MARAÑON definió como estado de imbecilidad irracional que lleva a
absolutizar a la otra persona en mí.
[31]
Cuyo niño será arrebatado por la Inquisición, según deja caer más
adelante el propio GOETHE.
[32] Similar al que PLATON había planteado con su Mito del Ser Andrógeno, engendrado para competir con los dioses, y en permanente búsqueda, por parte de su parte masculina, de parte femenina.
[33] Más perfectas que las que originan la vida, dice GOETHE. Pues éstas proceden de la relación defectuosa sexual, mientras que las elaboradas en un laboratorio carecen de estas defecciones, a pesar de los peligros entrañados.
[34] Sin llegar a la rebelión, pues todo hombre libre es incapaz de rebelarse contra su propia polis y domus, y sólo un esclavo o desarraigado es capaz de rebelarse contra lo suyo.
[35] Imagen de la relación entre la Alemania romántica y la Alemania clásica. Es el momento en que Helena habla de su esposo Menelao y del mundo antiguo que ella experimentó.
[36] Dios-diablo, Homúnculo-Galatea, naturaleza-historia, política-moral, cristianismo-antigüedad…
[37] Siendo la mala una parte de la buena, como explicó el propio GOETHE en una conferencia sobre WILLIAM SHAKESPEARE.
[38] Símbolo de la unión entre la Edad Clásica y la Edad Media. Es el momento en que Euforión, hijo impertinente de Fausto y Helena (del clasicismo y medievalismo) va a querer volar, muriendo en el intento (diluyéndose en el aire, como símbolo de la poesía y a forma de emular al poeta LORD BYRON).
[39] Con la condición de permitirle experimentar científicamente, y poder cambiar el estado natural de las cosas (ganando tierra al mar…).
[40]
Pues un obispo hace ver a Fausto que está tocado por el demonio, y debe
hacer penitencia.
[41]
Pues tampoco ha podido conseguir su finalidad: tener una ciudad entera a su
servicio.
[42]
Pues tras la acción masculina, concluye GOETHE, está el amor femenino. Y
ahí está la salvación, en el amor recibido.
Una feminidad que GOETHE enlaza con la feminidad de DANTE en su Divina
Comedia, donde Beatriz es la que ayuda al hombre a alcanzar la salvación.
Y una belleza que GOETHE absolutiza, y la hace fin en sí mismo.
[43] El varón VON MILTITZ, que vió cómo el pequeño FICHTE era capaz de repetir sus sermones de memoria, al mismo tiempo que cuidaba el ganado para sacar adelante a su familia.
[44] Tras haber ido a visitarle personalmente a su ciudad de Konigsberg, en 1791.
[45]
Sobre todo por haber aceptado brillantemente el hecho de que la conciencia:
-no
tiene su fundamente en el mundo real,
-no
necesita más fundamento que ella misma.
Lo que fue el germen de su futuro idealismo, basado en que:
-el
conocimiento no parte de los fenómenos, sino del sujeto conocedor,
-la
realidad es fruto del sujeto pensante, y no de las cosas existentes.
[46] En 1810, el propio WILHELM VON HUMBOLDT como encargado de las facultades de letras (con énfasis especial en la lengua alemana, así como en la filosofía clásica), y su hermano ALEXANDER VON HUMBOLDT como encargado de las facultades de ciencias (emblema estructural para el desarrollo alemán).
[47]
Tras el cual serán rectores de la Universidad de Berlín HEGEL (el 2º)
y SCHELLING (el 3º).
[48]
Por el contagio de tifus que le transmitió su mujer.
[49] Que partía del axioma de que no existen objetos reales fuera de la conciencia.
[50]
Superando así el dualismo kantiano entre sujeto
conocedor y objeto
conocido, mediante el también concepto kantiano de autonomía (de la
conciencia que conoce, tanto a nivel de lo logrado como a lo lograr) y el
proceso de:
-tesis:
el yo consciente, o razón teórica,
-antítesis:
el no yo, de lo que yo me represento de las cosas,
-síntesis:
el yo práctico, o razón práctica.
[51] Peligrosa y polémica conclusión a la que llega FICHTE, y que el propio LENIN recogerá poco después (al decir que “cuando la realidad no coincide con lo que pienso, peor para la realidad”, aludiendo a lo que FICHTE había dicho de que “cuando los hechos no coinciden con mi conciencia, peor para los hechos”).
[52] Del que copió su idea de igualdad como estado natural previo a toda convivencia social.
