HISTORIA
DE MESOPOTAMIA
a) Marco
mesopotámico
b)
Sociedad mesopotámica
c)
Religión mesopotámica
d)
Economía mesopotámica
e)
Historia de
Mesopotamia I: Sumer
f)
Historia
g)
Historia de
Mesopotamia III: Asiria
Oriente
es una noción europea de origen ilustrado, referente a Asia y norte de Africa.
Oriente, cuanto tal, no existe, o esconde bajo sí un conglomerado muy
diversificado de regiones, historias y simbolismos. Conglomerado que hay que
medir por milenios, contando con que cada ciclo histórico lleva en sí
diferentes micro-sistemas y ritmos internos desiguales.
La geografía de Mesopotamia (lit. “país de entre-ríos”, en griego) la constituirán los sistemas ecológicos de los ríos Tigris y Eufrates, a los que se unirán los cauces del Karun y del Khera. Se trata, pues, de zonas de regadío y terreno abierto (creciente fértil).
Se puede decir que el marco geográfico mesopotámico:
-nace
por el 7.000 a.C, como unidad diferenciable de sociedades y ocupaciones,
-crece desde el 3.400 a.C, con los primeros documentos escritos,
-enferma hacia el 354 a.C, con las rebeliones internas persas,
-muere hacia el
312 a.C, con la pérdida de capitalidad de Babilonia por la joven Seleucia.
El mapa mental o mapa de las 4
regiones, según el título que se daban así mismos los reyes del III milenio
a.C, era en la Mesopotamia antigua:
Subartu (N)
Amurru (O) Babilonia Elam (E)
Súmer (S)
En
efecto, Levante mediterráneo, montes del Cáucaso, mesetas iraníes y Egipto,
constituyen las fronteras limítrofes de Mesopotamia.
Súmer
era la más cercana al golfo Pérsico y zona pantanosa, e incluía las ciudades
sumerias de Eridu, Ur, Uruk, Lagash, Umma, Girsu y Nippur. No obstante, también
incluía población no sumeria, como eran los hablantes de lengua semita, de sus
dos troncos hebreo y árabe. Los documentos de Súmer del III milenio a.C. se
escribirán en ambas lenguas.
Akkad
era el corazón de Mesopotamia, tierra de dátiles, cerveza y aceite, y ocupaba
una posición central cosmopolita respecto a todos los clanes semi-nómadas de
la estepa. Sus ciudades más importantes eran Babilonia, Kis y Sippar, su
población mayoritaria será semita, y su lengua oficial será el acadio
(evolución lingüística del semita).
Asiria
era zona tosca y secana del norte, dependiente económicamente de la lluvia y
culturalmente de Babilonia. Fue centro de pueblos marginales, como los hurritas,
urarteos… y sus principales ciudades eran Assur, Nínive y Mosul, y su lengua
oficial fue el asirio.
Elam
estaba situada al este mesopotámico y en zona iraní, de los montes Zagros y
del futuro Imperio persa, tenía una historia paralela casi tan larga como la
mesopotámica, y su principal capital era Susa.
Siria
estaba situada al oeste mesopotámico, era la vía fluvial abierta por el Eufrates,
y la futura y poderosa zona de simbiosis cultural siro-mesopotámica. Sus
principales ciudades eran Mari, Ebla, Alalah y Ugarit.
Anatolia,
ya más al noroeste de Siria, en la actual Turquía, exhibía una civilización
híbrida mesopotámica durante siglos, sobre todo con los hititas, que
utilizaron la escritura cuneiforme, aspectos cultuales y los préstamos
institucionales de los sirios y asirios.
La
cronología
relativa es la que ordena los acontecimientos en una secuencia
temporal interna, afirmando el orden en que tuvieron lugar en su cultura
peculiar.
La
cronología
absoluta es la que relaciona los hechos relativos exactamente con
nuestro calendario. Todas las fechas anteriores al 1.500 a.C. admiten
variaciones de 64 años, y entre 1.500-950 a.C. de 20 años. A esto habría que
añadir las edades oscuras mesopotámicas, como las de Babilonia (ss. XVI-XIV
a.C) y
las de Asiria (ss. XVIII-XV a.C).
Otras
fuentes
mesopotámicas son:
-los
libros judíos, sobre todo Reyes y
Crónicas, que narran los conflictos
de Israel con las potencias mesopotámicas babilónica y asiria,
-las
inscripciones persas, que aportan documentación de la época aqueménida,
-las
fuentes griegas, que recopilan abundante información mediterránea,
-los
cronistas latinos, que informan sobre lugares y costumbres de cada lugar.
Los
periodos
se van sucediendo unos a otros, con las sucesiones:
-culturales:
de unas lenguas por otras, de unas estructuras religiosas por otras,
-políticas:
de unas concepciones estatales por otras, de nuevas poblaciones que se van a ir
integrando.
Así, se puede decir que fueron etapas externas mesopotámicas:
-Protohistoria.
Del 3.300 al 2.900 a.C. Se forman las primeras urbes y el primer clímax
cultural, con los primeros documentos escritos de la historia. Eridu inaugura la
primera teología conocida, y Uruk la primera democracia primitiva;
-Fase
cultural I. Del 2.900 al 2.000 a.C. Es la época de la simbiosis
sumero-semita, y cuajan el urbanismo, la escritura, el culto, el entramado
social, las instituciones de gobierno. Domina la lengua sumeria, y las ciudades
pre-diluvianas de Eridu, Ur, Larsa, Uruk, Girsu, Umma, Suruppak, Nippur, Adab, y
la post-diluviana Kis;
-Fase
cultural II. Del 2.000 al 330 a.C. Es la época de Babilonia. La
vieja cultura fue sacudida por las macro-familias de las estepas, llamados
amorreos, que ocupan la capital Babilonia y copian a la perfección las viejas
estructuras. Deja de hablarse el sumerio y se abre paso el acadio;
-Epílogo
mesopotámico. Del 330 al 64 a.C. Es la época de sustitución
de la cultura babilónica por otras occidentales como la helenística y
romana. Deja de hablarse el acadio y se abre paso el arameo.
Consiste
en el mecanismo de parámetros de tiempo, usados por los portadores de la propia
cultura. Mesopotamia usó varios métodos:
-una
visión práctica de las herencias y engranaje social,
-la
visión del pasado
Son
épocas
internas y períodos de memoria erudita en Mesopotamia:
-los
comienzos Súmer en Eridu,
-el
diluvio,
-la
rivalidad entre Kis y Uruk,
-los
tiempos de Sargón de Akkad.
Y son herramientas que ayudaron en la composición de esos escritos
memorables:
-las
listas limmu de años. En la vida económica mesopotámica,
domesticar el tiempo era tan necesario como el espacio, para evitar
reclamaciones de propiedades. Así, tuvo que recurrirse a las secuencias de
tiempo. Durante el III milenio a.C. se solucionó el problema numerando las
secuencias de gobiernos soberanos. Ante inestabilidades políticas, se emplearon
dos métodos:
-los
nombres de año, en Súmer-Akkad,
-los
años epónimos, en Asiria.
-los
nombres de año. Entre 2.300 y 1.595 a.C. se introdujo en el Sur
mesopotámico el método
de poner a cada año el nombre de un acontecimiento, acaecido el año anterior,
con una posterior ordenación cronológica.
-los
años epónimos. Entre 1.900 y 950 a.C. los años
llevaron en el Norte mesopotámico nombres de personajes importantes, comenzando por el rey (año 1º de
su reinado), funcionarios de la corte, hasta gente sorteada protocolariamente.
Los asirios llevaron este sistema a sus territorios conquistados, y acabaron
dividiendo cada año en meses y días.
El resultado de las excavaciones ha sacado a la luz más de 500.000
textos cuneiformes de todo tipo. Las excavaciones
llevadas a cabo:
-en
Girsu y Nippur, sacaron a la luz los textos más importantes de la
civilización sumeria,
-en
la biblioteca de Nínive, desvelaron el grupo de textos referentes a la
lengua acadia.
