COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL
DicEc
 

En el primer sínodo de los obispos (1969) se hizo la propuesta de crear una comisión de teólogos eminentes de distintas escuelas y de distintas partes del mundo, «con el fin de ofrecer asistencia efectiva a la Santa Sede, y en particular a la Congregación para la doctrina de la fe, especialmente en cuestiones doctrinales de gran importancia». Al mismo tiempo se sugirió que las conferencias episcopales, después de consultar a las universidades y a las facultades de teología, indicaran nombres de teólogos para formar parte de ella. La intención de los miembros del sínodo parecía clara: ofrecer un espectro de posiciones teológicas más amplio que el que solía ofrecerse a las congregaciones romanas, formado en su mayoría por teólogos residentes en Roma.

En abril de 1969 el papa Pablo VI anunció la creación de la Comisión teológica internacional (CTI), aprobando al mismo tiempo unos estatutos provisionales para dicho organismo. La primera reunión tuvo lugar en octubre de 1969, repitiéndose a partir de entonces todos los años. Desde el principio hubo tensión en las relaciones entre la CTI y la Congregación para la doctrina de la fe. El cardenal Franjo Seper se negó a renunciar al control sobre las cuestiones doctrinales. En 1974 la CTI fue reestructurada: sólo trece de los treinta miembros originales permanecieron en su puesto. K. Rahner dimitió, considerando que se trataba de un grupo impotente, al que no se consultaba en serio sobre las cuestiones importantes relativas a la Congregación para la doctrina de la fe.

En 1982 Juan Pablo II dio estatutos definitivos a la comisión, alterando sustancialmente el proyecto original propuesto por los obispos en el sínodo de 1967, incluyendo quizá la idea inicial de Pablo VI, aunque hacia 1974 también él había aceptado ya el cambio de papel. A partir de 1982, en lugar de una comisión consultiva de la Santa Sede, que complementara o más bien contrarrestara la influencia exclusiva de los teólogos normalmente consultados por la Congregación para la doctrina de la fe, pasó a estar completamente subordinada a esta congregación. Su presidente es el cardenal prefecto de la Congregación; sus miembros son seleccionados por él y aprobados por el papa. Sus documentos son sometidos al papa y sólo pueden ser publicados si la Santa Sede (en la práctica la Congregación para la doctrina de la fe) no opone dificultades. Uno podría pensar que se consultó a la CTI acerca de las cuestiones controvertidas más importantes, como la admisión de mujeres al ministerio sacerdotal (>Ordenación de mujeres), pero esto no parece haber ocurrido.

Los documentos de la CTI han sido editados en recopilación y son publicados en distintas revistas de teología en el momento de su aparición. De cara a la eclesiología son importantes los siguientes estudios de la CTI: El ministerio sacerdotal (1970), Pluralismo teológico (1972), Tesis sobre la relación entre el magisterio eclesiástico y la teología (1975), Temas escogidos de eclesiología con ocasión del VIII aniversario de la clausura del concilio Vaticano II (1984), Fe e inculturación (1988), Interpretación y dogma (1990), Algunas cuestiones sobre escatología (1991), Cristianismo y religiones (1996). La teología de la Comisión refleja algunos de los elementos de la tarea de los >teólogos: interpreta fielmente el magisterio; saca implicaciones de su enseñanza. Pero hay también indicaciones de un quehacer teológico más creativo, si bien no es esta la característica más marcada de los estudios realizados por la comisión hasta la fecha. Quizá el momento culminante de su existencia hasta ahora fuera la redacción de las tesis sobre el ministerio de 1970, en gran parte obra de Hans Urs von >Balthasar, que ejercieron cierta influencia en el sínodo de 1971 y en el documento de la Congregación para la doctrina de la fe Mysterium Ecclesiae, sobre el condicionamiento histórico de los dogmas. [A su vez tuvo también notable influencia el referente a la Eclesiología de 1985 por su influjo en el Sínodo extraordinario sobre el Concilio de 1985, especialmente por las observaciones críticas que planteaba al concepto «Pueblo de Dios» (n 2). Con motivo del Jubileo del año 2000 la CTI ha publicado un nuevo documento titulado Memoria y reconciliación. La Iglesia y las culpas del pasado, redactado por una subcomisión presidida por Bruno Forte>.]