GUERRA DE LAS GALIAS

a) Roma del s. I a.C.
b) Julio César
c) La Guerra de las Galias de Julio César
d) Bibliografía sobre Guerra de las Galias de Julio César

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a) Roma del s. I a.C.

El sistema republicano romano, o Res pública, estaba diseñado para que ningún individuo o grupo social se hiciera con el poder absoluto de manera perpetua. Por ello el poder estaba dividido en varias instituciones, las más importantes de las cuales eran las Magistraturas, el Senado y las Asambleas populares.

Las magistraturas estaban investidas con el imperium, o poder civil y militar; sus cargos se compartían y eran temporales por 12 meses. Los magistrados podían ser enviados a las distintas provincias como procónsules o propretores, durante un año o dos. Esto generaba una gran competencia entre magistrados y, debido al corto plazo de los cargos, la necesidad de acumulación de grandes triunfos al servicio de la República.

El Senado lo constituían 300 senadores, que procedían de los patricios o de los equites (familias adineradas). El Senado no tenía función legislativa, y sus decretos pasaban a las asambleas populares, que generalmente los ratificaban. El Senado funcionaba también como consejo para los magistrados:

-prolongando el imperium a los magistrados,
-recibiendo a las embajadas extranjeras.

Senadores y magistrados competían por aumentar su auctoritas, prestigio e influencia, a través de honores y triunfos.

Finalmente, había varias asambleas populares, en las que la plebe -grupo social más pobre y mayoritario-, eran los votantes[1].

La principal fuente de triunfos era la guerra. El ejército romano se nutría de los equites[2] y la plebe[3], y su grueso lo componían los pequeños propietarios. Se servía en el ejército básicamente por patriotismo y obtención de botín, fama y honor. Al principio de los tiempos de la República este servicio duraba pocos meses, y los pequeños propietarios podían volver a tiempo a sus cosechas. Sin embargo, a medida que Roma extendía la guerra a regiones más distantes y ante enemigos más poderosos, el servicio militar empezó a alargarse durante años[4].

Esto fue aprovechado por las clases superiores, que poco a poco fueron aumentando sus propiedades y creando grandes latifundios y villas, como muestra de su poder y prestigio. Fue Tiberio Graco, tribuno de la plebe el año 133 a.C, el que intentó llevar a cabo una reforma agraria para solucionar este problema, no logrando triunfar[5] y desatando por primera vez la violencia política en Roma[6].

A partir de este momento emergieron los problemas latentes en la República, y se configuraron dos facciones sociopolíticas:

-el partido aristocrático, u optimates,
-el partido popular, o populares.

Los Graco ya habían demostrado el gran poder que confería la popularidad, y este va a ser el camino a seguir por los futuros líderes populares. Por su parte, el partido aristocrático no estaba dispuesto a perder su poder tan fácilmente. Desde entonces, el uso de las amenazas, las conspiraciones y la violencia vinieron a hacerse comunes en el seno de la República.

b) Julio César

b.1) Origen del título de César

Tuvo su apelativo 3 leyendas en cuanto a su origen y significado:

-según la lengua púnica, vendría a significar elefante,
-según la lengua latina, vendría a significar derribar,
-según los propios romanos, vendría a significar peludo.

Según la familia de los Julios, hacia el 250 a.C. y durante la I Guerra púnica, uno de los julios mató a un elefante y por tal hazaña recibió el mote de Caesar, que en lengua púnica significaba “elefante”. En latín, sin embargo, Caesar proviene del verbo caedo, que significa “cortar”, “derribar”. Otra historia afirma que Caesar significa “peludo”, y que los miembros de esta familia eran famosos por ello.

El primer Julio registrado en la historia con este cognomen fue Sixto Julio César, pretor en el año 208 a.C.

b.2) Infancia y juventud de César

Cayo Julio César nació el 13 de julio del año 100 a.C. según el calendario actual, y año 644 tras la fundación de Roma[7]. César pertenecía a la gens Iulia, una de las familias patricias más importantes y antiguas de Roma[8].  Aunque los Julios habían perdurado a lo largo del tiempo, no habían gozado de tanta influencia política como otras familias patricias. Hasta que en el siglo I a.C. varios miembros de la familia empezaron a obtener importantes cargos y magistraturas. Los Julios se auto-consideraban descendientes directos de Venus y de Rómulo, y esto era aceptado por todos[9].