[53] Discursos a la Nación Alemana-1808 que pasaron muy desapercibidos en la Alemania del s. XIX, e incluso para nada animaron a los alemanes a unificarse (cosa que no empezarán a hacer hasta después de la victoria prusiana de 1870).
[54] Recogiendo la idea que ya había tenido el teólogo ENRIQUE PESTALOZZI (Zurich 1746-Brugg 1827), padre de la pedagogía moderna.
[55]
No como lo hizo HITLER, que lo interpretó sin contexto alguno.
[56]
Nunca extranjeros, aunque hubiese palabras extranjeras con las que se fue
ensamblando.
[57]
Una libertad individual que viene a ser la garantía de la supervivencia
alemana.
[58]
Sin eliminar el recurso a la fuerza armada (necesaria en el caso de que esté
en peligro el amor a la patria).
[59] Incluido el estado, que debe estar al servicio de la patria.
[60]
Término que aparece constantemente:
-en
la Biblia-s. X a.C, como
“natural
de”,
-en
la Universidad de París-1150, que dividía a sus estudiantes por
nacionalidades de procedencia, con unas funciones asignadas a cada una de
ellas,
-en
el Concilio de Constanza-1414, donde se habla de obispos representantes
de las 5 naciones, cada una como un universo articulado de núcleos
cristianos, y todas ellas unidas bajo las figuras del papa y emperador,
-en
la Reforma protestante-1520, que trató de recuperar la unidad de la
Iglesia primitiva, pero falló en su intento y desembocó en Iglesias
nacionales,
-en
la Paz de Westfalia-1648, que trató de establecer un equilibrio de
poderes tras las Guerras de Religión, pero propició alianzas nacionales
nunca antes naturales (Francia-Turquía…),
-hacia
1700, donde se generalizan las lenguas vernáculas como lenguas vivas,
con unos caracteres nacionales asociados a una conciencia y tradición
psicológica común, derivada de un mismo origen,
-en
la Revolución francesa-1789, donde se asocia el término nación a la
política subsiguiente a la monarquía, y se pone la soberanía de esta
nueva nación en el pueblo (decididor de quién pertenece a esta nación y
quién no), en un intento de búsqueda del estado humano natural,
-en
la ilustración post-napoleónica-1810, donde MAZZINI y FICHTE pasan el
concepto nación al bando contrario al imperial, como reacción a las
imposiciones de NAPOLEON,
-en
la post-I Guerra mundial-1919, donde se recurre al derecho de los
pueblos para constituir su propio estado, con derecho a la autodeterminación
de las minorías (a forma de conservar las mismas piedras primigenias),
-en
la post-II Guerra mundial-1945, donde se trata de inventar una cultura
capaz de aglutinar a todas las diferentes creencias e ideas, a forma de ir
reuniendo las diferentes piedras actuales.
[61] De ahí que los católicos alemanes que se opongan pasen a ocupar una 2ª fila en el nacionalismo alemán.
[62] Teólogo alemán, JOHANN GOTFRIED HERDER (Mohrungen 1744-Weimar 1803) había sido compañero de estudios de IMMANUEL KANT en la Universidad de Konigsberg. Posteriormente, fue el inspirador del Romanticismo alemán, así como el fundador del Movimiento Sturm und Drang-Tormenta y Pasión, célula madre del nacionalismo alemán, basado en el volksgeist-espíritu del pueblo.
[63] Alma de Italia, GIUSEPPE MAZZINI (Génova 1805-Pisa 1872) había fundado el Movimiento Giovane Italia-Joven Italia, con la idea de crear una nacionalidad italiana, alejada del todo de todo intento de intromisión en la política estatal. Eso sí, defendió como derecho natural de gentes que “a cada nación le corresponde un estado”. Se trató de un nacionalismo reivindicativo italiano, pero abierto cosmopolitamente.
[64]
“Salvo que antes se hiciese con el testigo sucesorio Estados Unidos”,
advierte FICHTE.
[65] Una familia en la que se hablaba el alemán, francés e inglés, aparte de contar con numerosos rabinos en sus miembros, y ser su padre un destacado abogado de la zona.
[66] Donde el joven MARX se dedica a las juergas juveniles, y su padre lo traslada de universidad al ver en su hijo “una personalidad demoníaca”.
[67] De familia cultísima, y lectora habitual de la literatura clásica en griego. De hecho, fue su suegro el que puso en contacto a MARX con los círculos socialistas franceses, aparte de contar con un cuñado ministro de interior (en uno de los períodos más reaccionarios, tras la revolución de 1848).
