COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 25, 1-13

 

1.

Comenzamos a leer hoy el cap. 25 de Mt, que terminaremos dentro de 15 días, en la solemnidad de Xto Rey. Para situar la parábola de hoy en su ambiente, citamos estas palabras de J. Jeremías: "Después de que el día se ha pasado en bailes y otras diversiones, tiene lugar la cena de la boda después de la caída de la noche. A la luz de las antorchas es conducida luego la novia a la casa del esposo. Finalmente un mensajero anuncia la llegada del esposo, que hasta entonces ha tenido que permanecer fuera de la casa; las mujeres dejan a la novia y van con antorchas al encuentro del esposo... La demora está ocasionada por el regateo sobre los regalos a los parientes más cercanos a la novia... El punto cumbre de las fiestas de la boda es la entrada del novio en la casa" (Las parábolas de Jesús, pag. 210-211). (...)

La mejor explicación de la actitud que se expresa con el hecho de velar nos la dan las dos parábolas restantes de Mt 25.: una vida de fidelidad al don recibido y de servicio a los demás, especialmente a los pequeños (cf. evangelio del próximo domingo y de Xto Rey). Dentro del ministerio de Jesús, la parábola debió tener una primera aplicación. Con él se ha hecho presente el Reino de Dios, él es el Esposo que invita a la fiesta de bodas y esto exige una respuesta personal antes de que se cierre la puerta. La comunidad de Mt y la Iglesia de todos los tiempos se sirve también de ella para reforzar su llamada -siempre urgente- a tomar una decisión ante Xto y a vivir de tal manera que se esté a punto de recibirle en cualquier momento y a recibirlo en cada hermano.

J. ROCA
MISA DOMINICAL 19/81/21


2. OMISIÓN.NEUTRALIDAD. EL TEÓRICO "NO HACER NADA MALO" ES TAMBIÉN UNA MANERA DE HACER EL MAL.ALGO ASÍ COMO EL NEGAR AUXILIO EN CARRETERA.

Las cinco jóvenes poco previsoras reciben una dura sentencia condenatoria sin haber hecho nada malo. Ni siquiera maltrataron a los criados, como el mayordomo infiel. