1.15.-
La personalidad esquizoide.
Las
personas con un trastorno esquizoide de la personalidad se caracterizan
esencialmente por su incapacidad para establecer unas relaciones sociales
minimamente suficientes y adecuadas. Esta característica se va acentuando con
el tiempo, si bien suele estar ya bastante presente desde la infancia.
Su
carácter es excesivamente frío y distante. Los demás ocupan un lugar muy poco
importante en su vida. Manteniéndose singularmente indiferentes ante las
opiniones, aprobaciones y críticas de los otros, por igual que sucede en el
terreno afectivo. Incapaces de sentir y expresar sentimientos cálidos y
afectuosos.
Son
introvertidos, retraídos y solitarios. Tienen muy pocos amigos, uno o,
generalmente, ninguno. El distanciamiento afectivo también incluye a los
miembros más próximos de su familia. Evitan las relaciones sociales y si,
accidentalmente, están dentro de un grupo, son muy poco participativos.
Se
les puede observar con frecuencia ensimismados, enfrascados en sus propios
pensamientos o fantasías, como si estuviesen soñando despiertos. Tienen muy
poco sentido del humor y rara vez participan de las bromas de los demás.
Es
excepcional que lleguen a establecer una relación amorosa. Cuando esto sucede,
ellos nunca han iniciado la relación, y a lo largo de la misma mantendrán
siempre un papel esencialmente pasivo.
Como
consecuencia de todo lo anterior, suelen ser personas con escasas habilidades
sociales, que viven relativamente satisfechas dentro de su profundo aislamiento,
sin ningún deseo de que esta situación cambie.
Principales
características de la personalidad esquizoide:
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Dificultades
para relacionarse y desinterés por conseguirlo.
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Introversión.
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Frialdad
y distanciamiento afectivo.
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Excesiva
indiferencia hacia los demás.
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Actitud
reservada y retraída.
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Tendencia
a la soledad.
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Escasa
participación en actividades sociales.
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Tendencia
a la fantasía y al ensimismamiento.