Bendecir, bendición

EvÁoyéco [eulogeo] hablar bien, elogiar, alabar, bendecir; eúloyía. [eulogia] discurso bello,

elogio, alabanza, bendición; ¿vloyr¡xóq [eulogétós] alabado, bendecido; évev^oyéw [eneulogéó]

bendecir, aaní^o^ai [aspázomai] saludar; áanoíafióg [aspasmos] saludo

1 1 El verbo eulogeo, que se halla atestiguado en la literatura griega a partir de los trágicos, esta formado

por el adverbio m [eu], bien y la raíz /oy- [loa], hablar (-> palabra), y significa hablar bien (el concepto contrario es

Ka.KoXoyéco [kakologeó], hablar mal) Consecuentemente el sustantivo eulogia, que se encuentra a partir de

Pindaro designa el hecho de hablar bien El adjetrv o verbal eulogétós corresponde al participio perfecto pasivo

eulogemenos y significa la persona (o cosa) de la cual se ha hablado bien, de ahí alabado, o ensalzado El compuesto

intensivo eneulogeo y eneulogeomai no se halla atestiguado en la literatura profana griega

a) Desde un punto de vista formal, «hablar bien», y particularmente eulogia, ¡a expresión del lenguaje

estéticamente bella, bien construida (cf ThWb II, 752) Platón asocia en Resp III, 400 con eulogia el concepto de

sóapfioatm [euharmostia], armonía, afinamiento, sóaft\poamv\ [euschémosyne], buen aspecto, yeúpoSfuy.[eurythmia],

euritmia o buen ritmo, a los cuales considera como consecuencia de la súnQaa [euetheia], buena costumbre o

buen carácter En Luciano (Lexiphanes 1) y en Esopo (ed Halm 274, 274b, eulogos) el concepto reviste un sentido

negativo la zalamería o el halago bien amañado pero falso (asi también Rom 16, 18)

b) En cuanto al contenido, «hablar bien», y particularmente eulogeo, expresa una alabanza, un elogio o una

ponderación Esa alabanza puede referirse a cosas (p ej, una ciudad Esquilo, Ag 580, unas hazañas extraordinarias

Isocrates 6,105) o personas (p ej, los padres Aristófanes, Equites 565, mujeres Aristófanes, Eccl 454, etc) En

ocasiones se habla también de un elogio de los dioses (genitivo objetivo) (p ej, Pan CIG III p 1190 n ° 4705b 2,

Isis ibid n ' 4705c 2) En este contexto el significado de eulogeo se aproxima al de e.tí-/apiox&j> [eucharisteo], dar

gracias (-» acción de gracias, art tv/apiaxiu. [euchanstia]) Solamente una vez (Eurípides, Supplices 927) se

mencionan los dioses como objetos de eulogeín los dioses le dan las gracias a un hombre con beneficios Asi se

alude también al papel protector y benefactor de los dioses, que en la religión griega no es del todo desconocido (cf

Esquilo, Eum 997 ss), aunque no se puede hablar de una acción especifica de bendecir por parte de los dioses

griegos El significado de bendecir lo adquiere por primera vez eulogeo en los LXX

2 HWindisch (ThWb I, 495) sospecha que el significado básico del verbo aspazomai (de etimología no clara,

atestiguado desde Homero) es el hecho de abrazar, como es corriente p ej entre conocidos y amigos Pero es

posible asimismo que el significado fundamental sea hablar, decir Como <pi/em [phileb] (-» amor), comprende

aspazomai originariamente la idea de acogida o de dar la bienvenida, expresando la estima y el amor hacia

personas o cosas (Jenofonte, Cyrop 1, 4, 1, 7, 1, 8, Platón, Ap 29d, Symp 209b, Eurípides, Ion 587) Mas tarde, el

significado de aspazomai se limita a la acción de saludar, distinta de la expresión del saludo (p ej xa'Pd [chaire] ,

que corresponde a Dios te guarde, o a las expresiones coloquiales hola que tal), como p ej el dar la mano, el

abrazo, el beso (<puntict[philemu]) y la actitud religiosa de arrodillarse o postrarse (-» oración, art npoaKotsw

[proskyneo]) (Plutarco, De Tito 11, De Agesilao 11, De Phocione 27, Josefo, Ant 11, 331) El sustantivo aspasmos

significa, según eso, ante todo abrazo, amor (Platón, Leg XI, 919e), luego saludo, visita (Epicteto, Diss 4, 4, 3 37)

Los saludos por escrito se encuentran en el tiempo anterior a Cristo raramente, algo mas a menudo, con todo, en el

área cultural oriental (cartas de El Amarna y Elefantina)

Bendecir, bendición {evXoyéo)) 174

II En los LXX se encuentra este grupo de palabras muy a menudo (en conjunto unas 640 veces, de ellas

eulogeo cerca de 450 veces) y en la mayor parte de los casos traduce palabras derivadas de la raíz hebrea barak

bendecir Eulogeo por tanto, adquiere el significado de bendecir y designa no solo lo contrario de kakologeo (cf

supra 1,1) sino también de Knxapoio¡mi [kataraomai], maldecir Este grupo de palabras se halla atestiguado en casi

todos los escritos veterotestamentanos y apócrifos y es especialmente frecuente en Gn Dt, Sal y Tob Y como las

descripciones de bendiciones en el AT desarrollaron, en parte, un especifico «lenguaje de bendición» (Westermann

