1.3.-
LA PERSONALIDAD OBSESIVA.
LA PERSONALIDAD
PREDEPRESIVA.
El
trastorno obsesivo o compulsivo de la personalidad es bastante común,
especialmente entre los hombres. Presentándose con más frecuencia en
determinadas familias.
Estas
personas suelen ser demasiado perfeccionistas y meticulosas, perdiendo mucho
tiempo en detalles sin importancia, y sintiéndose mal si no dejan perfectamente
concluida una tarea, a pesar de saber que estos cuidados son innecesarios.
Generalmente
son ordenados, necesitando tener "todo en su sitio", ya que si no es
así se sienten ellos mismos intranquilos, como "desordenados por
dentro". Por esto, es común que estas personas vayan por la casa ordenando
los objetos, colocando bien los cuadros, etc; soportando mal que algún objeto
esté fuera de la posición y lugar que "le corresponde". Paradójicamente,
a veces tienen sus cosas en completo desorden, debido a que aún no han podido
ordenarlas todas de un modo exhaustivo, ya que para lograrlo necesitan
cantidades sorprendentes de tiempo.
Son
muy dados a elaborar listas y proyectos de todo tipo, en un afán exagerado de
planificación y organización, hasta el punto de perder en actividades
innecesarias de este tipo una gran parte de su tiempo.
Esta
exagerada necesidad de planificación guarda relación con su inseguridad de
fondo. Intentan prever el futuro todo lo posible, con mucha antelación, para así
evitar posibles problemas o imprevistos, ya que suelen tener grandes
dificultades para adaptarse a estos y para la improvisación. No suelen soportar
que alguien intente introducir modificaciones en los planes que han trazado de
antemano, a pesar de que íntimamente consideren que estos cambios podrían ser
acertados.
Suelen
ser muy cumplidores y puntuales, prefiriendo llegar a los sitios con suficiente
antelación, de tal modo que, a pesar de posibles inconvenientes imprevistos, no
hagan esperar a la persona con la que han concertado una cita. En general,
suelen estar sobreadaptados a las normas y a los convencionalismos sociales, que
respetan profundamente, convencidos de que es lo más correcto, y atemorizados
por lo que los demás podrían decir de ellos caso de no comportarse así.
Por
este motivo, evitan a toda costa posibles salidas de tono, cuidando mucho de su
aseo, peinado, vestuario, etc, que suele ser discreta, extremadamente clásico y
convencional. Su comportamiento con las personas de poca confianza (que son la
inmensa mayoría) suele ser serio, educado, correcto, respetuoso y con
abundantes formalismos. Si alguien que les acompaña incurre en alguna pequeña
falta en este sentido, se sienten profundamente mal, pasando una gran "vergüenza
ajena", como si ellos se sintiesen un poco responsables de lo sucedido.
Tienen
un exagerado sentido de la responsabilidad, agobiándoles por ese motivo las
tareas importantes que se les encomiendan, ya que, además, suelen tender a
culpabilizarse más de lo que les corresponde y a tener dificultades para tomar
decisiones, por un miedo exagerado a equivocarse. También les resulta dificil
delegar tareas o atribuciones en los otros. Temen que no sepan realizarlas
adecuadamente e insisten en que las lleven a cabo siguiendo su misma sistemática.
Esto
les lleva a terminar prefiriendo hacer todo ellos personalmente, o a supervisar
minuciosamente las tareas que encargan a los otros, lo que les lleva a veces
casi tanto tiempo como si las hubiesen realizado ellos mismos.
Son
personas que pueden padecer una depresión como consecuencia de un ascenso
profesional que implique una mayor responsabilidad. Generalmente son buenos
"segundos", que cumplen de un modo leal y minucioso las tareas que
otros les encomiendan, pero suelen tener poca capacidad de iniciativa y resolución
como para poder ser líderes.
Suelen
ser, por esto, buenos trabajadores, tanto más si tenemos en cuenta que tienen
una gran, excesiva, devoción al trabajo y a la productividad. Se suelen sentir
mal si dejan una tarea a medias, o simplemente pospuesta para mañana. Esto les
suele crear desasosiego e intranquilidad, por lo que casi siempre prefieren
aumentar el horario de trabajo.