De las cuales hay 2 herramientas valiosísimas para su
transcripción:
-las
inscripciones reales, documentos redactados por el rey y destinados a
perpetuar su memoria. Sucedieron tanto en la época sumeria como acadia y persa,
y fueron de 3 tipos:
-etiquetas,
en breves escritos, para marcar algo como propiedad real, como armas, vasijas,
cetros, anillos...
-conmemorativas,
en doble o triple lengua, para conmemorar algún hecho singular, alguna batalla
o construcción de algún templo o lugar;
-votivas,
con textos de rica y lineal información, grabados por el rey sobre templos u
objetos sagrados, para ofrecerlos a la divinidad. Aquí habría que incluir la
variante asiria de las “cartas al dios”, como género en que el rey pide
favores a la divinidad.
-los
textos cronográficos, que presentan acontecimientos del pasado con
un orden secuencial, y pueden ser de 2 tipos:
-lista
de reyes, o elenco de nombre, años de reinado y filiación. Como es
el caso de:
-lista
real sumeria, redactada en Isin, datando reyes del 3.300 al 1.900 a.C;
-lista
real asiria, de 109 reyes, del 1.900 al 722 a.C;
-lista
sincrónica, de reyes yuxtapuestos, babilónicos y asirios, del 1.900 al 627
a.C;
-crónicas,
o secciones narrativas más o menos extensas. Como es el caso de:
-crónica
dinástica, de origen sumerio, que da narraciones del IV milenio a.C. sobre el
diluvio y lugares de enterramiento;
-crónica
Weidner, que da narraciones del III milenio a.C. sobre el rey Gilgamesh de Uruk,
el rey Agga de Kis, el rey Sulgi de Ur, y el dios Marduk en su templo Esagila
babilónico;
-crónicas
babilónicas, que dan narraciones del I Milenio a.C. sobre el rey Nabunasir de
Babilonia y los reyes seleucidas.
El sector estatal o público mesopotámico tenía una fuerte base
ideológica:
la propiedad incondicional de las tierras por parte del dios y del rey.
El trabajo estaba a cargo de los hombres que se ponían bajo la protección
del dios o del rey para escapar a las calamidades.
Y dos eran sus elementos más característicos:
-el
sistema de raciones, pues todo el personal que trabajaba en el templo
o en palacio recibía el sustento en forma de raciones en especie;
-la
cesión de parcelas, sustento complementario al sistema retributivo
de raciones. En ocasiones, el templo o el palacio cedían temporalmente parcelas
en usufructo o alquiler, recibiendo a cambio servicios extra (militares…) o
cargas fiscales.
En épocas centralistas, predominó siempre el sector estatal. En
Asiria
fue siempre predominante la iniciativa privada. La macro-familia va a ser la única
alternativa económicamente viable al tempo o al palacio.
En
cuanto a la propiedad
familiar, las casas o comunidades macro-familiares, organizadas jerárquicamente
por genealogía patriarcal, podían llegar a constituir, si se hacían estables,
territorios bien definidos o pueblos. Aquí, todo miembro de la comunidad tenía
derecho a participar activamente en el cultivo.
En
cuanto al tejido
social, la sociedad mesopotámica era un tejido de sectores
dependientes. En este tejido entraban:
-los
nobles, no existentes nunca por herencia hereditaria, y que los pocos
existentes nunca fueron clasistas. Lo que sí importaba era el dinero o posición
económica que se tenía, y esto sí que no estaba libre de tensiones;
-el
awilum-hombre libre, que no
necesitaba de otros para su subsistencia, como eran los trabajadores privados
como artesanos, mercaderes y pescadores, o los funcionarios ligados a la
administración palaciega, como los escribas;
-el
muskenum-mezquino, individuos
pertenecientes a los grupos sociales más débiles, base de la pirámide social
desprotegida, a lo mucho súbditos o siervos del rey;
-el
wardum-esclavo, situados fuera del
contexto social, reconocidos por todos por un mechón que se les cortaba en el
pelo, o por una marca que se les marcaba en la muñeca. Podían existir esclavos
hechos a la fuerza[2]
o por propia voluntad[3].
Los hijos de esclavos no eran esclavos sino como el resto de población.
El ámbito denominado como ciudad,
comprendía:
-el
núcleo urbano de intramuros,
-las
aldeas cercanas explotadas por los habitantes del núcleo urbano.
Las funciones desarrolladas por la
ciudad mesopotámica abarcaban:
-administración
de los bienes,
-defensa
militar de los habitantes,
Se
echa en falta, por tanto, la promoción cultural, el comercio de larga distancia
o una organización financiera.
La
edificación
urbana tenía 4 partes:
-muralla,
dotada de varias puertas, cada una de ellas abierta a barrios sociales
respectivos,
-muelle
fluvial, bolsa de intercambio, estación de las caravanas, con cierta
autonomía administrativa,
-extramuros,
zona de los urubarum-suburbios, llenos
de barracas y almacenes,
-intramuros,
corazón de la ciudad, amurallado casi al completo, formado por el bittum-templo,
el ekallum-palacio y los domicilios privados. Los dos primeros, como
centro del suministro económico.
El centro del estado mesopotámico,
así como el liderazgo y patrocinio de la
ciudad, lo constituían el templo y la divinidad local.
En consecuencia:
-el
templo urbano era el centro de la administración y del gobierno,
-las
tierras del templo eran el centro de la actividad económica.
El
templo urbano
era el lugar donde trabajaba jerárquicamente la nobleza ciudadana:
-el
sanga-sacerdote, director supremo,
-los
inspectores y capataces, supervisores del sacerdote,
-los
escribas, anotadores y escritores.
Las
tierras del
templo era el lugar donde vivía toda la población:
-cultivando
tierras, como los agricultores,
-cuidando
los rebaños, como los ganaderos,
-transformando
los productos, como los cerveceros, panaderos, caldereros, cesteros,
curtidores...
Con
la dinastía I de Akkad y la III de Ur, y en torno al 2.100 a.C, la autoridad
fue pasando poco a poco a manos de los reyes, y la economía de los templos fue
siendo asumida por el estado. Esto trajo como consecuencia el ocaso
del templo en pro del palacio, aparte de que:
-el
dueño de la ciudad ya no sería el dios, sino el rey y una burguesía de
terratenientes, campesinos adinerados y arrendatarios de parcelas,
-el
rey se iría convirtiendo en el vicario del dios, apoyándose en el templo para
acreditar su prestigio,
-el
dios personal iría creciendo en veneración, decreciendo la piedad en torno al
dios de la ciudad,
-la
religión de estado pasaría a convertirse en la religión de cada gobierno de
turno,
-el
templo pasaría a integrarse en una vida diferente civil.
En
Mesopotamia, hablar de realeza es hablar de una abstracción, pues bajo la
denominación de rey, se ocultaba una gran variedad de formas de gobierno. No
obstante, se daba el título de sarrum-rey
al representante humano establecido por la divinidad para regir la comunidad
civil.
Al rey se le solían añadir otros títulos
complementarios para diferenciarse de otros reyes de la zona, dada la
enorme fragmentación política. De ahí los títulos de gran rey, rey del
universo, rey de las cuatro regiones… dados más por el deseo del monarca que
por realidad histórica.
No obstante, todo rey tenía unos deberes:
-ser
miembro, patronímicamente, de una dinastía legítima,
-tener
excelentes cualidades, predestinadas por los dioses,
-hacerse
temido dentro y fuera de su país,
-mantener
el culto, bienestar y equilibrio del pueblo,
-ganar
las batallas y guerras.
En
cuanto a la elección
divina del rey, la monarquía mesopotámica fue algo “que bajó del
cielo”, una fuerza o esencia sobrenatural para los humanos. Sin dar sentidos
teológicos, y quedándose siempre en pura fraseología, dos son las líneas
ideológicas del rey:
-vicario
del dios, participante activo en todas las ceremonias religiosas, supervisor
de los templos y el culto, sujeto del dios y no de la ciudad;
-elegido
del dios, y cuya decisión ha de ser aceptada por todos. Al rey no se le
elige, sino que lo imponen los dioses por ser, aunque de distinta naturaleza, su
hijo y su amado.
