DJN-B

Bálsamo

Especie de aceite extraído de un arbusto resinoso, que germinaba en el valle del Jordán y cerca de Jericó y de Engadí. Uno de los regalos que la reina de Saba hizo a Salomón (1 Re 10,2). Se utilizaba para embalsamar (2 Crón 16,4; Mc 16,1; Lc 23,56; 24,1; Jn 19,40). Las mujeres lo empleaban como cosmético embellecedor (Cant 4,10; 14,16; Is 3,24). "Un amigo fiel es bálsamo de vida" (Eclo 6,16). ->Aroma; perfume.

E. M. N.

Banquete

El profeta Isaías habla de los tiempos mesiánicos, plenos de felicidad, porque entonces se celebrará un gran banquete, con exquisitas comidas y bebidas (Is 25,6). Y, en efecto, en los tiempos mesiánicos seguía recordándose esta profecía (Lc 14,15-16; cf. Mt 8,11-14). El mismo Jesucristo utiliza también esta metáfora para ilustrar la naturaleza del reino que viene a establecer (Mt 22, 22,1-14; Lc 14,16-24). El banquete final de su vida, la última cena, está en relación directa con el banquete escatológico en el reino celeste (Mt 26,29; Lc 22,15), banquete en el que participarán los apóstoles en sitios de honor en calidad de jefes de la comunidad (Lc 22,29-30). La primitiva Iglesia consideraba a la Eucaristía como un banquete (Act 2,24-46; 1 Cor 11,17-34).

Se invitaba a los banquetes por medio de los criados, delegados especiales para tal menester (Mt 22,3); en el banquete, que solía celebrarse con música y baile (Mt 14,6), se ocupaban los puestos según la dignidad y la categoría de cada comensal (Lc 14,8). Más que a los ricos, a los amigos y a los familiares, sería mejor invitar a los pobres y a los minusválidos, con el fin de ganarse una buena recompensa para la otra vida (Lc 14,12-14). -> Comida; eucaristía.

E. M. N.

Baño

El evangelio de San Juan (Jn 5,2) constata la existencia de baños públicos. El mismo San Juan (Jn 13,10) señala el símbolo religioso del baño: el baño total del cuerpo simboliza una pureza plena y perfecta, a diferencia de la pureza que significa el haberse lavado sólo una parte del cuerpo (cf. Mt 28,19; Mc 1,5). El cristiano ha sido purificado por un doble lavatorio: con la sangre de Cristo (Ap 1,5) y con las aguas bautismales (Act 22,16; 1 Cor 6,11).

E. M. N.

Baraquías

Baraquías era padre de Zacarías, contemporáneo y amigo fiel del profeta Isaías, asesinado entre el templo y el altar (Mt 23,35; Is 8,2).

E. M. N.

Barrabás

Su nombre completo es Jesús Barrabás (Mt 27,16). Delincuente famoso, jefe de banda, revolucionario (Mc 15,7), asesino (Lc 23,19; Act 3,14), bandolero y ladrón (Jn 18,40). Con motivo de la Pascua, se daba libertad a un preso -privilegio que los romanos concedieron a los judíos-, el que el pueblo pedía. Los judíos prefirieron que Pilato diera libertad a Barrabás y no a Jesús (Mt 27,17; Mc 15,11; Lc 23,25; Jn 18,40).

E. M. N.

Bartimeo

Un mendigo ciego, al que Jesús curó de su ceguera en Jericó (Mt 20,29-34; Mc 10,46-52; Lc 18,35-43). ->ceguera.

E. M. N.

Bartolomé

Uno de los doce apóstoles. Aparece siempre en las listas junto a Felipe. Probablemente es el mismo llamado por San Juan Natanael (Mt 10,3; Mc 3,18; Lc 6,14; Jn 1,14). Según la tradición, fue misionero en la India, llevando una copia del evangelio de San Mateo, y fue crucificado en una cruz invertida en Albanópolis (Armenia). --> apócrifos.