Además,
son incapaces de cometer engaños, fraudes o pequeños delitos. Son grandes
hombres de confianza, con un escrupuloso, incluso exagerado, sentido de lo ético,
de valores sociales, legales y morales. Si tienen creencias religiosas, suelen
tener frecuentes escrúpulos religiosos y dificultades con la confesión, ya que
piensan, injustificadamente, que no hicieron ésta correctamente.
Son
personas de pocos amigos y con poco interés por las relaciones sociales. No les
suelen gustar las diversiones comunes y son muy austeros en sus gastos y forma
de vida. Sus planteamientos se caracterizan por su rectitud, inflexibilidad e
intolerancia.
Su
trato suele ser distante, poco afectuoso, severo, convencional, formal,
excesivamente rígido, si bien en el fondo suelen ser extraordinariamente
sensibles para cuestiones de tipo afectivo con personas cuya relación tengan en
cierta consideración. Les resulta difícil mostrarse cariñosos y afectuosos,
incluso con su cónyuge o sus hijos, a pesar de que suelen quererles mucho y
estar entregados a la responsabilidad de padres. Suelen ser muy exigentes
consigo mismos y con los suyos en materia de responsabilidades, aunque con
tendencia a la sobreprotección de los hijos.
Les
cuesta mucho tirar objetos fuera de uso o inútiles, por lo que tienden a
acumular grandes cantidades de objetos absolutamente inservibles y sin valor de
ningún tipo.
Evitan
todo lo posible los gastos extraordinarios. Suelen ser poco generosos en sus
regalos o con el dinero en general, salvo que piensen obtener de este modo
alguna ganancia personal. Suelen ser ahorradores y previsores, en un intento de
asegurarse lo más posible su futuro, pero siempre dentro de un clima más bien
pesimista. Piensan en negativo, son los que siempre ponen "peros",
encuentran fallos, dificultades inesperadas, aunque éstas sean absolutamente
improbables.
Esto
se relaciona con su enorme dificultad para tomar decisiones. Con un pensamiento
exageradamente analítico, tienden a darle excesivas vueltas a las cosas,
buscando todos los pros y los contras de una decisión, hasta los más
minuciosos e insignificantes, con lo que llega un momento en que se confunden más
, aumentando su inseguridad, con lo que son incapaces de decidirse. Si lo hacen,
inmediatamente después piensan que han equivocado su elección.
Es
frecuente que este trastorno de personalidad se presente muchas veces con un
patrón familiar. Puede ser que exista una herencia temperamental, aunque esto aún
no ha podido ser demostrado.
En
muchos casos la explicación se puede encontrar en la forma de tratar y educar a
los hijos, propias de este trastorno de personalidad. El padre ve peligros por
todas partes, con lo que advierte de ellos a su hijo, sobre protegiéndole,
prohibiéndole situaciones que no implican demasiados riesgos y decidiendo por
él en cosas poco importantes. De
este modo se evita que el hijo vaya aprendiendo a asumir riesgos y a tomar
decisiones paulatinamente, con lo cual llega a adulto con un exagerado temor de
todo lo imprevisto, con inseguridad e indecisión, ya que otros decidían por él
y le decían continuamente lo que debía o no hacer, con lo que ha incorporado
rasgos esenciales de la personalidad obsesiva.
Por
otra parte, el padre suele mostrarse demasiado exigente y severo con el hijo.
Este último intenta hacer todo lo mejor posible para obtener el cariño y la
gratificación del padre, pero nunca lo consigue, ya que este, por su forma de
ser, rara vez le da muestras expresivas, táctiles, de cariño y afecto. Casi no
le besa, abraza, etc. Incluso cuando viene con unas buenas calificaciones le
responde con frases como "ésta es tu obligación".
El
niño, debido a su edad, interpreta en estos casos que su padre no le quiere, a
pesar de que esto carezca totalmente de fundamento, y se esfuerza en intentar
hacer todo mejor para ver si entonces es capaz de obtener el cariño y aprobación
paternas. Se vuelve a su vez estudioso, formal, meticuloso, ordenado,
perfeccionista, hiperresponsable, etc. En parte, también, por copiar el modelo
de personalidad paterno.