Durante su juventud Julio César no había mostrado gran interés por la política, a pesar de recibir una educación digna de su rango. Aunque era ocioso y mujeriego, la figura de su tío Cayo Mario le influyó decisivamente[10]. Apoyado por las clases populares y por algunos miembros del Senado, su ascenso político fue vertiginoso, mostrándose como un hombre capacitado para las tareas más difíciles.

Fue elegido cónsul, resolvió la guerra en Africa[11] y venció a los cimbrios y teutones. Ostentó el cargo de cónsul más tiempo del que era legal, algo insólito en la República. Favoreció a las clases populares y nutrió su ejército de las clases más pobres.

Pero Mario tuvo un poderoso rival, el líder del partido aristocrático Lucio Cornelio Sila. Estalló una cruenta guerra civil (88-81 a.C) entre los optimates y los populares, que terminó con la muerte de Mario y la dictadura de Sila (81-80 a.C). Durante la dictadura, Sila quiso comprobar si César le era leal y le ordenó divorciarse de su esposa Cornelia. Cesar se negó, y huyó de Roma temiendo ser ejecutado. Finalmente, la intervención de su familia y amigos hizo que Sila le perdonase la vida. Sin embargo, el dictador ya empezó a tenerle sujeto, “pues en César hay muchos Marios”.

Tras esto, César fue enviado con el procónsul Minucio Termo a combatir en la rebelión de Mitilene, donde ganó su primer trofeo militar. Vuelto a Roma, se dedicó principalmente a la vida privada, acrecentando sus deudas. Estudió retórica en Rodas de la mano de Apolonio Molón. En ese momento fue llamado a combatir nuevamente en Asia contra Mitríades, por lo que tuvo que regresar a Roma el año 74 a.C.

b.3) Carrera política de César

Tras el año 74 a.C. Cesar decidió comenzar sus inicios políticos:

-entrando en el colegio sacerdotal,
-siendo elegido tribuno militar de la plebe,
-siendo propuesto para cuestor.

El Senado, viendo en él una posible amenaza futura, envió a Cesar como cuestor a Hispania Ulterior. Sin embargo, antes de que acabase su cargó allí, decidió volver a Roma.

La actualidad de Roma estaba protagonizada por dos personajes:

-Cneo Pompeyo[12], al que Sila había conferido los títulos de imperator y de magno,
-Marco Licinio Craso
[13], que contaba con el apoyo del Senado.

Enemigos viscerales, ambos aspiraban al consulado, y por ello se necesitaron mutuamente. Fueron elegidos cónsules el 70 a.C.

César colaboró con Craso y consiguió el ascenso a edil en el 65 a.C. Preparó magníficos juegos que acrecentaron su popularidad y, a su vez, la oposición del Senado. Ante esto, y para ganar más popularidad, consiguió ser elegido pontífice máximo.

Justo en este momento Pompeyo se encontraba en la campaña de Oriente y en el Senado tenía lugar la conjuración de Catilina[14]. Tras estos hechos, el año 62 a.C. César fue elegido pretor, y decidió divorciarse de su segunda esposa Pompeya[15].

El 61 a.C. fue enviado nuevamente Cesar a Hispania Ulterior como pretor. Allí venció y conquistó a los lusitanos y a los galaicos, y empezó a acumular méritos. Al volver a Roma, y aunque el Senado aún le detestaba, César obtuvo la magistratura más importante: la de cónsul.

Fue entonces cuando César propuso a Pompeyo y Craso una alianza política secreta: el Triunvirato[16].

César envió a Catón a Chipre, y apartó del poder a Cicerón. El Senado le concedió el gobierno de las provincias de la Galia Cisalpina, la Galia Transalpina e Iliria, provincias a las que se encaminó el año 58 a.C. Tras su victoria ante los belgas el Senado declara quince días de festejos, siendo este hecho un honor inédito en Roma.

Sin embargo, no todo eran buenas noticias desde Roma. Pompeyo y Craso habían tenido una disputa. César los convocó en Lucca para renovar y planear el futuro del Triunvirato. Además, fue éste el momento en que fallece la hija de César, Julia, casada con Pompeyo para favorecer los lazos militares. Sin dicha unión, el Triunvirato empezaba a estar en peligro, y pronto Craso y Pompeyo empezaron a reavivar su enemistad. Además, en la ciudad las cosas iban mal, pues:

-Clodio estaba organizando bandas callejeras para hacerse con la plebe[17],
-Milón se enfrentaba abiertamente, y con apoyo patricio, a Clodio en las calles.