De
ahí sus raíces santas, ritualismos para evitar la impureza, abluciones,
protección especial, compañía constante de adivinos, exorcistas, magos y médicos.
Aunque, a excepción del caso de divinización real de Ur III[4],
siempre el rey fue humano, o el “más famoso de los humanos”;
En
cuanto al poder
del rey, cada soberano ejerció su autoridad de un modo peculiar, sin
tener más límites que los impuestos por los intereses económicos de las
familias dominantes. La voluntad del rey era la única fuente de poder, sin más
ministerios o delegaciones.
Cuando la extensión de un reino sobrepasaba los límites que permitían
las particiones territoriales, a lo nuevo anexionado no se le concedía ningún
tipo de autonomía.
En
cuanto a las funciones
del rey, el monarca mesopotámico era el gran patriarca de familia,
cuya misión principal era regular las relaciones de la comunidad. De ahí que
se le defina como:
-el
“buen pastor”, que ha de conducir a su rebaño, alimentarlo y defenderlo
de las agresiones exteriores,
-el
“pater familias”, velando por la justicia y el equilibrio, con
actuaciones concretas, enérgicas e implacables,
-el
“ensanchador del país”, buscando nuevas fuentes de materias primas,
saneando el erario mediante la consecución de botines.
En
cuanto a los grupos de poder, las asambleas
ciudadanas representaron el contrapeso al poder establecido, aunque
sin organización alguna. Los grupos de ancianos o de jóvenes guerreros,
convocados ocasionalmente, como los de Uruk, son el primer organismo democrático
mesopotámico.
Por
otro lado, era costumbre situar a miembros de la familia real en los puestos
clave de estos grupos, en calidad de generales, prefectos o grandes sacerdotes.
La
figura del primer
ministro fue creada para encargarse de la administración periférica,
y tenía acceso a la información reservada. Era elegido por el monarca por
mantener una misma ideología de manera relativamente estable.
En Mesopotamia no existe una denominación concreta para el efecto
nómada. Casi siempre se refiere a los habitantes de las tiendas o
habitantes de las estepas. Incluso se utilizan gentilicios para referirse a
ellos: los amorreos, los haneos, los sureños, los norteños…
En su inmensa mayoría, estos pueblos nómadas de la estepa hablaban los
mismos dialectos semíticos.
En
cuanto a la relación
nomadismo-urbe, el nomadismo nada tiene que ver con camellos de larga
distancia. Significa:
-enclaves
de pastos alternados, unos en verano y otros en invierno. Incluso existen
clanes en parte sedentarios y en parte nómadas;
-intercambio
de productos con las urbes más cercanas, de rebaños, asnos de transporte,
leche y bisutería…
En
cuanto a los conflictos
nomadismo-urbe, ambos sectores coexistieron en un clima de desprecio
mutuo. No fueron raras las invasiones nómadas y de montañeses, y de ahí las
murallas de contención de las ciudades, como la de Ur III de 280 km. La
desconfianza venía de que:
-había
clanes agresivos y amenazadores,
-ciertos
clanes podían aupar con tropas a un determinado rey,
-tenían
la suficiente cohesión como para dotarse de propio rey.
Contó con 3 pueblos totalmente nómadas:
-los
amorreos,
que procedían de las estepas sirias, al oeste del Eufrates. De ahí la
denominación de amurru-amargos, los
del mar Amargo-Mediterráneo. Aparecen en el III milenio y se van a fusionar con
las estructuras mesopotámicas en Ur III, como en el Mito de Martu;
-los
arameos,
que procedían también de las estepas sirias, y fueron creando pequeños
estados independientes, fruto de la trashumancia, allá donde iban. Aparecen en
el II milenio, y van a dominar totalmente el I milenio a nivel lingüístico.
Asentados en la zona de Caldea, acabarán arameizando Babilonia en el 625 a.C;
-los
habiru,
que procedían de todos los sitios, y fueron bandas de salteadores que operaban
por doquier durante todo el II milenio. Reclutaban a la gente marginal de las
urbes, mendigos, prostitutas o incluso reyes destronados[5],
y los integraban en bandas criminales, sin cultura ni lengua propia.
El término familia en Mesopotamia es muy variado en significados[6].
De ahí que convenga distinguir como tipos
de familia:
-familia
nuclear, la del padre, esposa e hijos,
-familia
múltiple, cuando cohabitan 2 núcleos familiares bajo el mismo techo,
-familia
genealógica, la del hijo casado que se quedaba a vivir con sus padres,
-familia
fraterna, la de 2 hermanos que compartían hogar,
-el
linaje, la del contacto habitual entre personas y con el patriarca,
-el
clan, o agrupación de familias,
-la
tribu, o asociación de clanes.
Las
funciones de
la familia variaban según ésta fuese urbana o nómada. La actividad
urbana en la ciudad estuvo siempre dominada por la familia simple, no siendo
raras las compra-ventas de tierras efectuadas por comunas de familias. No se tenía
tendencia a repartir las herencias en partes iguales, con vistas a evitar la
fragmentación familiar.
La actividad nómada familiar trataba de garantizar los recursos
suficientes, la línea genealógica y el culto de los antepasados.
La
boda
era el momento más sagrado del Oriente antiguo, el momento de constituir la
unidad mínima de cohesión social. Solía celebrarse de forma pública y
festiva. El padre del novio entregaba al padre de la novia una cantidad, y
pasado un tiempo, la aceptaba para formar parte de su macro-familia.
El
padre
tenía en sus manos el poder absoluto, y era la única persona jurídicamente
completa, para comprar y vender. Tenía autoridad:
-sobre
la mujer, hijas y nueras,
-sobre
los hijos y los nietos,
-no
sobre los nietos de las hijas, que pertenecían a sus consuegros.
En
caso de:
-defunción,
la viuda se quedaba con un hijo o con un hermano del marido,
-ausencia,
la esposa debía esperarlo mientras tuviera recursos, y podía volverse a casar
en caso de agotarlos.
La
madre
era la esposa única del cabeza de familia, y si tenía hijos, no tenía por qué
ser repudiada ni permitir otra mujer en la familia. Si era estéril o enfermaba:
-podía
ofrecer otra esposa inferior al marido,
-podía
ofrecer una esclava que le diese hijos al marido
-podía
ser devuelta a su padre en cualquier momento.
En
cuanto a los hijos,
los varones eran los únicos herederos, las hembras podían volver a casa si
eran repudiadas por los maridos, y los adoptivos gozaban de los mismos derechos
que los biológicos. Si un hijo era violento, podía ser expulsado de la
comunidad familiar.
La religión en Mesopotamia fue
producto de los dioses, el destino y la muerte y los muertos, y con una
simbiosis sumerio-semita desde los comienzos.
La
práctica
religiosa no era sino la proyección de 2 dimensiones:
-lo
superior a lo humano, de donde surge el temor ante el poder y voluntad de
los dioses,
-la
protección de la ciudad, donde entra en acción la devoción popular en los
dioses patronos
La palabra dios aparece escrita en los
textos sumerios mediante el signo AN[9],
y se anteponía a todos los nombres de la esfera divina. No hay fragmento del
mundo y de la historia que no estén bajo el dominio de un ser divino.
Se trataba de un dios
físico, una especie de luz, que tenía su origen en el orden
natural. De ahí la especialización de las divinidades:
-Utu-Samas,
dios Sol,
-Nanna-Sin,
dios Luna,
-Inanna-Istar,
diosa Venus.
En
este sentido, el panteón era la reproducción de la organización estatal, con
su propia jerarquía
de dioses:
-An-Anum,
dios rey,
-Kingal-Rabphuri,
dios responsable de la asamblea,
-Diku-Dayyanu,
dios portavoz de los dioses peritos,
-Dingir-Ilum,
dios portavoz de los grandes dioses.