A
pesar de sus esfuerzos, el niño comprueba como no logra una aprobación y
manifestación afectiva amplia del padre, convirtiendo progresivamente su
personalidad en obsesiva. Además, este proceso actúa también a niveles más
profundos de la personalidad, aumentando su inseguridad y baja autoestima. De
este modo, el trastorno puede ir transmitiéndose de padres a hijos durante
generaciones.
Algunos,
a partir de Tellenbach, han considerado la personalidad obsesiva como la más
favorable para desarrollar una depresión. Se trataría, según ellos, de la
personalidad predepresiva. El pesimismo, la dificultad de adaptación a los
cambios y situaciones imprevistas, la falta de diversiones y "válvulas de
escape", su hipersensibilidad afectiva selectiva, la tensión que supone
para estas personas cualquier responsabilidad y la inseguridad que opera en el
trasfondo de su personalidad, etc; hacen que padezcan con más facilidad un
cuadro depresivo, particularmente depresiones monopolares y neurosis depresivas.
No obstante, se ha comprobado que otros tipos de
depresiones, como las bipolares, guardan más relación con otros modelos
de personalidad.
Con
mucha frecuencia, este tipo de personalidad puede terminar en una neurosis
obsesiva-compulsiva. Esta se caracteriza fundamentalmente por la presencia de
ansiedad, junto con obsesiones y compulsiones.
Las
obsesiones consisten en ideas, pensamientos, imágenes, etc., extrañas y
absurdas, que acuden involuntariamente y con perseverancia a la mente de estas
personas, sin que puedan librarse de ellas. Es algo parecido a un fenómeno muy
común que le ha sucedido a casi todo el mundo en alguna ocasión, a esa canción
o fragmento musical que espontáneamente viene repetitivamente a la cabeza sin
motivo alguno y con insistencia.
El
contenido de las obsesiones suele ser desagradable, aunque a veces es
indiferente. Generalmente, su contenido molesta, incluso aterroriza a la persona
que las padece, como la idea de poseer una enfermedad incurable, de presentir
una desgracia, de dañar impulsivamente a un ser querido, de suicidarse,
pensamientos aberrantes en el terreno sexual o religioso, etc. Los contenidos
que pueden tener son extraordinariamente variados.
La
aparición de las obsesiones, produce en estas personas una mezcla de miedo y
desprecio hacia sí mismas que en ningún caso está justificado, ya que este
tipo de contenidos no significa que ellos puedan llegar a realizarlos, sino más
bien todo lo contrario, ya que son ideas ajenas, contrarias al "yo",
que están fuera de su intencionalidad y voluntad. En otros casos las obsesiones
tienen un contenido menos dramático, pero siempre torturan en mayor o menor
medida a quien las padece.
Las
compulsiones son conductas repetitivas e intencionadas que se utilizan como
solución para deshacerse de las obsesiones. Suelen tener un carácter absurdo y
mágico, que es perfectamente reconocido por el que las padece, a pesar de lo
cual le resulta muy dificil de dejar de realizarlas. Por ejemplo, ante la
presencia de ideas obsesivas obscenas, éstas se intentan eliminar mediante una
compulsión que consiste en toda una serie de movimientos rituales y específicos.
En
otros casos, su carácter no es tan absurdo, pero es notablemente exagerado.
Pongamos un ejemplo muy corriente en las neurosis obsesivas: una persona con la
obsesión de que se contamina con cualquier objeto que toca, recurre a la
compulsión de lavarse las manos inmediatamente después, lo que le puede llevar
a lavarse las manos cien, doscientas o mil veces diarias.
Principales
características de la personalidad obsesiva:
-
Meticulosidad.
-
Perfeccionismo.
-
Escrupulosidad.
-
Descuido
de lo fundamental por lo accesorio.
-
Excesivo
afán por el orden.
-
Tendencia
excesiva a la planificación y previsión.
-
Pesimismo.
-
Dificultad
para adaptarse a situaciones nuevas.
-
Hiperadaptación
social.
-
Tendencia
a la autoacusación.
-
Hiperresponsabilidad.
-
Dificultad
para delegar responsabilidades.
-
Estilo
de vida austero.
-
Tendencia
a la hipercrítica.
-
Severidad.
Intolerancia. Inflexibilidad.
-
Alto
nivel de exigencia.
-
Tendencia
a pensamientos y análisis exhaustivos.
-
Inseguridad.
Indecisión.
-
Trato
correcto, pero frío y distante.