[68] Pues, tras ser expulsado de Bruselas, intentó establecerse e implantar su Manifiesto en Colonia, tras lo cual acabó detenido y mandado a juicio (un juicio en que hizo una defensa tan brillante que hasta su mismo juez lo felicitó, absolvió, y aconsejó abandonar Colonia).
[69] Son conocidas sus intensas sesiones de trabajo en la biblioteca del Museo Británico de Londres.
[70]
Donde
expone su teoría del valor, piedra angular de sus estudios sobre el capital.
[71]
Interpretando
los hechos comunales de París como el 1º intento para instituir la
dictadura del proletariado.
[72] Donde fueron famosas sus divergencias con los anarquistas, socialistas franceses y socialistas alemanes, respecto a la hegemonía del Consejo General. Lo que se saldará con un fracaso político europeo, y el traslado de la sede de la Internacional Socialista a Nueva York.
[73]
“Los filósofos han interpretado el mundo. Ahora nosotros tenemos que
transformarlo”.
[74]
Socialista británico, ROBERT OWEN (1771-1858) fue el padre del
cooperativismo, desde su posición de director de empresas en Manchester.
Trató de sustituir el capitalismo salvaje británico por otro más
cooperativo entre los obreros. Su proyecto de fábrica Harmony
Society fracasó, pero no así su Gran Unión Consolidada de Oficios,
embrión del futuro sindicato obrero más numeroso de Inglaterra. Según
defendió en su Nueva visión de la
Sociedad-1814, la solución social debe venir de la propia sociedad.
[75]
Socialista francés, PIERRE JOSEPH PROUDHON (1809-1865) fue el padre del
mutualismo, desde su posición de negocio cervecero familiar. Trató de
implantar la idea de salario sobre exclusiva mano de obra, rechazando todo
tipo de plusvalías sin trabajo realizado. Influyó sobremanera en la I
Internacional Socialista-1864, mediante el ensayo que preparó para ella de
Capacidad política de la Clase Obrera-1864. Según defendió en su Qué
es la Propiedad-1840 la descentralización del poder político, como
llave para la justicia social.
[76]
cf. VOVELLE, M; Ideologías y
mentalidades, ed. Ariel,
Barcelona 1985, pp. 293-322.
[77]
cf.
GOLBY, J. M; Culture and society in
Britain, 1850-1890, ed. Oxford University Press, Oxford 1986, pp.
221-228.
[78]
Intelectual francés, LOUIS VEUILLOT (1813-1883) fue el padre del obrerismo
católico europeo, desde su posición de secretario del ministerio de
interior francés. Según defendió en sus columnas para el L’Univer
parisino, la solución no venía por la afiliación a ningún partido político,
sino del combate periodístico contra el liberalismo y socialismo anti-clerical.
[79]
Obispo alemán, WILHELM EMMANUEL VON KETTELER (1811-1877) fue el padre del
catolicismo social europeo, y fundador del partido político Zentrum en
1871.
Influyó en el socialismo anti-capitalista de FERDINAND LASALLE, y acusó a
los liberales de totalitarios y a los socialistas de engañar a la sociedad.
[80] Político británico, JOHN LOCKE (Wrington 1632-Essex 1704) fue el padre del liberalismo político, proponiendo en su Sobre la Tolerancia-1667 que la propiedad privada y derechos privados del hombre son naturales, debían considerarse previos a todo organigrama político, y debían ser conseguidos por los ciudadanos por medio del trabajo.
[81] Economista británico, ADAM SMITH (Kirkcaldy 1723-Edimburgo 1790) fue el padre del liberalismo económico, proponiendo en su Riqueza de las Naciones-1776 que la búsqueda del beneficio personal debía ser la fuente para el beneficio común de todos, a través de la actividad económica de la oferta-demanda.
[82] Miembro del reaccionario Club del Panteón, FRANÇOIS BABEUF (San Quintín 1760-París 1796) luchó contra todo tipo de instalación ilustrada en el poder, fundando el anárquico Partido de los Iguales con la idea de imponer la igualdad nunca puesta en práctica de la Declaración de Derechos Humanos-1793. Murió en una insurrección conspiratoria contra la política napoleónica, junto a otros 6 sublevados.
[83] Como señor venido a menos, que critica la renta obtenida fuera del trabajo, y que minimiza la intervención estatal a lo meramente administrativo, sin tratar de gobernar a las personas.
[84] Principal de los socialistas anti-industriales, que decía que la propiedad era un robo, que destruir las fuerzas económicas era una quimera, y que lo que había que hacer era equilibrar las fuerzas económicas, sin eliminar la libertad (para ir superando así las contradicciones). Así, la ecuación fundamental del trabajo debía basarse en la mutualidad (con una igualdad en el plano de servicios, sin entrar en salarios todavía).