Der Segen, 33, cf infra), es preciso que, al presentar la concepción veterotestamentana de bendición, prescindiendo

de si las palabras del grupo barak o eulogeo están o no, incluyamos también aquellos textos que describen la

bendición en su propio lenguaje y sin una ulterior elaboración conceptual

1 Las raices de las concepciones israelíticas sobre la bendición se remontan a la época preisraelitica y

entroncan con la hechicería y la magia, de las cuales originariamente la bendición apenas puede separarse (cf

GvdLeeuw, § 59) Esto se deduce del parentesco histonco-lmguistico del hebreo barak con la raíz ugantica brk y

con la palabra acadica karabu El significado fundamental de barak no es otro que dotar de fuerza curativa este

significado abarca juntamente el proceso de la dotación y el estado que se sigue de ella Asi pues, en la bendición se

trata originariamente de un poder que actúa independientemente, que es transferible y curativo y que se opone al

poder destructivo de la maldición (-> maldición, art KaTtn.potop.xi [kataraomai])

2 En el AT se encuentran elementos de aquellas ideas sobre la bendición que se difundieron en las antiguas

religiones del próximo oriente, y de los usos al respecto (ante todo en los ciclos patriarcales de Gn 12-36, para lo

que sigue, cf Horst, Segenshandlungen, 189 ss)

a) En la ejecución de la bendición intervienen una -> palabra cargada de poder y una acción que la corrobora

La mas primitiva formula de bendición es la afirmación en indicativo |Tu eres bendito' (bárük 'attáh LXX

aüoy/jTOi, [crv et] [eulogétos (sy eij], p ej, Gn 26, 29) Las acciones que siguen a la bendición se hallan

relacionadas con la analogía del acto mágico y han de operar la transferencia de la fuerza curativa por contacto, asi

la imposición de las -» manos (especialmente de la mano derecha, Gn 48, 13 ss), o, al menos, la elevación de las

manos o de los brazos (Ex 17, 11), el beso y el abrazo (Gn 48, 10), la acción de tocar los vestidos (2 Re 2, 13 ss), el

bordón o bastón (2 Re 4, 29) o las partes (Gn 47, 29 ss) El que bendice cobra fuerzas para el acto de bendecir por

medio de una comida especial (Gn 27, 4)

b) La bendición impartida produce su efecto absoluta e irreversiblemente, se imparte a perpetuidad y no

puede anularse o hacerse inoperante (Gn 27, 33, 2 Sam 7, 29)

c) Originariamente la bendición tiene su situación vital no en un santuario de culto sino en la unión familiar

de la estirpe

d) A esa situación corresponden las diversas ocasiones en que se realiza la bendición La expresión mas

corriente de la bendición se da en el saludo, al encontrarse, y en la despedida (Gn 47, 7 ss, cf sobre este punto

Westermann, Segen und Gruss, 61 ss) Especialmente en los momentos decisivos de la vida se imparte una

bendición nacimiento (Rut 4, 13 s, cf Le 2, 34), bodas (Gn 24, 60) y fallecimiento (Gn 48, 1 ss, 49, 28 ss) En este

contexto es importante la bendición del heredero, con la cual el jefe de la familia, antes de morir, transmite su poder

generalmente al primogénito y, con ello, lo traspasa a la próxima generación (Gn 27, 1 ss, 48, 1 ss)

e) Fundamentalmente cualquiera esta capacitado para impartir la bendición (y la maldición), pero al mismo

tiempo existen personas especialmente dotadas de una facultad de bendecir o maldecir, p ej el vidente Balaan (Nm

22), un caudillo cansmatico (Josué, Jos 6), los reyes (Melquisedec, Gn 14,18 ss), y mas tarde también los profetas y

los sacerdotes

i) En los primeros tiempos, la bendición tiene el carácter de reciprocidad no solo bendice el poderoso al

subdito o inferior (p ej Melquisedec a Abrahan, Gn 14, 18 ss), sino también el subdito al poderoso (p ej Jacob al

faraón, Gn 47, 7-10) Los hombres responden a las bendiciones que un dios los otorga con la bendición de ese dios,

esto es, con el reconocimiento de su poder por medio de la alabanza Según eso, barak significa bendecir (sujeto

Dios) y alabar, ensalzar (sujeto los hombres)

g) En cuanto al contenido la bendición significa la adjudicación y la comunicación de una fuerza salutífera,

que se muestra de una manera concreta en la fecundidad de los hombres (Gn 24, 34-36), de los animales y del

campo (Gn 30, 25 ss) Si en dirección vertical la bendición apunta hacia la fuerza generativa de la sucesión de

generaciones, como queda expresado p ej en las genealogías del documento sacerdotal (Gn 5, 11, 10 ss), en el

plano horizontal ella produce la paz y la tranquilidad, la segundad ante los enemigos, la felicidad y la salud de una

estirpe o de un grupo, como expresa de la manera mas amplia el concepto de salom, paz (= síntesis de la dicha

producida por la presencia de Yahve en medio de la comunidad salvifica)

h) Esta concepción de la bendición, que es a la vez prehistórica, preteologica y precultual, y que desde el

punto de vista de la fenomenología de la religión esta vinculada originariamente a una mentalidad mágica, se

encuentra con mas claridad que en ninguna otra parte en la narración de Gn 27, donde se cuenta como Jacob se

hizo con la bendición

3 a) La narración preponderantemente yahvistica de Balaan (Nm 22-24) une el fenómeno preisraehta de la

bendición con el poder de Yahve, el Dios de Israel El rey moabita Balac, preocupado por una incursión de los

175 (evÁoyeoj) Bendecir, bendición

israelitas en su territorio, pide ayuda al adivino pagano Balaan, el cual ha de paralizar al enemigo que sigue

acosando, por medio de una -» maldición (Nm 22, 1-6) La finalidad de la narración es demostrar que Yahve, el

Dios de Israel, se manifiesta como el Señor de la palabra originariamente autónoma y cargada de poder, de forma

que a Balaan se le quita la facultad propia de proferir palabras que produzcan su efecto, y, por encargo de Yahve,

solo puede bendecir, en vez de maldecir (Nm 22, 12 31 38, 23, 3-5) Al traspasar a Yahve toda la fuerza de la

bendición, pierde ya esta en el yahvista su carácter mágico Las acciones visibles de contacto para la transmisión de

fuerza se reducen a gestos, en los que se entiende que Yahve es el que actúa en la bendición

b) Los oráculos de bendición (Nm 23, 7-10 18-24, 24, 3-9 15-24) solo mas tarde fueron elaborados e introducidos

en el relato de Balaan Originariamente pertenecen estas frases a la forma estereotipada del oráculo de

bendición o de maldición (bendición Gn 9, 26, 49, bendición de Jacob, Nm 22-24, oráculos de Balaan, Dt 33,

bendición de Moisés, maldición Gn 3, 14 s, 4 11, bendición y maldición Lv 26, Dt 28) El oráculo de bendición

hunde sus raices en los oráculos de los videntes y, a diferencia del anuncio profetico de promesas, posee el carácter

descriptivo de la dicha Y lo que describe es la dicha terrena del pueblo o del país p ej Nm 24, 5 «|Que bellas las

tiendas de Jacob, y las moradas de Israel' Como vegas dilatadas, como jardinesjunto al no, como aloes que planto

el Señor (TM yhwh = Yahve), como cedro que esta junto a las aguas»

c) La ruptura decisiva con la concepción pre-histonca y, por tanto, a-histonca de la bendición en el interior

de la estirpe, y el paso a la comprensión de la bendición dentro del contexto de la historia de Israel, la realizo el

yahusta en el prologo a la historia de los patriarcas (Gn 12,1-3) El texto se articula en una orden trimembre (v 1) y

en una promesa de seis miembros, unidos todos con un wau vv (2-3) La orden contiene la intimación hecha a

Abrahan de abandonar su país, su parentela y su familia, o sea, de interrumpir su vida sedentaria para ponerse en

camino hacia una meta solo muy vagamente indicada En la formulación de la promesa sorprende el hecho de que

en esas frases programáticas se encuentra 5 veces como tema dominante y palabra clave la raíz barak, cada vez en

una forma distinta A diferencia de la inmediata transmisión de fuerza de los tiempos preisraeliticos, el yahvista ha

hecho la bendición objeto de una -> promesa de Yahve, y con ello proporciona al proceso de bendición primitivo y

a-histonco una perspectiva de futuro la bendición se promete para tiempos futuros

Desde el punto de vista de la historia de la tradición, el yah vista inserta los relatos patriarcales en el marco de la

promesa del hijo o de la descendencia (p ej Gn 24, 34-36, 26, 24 y passim) Sin embargo, como efecto de la

bendición prometida a Abrahan, no se nombra aquí al hijo —como p ej en Gn 15,4,18,10— sino al gran pueblo y

el gran nombre, que ese pueblo recibió o consiguió en la época del gran reinado davidico-salomonico (v 2, cf 2

Sam 7, 9), en otras palabras la bendición convertida en promesa la vincula el yahvista con la historia de Israel

"Bendición" se convierte en la palabra clave para interpretar la historia de Israel desde la salida de Abrahan hasta

el gran reinado de David» (Wolff, 356) Lo que mas sorprende es la frase sexta formulada en perfecto de

constatación (Brockelmann, Hebr Syntax, § 41 s) «Con tu nombre se bendecirán todas las familias de la tierra» (v

3b, cf 18,18,28,14, para traducir, el mfal de barak es medio, no pasivo) La frase únicamente puede entenderse en el

contexto de la historia primitiva que incluye toda la humanidad (Gn 1-11), en la cual 5 veces se habla a modo de

ejemplo de maldición sobre la humanidad (Gn 3, 14 17, 4, 11,1, 29, 9, 25) Como contrapartida de esta historia de

maldición se ofrece en Gn 12, 3b a «todas las familias de la tierra» una historia de bendición, que comprende la

liberación del trabajo estéril (Gn 3,17), del vagar angustioso de acá para alia (Gn 4,11 s), de la esclavitud que rebaja

(Gn 9, 25) y de la confusión destructora de los pueblos (Gn 11, 1 ss) De esta manera el yahvista mediante la

promesa de bendición, ha trazado un arco que va desde la historia de los patriarcas, pasando por la del pueblo

hasta llegar a toda la humanidad

4 a) Después de la ocupación del país y de la sedentanzacion de Israel comienza una larga lucha para

decidir si eran los dioses cananeos de la fecundidad, los baales (baallm), o Yahve, el Dios que había conducido al

pueblo y había hecho promesas, el que debía ser adorado (cf Eissfeldt, 6 ss) Lo mas duro de este enfrentamiento se

refleja en las noticias que se nos dan sobre la actividad del profeta Elias (1 Re 17-19) La narración del juicio de

Dios sobre el Carmelo (1 Re 18) describe de una manera tipico-ideal la victoria de Yahve, que hace bajar fuego del

cielo, sobre los ídolos impotentes de Baal (cf Alt, 135 ss, vRad, Teología del ATII, 33 ss) La narración de la sequía

y de la lluvia (1 Re 17, 1, 18, 1 2a 16s 41-46) traspasa las funciones de bendición y de fertilidad de Baal a Yahve, el

cual se convierte asimismo en el Señor del país Con ello se introduce en la actividad histórica de Yahve, como

elemento nuevo, la constante acción de bendecir que realiza en la tierra prometida de Canaan (cf Westermann,

Jahweglaube 210 s)

b) El resultado de esta lucha encontró su victoria mas importante en la forma como el Deuteronomio

comprendió la bendición Aquí es todo el pueblo el que concibe los dones de la tierra de cultivo —la fecundidad del

cuerpo, de los ganados, del campo, la unidad política y la paz con los pueblos vecinos— como bendiciones

procedentes de la mano de Yahve «Bendito seas en la ciudad, bendito seas en el campo Bendito el fruto de tu

vientre y el fruto de tu suelo, el fruto de tu ganado Que el Señor te entregue ya vencidos los enemigos que se alzan

contra ti» (Dt 28, 3-7, cf 7, 13-16) La bendición de Yahve se entiende en Dt enteramente de tejas abajo y en un

sentido profano, por ello se puede hablar de un «materialismo salvifico» en Dt, «que llega hasta la cesta de pan de

la economía domestica (Dt 28, 5)» (vRad, Teología del AT I, 292)

A diferencia de la concepción de bendición que tiene el yahvista, no se habla en la escuela deuteronomistica, de

bendición en la forma de una promesa incondicionada de salvación, sino en forma de proposiciones condicionaBendecir,

bendición {vüXoyéw) 176

das «Si (TM 'im LXX éav [ean]) obedeces y escuchas la voz del Señor, tu Dios sobre ti irán viniendo todas

estas bendiciones» (Dt 28, 1 s, cf vv 15 s) Mientras que de esta manera la bendición queda condicionada a la

obediencia del pueblo, se convierte asimismo en una parte integrante de la -> alianza entre Yahve e Israel Asi como

Yahve cumple, al bendecir, las obligaciones que le impone la alianza, asi también Israel se ve obligado a observar la

alianza La bendición que se transforma de incondicionada en condicionada de ilimitada en limitada, de

independiente en dependiente, ha de contar con el reverso de la medalla de la alianza en el caso en que Israel no

cumpla sus deberes, a saber, con la maldición Este es el sentido del mandato de Dios en Dt 11, 29 de poner la

bendición sobre el monte Garizim y la maldición sobre el monte Ebal Esas dos posibilidades, entre las cuales tiene

que elegir Israel (Dt 30, 19), se desarrollan ampliamente en el cap 28 vv 1-14 la bendición, vv 15-68 la maldición

Por medio de la incorporación de la bendición a la alianza, el Dt ha unido la polaridad de bendición y maldición

con la polaridad de salvación (-> redención, art atanco [sozd] II) y -»juicio (art Kpipa [krima] II) (cf Westermann,

Segen, 51 s)

c) Junto a Yahve, que es el que propiamente bendice, existen también en Israel unas personas o grupos

especiales que también imparten bendiciones los reyes, los -> profetas y los -» sacerdotes La función de la realeza

de impartir bendiciones nunca estuvo en Israel tan en primer plano como p ej en Egipto (cf, a este proposito,

Hermann, 33 ss), pero por la promesa de Natán (2 Sam 7, 16), es acreditada como portadora de bendición, al

menos, la realeza davidica La consagración del primer templo de Jerusalen se realizo por medio de una doble

bendición de Salomón antes y después de la oración consecratona del templo (1 Re 8, 14 54) Hasta que punto se

considero al rey como portador de bendición, se deduce sobre todo de los textos mesiamcos, que hablan del nuevo

rey, que deberá aportar a su pueblo la bendición, la salvación y la paz (p ej Is 9, 6 s, 11,1 ss) A las funciones de los

primeros profetas pertenece asimismo la intercesión para conseguir la bendición de Yahve (1 Re 18, 41 ss, Elias, 2

Re 6, 24 ss, Elíseo, Amos 7, 1 ss, Jeremías 14 etc) Las palabras salvadoras de los últimos profetas escritores

anuncian una futura acción de salvación y de bendición por parte de Yahve Las realizaciones de la bendición

futura prometida se describen en ellos con el lenguaje especifico de la bendición (cf supra 3b), lo mismo que en los

textos apocalípticos, como una salvación completa como reino mesianico de paz (Is 11, Zac 9, 9 s), como vida

pacifica y floreciente (Mi 3, 4 s, Zac 9, 17), como sociedad y como un gran convite (Is 55, 1 ss, 25, 6), como

aniquilación de los enemigos (Is 27, 1), como paz duradera (Is 26, 12) y salvación cósmica (Is 65, 17-25)

5 a) También en el culto de la comunidad cultual israelítica desempeña la bendición un papel importante

Esto queda claro ya por lo dicho sobre la consagración del templo salomónico (1 Re 8, 14 54, cf supra 4c) El

templo como recinto sagrado, es el lugar apropiado para impartir la bendición al pueblo y al país La bendición

debe otorgarse al final del servicio de culto a los miembros de la comunidad cultual que retornan a su casa, para

hacerla rendir en la vida ordinaria (cf sobre este punto los salmos de bendición 65, 115, 12-15, 128, 129, 8, 132 y

passim) La comumdad contesta a la bendición recibida alabando por su parte, a Yahve con la alabanza divina

«Bendito sea Yahve» (TM baruk yhwh LXX £DÁoyr¡toQ mpioq [eulogetos kyrws]) Esta formula se encuentra con

particular frecuencia en los salmos de alabanza (Sal 18, 47, 28, 6, 31, 22, 60, 20, 68, 20, 119, 12,124, 6 y passim, cf

asimismo las doxologias de Sal 41,14, 72,19, 89, 53,106, 48) Probablemente se pronunciaba también la bendición

en circunstancias especiales del culto (p ej en la presentación de las primicias Dt 26, 1 ss) y sobre personas

singulares (cf Sal 91, 121)

b) La teología de la bendición del documento sacerdotal presupone las instituciones cultuales Impartir

bendiciones se convierte en un privilegio de los -»sacerdotes leviticos Lv 9, 22 s, al final de la primera liturgia

sacrificial realizada en el tabernáculo santo, da cuenta de como por primera vez se impartió la bendición

sacerdotal, que después fue confirmada por la aparición de la gloria de Yahve Nm 6, 24-26 conserva las palabras

literales de la bendición sacerdotal, denominada aaronica, que, según quiere el documento sacerdotal, debe ser

pronunciada al final de todo servicio divino «El Señor te bendiga y te guarde, el Señor te muestre su rostro

radiante y tenga piedad de ti, el Señor te muestre su rostro y te conceda la paz» Esta formula de bendición que se

desarrolla rítmicamente se articula en tres partes, cada una de las cuales parafrasea la bendición de Yahvé y su

contenido y al mismo tiempo la intensifica El proceso de la bendición de Yahve se caracteriza como iluminación o

elevación de su rostro (TM parñm, LXX npoaomov [prosopon]) Con panlm se alude al aspecto del ser de Yahvé

que se vuelve al hombre (cf kabdd yhwh, la gloria de Yahve) Cuando Yahve no oculta su rostro vuelto a los

hombres, sino que lo eleva, cuando no lo oscurece por la ira, sino que lo deja brillar, entonces la bendición de

Yahve significa su inclinación amistosa hacia el hombre El contenido de la bendición se subraya con conceptos de

conservación o protección, de gracia y —con un termino que abarca mucho mas— de dicha (hebr íalom -> paz II)

El destinatario de la bendición, como persona a la que se dirige, es la comunidad de los israelitas, que se reúnen

para el culto (v 23) Los seis verbos de la formula aaronica de bendición están en imperfecto cohortativo, lo que

equivale a decir que no se formula la frase en indicativo por tratarse de un deseo de ser bendecido Con esto se

salvaguarda la libertad de Yahve frente a la bendición cultual, el sacerdote únicamente puede desear la bendición

de Yahve, pero no disponer de ella De todos modos, a la acción de bendecir del sacerdote se le otorga la promesa

de Yahve «Asi invocaran mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré» (v 27)

c) Mientras que el concepto de bendición de Nm 6 posee un carácter sacral-sacerdotal-cultual y se dirige

exclusivamente a la comunidad cultual las formulas de bendición de Gn 1, 22 28 —que pertenecen asimismo al

sacerdotal— abarcan a todo lo creado, a todos los hombres y a todas las criaturas «Creced, multiplicaos, llenad la

177 (sókoyéco) Bendecir, bendición

tierra y sometedla» (Gn 1, 28). El día séptimo no sólo es santificado en Gn 2, 3 para la comunidad cultual sino que

es bendecido para todos los hombres. De la confrontación e interdependencia de la bendición de Gn 1 y Nm 6

concluye CWestermann: «La bendición cultual en realidad se refiere a toda la humanidad, y la bendición que se

imparte a la comunidad congregada para el culto sagrado es una bendición que se aplica a toda la humanidad, más

aún, a todos los seres vivientes» (Segen, 61).

6. a) También la sabiduría veterotestamentaria de la colección de sentencias en parte enteramente profanas

está indirectamente relacionada con la bendición. Aqui la bendición de Yahvé se exterioriza en el consejo sensato

que un sabio (=hombre prudente) puede dar incluso en los asuntos profanos (más detalles en Westermann, Segen,

40 ss).

b) Los dramáticos diálogos del libro de Job discuten asimismo en parte la cuestión de por qué Dios actúa

como actúa, por qué da su bendición y por qué la quita. El debate que se establece hace ver a las claras que la

teología de la bendición del Dt, que hace depender la bendición o la maldición de la obediencia o de la

desobediencia (cf. supra 4b) —aquí representada hasta las más crueles consecuencias por los antagonistas de Job,

sus «amigos»— no vale ya, puesto que no resiste a la realidad de Job paciente (cf. asimismo Sal 73 y el escepticismo

del autor de Ecl). Aquí la teología veterotestamentaria de la bendición alcanza sus propios límites. La bendición de

Yahvé no se experimenta ya en primera línea como presente, sino que —sobre todo en la apocalíptica (cf. supra

4c)— se espera del ésjaton prometido.

c) En el libro de Tobías, que recuerda los relatos patriarcales se han conservado las formas originarias de

bendición: la bendición de los hijos por los padres, especialmente en la despedida (Tob 5, 16; 7, 7; 9, 6; 10, 12 s y

passim), y en los saludos (Tob 7, 6; 10, 12).

d) En el judaismo rabinico, las fórmulas de bendición y de alabanza se hallan muy extendidas. El primer

tratado de la Misná lleva el título de B'rakhoth (= bendiciones). Las fórmulas de alabanza se introducen con las

palabras «alabado sea el Señor» y alaban al Señor por sus hechos y por sus dones. Los rabinos conocen fórmulas

de alabanza apropiadas para las más diversas situaciones de la vida diaria y del culto (cf. St.-B. IV, 616 ss). En este

contexto es importante la fórmula de bendición que el judío pronuncia como plegaria de familia antes y después de

la comida. En bBer 35a se dice: «Se le prohibe al nombre disfrutar de nada de este mundo sin haber pronunciado la

bendición; el que disfrutara de algo de este mundo sin una plegaria de bendición comete una infidelidad» (detalles

en Beyer, ThWb II, 757 ss).

e) A los textos de la comunidad de Qumrán pertenecen cánticos de alabanza, de los cuales algunos comienzan

con la fórmula «alabado eres, Señor,...» (hodayot = libro o rollo de los himnos: 1 QH). El libro de las Bendiciones

(1 QSb), que sólo fragmentadamente ha sido conservado, contiene fórmulas de bendición para sacerdotes y para

otras personas. La regla de la comunidad cita la bendición de Aarón en una modalidad distinta (¿gnóstica?): «El

(Yahvé) te bendiga con todos los bienes y te guarde de todos los males e ilumine tu corazón con el profundo

conocimiento de la vida y te gratifique con la eterna sabiduría y levante para ti su gracioso rostro para salvación

eterna» (1 QS II, 2-4).

III En comparación con la importancia fundamental que tiene la bendición en el

AT, el concepto y la realidad de la bendición ocupan en el NT un segundo plano. El

grupo de palabras de la raíz EüXoy- [eulog-] o relacionadas con ella aparecen en el NT un

total de 68 veces; de ellas corresponden: a eulogéo 41 veces; a eneulogéo 2 veces (Hech 3,

25; Gal 3, 8); a kateulogéó una vez (Me 10,16); al sustantivo eulogia 10 veces y al adjetivo

verbal eulogetós 8 veces. Con relativa frecuencia este grupo de palabras se halla atestiguado

en Le, en las grandes epístolas paulinas y en Heb, mientras que Jn sólo usa una vez el

verbo en una cita del AT (12,13), y no se encuentra ninguna de esas palabras ni en el resto

de las cartas paulinas, ni en las pastorales, ni en las de Juan y tampoco en parte en las

cartas católicas (2 Pe, Jds).

1. El significado estético-formal de eulogia, que tiene carta de ciudadanía en la

Grecia clásica (cf. supra I, la), es recogido únicamente en Rom 16, 18 en una variante

negativa: «gente de ésa no está al servicio del mesías nuestro Señor, sino al de su propio

estómago, y con zalamerías (xpnaToXoyíon [chréstología]) y halagos (eulogia) engañan a

los ingenuos».

2. Con muchísima más frecuencia (40 de 68 casos) tiene este grupo el significado de

alabar, ensalzar, encomiar (eulogetós significa exclusivamente: alabado, ensalzado). Este

uso lingüístico se apoya no sólo en el uso de la palabra en griego profano con el

Bendecir, bendición (eóXoyéco) 178

significado de hablar bien de alguien (cf. supra I, Ib) sino también en la forma como los

LXX traducen la alabanza a Dios: bendito, o sea, alabado sea Yahvé (cf. supra II, 5a).

a) También en el NT sirve este grupo de palabras para formular la alabanza a Dios,

es decir, en este contexto tiene un carácter doxológico. Al igual que en el judaismo

posterior (bBer 7, 3; Hen 77, 1) —Dios es denominado el «bendito»: eulogétós (Me 14,

61)—. Con la fórmula doxológica: «Bendito sea Dios (el Señor)» (eúXoyr¡TÓ¡; [KÓpiog] ó

9EÓQ [eulogétós kyrios ho theós]) comienza el himno de Zacarías (Le 1, 68: «Benedictus

») y algunas cartas (2 Cor 1, 3; Ef 1, 3; 1 Pe 1, 3); aquí se ve a las claras la

interdependencia del saludo y de la alabanza a Dios. En una forma variante aparecen

doxologías a modo de cortas interjecciones en las cartas paulinas (Rom 1,25b; 9, 5; 2 Cor

II, 31) y —ampliadas en forma de himnos— en Ap (5, 12; 5, 13b; 7, 12, en cada caso

eulogía; -* canto, art. vpvoc, [hymnos]).

b) Las aclamaciones no se formulan con el adjetivo doxológico eulogétós, sino con el

participio de perfecto pasivo del polifacético verbo eulogéd: EvXoyr¡p.évoc; [eulogéménos].

En esta formulación se añade a la alabanza el reconocimiento del ser bendito de Dios y a

la vez se expresa el carácter de saludo. Con la palabra eulogéménos, alabado, bendito,

bienvenido, es saludado Jesús (Me 11,9 par; Mt 23, 39 par; cf. Sal 118,26); pero también el

reino de Dios que viene y que Dios ha de inaugurar con la llegada del mesías (Me 11,10),

y María, la madre del mesías (Le 1, 42) son celebrados con este saludo aclamatorio.

c) La costumbre judía de pronunciar fórmulas de bendición en los diversos servicios

del culto y en el transcurso de la vida diaria (cf. supra II, 6d) se halla atestiguada también

en los escritos neotestamentarios (Le 1,64; 2,28 s: «Nunc dimittis»; 2,34; 24,53; 1 Cor 14,

16; Sant 3, 9 s). Según nos dicen los sinópticos en sus evangelios, Jesús adoptó de los

padres de familia judíos la práctica de pronunciar una bendición antes y después de las

comidas (Me 6, 41 par: la multiplicación de los panes ante los 5.000; 8, 7 par: la

multiplicación ante los 4.000; 14, 22 s par: la última cena de Jesús con sus discípulos, cf.

cobre este punto -* cena del Señor II, 4b; Le 24, 30: comida comunitaria del resucitado).

Como el paralelismo entre eulogéd y sóxapi<rxé(o eucharistéd] (-» acción de gracias, art.

eDxctpiGTÍa [eucharistia]) en Me 8,6 s; 14,22 s y Mt 26,26 s da a entender, en la bendición

de las comidas se da gracias al creador por sus dones materiales (cf. supra II, 4b; cf.

asimismo 1 Cor 10,16; acerca de la copa de bendición St.-B. IV, 627 ss y -* cena del Señor

III, 4d; sobre todo este apartado 2 cf. Schenk, 97-130).

3. Donde este grupo de palabras se encuentra con el significado específico de

bendecir o bendición (28 de los 68 ejemplos), la comprensión neotestamentaria del

concepto se orienta más hacia la teología veterotestamentaria de la bendición del AT que

a la del judaismo. Sin embargo, la situación neotestamentaria corresponde al resultado

estadístico (cf. supra, el resumen inicial): a diferencia de las teologías de la bendición tan

pronunciadas del yahvista (cf. supra II, 3c), del Dt (cf. supra II, 4b) y del documento

sacerdotal (cf. supra II, 5b y c), la bendición en el NT propiamente hablando no se

tematiza, sino que desempeña más bien un papel accidental, corriente, aunque no carente

de importancia.

a) En los evangelios sinópticos es importante el concepto de bendición en tres

perícopas: en la bendición de los niños, en el discurso de misión y en la despedida de su

comunidad por parte del resucitado.

a) Cuando Jesús, según Me 10, 13-16 par impone sus manos a los -> niños y les

bendice, no hace con ello nada de extraordinario; más bien se trata ahí de la conducta

normal de un padre judío o de un rabino (cf. St.-B. I, 807 s). Lo importante en este

contexto es únicamente que para Me la conducta de Jesús no se limita a los adultos sino

que abarca también a los niños, es decir, comprende al hombre al hacerse, al crecer y al

179 (sokoyém) Bendecir, bendición

madurar. H reino de Dios, al que apunta la intención de la perícopa (v. 15) es «coordinar

de una forma positiva, por medio de la acción de Jesús, la existencia del hombre en su

doble condición de ser corporal y de creatura» (así Westermann, 83, en contra de Schenk,

que entiende la acción de bendecir de Jesús «únicamente como intercesión»).

¡S) Como se deduce del contexto del discurso de misión en Mt 10, 1-16 par, con el

encargo de saludar al entrar en una casa <. 12: áanáoctoSe [aspásasthe]) se alude al

saludo de bendición (cf. v. 13: ziprprr\ [eiréne], hebr. sñlóm, paz). Por obra de Jesús, los

discípulos reciben un doble encargo: anunciar y saludar (vv. 7/8a); esto es, son enviados

como evangelistas y como portadores de bendición. Según Mt, pertenece a la misión de

los discípulos —lo mismo que a la de Jesús— además de la proclamación del reino de

Dios, la solidarización con el sufrimiento de la creación en busca de su libertad en su

condición de creatura y la acción dirigida a lograr la dicha del hombre en la tierra.

Especialmente los textos de Hech muestran la interrelación de ese doble aspecto de la

actividad apostólica: el de anunciar la salvación y el de ayudar a su plena realización (cf.

p. ej. en Hech 3 la vinculación entre la acción de curar y la de anunciar el significado de la

curación por parte de Pedro). La bendición adquiere su pleno significado sólo cuando la

acción misionera de anunciar, de intermitente pasa a ser un surgir constante de comunidades

estables (cf. supra II, 4a). Y puesto que esta nueva situación —frente al estilo de

vida itinerante del Señor, de los discípulos y del apóstol Pablo— al menos en gran parte,

no era todavía realidad en el NT, se comprende por qué en él no se menciona la bendición

tan a menudo como en el AT (cf. a este propósito Westermann, 93 ss).