En las ciudades-estado, cada ciudad
disponía de su propio panteón particular. Es lo que se ve en los dioses
urbanos:
-Enki-Ea,
dios de Eridu,
-An-Anum,
dios de Uruk,
-Nanna-Sin,
dios de Ur,
-Asur-Assur,
dios de Asiria.
En otros entornos, otros templos
rurales tenían otras teologías, que matizaban diferentes aspectos de las
mismas divinidades. Es lo que se ve en:
-los
dioses amorreos,
-los
dioses hurritas,
-los
dioses elamitas…
Se trata casi siempre de dioses protectores ante los fenómenos
naturales. Pero por dentro albergaban los ideales
políticos y culturales de sus lugares. Eso sí, con una teología
política puesta al servicio del pueblo, y dejando asomar piedad popular por
todos los lugares y momentos, como se ve en:
-Dingir-Ilum,
dios de la protección personal,
-Nergal,
dios del infierno.
En la fe mesopotámica encontraron cobijo un entramado de creencias y prácticas
de todas las culturas filo-babilónicas.
Los
dioses
amorreos fueron los de mayor influencia periférica, y lograron
hacerse con una teología y panteón propio:
-Lim,
dios nacional de Amurru,
-Dagán,
dios de la fertilidad y los muertos,
-Baal,
dios de la naturaleza,
-Rasap,
dios de la peste.
Los
dioses
hurritas fueron un factor de primer orden en el arco norte sirio, en
torno al río Habur y la ciudad de Ugarit. Pero la religión hurrita es compleja
por las modificaciones históricas que tuvo que sufrir. Destacan:
-Tesub,
dios supremo,
-Sawuska-Istar,
diosa nacional hurrita,
-Kumarbi-Enlil,
dios Padre, de Tesub y de los dioses,
-Simike,
dios Sol,
-Kusuh,
dios Luna.
Los
dioses
elamitas se conocen con dificultad, dadas las deficiencias de la
lengua elamita, y sólo gracias a los teólogos babilónicos, y al paralelismo
hecho con los dioses babilónicos. Pero apenas en el futuro tuvieron
trascendencia alguna:
-Ninsusinak,
dios nacional de Susa,
-Kiririsa,
diosa, madre de los dioses.
ECONOMIA
MESOPOTAMICA
El valor de las cosas depende de la necesidad. Por ello, los procesos de
intercambio obligaron a Mesopotamia a establecer parámetros de aceptación
general.
En
cuanto a pesos
y medidas, en Mesopotamia no hubo una norma unificadora, sino
sistemas propios en cada una de sus zonas y épocas. Mesopotamia, para ello, en
el III milenio a.C. inventó:
-los
números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9,10 y 60, cada uno con un signo diferente,
-el
sistema decimal, de base 10 y potencias, sexagesimal y bi-sexagesimal.
Cuatro
fueron los parámetros de mensurabilidad mesopotámica:
-la
longitud y la superficie,
-el
volumen y el peso.
En
cuanto al tiempo
y calendario, Mesopotamia fue práctica, y trató de fijar los ciclos
de tiempo mediante los ciclos del sol y la luna. Resultado de ello fue la
invención, ya en el III milenio a.C, de:
-la
unidad día, de 1 umum-ciclo
solar,
-la
unidad mes, de 1 arhum-ciclo
lunar,
-la
unidad año, de 1 sattum-12 ciclos
lunares.
La astronomía mesopotámica aplicó un nombre para cada uno de los meses
del año, resultando el total del año de 360 días.
La complejidad del tejido económico mesopotámico hizo necesarios
sistemas que fijaran las transacciones comerciales, con la
finalidad de guardar la memoria de lo comerciado.
Cronológicamente fue Súmer, 300 años antes que cualquier otra cultura,
la que inventó y extendió la escritura. En esta 1ª escritura se constataba:
-signos
que representaban objetos (pictogramas) o palabras (logogramas),
-entidades
fonéticas sin significado semántico completo (silabogramas).
Los
pictogramas
fueron los primeros métodos mesopotámicos de escritura, compuestos por:
-pequeñas
bolas de arcilla,
-con
diversas fichas en su interior,
-marcadas
con sellos cilíndricos en su exterior
Estas primeras bulas mesopotámicas fueron convirtiéndose en tablillas,
y generando el trabajo de escriba, como grabador de tablillas. El mensaje
escrito podía ser interpretado por usuarios de diferentes lenguas.
Los
logogramas,
bajo signos de números y objetos, pronto empezaron a representar palabras, y no
sólo cantidades o cosas. Estas palabras, leídas en un principio en silencio,
empezaron a ser leídas pronto en voz alta. Nació así la lengua monosilábica
sumeria, el año 3.300 a.C. en la ciudad de Uruk.
Los
silabogramas,
último paso dado por Mesopotamia, consistieron en abstraer el sonido de los
signos, prescindiendo de la figura, y sin referencia semántica obligada. Así,
estas sílabas independientes, podían juntarse a otras y formar una sintaxis
abstracta, con introducción de verbos, extranjerismos, e infinitud de
posibilidades inventadas. En el año 3.000 a.C. ya se universalizó esta lengua
en Súmer, y poco después se multiplicó el número de himnos, proverbios y cánticos
escritos.
En
cuanto a los signos
cuneiformes, éstos suplieron a la escritura sumeria para ganar en
velocidad y simplicidad. Con punzones de cuñas triangulares estándar, se
imprimían en la tablilla de arcilla las antiguas figuras sumerias, guardando su
forma geométrica, pero supliendo las curvas por rectas. A lo largo de más de
3.000 años de escritura cuneiforme, varios fueron los cambios hechos en los
signos, pero ninguno en los significados.
El sistema económico mesopotámico estaba constituido por entramados
muchos y simples.
Se
trató de una economía
de subsistencia. Pues la población de la ciudad subsistía a base de
las raciones en especie que les distribuía el templo o el palacio. La casa debían
edificársela ellos mismos, al igual que la cerámica, costura… Los ciudadanos
sólo dependían del exterior para obtener la madera, el bronce.
En
las estepas, la comunidad se surtía de sus propios productos, cultivados en
parcelas, y podía vender en la ciudad, mediante el trueque, lo restante.
Se
trató de un intercambio
de excedentes. Pues el templo y el palacio eran los únicos que
almacenaban, acumulando excedentes para intercambiarlos por otros bienes, como
joyas, oro, plata, armas y vasijas de lujo, muebles, telas, alfombras. Cuando se
hacía necesario, las grandes organizaciones importaban materias primas a la
ciudad.
Y
para ello fue clave la figura
del tamkarum-mercader, caravanero que actuaba por encargo del palacio
o del templo, en calidad de prestamista y financiador de las actividades
estatales.
A partir del II milenio se puede hablar de espíritu proto-capitalista,
con la compra al por mayor de lana, cebada, dátiles y cebollas.
SUMER
El origen de Mesopotamia muestra distintos focos y etapas en la historia.
Algunas zonas del sur del Tigris ya estuvieron pobladas y con cultura propia
entre el 5.000 y 4.000 a.C. Las zonas del Eufrates, entre el 4.000 y 3.000 a.C.
La
domesticación
de animales y plantas fue el primer hecho humano en Mesopotamia y el mundo
entero. La construcción de las primeras aldeas
data del 6.500 a.C, salvando a Jericó, mucho más antigua. Las ciudades,
o centros locales mayores, datarían del 5.000 a.C, con propio drenaje y
canalización. Todas las formas de vida de esta época estaban ligadas al mito
de la fecundidad: la población sedentaria se sentía dependiente de
la naturaleza.
Fue
la época de las herramientas
y armas de cobre, los primeros hornos de temperatura, y la fabricación de la
primera cerámica pintada, en torno rápido. Los talladores emplean taladros y
fresas de rotación.
Los
edificios
empiezan a hacerse en plana circular, y se detecta el primer templo o ziqqurratu,
en torno al cual surgen los primeros núcleos urbanos complejos.