[85] Patrono inglés, que vio como el capitalismo corrompió a sus propios obreros, y trato que éstos estuviesen asociados entre sí y ligados al estado. De esa manera, rendirían mejor en su empresa y en la sociedad, y verían protegidos sus derechos.
[86]
Pequeño comerciante, que propone la idea de crear riqueza por medio de los falasterios-hoteles
cooperativos, para distribuir cooperativamente la riqueza. A nivel
político, la soberanía debe residir en el pueblo, aunque éste esté
muerto de hambre.
[87]
Como se ve en la disputa entre PROUDHON y MARX, que ante los intentos
del marxista por ganarse al francés, éste le responde:
-no
querer imponer ideologías al pueblo,
-no
querer una nueva religión de la razón, aludiendo a la filosofía de HEGEL.
[88] Bajo el lema de “todos los hombres son hermanos”. Lema que poco después MARX cambiará por el de “todos los proletarios deben unirse”.
[89] Con todo tipo de violencia y actividades subversivas. Lo que hará que muchos de sus miembros (como MARX) sean expulsados y refugiados en Suiza (donde entran en contacto con ENGELS).
[90]
Donde entabló amistad con STRAUSS y BAUER.
[91]
Filósofo alemán, GEORG FRIEDRICH HEGEL (Stuttgart 1770-Berlín 1831) fue
el padre del idealismo metafísico. Estudió en el Seminario protestante de
Wurtemberg, donde trabó amistad con SCHELLING y HOLDERLING. Trabajó al
servicio del estado de Prusia, así como dando clases en la Universidad de
Heidelberg y dirigiendo la rectoría de la Universidad de Berlín.
Viene a concluir HEGEL que el hombre es espíritu, y desde ese espíritu
se debe crear un poderoso sistema filosófico que de respuesta a todos los
interrogantes humanos, sin ocultar nada.
Desarrolla también una ontología del estado, capaz de vertebrar
todo el continente europeo. Una filosofía estatal que sus discípulos
interpretaron:
-desde
la derecha hegeliana, a nivel metafísico y encarnado en el estado
prusiano,
-desde
la izquierda hegeliana, a nivel material y encarnado en la historia
universal (como FEUERBACH).
A nivel religioso, HEGEL ve superado el cristianismo. De ahí que éste
deba ser integrado en la nueva macro filosofía idealista (donde Dios pasaría
a ser la idea de Absoluto, y el estado su encarnación).
A nivel antropológico, HEGEL se da cuenta que el hombre está alienado a todos los niveles. De ahí que lo que debe hacer el hombre (espíritu subjetivo) es ver realizable una reconciliación con el mundo (espíritu objetivo), a través de un método dialéctico (de lucha de tensiones contradictorias).
[92]
Basado en que cada nuevo movimiento surge como solución a las
contradicciones internas (entre el ser y deber ser, no ser y no deber ser)
del movimiento anterior. Paso de movimiento a movimiento que puede
analizarse, a forma de zoom, desde:
-tesis
ideal, o afirmación limitada (como por ejemplo una revolución),
-antítesis
natural, o negación que enfrenta y complementa toda afirmación (como
por ejemplo el terror subsiguiente),
-síntesis
humana, o negación de la negación, que ofrece una nueva afirmación
(como por ejemplo el nuevo estado de ciudadanos libres).
[93]
Pues todo lo real es racional.
[94] Pues todo lo racional es real.
[95] Donde Dios viene a representar el símbolo o idea del Espíritu Absoluto. Lo que dio origen a que todo su sistema filosófico fuese definido como idealista.
[96] Filósofo alemán, LUDWIG FEUERBACH (Baviera 1804-Nuremberg 1872) fue el padre del ateísmo teórico, pues es el hombre el que ha creado a Dios, y no viceversa. Así, mismo, la inmortalidad del alma no pasa de ser mero invento religioso, como idea falsa que el hombre se ha elaborado para alienarse de la indigente sociedad, proyectando en Dios y el más allá lo que no puede conseguir aquí. De ahí que lo que haya que hacer es eliminar la religión, por ser un retroceso a todo avance social.
[97]
cf. LLORCA, B; GARCIA-VILLOSLADA, R; LABOA, J. M; Historia
de la Iglesia Católica. Edad Contemporánea, vol. V, ed. BAC, Madrid
1999, pp. 305-306.
[98]
Más tarde internacional.
