¿Es malo creer en los
horóscopos?
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Autor: Alejandro
García del Olmo, es.catholic.net
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Es muy normal que tengamos curiosidad por saber qué pasará en
el futuro, pero dime ¿qué harías si supieras qué va a ser de ti mañana?
Quizá si supieras que vas a ser un gran empresario, empezarías a ver de qué
manera manejar mejor tu dinero; o si supieras que te enfermarás, comenzarías con
poner todos los medios para prever dicha enfermedad y, si en el peor de los
casos, te dicen que morirás, seguramente comenzarías de inmediato a dejar listos
esos pendientes que tienes, y sobre todo te acercarías a la confesión para estar
en gracia.
¡Cuántas cosas haríamos, ¿verdad?! Nosotros, cristianos, no consultamos
horóscopos o personas que supuestamente dicen el futuro, porque ello contradice
el honor y el respeto que debemos a Dios.
Querer saber el futuro es querer ser iguales a Dios, pretensión tan soberbia
como absurda. Debemos confiar a la Providencia divina nuestra vida, confiar en
Dios como Padre que es.
Así que olvídate de andar por ahí con consultas a los astros, horóscopos y
adivinos.
Lo que te recomiendo es que comiences hoy por hacer todas esas cosas que harías
si supieras tu futuro. No te preocupes del mañana, mejor ocúpate del presente.
La ciencia que responde a los interrogantes que nos provocan las estrellas es la
astronomía. Esta disciplina nació entre los caldeos hace unos treinta o cuarenta
siglos y sigue progresando hoy gracias a los programas espaciales de Estados
Unidos y Rusia.
Junto a este saber, como hongo nacido en medio de un hermoso jardín, apareció la
astrología, ficción que pretende determinar una supuesta influencia sobre
nuestras vidas por parte de los cuerpos celestes.
La palabra "horóscopo" se utilizaba en los siglos pasados para designar a los
sacerdotes encargados de observar el curso de las estrellas. Luego pasó a
significar la influencia que los astros habrían de tener sobre nuestras vidas.
Esta creencia tan absurda, sigue influyendo en algunas personas de nuestro nuevo
siglo XXI.
El zodiaco es una franja imaginaria del firmamento donde aparecen doce
constelaciones que se pueden observar a simple vista. Las doce constelaciones
del zodiaco son Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión,
Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.
Estos doce nombres provienen de palabras latinas que indican diversas
divinidades mitológicas veneradas entre los antiguos caldeos. Los horóscopos
dicen que nuestra vida depende de la constelación zodiacal que hace sentir su
influencia en el mes de nuestro nacimiento. Si nací en enero soy Acuario; si
nací en agosto, soy Leo... etc.
La creencia en los horóscopos es peligrosa. Casi es como creer en otra religión.
Porque intentan hacernos creer que no somos libres sino que estamos determinados
en todo por nuestro signo zodiacal. No sería yo quien realiza su propia vida,
sino que todo mi obrar estaría dirigido por una extraña fuerza proveniente de
las estrellas. Pero nada de lo que dicen los horóscopos está científicamente
fundado. Lo que afirman sobre Sagitario hoy, lo dirán mañana de Piscis y
viceversa. Es un triste problema que los horóscopos sigan haciéndose y, peor
aún, que haya quienes se creen todo lo que leen.
No es lícito ni conveniente, pues puede robar nuestra confianza en Dios.
Por otra parte, el que verdaderamente confía , cree y ama a Dios no busca
símbolos o signos del cielo ni de la tierra, como bien lo explica Nuestro Señor:
¿Sabéis interpretar el aspecto del cielo y de la tierra y no sabéis distinguir
los signos de los tiempos...? (Mt. 16, 1-4).
A veces nos puede ganar la curiosidad de saber lo que dirán de nuestro futuro;
pero lo único que conseguimos es poner nuestro mayor tesoro, la vida, en manos
de suposiciones tan genéricas y ambiguas que le podrían pasar a cualquiera.
Dios te cuida y te ama personalmente, ¿por qué quieres encerrarte en 12
símbolos?, que si los dividimos entre la población mundial, 6 mil millones de
habitantes, a 500 millones de personas les pasaría lo mismo, lo cual no sólo es
aburrido sino incluso contrario a nuestra experiencia ¿no crees?
Los cristianos debemos más bien dedicar nuestro tiempo a pedir a Dios que nos
aumente la fe y que nos ayude a evitar todo lo que nos aparte de Él.