El Senado culpaba de todo a César, que no podía hacer nada. Para emular la gloria de sus contemporáneos, Craso decidió emprender una campaña contra los partos. Este error de Craso le llevo a la muerte, ocurrida en la batalla de Carras.

En la Galia seguía César con sus campañas contra los bárbaros, hasta que finalmente dejó completada la conquista total del terreno galo, el 51 a.C, y decidió que era la hora de volver a Roma.

Durante su estancia en las Galias, y tras la muerte de Craso, en Roma había empezado a cuajar una alianza entre el Senado y Pompeyo[18], pues se temía que César, al volver, se hiciese dictator por la fuerza[19]. El Senado dio a Cesar el ultimátum de deponer las armas.

Sin embargo, César cruzó la frontera entre la Galia Cisalpina e Italia, a través del paso del río Rubicón, el 11 enero 49 a.C. César había puesto todas las cartas boca arriba, pues esto consistía un acto de agresión, en toda regla, contra la República. En poco tiempo César se hizo con toda Italia, y se erigió en dictator hasta las próximas elecciones consulares. Pompeyo y su ejército huyeron a Grecia, pues César se había preparado para enfrentarse a él en una guerra civil.

Tras el fracaso de Pompeyo en la batalla de Farsalia-Grecia del año 48 a.C[20], César comenzó entonces a ser requerido para solventar los numerosos problemas que acaecían en el Imperio.

Sin embargo, su mayor desafío consistió en una coalición de enemigos internos[21]. Todo se resolvió a favor de César en la matanza de Tapsos-Libia. De esta forma César se convertía en el personaje más importante del mundo mediterráneo del momento.

En Roma hubo cuarenta días de festejos. Todos los que apoyaron a César recibieron merecidas recompensas, incluida la plebe. Y ante un nuevo foco de enemistad interna surgido en Hispania[22], César decidió aniquilarlo y darle muerte, en la batalla de Munda-Bética. Suponía el fin de la guerra civil y la última campaña de César.

Al volver a Roma la República concedió a Cesar enormes privilegios, y toda la ciudad fue un clamor popular. Sin embargo, el partido senatorial aún se oponía a él, pues temía que se convirtiera en monarca absoluto. Cayo Casio y Marco Bruto, entre otros, planearon su asesinato, hecho que ocurrió el 15 marzo 44 a.C. a las puertas del Senado.

c) La Guerra de las Galias de Julio César

c.1) El género historiográfico en Roma

La primera manifestación historiográfica latina fue el género de los Annales, de carácter legendario y patriótico. En el siglo II a.C. surgió también un nuevo subgénero historiográfico: las Res Gestae o Historiae[23].

Según Sempronio Aselion[24], estas Historiae debían tener:

-carácter pragmático,
-consilia (antecedentes) y rationes (causas),
-acta (hechos) y eventus (consecuencias),
-intención política y moral.

Más tarde, Cicerón[25] planteó teóricamente más directrices para el subgénero:

-contener aspectos de geografía, cronología y hechos,
-mostrar los antecedentes y consecuencias,
-opinar sobre las causas de los hechos.

A partir de esta base teórica, surgieron también los Commentarii, escritos por el propio protagonista, político y/o militar romano y, por tanto, con finalidad propagandística.

c.2) Características de la Guerra de las Galias

          Son elementos aportados por César en su Guerra de Galias:

-estilo elegante, preciso y directo, sin adornos retóricos y con las palabras exactas,
-textos escritos de cualquier parte, y de forma rápida,
-descripciones geográficas y etnográficas
[26],
-atención a la cronología de algunos hechos,
-sentido pragmático, ayudando al estado con finalidad moralizante
[27],
-el providencialismo, siendo los hechos del pasado vengados por los dioses en el futuro
[28],
-la fortuna, a través de la naturaleza, y con fuerza en el devenir de las tropas,
-sentencias ante hechos concretos,
-emisión de juicios de valor, siempre dentro del esquema de los consilia
[29],
-consideración de la historia como magistra vitae
[30],
-consecuencias moralizantes y propagandísticas
[31],
-la arenga, y capacidad de aprender,
-propaganda de sí mismo, en tercera persona,
-orgullo de Roma,
-respeto a los enemigos,
-sensación de pervivencia de Roma, en medio del caos bárbaro.

 

No se sabe si:

 

-primero escribió César informes breves al Senado, que luego fue completando,
-o si directamente hizo Cesar los Commentarii tal cual están hoy en día.

 

Tampoco se sabe cómo fueron estos recibidos en Roma, tanto en el Senado como en el pueblo. Existen varias hipótesis:

 

-que fueron publicados tras su elaboración  para ser leídos por el público culto,
-que fueron leídos públicamente según iban llegando.

c.3) Preludio de la obra

La Galia del s. I a.C. se hallaba dividida en tres partes:

-la de los aquitanos,
-la de los belgas,
-la de los celtas, o galos.

En marzo del 58 a.C. César recibe la noticia de que los helvecios han empezado a emigrar desde su hábitat natural, y que se disponen a cruzar la Galia Cisalpina y Transalpina para establecerse en Aquitania. La conquista de la Galia entra en acción.

c.4) Campaña contra los helvecios

Los helvecios, pueblo galo establecido entre el monte Jura y el Rihn, habían decidido emigrar en masa hacia el oeste, y combatir a todos los pueblos que se le opusieran por el camino, para enseñorearse de que eran los más poderosos de la Galia.

El ejército de Cesar decide entonces quemar todas sus aldeas y cosechas, para que no tuvieran posibilidad de volver a su tierra de origen.

Los helvecios intentan:

-cruzar a través de la Galia Cisalpina, pero César fortifica posiciones y se lo impide,
-cruzar a través del territorio de los heduos, pueblo aliado de Roma, al que saquean.

César interviene en ayuda de aquellos y hostiga a los helvecios. Finalmente, los vence en la gran Batalla de Bribacte. Los helvecios derrotados regresan a su tierra original por orden de César, que se compromete a concederles retomar sus tierras. Tras esto, numerosos pueblos galos muestran su amistad a César.

c.5) Campaña contra los germanos

El pueblo de los sequanos, antiguos enemigos de los heduos, piden ayuda a César para que los libere de la opresión de un traicionero y cruel reyezuelo germano llamado Ariovisto, al que ellos mismos habían llamado para enfrentarse contra los heduos.

César contacta con Ariovisto pidiéndole que libere a los sequanos, y que no introdujera más tropas de Germania[32]. Ariovisto se negó, soberbio y desafiante. Tras lo cual César, adelantándose a los acontecimientos, decide ocupar la importante ciudad de Besançon como base de apoyo.

Desde allí, las tropas romanas salen en busca de los germanos, produciéndose la gran batalla. La victoria fue para los romanos, que ejecutaron a los prisioneros. El resto de germanos, incluido Ariovisto, cruzó el Rihn de vuelta a Germania.

c.6) Campaña contra los belgas

Belicosos y peligrosos de entre todos los bárbaros, según César, los belgas se dedicaban a combatir habitualmente a los germanos, y no habían recibido influjo alguno de civilización.

Viendo éstos el avance de los dominios romanos en la Galia, prepararon entonces una coalición contra Roma. César fue informado de eso y se apresuró a reaccionar antes de que atacaran los belgas.

Al cruzar el río Aisne, César y su ejército fueron atacados por la coalición belga, pero resultaron salir finalmente victoriosos. Los belgas decidieron retirarse para resistir en sus territorios, pero tampoco les sirvió de nada. De entre los belgas solamente resistieron hasta el final los nervios (que eran los más belicosos), y los aduáticos. Ambos fueron también derrotados.

c.7) Campaña contra los vénetos

Mientras invernaba en Iliria, César recibió la noticia de que los vénetos, pueblo galo de la península del Cotentín, se rebelaban contra las guarniciones romanas allí instaladas.

César acudió inmediatamente con su ejército a aquel territorio, y se lanzó a atacar fuertemente sus núcleos. No obstante, los vénetos eran un pueblo navegante, y por ello mandó también César construir una flota para derrotarles por mar.

A pesar de las ventajas galas en la navegación, finalmente fueron vencidos por los romanos, en una batalla naval de abordaje. La Galia quedó pacificada momentáneamente.

c.8) Cruce del Rihn

El territorio de los belgas fue ocupado por unos pueblos germanos que decían ser presionados por los suevos. César les ordenó volver a su tierra, pero éstos le engañaron y se dedicaron al saqueo.

Ante esto César no tuvo escrúpulos y ejecutó a todos ellos[33]. Y, a modo de lección, construyó un puente para cruzar el Rihn y se lanzó a atacar a los germanos, del mismo modo que ellos lo habían hecho años atrás.

Tras la masacre, Cesar volvió a la Galia, destruyó el puente del Rihn, y se dedicó a perseguir a los rebeldes galos, que habían huido a Britania.

Sin demasiados preparativos desembarcó en la costa británica y derrotó a los britanos, pero no consolidó esta victoria debido a varios contratiempos.

c.9) Desembarco de César en Britania

En la primavera del 54 a.C. César tenía planeado conquistar la parte más meridional de Britania, y había estado construyendo una flota y gran ejército para ello.

Tras desembarcar en Britania, los romanos derrotaron a un ejército britano cerca de Canterbury. Entonces, los britanos optaron por hacer guerra de guerrillas en un territorio boscoso y desconocido para los romanos.

Ante estas guerrillas las fuerzas del Cesar parecían ser inútiles, por lo que optó por buscar alianzas. Esto le hizo ir progresando en su conquista, pero el plan tuvo que ser interrumpido por una sublevación en la Galia, algo que él temía y quería evitar a toda costa.

En efecto, los belgas, reinados por Ambiórix, habían aprovechado su ausencia para engañar a sus legados Cotta y Sabino. Y tras una feroz batalla entre romanos y belgas, las tropas romanas habían sido expulsadas del territorio, hecho que empezó a animar a otros pueblos vecinos, como los nervios.

Vuelto rápidamente desde Britania, César se presentó en terreno belga, y uniéndose al ejército del legado Quinto Cicerón (que todavía estaba resistiendo en batalla), Roma logró una victoria contundente. No obstante, su rey Ambiorix había logrado huir, con la idea de seguir buscando apoyos para su revuelta.

c.10) Sofoco de sublevación en la Galia

En una nueva campaña militar, César volvió a cruzar el Rihn para seguir hostigando y mermando las fuerzas de los germanos, y en la Galia empezó a dedicarse a la pacificación de cada pueblo rebelde.

Ambiorix consiguió ser localizado y derrotado, pero surgió entonces un nuevo y poderoso caudillo galo: Vercingetórix.

c.11) Campaña contra la Galia septentrional

Con la idea de dar caza a Vercingetórix, César decidió fortificar primeramente Narbona, y luego marchar a los cuarteles de invierno de la Galia septentrional.

Mandó a su legado Labieno a pacificar las tribus del norte, mientras él partía hacia el oeste y hacia el sur. Ante sus avances los galos se iban retirando, y las plazas iban siendo ocupadas.

En Avaricum-Bourges, los galos habían ido concentrándose, y allí habían decidido esperar y resistir al ejército romano. Tras un duro asedio los romanos tomaron la plaza.

Fue entonces cuando aparece en escena Vercingetórix, apoyado por numerosas tropas y pueblos galos, y que se precipitó a atacar a las tropas romanas (apoyadas en este momento por tribus germanas).

Los galos fueron estrepitosamente derrotados, y huyeron a la cercana fortaleza de Alesia, donde Vercingetórix se encerró con el resto de tropas y pueblos galos. Tras largo tiempo de asedio a la ciudad, finalmente Vercingetórix y la Galia decide rendirse ante el Imperio romano.

Aún tuvo que pasar un año más para que todas las regiones galas quedaran pacificadas. Pero, a fines del 51 a.C, la conquista de las Galias había sido completada.

d) Bibliografía sobre la Guerra de Galias de Julio César

d.1) Sobre Julio César

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d.2) Sobre la Guerra de las Galias

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CESAR, J; La guerra de las Galias (trad. de P. J. Quetglas), ed. Gredos, Madrid 2010.

 

Manuel Arnaldos   
Mercaba, diócesis de Cartagena-Murcia    

más información

versión imprimible
Indice general: www.mercaba.org/GradodeHistoria/1.htm 
 

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[1] No obstante, sus votos servían sólo para elegir a sus propios representantes de la plebe, y cuando se decidían a presentar alguna propuesta al Senado, solían ser derrotados por los patricios y equites, que eran los que realmente ostentaban el poder y mayoría de voto.

[2] Que conformaban sobre todo el cuerpo de caballería.

[3] Que, según la propia capacidad de cada plebeyo, podía proveerse de armamento pesado o ligero.

[4] Motivo por el que muchos de los minifundios acababan arruinándose.

[5] Nada más surgir la propuesta de reforma agraria, los senadores empezaron a temer el respaldo popular de GRACO, y tras acusarlo de pretender el regnum, le asesinaron junto con sus partidarios, lanzándolos al río Tíber.

[6] De hecho, el cargo de tribuno de la plebe fue continuado por su hermano CAYO GRACO, que mantuvo y amplió las reformas de su hermano, y consiguió el apoyo de muchos equites. Sin embargo, las tensiones entre el bando senatorial y el bando de Cayo terminaron en conflicto abierto. Finalmente, Cayo murió en la lucha, arrojado al río Tíber.

[7] A decir verdad, no se conoce con certeza el año de nacimiento, debido a que no se conservan los primeros fragmentos de su biografía, escrita por SUETONIO y PLUTARCO.

[8] A lo largo de la República las familias patricias habían ido desapareciendo o perdiendo poder en el Senado.

[9] Según SUETONIO, en el funeral de su tía Julia en 69 a.C, César dijo en su oración fúnebre: “Aúna pues, en tu linaje, la majestad de los reyes que son los que más poder tienen entre los hombres y la santidad de los dioses de quienes los propios reyes dependen”.

[10] Plebeyo que deseaba ascender políticamente, CAYO MARIO necesitaba para ello el apoyo de algún miembro del Senado. Apoyo que encontró en la familia Julia, al casarse con una tía de César.

[11] La revuelta del rey de Numidia.

[12] Que, aunque no era buen político, gozaba de gran popularidad entre la plebe.

[13] General que acabó con la rebelión de esclavos de ESPARTACO.

[14] Complot contra CICERON que termino con la decisión del jefe del partido aristocrático, CATON DE UTICA, de mandar ejecutar a todos los cómplices de la conspiración. César se había opuesto a esta medida (por ir en contra de las leyes de Roma). En cuanto a CATILINA, fue abatido en una batalla al intentar huir de Roma.

[15] Ante un sospechoso episodio de infidelidad, y tomando esta medida para mantener intacto el honor de su nombre y familia.

[16] Que duró del 60 a.C. al 53 a.C, y posiblemente motivado por la negativa del Senado a aprobar una novedosa reforma agraria inspirada por POMPEYO y CRASO.

[17] Y que resultaría muerto por sus enemigos.

[18] Parece ser que un cónsul patricio había pedido explícitamente a POMPEYO, que era procónsul en Hispania Ulterior, que se enemistara con CESAR, y éste había aceptado.

[19] De hecho, César solamente tenía dos aliados en el Senado: el joven CURION y el tribuno MARCO ANTONIO.

[20] Decisiva porque supuso la gran derrota de POMPEYO, que huyó a Egipto, donde le asesinaron. De hecho, tan lamentable fue esto para Roma que, cuando vio la cabeza de su enemigo político, el mismo César se lamentó enormemente, aunque de esta forma lograra concentrar en si prácticamente todo el poder de Roma.

[21] Encabezada por AFRANIO, CATON, dos hijos de Pompeyo y otros.

[22] Por parte de LABIENO y un grupo de seguidores pompeyanos.

[23] A forma de monografías sobre acontecimientos históricos puntuales, más o menos extensos en el tiempo.

[24] Cronista sobre la guerra numantina.

[25] En su De Oratore.

[26] Que ayudan a entender mejor el devenir de los sucesos y el desarrollo de la contienda.

[27] En este sentido, menciona numerosas veces que lo que él hace es en favor de la República (“rei publicae causa, ad rem publicam defendendam”). Alaba también  la “bondad salvaje” de los galos y germanos, que no han sido corrompidos por la civilización, como si han hecho los romanos (por el vino, lujo, soberbia…).

[28] Asistencia divina que, en este caso, es siempre favorable a CESAR. Por ejemplo, una parte del ejército helvecio que derrota César coincide en ser la misma que años antes ya había derrotado y humillado a las tropas romanas.

[29] Siempre usando el mismo esquema: consilia de los enemigos (o debates entre los enemigos y César) y consilia de César (consigo mismo, y que le lleva a pasar a la acción).

[30] Para animar a sus tropas, por ejemplo, ante la inminente lucha contra ARIOVISTO, donde CESAR les recuerda que sus antepasados ya derrotaron antes a los germanos.

[31] Como es que el enemigo recibe siempre su castigo y los soldados de CESAR reciben siempre una recompensa.

[32] En el fondo, tanto galos como romanos temían una invasión germana.

[33] Genocidio por el que fue CESAR muy criticado en el Senado.