E. M. N.

Bautista ->Juan Bautista

Beelzebul

Se trata probablemente de una antigua divinidad fenicia (2 Re 1,2-16), el Señor del estiércol, de los demonios, es decir, del sacrificio a los ídolos, pues todo el culto ofrecido a los ídolos, en último término, a los demonios se dirige. Los evangelios le llaman Satanás y Príncipe de los demonios, de los espíritus malos (Mt 10,25; 12,24.27; Mc 3,22; Lc 11,15.18). Las traducciones españolas ponen indistintamente Beelzebú, Beelzebul y Beelzebub.

E. M. N.

Bendición

La bendición, más que una o unas palabras, es una acción capaz de transmitir o conferir un don, una gracia. Entre estos dones descuella el don de la vida (Gén 27,25-30). Bendecir es utilizar una fuerza divina, mediante la cual se comunica un don (Núm 6,24-26; Dt 28,3-6). La bendición era igualmente considerada como una fuerza, que pasa del padre al hijo y que entraña transmisión de bienes y de dones (Gén 27; 48,12-20; 33,11; Dt 28,8). La bendición puede ser heredada, y de hecho lo ha sido, pues los cristianos hemos heredado la bendición de Abrahán (Gál 3,8; 1 Pe 3,9). En el A. T., el único que bendice es Dios (Gén 27,28), pues de El exclusivamente procede todo bien (Gén 49,25). Pueden darla también sus delegados, sus representantes (Dt 33; Jos 14,13; 1 Sam 2,20; 2 Sam 6,18; 1 Re 8,14).

En el N. T. sigue siendo Dios el que, por excelencia, imparte la bendición (Mt 25,34). Jesús también bendice, porque es Dios y a la vez su enviado. Bendice a los niños (Mc 10,16) y a sus discípulos (Mc 10,16; Lc 24,50). Bendijo los panes, cuando la multiplicación de los mismos (Mt 14,19; Mc 6,41; Lc 9,16), y, en la última cena, pronunció también la bendición (Mt 26,26; Mc 14,22; Lc 24,30). Los discípulos de Jesús deben devolver bendición' por maldición (Mt 5,44; Lc 6,28). El hombre, cuando bendice, lo hace en nombre de Dios, el que únicamente puede bendecir (Lc 1,42). El hombre puede también bendecir a Dios, pero en el sentido de alabarle y de engrandecerle (Lc 1,64.68; 24,53). Los hombres piadosos bendecían también a Jesús, es decir, le alababan y, al propio tiempo, reconocían que estaba bendecido por Dios, que era el bendito de Dios, el Mesías (Mt 21,9; 23,39; Mc 11,9; Lc 13,35; 19,38; Jn 12,13). A la bendición de Dios, el hombre debe responder con la acción de gracias, con la eucaristía (1 Cor 10,16).

E. M. N.

Bernabé ->Apócrifos

Beso

Los esposos (Cant 1,1), los padres y los hijos (Gén 27,27; Lc 15,20), los parientes (Gén 29,19), los amigos queridos (Ex 4,27; 1 Sam 20,41), acostumbraban a besarse cuando se saludaban o se despedían en señal de amor, de cariño, de afecto y de ternura (Gén 27,27). El beso era también señal de respeto y de honor, aunque a veces fuera fingido (como el de Judas) (Mt 24,48; Mc 14,44; Lc 22,47). Los primeros cristianos, que se consideraban amigos entrañables y miembros de una misma familia, se saludaban con el beso santo o beso de la paz (Rom 16,16; 1 Cor 16,20; 2 Cor 13,12; 1 Tes 5,26; 1 Pe 5,14).

E. M. N.

Betesda ->Betzata

Betsabé

Esposa de Urías, con la que el rey David cometió adulterio, tras lo cual el mismo David ordenó que Urías fuera expuesto al peligro en la batalla para que muriera; y, en efecto, murió, con lo que David pudo tomarla por esposa. Salomón fue hijo de David y de Betsabé (cf. 2 Sam 11-12), la cual aparece en la genealogía de Jesús como "mujer de Urías" (Mt 1,6).

