LEÓN I MAGNO, Papa y santo
(440-461)
DicEc
 

Poco se sabe sobre la juventud de León, salvo que siendo diácono se opuso vigorosamente al pelagianismo. Nació probablemente a finales del siglo IV. Tuvo evidentemente una muy buena educación clásica, como puede observarse por su estilo latino, sucinto y armonioso. Fue elegido papa el año 440, y su pontificado destacó en dos sentidos: por su defensa de la cristología ortodoxa y su afirmación del poder papal. El que él llamó «concilio de ladrones» (Latrocinium), celebrado en Efeso el 449, absolvió a Eutiques del cargo de herejía por su doctrina de una única naturaleza en Cristo, depuso al ortodoxo Flaviano e insultó a los legados papales, que se habían presentado con el Tomo de León (Epistola dogmatica). Aprobó la convocación del concilio de >Calcedonia (451), donde fue aceptado su Tomo como la voz de Pedro. Sin embargo, no le agradó el canon 28 del mismo concilio, que elevaba Constantinopla a sede patriarcal igual que Roma, dado que ambas eran ciudades imperiales. Se resistió inicialmente a aprobar este canon, apelando al canon de Efeso, redactado antes de que Constantinopla se convirtiera en ciudad imperial, y argumentando que defendía así las sedes de Antioquía y Alejandría, las cuales eran ambas consideradas sedes petrinas.

León desarrolló la teoría y la práctica del poder papal, pero en línea con su predecesor Celestino I (422-432): Pedro sigue presidiendo en la sede de Roma y habla a través de ella. León recordaba a su vicario en Tesalónica que no poseía potestad plena. Hay cierta primacía universal: «Pedro gobierna a todos aquellos a quienes Cristo gobernó originariamente». Una idea clave del ministerio petrino es asegurar la firmitas; por eso todas las decisiones locales o regionales deberían ser enviadas a Roma para su confirmación. Las novedades debían evitarse; León, más que iniciar nada nuevo, lo que quería era renovar lo antiguo. Las decisiones de los concilios anteriores y reconocidos, así como de los papas, eran irreversibles. León estimuló la celebración de sínodos tanto en Roma como en otras partes; estos eran, en efecto, un elemento clave en su visión y en su uso de la autoridad papal. Con respecto a los títulos, rara vez llamaba a Cristo el Sumo Pontífice, pero consideraba a Cristo y a Pedro presentes y actuantes en la potestad y solicitud (potestas, sollicitudo) del obispo de Roma. Contrariamente a lo que suele pensarse, no parece que León usara el título de Pontifex maximus como un título papal, que se usó más bien a finales de la Edad media.

La eclesiología de León va mucho más allá que sus bien conocidas posturas acerca del papado. Aunque se mueve en la línea de la eclesiología de los Padres latinos, especialmente de Agustín, estuvo abierto también a una teología más alejandrina, tal como la expuso Hilario. En sus sermones de navidad, pascua y pentecostés desarrolla las implicaciones teológicas de estos misterios: «La navidad es el origen del pueblo cristiano; el nacimiento de la cabeza es el nacimiento del cuerpo»; en la encarnación la humanidad es reformada; con la ascensión, «lo que era visible ha pasado ahora a los sacramentos»; este cambio es debido al Espíritu en pentecostés, que hace que la Iglesia nazca visiblemente; el Espíritu desvela una Iglesia ya existente en Cristo, y los apóstoles se ven a sí mismos como sus miembros. En los sermones predicados anualmente el 29 de septiembre, aniversario de su ordenación episcopal, expone las implicaciones del ministerio y del pueblo de Dios, especialmente el carácter sacerdotal de todos los miembros de la Iglesia.

La eclesiología de León es base trinitaria. Considera la Iglesia como el sacramento visible de la Trinidad, y de aquí brota el mandato: imitemos lo que queremos celebrar (quod celebrare optamus imitemur). En este contexto trinitario se señala que los títulos atribuidos por León a la Iglesia adquieren un profundo significado: Iglesia santa, Iglesia de Dios, Iglesia universal, Iglesia del pueblo fiel, cuerpo de Cristo, cuerpo de la Iglesia, cuerpo de la unidad cristiana, cuerpo de la comunión católica, unión del cuerpo de Cristo, comunión católica, ciudad santa, ciudad de Dios, templo eterno, edificio sagrado, paraíso de la Iglesia, casa de Dios, esposa del mundo, familia de Dios, edificación del templo eterno, campo del Señor, Iglesia virgen, esposa del hombre Cristo.