y) El trasfondo de la bendición del resucitado de Le 24, 50 s no es ni la bendición

sacerdotal (así Schenk, 58) ni la bendición del heredero de los relatos patriarcales, sino la

bendición de despedida (cf. supra II, 2d, 6c). El Señor, al despedirse, comunica a su

comunidad la fuerza de su bendición, a través de la cual sigue unido a ella. El contenido

de la bendición es la presencia del que va a ser exaltado en medio de su comunidad, que es

exactamente lo que expresan las palabras que se encuentran en el pasaje correspondiente

de Mt: «yo estoy con vosotros cada día...» (Mt 28, 20; cf. Gn 26, 3).

b) Pablo utilizó el concepto de bendición en el NT de manera más reflexiva que

nadie y le prestó una decisiva impronta cristológica totalmente nueva (cf. supra II, 3c, la

correspondiente aportación teológica del yahvista).

a) En Gal 3, 8 cita Pablo el texto de Gn 12, 3b: «Por ti serán benditas todas las

naciones» (la tierra, cf. la traducción del pasaje en los LXX, que es la que reproduce aquí

Pablo). En conexión con sus ideas cristológicas, Pablo da a la cita una nueva interpretación:

vista desde su realización, la bendición prometida a Abrahán se transforma en

acción salvadora de Dios en Cristo. Lo que proporciona la bendición no es ya un pueblo

grande o la fertilidad de la tierra, sino el -» espíritu prometido de Cristo (v. 14). Lo común

entre la cita yahvista y su interpretación paulina está en que de la misma manera que la

bendición prometida, también su realización en Cristo debe llegar a todos los pueblos de

la tierra (v. 8 y 14). En Gal 3, 8-14 interpreta Pablo la relación entre bendición y

maldición en el sentido de que Cristo con su muerte eliminó de una vez para siempre la

maldición de la ley (v. 13, cf. sobre este punto -»• cruz, art. £vXóv [xylón] III), de forma

que ahora los creyentes de todos los pueblos reciben la acción salvadora de Dios en

Cristo (v. 14; cf. Ef 1, 3; Hech 3, 25 s; Schenk, 42 ss).

P) La expresión sókoyía. Xpiazov [eulogia Christoü] (Rom 15, 29) no significa ni el

acto ni el contenido, sino más bien el efecto del anuncio de Cristo en la comunidad; lo que

en este contexto, equivale a decir: Pablo es consciente de que su llegada a Roma habrá de

servir para el crecimiento y madurez de la comunidad.

y) La dependencia entre bendición y don de la bendición (cf. Gn 33, 11) sobresale

sobre todo en 2 Cor 9, 5 s. Aquí designa Pablo la colecta conseguida por él para la

Bendecir, bendición (evXoyéco) 180

comunidad primitiva de Jerusalén como eulogía. Como se deduce del contexto, eulogía

significa un espléndido donativo (lo opuesto es nÁsovE^ía [pleonexía] avaricia), que la

comunidad de Corinto ha de ofrecer a manos llenas (ep eulogías; lo opuesto es: <psióofié-

VCÚQ [pheidoménós], mezquinamente), para que con ese donativo se haga palpable

concretamente la bendición de Dios para la comunidad de Jerusalén.

c) La carta a los Hebreos fue la que más de cerca siguió el concepto veterotestamentario

de la bendición (cf. supra II, 2) (p. ej. 6, 7 s). Se limita en gran parte a citas y a

paráfrasis de textos de bendición del AT: 6, 14 (Abrahán, cf. Gn 22, 16 s); 7, 1-7

(Melquisedec, cf. Gn 14,18-20); 11, 20 (Isaac, cf. Gn 27, 27 ss); 11, 21 (Jacob, cf. Gn 48,15

ss); 12, 17 (Esaú, cf. Gn 27, 30 ss). La finalidad que persigue Heb con la enumeración de

esos ejemplos se expresa en 6,12:«... para que imitéis a los que por la fe y la paciencia van

heredando las promesas». En los pasajes mencionados se encuentra muchas veces la

fórmula: «heredar la bendición» (Heb 12, 17; espec. 1, Pe 3, 9) y «heredar las promesas»

(Heb 6,12.15). Del paralelismo de bendición y promesa se deduce que aquí por la palabra

bendición no se significa la salvación presente sino la de los últimos tiempos (cf. asimismo

Mt 25, 34 e Is 65, 23b; cf. supra II, 4c).

d) Finalmente es preciso mencionar los textos parenéticos de bendición: Le 6, 27 s;

Rom 12, 14; 1 Cor 4, 12; 1 Pe 3, 9. En ellos se exhorta a los discípulos de Cristo a

responder a las maldiciones, persecuciones, insultos y desprecios de los enemigos con lo

contrario, con la bendición. En lugar del ius talionis entra en escena el mandato del amor

a los enemigos (espec. claro en 1 Pe 3, 9). Lo que Pablo formuló cristológicamente se

desarrolla aquí de un modo parenético: se ha eliminado la oposición entre bendición y

maldición. Y puesto que Cristo tomó sobre sí la maldición (Gal 3,13; cf. supra ba) sólo es

válido para los cristianos el principio de bendecir sin límites ni fronteras (Rom 12, 14).

«La comunidad de Cristo y cada cristiano en particular no debe maldecir a nadie, pues

Cristo realizó su obra también para sus enemigos» (Westermann, 90).

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