[99]
Que no viene a ser sino otro de los productos de la materia.
[100]
Como se ve en el mono, que eliminó sus patas traseras para poder trabajar
mejor.
[101] Que siempre tiende a solventar sus propias necesidades, haciendo cambios naturales si es preciso.
[102]
Como la cristiana, que parte del:
-principio
de individuación, que a partir del alma hace a cada cuerpo humano
distinto,
-principio
de incomunicabilidad ontológica, que hace al hombre relacionable con
los demás, pero sin fundirse con ellos ni dejar de ser sí mismo.
[103] Ser comunista que no pasa de ser mero ejemplo de la especie humana, sin nada de original… y con posibilidad de ser suprimido y sustituido por otro.
[104]
Lo contrario que hace LENIN, que aplica literalmente el Manifiesto…
poniendo la ideología como motor de su revolución.
[105] Pues su padre estaba empeñado en que siguiera la carrera de agente de aduanas, mientras él decía que quería ser pintor.
[106] Que su profesor de historia LEOPOLD POETSCH le enseñó.
[107] Al encontrarse un día en la calle de Viena, por casualidad, con un judío de tirabuzones (y no por medio de ideas que fue preconcibiendo).
[108]
Tras el peligro nº 1 que era el marxismo, y el peligro nº 2 que era el
judaísmo.
[109] Pues en él todos gritaban en alemán, pero cada uno desde la minoría no alemana que representaban.
[110]
Como cabo en el I Regimiento de Munich, y la misión de disparar gases químicos
al enemigo (lo que le hizo pasar unos meses en el hospital, para curarse de
los gases introducidos en sus ojos).
[111]
El de oficial educador del ejército, con la misión de levantar la moral de
los soldados.
[112] Con el carnet nº 7, de 100 seguidores que tenía el partido.
[113]
Como eran:
-el
Partido democristiano, sin la idea de unidad nacional, clave para poder
levantar Alemania,
-el
Partido pangermanista, basado en la idea común de patria e identidad,
pero alejado e incapaz de recuperar las masas obreras.
[114]
Gracias sobre todo a su retórica.
[115] El 9 noviembre 1923, coincidiendo con el V aniversario de la Capitulación de Alemania.
[116] Lo que saltó a las noticias en toda Alemania, e hizo que el movimiento de HITLER fuese conocido y admirado por su talante martirial en toda Alemania.
[117] Pues HITLER apenas había obtenido un puñado de escaños.
[118] De ahí que ningún judío pueda ser miembro de la nación alemana, y que todo no alemán no pase de ser huésped en Alemania (recibiendo en este caso leyes especiales y no comunes).
[119]
Frente a la pequeña Alemania de los HOHENZOLLERN, o la Alemania de
las minorías de los HABSBURGO.
[120] Sin más dilación, y sin ningún estudio sobre sus orígenes al respecto (pues HITLER nunca quiso analizar las raíces alemanas, sino que las dio por supuestas).
[121] Nunca por su mayor ciencia o inteligencia.
[122] A las que concedió HITLER toda la magia y atención de la nación, y no tanto a sí mismo. Pues el propio pueblo (de raza única) debía ser el propio motor de su futuro (guardando intacta la sangre), sin que se reprodujera en su seno miembro débil alguno (mediante la esterilización, si hacía falta).
[123] De corte naturalista y sofista griega (que hablaba del derecho subjetivo de los fuertes para dominar a los débiles).
[124]
Basada en desfiles de camisas pardas y negras, alzamiento de brazos… Lo
que nada tuvo que ver con la parafernalia italiana de MUSSOLINI. Pues:
-el
fascismo italiano trataba de recuperar el fasces de flagelos y hacha de la Roma Imperial,
-el nazismo alemán trataba de poner el estado al servicio de los fines
sociales y racistas del Partido.
[125]
Alejada de toda modernidad liberal y comunismo obrero.
[126]
Copiada del modelo de los marxistas de Viena, y de la llevada a cabo por
Inglaterra en la I Guerra Mundial.
[127] Explicando para ello que el alma alemana presente en el Fausto de GOETHE es la sucesora de aquella clásica alma apolínea equilibrada de la Antigüedad.
[128]
De forma:
-más
racial y colectivista en la zona norte y prusiana,
-más
emocional e individualista en los lánders
del sur.
De ahí que la Alemania protestante del norte votara mucho más a
HITLER que en la Alemania católica del sur.
[129]
CHEVALLIER, J. J; Grandes textos políticos
desde Maquiavelo a nuestros días, ed. Aguilar, Madrid 1962, p. 385.