En
cuanto al cultivo,
se produce el cereal, y cobran importancia los acuíferos y la ganadería. Se
divide el trabajo y reparten las tareas. Surge en Uruk la primera codificación
económica de la histórica.
Uruk
fue la primera
urbe dominante de Mesopotamia. Ya hacia el 3.700 a.C. había ocupado
los valles fluviales del Eufrates, desarrollando el modelo de ciudad-estado,
perfeccionando la metalurgia del bronce, y empezando a difundir su cultura.
En
torno al 3.400 a.C. Uruk, de población mayoritaria semita, y minoritariamente
hurrita, empieza a crecer demográficamente, debido a la llegada de un grupo
numeroso venido de fuera, los sumerios, de procedencia desconocida, y que se
fusionaron con los habitantes autóctonos de Uruk. Esta simbiosis semita-sumeria produjo:
-distribución
de los espacios interurbanos,
-organización
socio-política, división del trabajo y prestaciones obligatorias,
-técnicas
precisas de codificación gráfica,
-cánones
y simbolismos como soporte ideológico,
-grandes
sectores plurilingües de población.
El producto final fue una sociedad invariable durante milenios.
En
torno a Uruk, que nunca quiso ser capital de ningún estado sumerio, se fueron
instalando, en la llanura sur mesopotámica, un aluvión de ciudades-estado con intereses
comerciales.
Se
decía que la expansión comercial de Uruk había sido detectada hasta en el
Indo y Egipto. En efecto, serán inventos
de Uruk III:
-la
navegación fluvial,
-la
talla de sellos,
-la
joyería,
-la
topografía,
-la
escuela,
-el
derecho,
-los
números y la escritura.
Otro
de los pasos gigantes de Uruk III fue la invención
de la escritura gráfica, no consecuencia del urbanismo, sino como
función económica, para memorizar cifras y valores. Lo que empezó a
codificarse en fichas encerradas en bulas de barro, acabó grabándose sobre
superficie de tablillas, y generando todo tipo de vocablos, abstracciones, fonética
y sintaxis articulada.
La ciudad de Uruk continuó extendiendo su influencia cultural, hasta el
2.900 a.C, por todas las zonas periféricas y mundo alejado, remontando las
cuencas fluviales, y llegando su influencia hasta el norte de Siria y Anatolia,
el Indo y Egipto. Sus casas o empresas se convirtieron, en centro
de resonancia por todo el mundo, importando al mismo tiempo las
maderas y minerales que necesitaba.
Tras la expansión brillante de Uruk, empiezan a asumir el testigo hegemónico
otras ciudades que habían ido creciendo bajo su amparo y sombra. La primera de
ellas fue Kis, de población entera semita, situada algo al norte de Uruk, en el
mismo río Eufrates. De Kis datarán los primeros
personajes documentados: los reyes Mebaragesi[10]
y Mesalim[11].
El período de Kis, desde el 2.850
al 2.550 a.C, es una etapa donde:
-las
ciudades se rodean de murallas,
-los
templos son el centro de la sociedad, dominados por el sacerdote y asistidos
por el consejo de ancianos y burocracia palaciega
-los
sistemas de canalización son construidos, pues el reparto de aguas empieza
a originar los primeros conflictos urbanos,
-la
circulación comercial, fluvial o terrestre de los bienes, empieza a
producir irregularidades, y a ser capital.
Si en el Proto-dinástico I[13]
y II[14],
había sido Kis el principal foco de atención mesopotámico, ahora en el Proto-dinástico
III[15]
el papel predominante corresponderá a Ur, en la confluencia del Tigris y
Eufrates.
El fundador de las dinastías en Ur fue Mesannepadda
en el 2.490 a.C, y de esa época también datan en Ur las llamadas tumbas
reales, llenas de metales preciosos, instrumentos musicales, vasijas
y tiros de carro, donde el monarca se enterraba con sus servidores.
En torno al 2.500 a.C. se ponen por escrito las composiciones
literarias sumerias o textos arcaicos de Ur, los primeros con nombres
propios semitas, y en forma de escritura cuneiforme.
Hasta el 2.100 a.C. se puede hablar de 400
años en los que en Ur:
-el
derecho civil va a alcanzar su madurez, ya nunca superada,
-la
administración pública va a ser el modelo de los dos milenios siguientes.
Fue en el 2.100 a.C, y bajo el rey Sulgi, cuando la dinastía
III de Ur lleva a su máximo esplendor la cultura de Ur. Más de
500.000 tablillas nos hablan de:
-una
eficacísima burocracia,
-un
estado fuertemente central y autoritario,
-ampliación
en la red de canales terrenos y fluviales,
-relaciones
comerciales con países del Mediterráneo,
-tribunales
de jueces independientes y por encima de las autoridades,
-un
modelo social estrictamente piramidal,
-concepto
real casi divinizado,
-un
código de conducta ciudadana,
-los
primeros nombres extranjeros de clanes esteparios.
Ciudad al norte de Ur por el cauce del Tigris, Lagash fue el tercer
lugar nuclear de la Súmer proto-dinástica. Aquí en Lagash, el descenso de los
caudales fluviales y la salinización, vinieron a acentuar los desequilibrios
sociales y agravar las disputas.
Fue entonces cuando, en el 2.350 a.C, se perfila la figura del rey Urukagina,
sin relación con la dinastía precedente, y que:
-condonó
las deudas de los súbditos,
-denunció
los abusos de los altos funcionarios,
-reguló
las tarifas de los servicios estatales,
-defendió
a los huérfanos y viudas frente a los poderosos.
Algunos decenios más tarde, la constelación de estados rivales dio paso
a un fugaz estado sumerio. Fugaz estado,
porque sería unificado a la fuerza por el rey semita de Umma, Lugalzaggesi,
que combatió a la vecina Lagash, usurpó el trono de la antigua Uruk, ocupó Ur
y redondeó sus conquistas sometiendo a Kis.
Consciente
de su papel, Lugalzaggesi se apropió el título de “rey desde el Poniente
hasta Levante”.
Por último, el ámbito religioso cristalizó en la que fue el centro
teológico de Mesopotamia, la antigua Eridu, la colina primordial de la creación.
Cristalizó con la lista
de los dioses y las funciones de los dioses del panteón:
-presidido
por el viejo An,
-manejado
de hecho por el terrible Enlil,
-con
Inanna escalando posiciones,
-que
resucitará cada primavera al fértil Dumuzi, muerto por otoño.
Será también aquí donde se forjarán literariamente los grandes
mitos de la creación y del diluvio, llenos de leyendas y héroes
legendarios.
Hemos visto que las disputas por el control de los acuíferos eran
eternas e interminables. Esto va a desembocar, antes de lo esperado, en la
aparición, violentamente o no, de estados regionales, más o menos extensos, y
dirigidos por una autoridad o rey, superior y fuerte.
Fue
el fundador del primer
estado territorial mesopotámico, con capital en Akkad. Jefe guerrero
semita, Sargón siguió los pasos del experimento unificador de Lugalzaggesi en
Umma.
Así,
el año 2.334 a.C. logró ya adoptar el título de “gran rey de Súmer y Akkad”.
Tras esto, extendió su dinastía a toda la Mesopotamia, sur de Anatolia,
Armenia, poniente de Irán, golfo Pérsico y toda la Siria.
Sargón
creó la 1ª confederación de ciudades sumerias, las coaligó unas con otras, y
trató siempre de limar
diferencias entre unos parlo hablantes y otros. Incluso a su propia
hija, la sacerdotisa Enheduanna, la puso al frente de la gloriosa Uruk.
Los
sucesores de Sargón en Akkad, Rimus, Naramsin y Sarkalisarri, continuaron con
la severidad
de su predecesor. Se puede hablar de un estado fuertemente militar y
centralizado en el poder.
Imperialismo y sobre-humanidad del monarca, básica ideología acadia,
van a ser en adelante los soportes simbólicos de las épocas sucesivas. La lengua
acadia, variante semita del sumerio, empezará a suplantar al sumerio
como lengua oficial de textos administrativos.