E. M. N.

Betzáta [Betesda]

Piscina de Jerusalén, situada al norte de la explanada del templo, cerca de la puerta de las ovejas. San Juan dice que tenía cinco pórticos (Jn 5,2ss). Las excavaciones arqueológicas recientes realizadas por los Padres Blancos han puesto de manifiesto que la piscina era rectangular, de 120 m. de largo por 60 m. de ancho, dividida en dos partes iguales por un pórtico central (Jn 5,3b-4), que hablan de un ángel, que de cuando en cuando iba a remover las aguas, son una interpolación, aunque muy antigua, que obedece al afán de quererlo hacer todo sobrenatural y a la creencia de que toda obra preternatural se hacía por el ministerio de un ángel. Al pasaje hay que darle una explicación natural: se trata de un agua termal medicinal, que, al moverse por reacción propia, tenía virtud curativa, o al menos aliviadora, de enfermedades; los reumas se alivian con ciertos baños, y las enfermedades, que narra San Juan, pueden ser todas ellas efectos del reúma (Jn 5,3b).

E. M. N.

Biblia ->Escrituras

La Biblia es un libro aparte, con unas características propias, con una naturaleza específica diversa a los demás libros. Porque, a diferencia de los demás, tiene un doble origen, humano y divino. Es un libro humano, hecho por hombres, para los hombres, en el estilo de los hombres. Es, además y sobre todo, un libro divino, hecho por Dios para transmitir a los hombres, por medio de los mismos hombres, un mensaje de salvación. A esta extraña colaboración de Dios y del hombre se le da el nombre de inspiración: Dios ha inspirado la Biblia, es decir, Dios es el autor principal de la misma.

La Biblia debe ser para el hombre normativa de su conducta, tanto en sus relaciones con Dios como en sus relaciones sociales con los demás. Ha sido transmitida fielmente de generación en generación; se prueba históricamente que la Biblia, que nosotros leemos en nuestra propia lengua, es sustancialmente la misma que escribieron los hagiógrafos. La Biblia, por ser un libro humano, está sometida a unas técnicas hermenéuticas, que le son común a los demás libros, pero, por ser un libro divino, tiene unos criterios propios de interpretación.

La Biblia está integrada por una colección de 73 libros, de los que 46 pertenecen al A. T. y 27 al N. T. Los primeros encierran la Antigua Alianza y fueron escritos antes de la venida de Jesucristo; los segundos, la Nueva, y fueron compuestos en el siglo 1 de Jesucristo. Unos y otros lo fueron en una de las tres lenguas, que, por lo mismo, se denominan lenguas bíblicas: arameo, hebreo, griego. La Biblia recibe diversos nombres:

Sagradas —›Escrituras (Mt 21,42; Mc 12,10; Lc 4,21; Jn 5,39; Rm 1,2; Sant 28): sagrada, santa o divina, por razón de su autor, de su contenido y de su finalidad; Escritura, por ser la escritura por excelencia, por ser palabra de Dios.

Biblia (Neh 8,8; ls 34,16; Dan 9,2; 1 Mac 12,9): plural griego (libros), que tomó forma femenina singular en latín y en las lenguas modernas; responde al hebreo sefer (libro) y se designa así por ser "el libro" por excelencia.

Antiguo y Nuevo Testamento (Jer 11, 1-8; 31,31-33; Mc 26,28); se encuentra en los Santos Padres a partir de la segunda mitad del siglo II. Tertuliano generalizó la denominación entre los latinos. ->Canon; inspiración; hermenéutica; escrituras.

E. M. N.

Blasfemia

Blasfemar es menospreciar, injuriar y maldecir el nombre santo de Dios (Lc 24,11-16; Ex 22,27). En teoría es el pecado más grave, castigado en el A. T. con la pena capital (Lev 24,16). Pero la blasfemia no es sólo esto; abarca otras muchas cosas; v. gr., menospreciar a una persona sagrada y profanar las cosas santas (Act 6,11; Rom 2,24), atribuirse el poder divino para perdonar los pecados (Mt 9,3; Mc 2,7; Lc 5,21) y hacerse igual a Dios (Jn 5,19; 10,33-36). Por estas últimas razones, y por declararse Hijo de Dios, con prerrogativas divinas, Jesús fue considerado como blasfemo (Mt 26,64-66; Mc 14,62-64). Pero como, de hecho, Jesús es Dios, las palabras despectivas contra El en la cruz son verdaderas blasfemias (Mt 27,39; Mc 15,29); por eso también, el que niega a Jesucristo, blasfema contra Dios (Act 26,11). Hay una blasfemia especial, la cometida contra el Espíritu Santo, que consiste en atribuir al diablo la expulsión de los demonios.