El Imperio acádico fue culturalmente importante, un avance positivo
dentro de Súmer, pero fue efímero y víctima de su propia
inestabilidad
interna.
El golpe de gracia lo darían los
guteos, población montañesa de los Zagros, que hacia el 2.150 a.C,
se introducen e invaden Akkad, provocan la inestabilidad y fragmentan el poder.
Sería ésta la primera invasión, de todas las que van a ir llegando desde
todas las estepas, para invadir y ocupar el que fue lugar de origen de la
historia de la humanidad.
Tras el Imperio de Akkad, culmen de la cultura semita-sumeria, los clanes
amurru-amorreos asumen el poder político en Mesopotamia, a la que imponen sus
estructuras macro-familiares.
Babilonia,
nuevo estado fundado por los amorreos en el sur de Mesopotamia, va a ser el
centro del mundo y en cierto sentido la continuadora de la línea sumeria y
acadia. El acadio babilonizado será la lengua internacional.
Ahora
bien, todas las dinastías que gobernarán Babilonia van a ser extranjeras:
amorreas primero, casitas, asirias y caldeas después. Eso sí, con cierto sello
babilonizador, que irá marcando todos los ritmos culturales.
En el norte, también otro jeque amorreo fundará un nuevo estado, Asiria,
en el futuro competidor de Babilonia.
En el este, Elam hacía de puente hacia las mesetas centroasiáticas, y
al oeste, Siria obligará a sus escribas a mantener correspondencia con el
acadio babilónico.
El nacimiento de Babilonia sucedió el 1.900 a.C. en la antigua y perdida
aldea de Babil,
uno de los poblados cinturón de Ur III, hermano de Isin, Larsa, Sippar y
Esnunna, y como todos ellos, ocupados por los amorreos.
Hammurabi,
sexto de los reyes amorreos que ocuparon Babil, será el auténtico fundador de
la supra-regional Babilonia, allá por el 1.790 a.C:
-incorporando
a su reino los territorios cinturones de Ur,
-controlando
todas las rutas comerciales hacia el Mediterráneo,
-conquistando
los territorios sirios de Mari y Alepo,
-colocando
al insignificante Marduk como dios nacional de Babilonia.
Hammurabi supo combinar imperialismo con un modelo de actuación justa,
plasmando en su Código de Hammurabi todos los
principios de la doctrina social mesopotámica:
-el
ojo por ojo y diente por diente,
-el
manual de sólida costumbre y buena conducta,
-la
protección legal de las clases desfavorecidas.
En
temas científicos,
en esta etapa se tradujeron al acadio-babilónico los mitos más relevantes de
la Antigüedad, así como numerosos textos sumerios. Se adaptaron los cultos
antiguos sumerios, se elaboraron las bases teológicas de la nueva religión, y
se realizaron avances en matemáticas, astronomía, medicina, química y
lexicografía.
Del
1.500 al 1.150 a.C, Babilonia va a estar regida por reyes de origen casita,
población procedente de los montes Zagros, y presente en la ciudad desde el
1.700 a.C. Ya Babilonia I había dejado entrar a población extranjera de todos
los lugares. En estos 450 años de Babilonia II, la población casita será la
que se haga con el poder.
En el campo interior, la sociedad
casita fue tranquila, sin fragmentaciones o rivalidades.
En
el campo
exterior, los casitas inventaron los carros ligeros de guerra, como
grandes peritos en la doma de caballos que eran, para repeler eventuales
agresores y reforzar sus fronteras.
La
cultura
casita de Babilonia va a ser continuadora de la amorrea, aunque con ciertas
estructuras clánicas. Todos los textos van a seguir siendo redactados en
acadio. Se compondrán bellos poemas orientalizados, como el del Justo
sufriente, sobre el cuidado o no de la divinidad.
La
religión
casita va a introducir el santuario real, dedicado a las divinidades casitas
Simaliya y Suqamuna.
Finalmente,
en el 1.150 a.C. un grupo autóctono, con el auxilio elamita, impone
agresivamente en Babilonia su poder, dándose por terminada la época clásica
babilónica.
Durante tres siglos, Babilonia había estado luchando por mantener un
equilibrio con los asirios. No obstante, la presión se fue agrandando, hasta
que se hizo ya insoportable.
Fue
Tiglatpileser
III de Asiria, en el 727 a.C, el
encargado de poner a Babilonia bajo dominio asirio. No lo hizo bajo la violencia
bélica, sino reclamando su derecho al trono babilónico.
Salmanasar V, Sargón II y Senaquerib, hasta el 625 a.C, también
ejercieron su soberanía sobre Babilonia,
teniendo que hacer frente a esporádicas revueltas
caldeas, de algunos jeques caldeos que ya merodeaban por la zona
Uno de estos jeques caldeos, Nabopalasar, sería el que finalmente quitaría
Babilonia al Imperio asirio, el año 625 a.C, para dársela a los clanes
arameo-caldeos. Poco duró, un siglo, la golosina babilónica para Asiria.
Se puede decir que la aportación
asiria a Babilonia dejó:
-inseguridad
general,
-desplazamiento
poblacional hacia el medio rural,
-aumento
de sectores desarraigados y marginales,
-producción
literaria de la Teodicea babilónica y
Epopeya de Erra,
-abundantísima
producción científica, médica, astronómica y matemática.
Se dice que el rápido final del Imperio asirio en Babilonia pudo ser
debido a su prepotente actitud frente a los sectores extranjeros de la ciudad.
De hecho, eso mismo sucederá en el final de la misma Assur y Nínive, cuando
una coalición de medos se empeñe en la destrucción de todo vasallaje asirio
feudal.
En
Babilonia, un jeque caldeo, Nabopalasar, vasallo feudal de los asirios, decidió
una alianza
con los medos, montañeses iraníes, y enemigos por lo mismo de
Asiria, para usurpar el trono babilónico. Esto sucedería el año 625 a.C,
mismo año en que la misma coalición, medo-caldea, destruye la ciudad asiria de
Nínive, y se reparten las tierras:
-Babilonia,
para los caldeos,
-el
norte, para los medos.
La etapa caldea de Babilonia va a ser muy efímera, pues el Imperio persa
ya está avisando a la puerta. Pero sus monarcas, sobre todo Nabucodonosor, van
a poner Babilonia a la altura de la primera capital
del mundo, en riqueza, cultura, religión, ejército y arquitectura,
poniendo en vilo a la misma Egipto.
En
efecto, fue Nabucodonosor II, excelente político, y casado con una meda, el
encargado de someter para Babilonia, entre el 600 y 570 a.C, y con un ejército
impresionante de tropas:
-toda
la Mesopotamia norte, sur y central,
-Siria,
Anatolia y Samaria,
-el
reino de Judá-Jerusalén,
-el
reino faraónico de Egipto.
Tras
invadir Egipto, Nabucodonosor avasalló a los egipcios a pagar de botín:
-30.000
kg de plata y 30.000 kg de estaño,
-300.000
kg de cobre y 6.000 lingotes de cinc,
-decenas
de miles de tejidos de lujo, lana y púrpura.
En otras invasiones, el botín consistía en esclavizar a la población,
destruir todo lo encontrado, seleccionar a lo más selecto de sus intelectuales
para sí.
Babilonia se convirtió en un jardín
colgante, una maravilla del mundo:
-en
arquitectura, con 2 murallas, 3 ríos, 8 canales, 8 puertas, 24 calles, 43
templos, palacios, vías procesionales, la puerta de Istar, el Zigurat de Babel de 90 m.
altura…
-en
matemáticas, con el cálculo aritmético, álgebra, geometría, topografía,
astronomía…
-en
religión, con 55 santuarios de Marduk, 300 santuarios a los Igigi, 600
santuarios a Annunaki, 180 altares a Istar, 180 altares a Adad, 12 altares a las
divinas Pléyades…
A la muerte de Nabucodonosor, la cultura y la política pasaron a manos
de las castas sacerdotes. Su sucesor, el rey
caldeo Nabónido, nada pudo hacer ante las intrigas palaciegas y
presión de los sacerdotes, que le acusaban de heterodoxo y trastornado por
querer introducir cultos de 2000 años atrás.