E. M. N.

Bodas

Los judíos podían contraer matrimonio en la edad núbil: doce años y un día en las chicas y trece años y un día para los chicos; la costumbre, sin embargo, señalaba la edad de dieciocho años para los varones. Las viudas no podían casarse hasta los tres meses de haber quedado viudas. La ley estipulaba los mutuos derechos y obligaciones de los esposos; entre los derechos de la mujer se señalan la comida, el vestido y el débito conyugal (Ex 21, 10). Las bodas constituían unos días, generalmente siete, de alegría, de banquetes, de cante y de baile. Los esposos solían convidar a numerosos familiares y amigos (Jn 2,2). En calidad de invitado, Jesucristo asistió a las bodas de Caná (Jn 2,1-3). Entre los invitados había uno de especial importancia, «el amigo del esposo» (Jn 3,29). La celebración de la boda se iniciaba con un gran cortejo de los invitados (Mt 9,15; Mc 2,19; Lc 5,34), presidido por el novio, que iba a buscar a la novia. Con frecuencia se unía a la comitiva un grupo de muchachas, amigas de la novia (Mt 25,1). El festín de bodas es considerado como una figura del banquete nupcial, que celebrará el Cordero (Ap 19,7-9) en la patria celeste, al que todos los hombres están invitados (Mt 22,9), pero al que hay que asistir con traje de bodas (Mt 22,11).

E. M. N.

Bolsa

La bolsa, destinada a guardar el dinero, estaba hecha generalmente de cuero, y se colgaba o del cinturón o del cuello. Jesucristo ordenó a sus discípulos que, en el apostolado, no llevaran bolsa. Su vocación y las gracias especiales que la misma comporta, todo lo habían recibido gratis, y gratis debían administrarlo (Lc 10,4). Las bolsas deberían ser de las que atesoran bienes imperecederos (Lc 12,33). En la última hora les recuerda que cuando los envió a predicar la buena nueva sin bolsa, no les faltó nada, pero ahora debían proveerse de bolsa, ante los acontecimientos que se avecinan (Lc 22,35-36). San Juan nos recuerda que los apóstoles tenían una bolsa común, cuyo depositario era Judas (Jn 12,6; 13,29).

E. M. N.

Boanerges

Sobrenombre que Jesús puso a Santiago y a Juan, hijos del Zebedeo, debido a su temperamento impetuoso (Mc 3,17; Lc 9,49.54).

E. M. N.

Booz

Booz, natural de Belén, era hijo de Salmón y de Rahab; se casó con Rut, la moabita, y tuvo el privilegio de engendrar a Obed, ascendiente de David y de Jesús (Mt 1,5; Lc 3,32).

E. M. N.

Buen pastor ->Pastor (Jesús, el)

Bueno

El bueno, el esencialmente bueno, el único bueno, es Dios (Mt 19,17; Mc 10,18; Lc 18,19). También lo es Jesucristo (Mc 10,17; Jn 7,12), que todo lo hizo bien (Mc 7,37). Hay hombres buenos (Mt 12,35; 25,21-23; Lc 6,45; 8,8.15; 19,17; 23,50), pero también los hay malos (Lc 11,13). Y Dios, que es la bondad misma, a todos hace bien, a los buenos y a los malos (Mt 5,45; 7,11; 22,10). En la misma naturaleza hay árboles buenos y malos (Mt 7,17-18), semilla buena y mala (Mt 13,38), peces buenos y malos (Mt 13, 48), sal buena y mala (Mc 9,50). ->bien.

E.M.N.

Buey

Toro castrado. Se empleaba para arar la tierra (Dt 22,10; Lc 14,19) y para comida del hombre (Mt 22,4). Animal estimado, que se rescataba del peligro, aunque fuera en días festivos (Lc 13,14; 14,5), y muy apreciado en el mercado (Jn 2,14-15).

E. M. N.