Nabónido, en extrañas circunstancias, salió hacia Arabia con el fin de
reclutar jeques para su causa. El pueblo empezó a despreciarlo y odiarlo.
En este contexto, la llegada de Ciro de Persia ante las murallas de Babilonia, el año 539 a.C, fue toda una aclamación liberadora. Llegaba el mesías salvador.
ASIRIA
Nació en torno al 1.900 a.C, al mismo tiempo que la sureña Babilonia, y
también como fruto de las invasiones amorreas.
Ya la antigua Kanis, ciudad autóctona norteña
del Tigris, hacia el 2.100 a.C. había mantenido ciertas relaciones comerciales
con Anatolia, exportándole tejidos a cambio de cobre y estaño, y creando unas
tímidas agencias comerciales.
Samsi-Adad,
octavo de los monarcas amorreos que ocuparon Kanis, fue el auténtico fundador
de Assur, allá por el 1.780 a.C:
-controlando
toda la zona norteña fluvial,
-sometiendo
la ciudad eufrática de Mari,
-cortando
las rutas comerciales, hacia Levante, del sur.
Assur,
la nueva capital asiria, fue rápidamente enriqueciéndose con:
-doble
muralla interior y exterior,
-palacios
viejo, nuevo y parto,
-el
gran templo de Asur,
-templos
de Adad, Istar, Sin y Samas.
A la muerte de Samsi-Adad, Asiria no encontró la manera de controlar
todo lo conquistado por la I dinastía, y acabó sucumbiendo en un período
oscuro de casi 400 años. El trono asirio continuó ocupado, pero esta vez a merced del Imperio
hurrita, que desde Hurri-Mittani, le impuso el régimen de vasallaje.
Assur-Uballit
fue el monarca que confirmó, en torno al 1.350 a.C, el renacimiento de Asiria
como potencia internacional.
Este éxito debe ser atribuido al Imperio hitita, y no a los propios
asirios, pues fueron aquellos los que acabaron y aniquilaron el poder del
Imperio hurrita, el año 1.360 a.C, bajo la mano del monarca hitita Suppiluliuma[16].
Con el espacio libre de actuación, Asiria sentó las bases de un estado
sólido y con clara vocación expansionista:
-creciendo
hacia el norte y noroeste,
-aculturando
las tribus montañesas del Cáucaso e Irán,
-expandiendo
su influencia hacia el Mediterráneo.
Sobrellevando los propios conflictos internos, de inestabilidad y
sucesorios, Asiria continuó su expansión exterior por las buenas o las malas.
Adad-Nirari
conquistó Karkemis en 1.280 a.C, y puso bajo control asirio todas las rutas
caravaneras del Eufrates.
Tiglatpileser
I,
en 1.110 a.C, puso en jaque a todos los reinos vecinos de Damasco, Israel, Judá
y Fenicia, tradicionalmente bajo protección de Egipto.
Expediciones
exteriores de castigo, y esclavización de todos los terrenos conquistados,
fueron las constantes asirias de sus conquistas. Toda una tecnología bélica avanzada fue
puesta a la obra. La jugosa Babilonia esperaba a la puerta.
Por
el año 900 a.C. se empiezan a establecer por el oeste asirio unos nuevos clanes
venidos de fuera, los clanes
arameos. El problema no venía de estos clanes, sino de su verdadero
estado, Urartu, que había empezado una política expansionista, entrando en
conflicto con los asirios:
-en
los mercados de materias primas venidos de Anatolia,
-en
las líneas asirias de acceso al Cáucaso.
Pese al obstáculo y reveses de Urartu, Asur-Nasirpal y Salmanasar III
continuaron con la conquistas. Babilonia, bajo
Tiglatpileser III, e Israel-Samaria, también pasaron al heraldo asirio.
Asiria III supone, con más de 20.000 tablillas recuperadas de la
Biblioteca de Nínive, el cénit de la cultura
asiria:
-en
literatura enciclopedista,
-en
una astronomía adivinatoria,
-en
multitud de tratados internacionales,
-en
arte esmaltado y esculturas lamassu,
-en
arquitectura templaria y palaciega de Nimrud y Nínive.
Los fundamentos políticos y administrativos del Imperio asirio III van a
ser los rasgos inspiradores directos del
Imperio persa y del mismo Alejandro III Magno.
FINAL
DE MESOPOTAMIA
Durante
el II milenio a.C. algunos grupos
arios se establecieron en la meseta iraní; los medos y los persas
eran dos de ellos.
La
meseta iraní, en constante relación con asirios y elamitas, había puesto su
primitiva capital en
Ecbatana, cruce de caminos muy
diversos, pero con clara tendencia mesopotámica.
La
particularidad más llamativa de los persas fue su religión mazdeísta en torno al
dios Ormuz[17].
Era una religión dualista, de principio bueno y principio malo, fundada y
propagada por Zoroastro entre las clases altas iranias, entre el 1.000 y 600
a.C.
Con
la asimilación cultural de la vieja
Susa, y la fundación de la nueva capital, Persépolis,
se fundan los cimientos propios de la cultura persa, fundidos con elementos
egipcios y mesopotámicos.
Llegado
el siglo VI a.C, el clan
aqueménida se hizo con el control del imperio persa y medo, e inició
una decidida política expansionista.
Ciro
II
fue el gran monarca persa y el auténtico fundador del Imperio persa. Con el
reclutamiento de un impresionante ejército, Ciro II conquistó, del 545 al 525
a.C:
-el
valle del Indo,
-Arabia,
la Bactria, Sogdiana y Asia central,
-Babilonia,
Egipto y toda la Mesopotamia,
-Fenicia,
Siria, Lidia, Anatolia y todo el Mediterráneo oriental.
Cambises I, sucesor de Ciro II, murió en su intento de saltar a la Europa occidental.
Darío
I, político hábil y conciliador, decidió organizar y estabilizar
lo conquistado, dividiendo los extensos territorios en 20 provincias o satrapías,
poniendo a su frente a miembros de la familia real. Pero aún así, decidió ser
él quien diera el salto a Europa, sometiendo la cuenca del Danubio, Tracia y
Macedonia, al vasto Imperio persa.
Con la toma persa de Babilonia en el 539 a.C, Ciro
II había tenido cuidado en ganarse el favor de los sacerdotes de
Marduk. De hecho, no se presenta en Babilonia como el conquistador, sino como un
legítimo sucesor de la cultura y paz babilónica.
De hecho, la época persa no supuso en Babilonia, culturalmente, un
cambio radical de los esquemas simbólicos precedentes. Tanto Ciro como Darío
I comprendieron que la religión era un componente esencial dentro
del macro-sistema persa, permitiendo el desarrollo normal del culto.
Algo diferente supuso la llegada, el 482 a.C, de Jerjes
I a Babilonia:
-retirando
la estatua del dios Marduk,
-destruyendo
todos los zigurats de la ciudad,
-prohibiendo
la celebración de la fiesta primaveral.
La sublevación no se hizo esperar, y tras 20 años de protestas, fue Artajerjes
I el que tuvo que permitir reanudar el culto, restaurar los templos,
reponer las festividades. A cambio, los sacerdotes debían pagar unos impuestos.
Durante el IV milenio a.C. la cultura
de Uruk había extendido su influencia hacia las zonas periféricas.
Cronológicamente, los primeros pasos de la expansión de Uruk se dio en dirección
este, con la colonización de la zona de Elam, en la ribera del Pérsico, y su
capital Susa.
El núcleo de la colonización mesopotámica en Elam fue la llanura de Susa,
entre los ríos Karun y Karheh, y en el descenso de los montes Zagros. Desde la
planicie de Susa, se podía alcanzar la meseta persa por una serie de vías y
puertos de montaña.
La ciudad de Susa estaba poblada por población
sumeria, y en ella se han encontrado multitud de sellos cilíndricos,
bulas con fichas, así como los mismos cánones arquitectónicos e iconográficos
que las ciudades sumerias. En el III milenio a.C. Susa era parte integral de la
cultura sumeria, a todos los efectos.
Con la llegada de los elamitas,
población interior procedente de los montes Zagros, numerosos conflictos van a
ir apareciendo en el II milenio a.C. en las comarcas. Los elamitas comenzaron a usar:
-una
escritura autóctona, de carácter logográfico,
-un
sistema gráfico linear, todavía sin descifrar,
-nuevas
vías comerciales, hacia el altiplano persa y Asia interior.
Con la bajada a Susa de los grupos
arios iraníes, en sus vertientes de medos y persas, y tras la
fundación de la nueva capitalidad en Persépolis, Elam origina, ya en el I
milenio, la creación del gigante Imperio persa.
Siria fue también otra de las zonas periféricas en recibir la cultura
de Uruk, en su expansión hacia el oeste. La difusión de los modelos
mesopotámicos de vida en Siria se realizó dentro de los límites
pluviométricos adecuados, y de una manera selectiva, ya que existía desde el
Calcolítico una honda cultura local.
Los principales enclaves fueron Ebla,
Mari, Tell-Huera y Gabal, situados en los márgenes del Eufrates, y que tenían
como misión:
-buscar
las maderas, metales y cristales, en las cuencas del Habur,
-centralizar
las materias primas que necesitaban las oligarquías de Uruk,
-organizar
el transporte hacia el sur.
Otros enclaves restantes aislados, servían de base para las
penetraciones ramificadas.
En cuanto a las clases de la cultural simbiosis
siro-mesopotámica, se puede hablar de una madura idiosincrasia,
intensidad y receptividad, plasmándose en el Archivo de Ebla del 2.500 a.C. y
el Código de Mari del 2.350 a.C, llenos ambos de miles de tablillas y hallazgos
epigráficos:
-los
perfectos sistemas de contabilidad,
-los
nuevos cánones estéticos de la escritura o escultura,
-la
excelencia de una trilingüe administración,
-el
cultivo de todo tipo de género literario.
Por el II milenio a.C. Siria se convertiría en el campo de batalla entre los
intereses comerciales de Egipto y los estados periféricos enfrentados. Ugarit,
ciudad de la costa siria con puerto internacional, se va a erigir en la sucesora
de Ebla y Mari al mando de la cultura, desarrollando, del 1.400 al 1.200 a.C, el
primer alfabeto conocido de la
historia de la humanidad, compuesto de 30 signos.
Ugarit
significó aunar las nuevas culturas minoicas del Egeo con los antiguos saberes
orientales, en documentos jurídicos, administrativos, escolares, mitológicos,
literarios.
Con la llegada de los pueblos del mar, la milenaria y floreciente cultura
siria, en sus simbiosis oriental y occidental, va a caer en la desaparición.
Los últimos textos de Ugarit recogen y dan
fe cierta de la inminencia de esta amenaza, y del nerviosismo y desorganización
de sus dirigentes, incapaces de controlar una defensa eficaz.
Los
hititas, citados en la Biblia como hittim,
y cuyo origen se desconoce, era una población
indoeuropea establecida en Anatolia, en el marco de las migraciones
arias venidas por el Cáucaso en el III milenio a.C, ocupando hacia el 1.900 a.C,
la meseta central de Anatolia, y algunas zonas del norte de Siria.
Los
hititas dominaron e impusieron su idioma, cultura y dominio sobre los habitantes
originales primitivos, llamados hatti,
que hablaban una lengua aglutinante que no pertenecía al tronco indoeuropeo.
Los
hititas habían logrado una organización
política basada en la federación de pequeños estados, unidos por
tratados al gobierno central, con un gobernador representante del rey. Disponía
de las siguientes instituciones:
-rey:
origen divino, gran sacerdote y juez, escoge al heredero. Necesita ser aceptado
por el panku,
-panku:
asamblea de notables lo que hace de la monarquía hitita un sistema no absoluto.
Aunque
la primera cronología hitita no es muy segura, es posible que la primera ciudad
establecida por los hititas fuese Nesa, cerca de la actual Kayseri. Poco después
del 1.800 a.C. conquistaron la ciudad de Hattusa,
cuyos restos se encuentran en el actual yacimiento arqueológico turco de
Bogazkoy. Sólo se tienen conocimientos de la historia hitita hasta el siglo
XVII a.C, con la llegada de su principal rey Labarna.
Los griegos ya habían hecho acto de presencia en Mesopotamia en épocas
anteriores, habían conquistado las costas jonias de Anatolia, e impregnado de
helenismo toda la cultura siro-mesopotámica.
Ahora, en el s. IV a.C, y bajo el dominio absoluto de Alejandro III
Magno, aleccionado por su padre Filipo de Macedonia, y por los mejores consejeros
griegos, Grecia sometía Egipto y se lanzaba sobre la conquista del
impresionante Imperio persa.
En la Batalla de Issos-Anatolia del 333
a.C, Alejandro pone el pie en Asia, infringe la primera derrota a Darío III, y
reclama para sí todo el Imperio aqueménida, buscando una confrontación
definitiva.
En la Batalla de Gaugamela-Kirkuk del
331 a.C, Alejandro sella la derrota definitiva de los persas. Darío huye y
Alejandro entra victorioso en Babilonia y toda la Mesopotamia, rumbo a Susa,
Persépolis[18]
y el Indo.
Tras las triunfales victorias
del Indo, Irán e India, Alejandro vuelve el 323 a.C. a Babilonia,
donde muere en manos de los sacerdotes caldeos, a quienes deja su testamento
ideológico:
-Dios
es el padre común de toda la humanidad,
-la
armonía entre los hombres viene de ser todos hermanos, y someterse al monarca y
su legislación,
-todos
los pueblos del Imperio eran libres e iguales ante la ley.
La dinastía seleucida fue la
heredera del Imperio griego en Babilonia. A la muerte de Alejandro, Seleuco
I Nicator, que había fundado una nueva metrópoli en la
rivera Tigris, fue quien cambió la antigua y vieja capital de Babilonia,
por la nueva y joven Seleucia. Era el año 312 a.C, y Babilonia quedaba herida
de muerte.
El cambio de capitalidad de Seleucia por
Babilonia supuso la muerte de la gloriosa historia de la vieja Babilonia. Los
motivos no fueron ya políticos sino económicos y comerciales, pues Seleucia
había sido creada para situarse en como centro de encuentro entre el Mediterráneo,
golfo Pérsico, y la India.
En Babilonia, tan sólo un grupo de sacerdotes logró seguir transmitiendo en tablillas los conocimientos de astronomía, lexicográficos y matemáticos, sin interés ninguno.
Manuel
Arnaldos
Mercaba,
diócesis de Cartagena-Murcia
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Indice
general: www.mercaba.org/GradodeHistoria/1.htm
____________________________________
[1]
Latente y presente en la voluntad del dios mesopotámico.
[2]
Enemigos de guerra.
[3]
Para saldar deudas…
[4]
Donde el rey firmaba con el símbolo * del dios.
[5]
De ahí el llamarles “los escapados”.
[6]
Casa, nido, parentela, pueblo, manada, rama, carne y sangre, semilla…
[7]
Para siempre, pues ya no podría ser vendida.
[8]
Pero siempre desde la idea de que el dios y su ciudad habían de tener la
misma personalidad.
[9]
*, ilum (lit. “cielo”).
[10]
Del 2.630 a.C.
[11]
Del 2.600 a.C.
[12]
Poco después la fundadora de palacios.
[13]
Desde el 2.850 a.C.
[14]
Desde el 2.650 a.C.
[15]
Desde el 2.550 a.C.
[16]
Que poco después se tendrá que ocupar de contener a Egipto.
[17]
Lit. “señor sabio”.
[18]
Capital persa, de la que no dejó piedra sobre piedra.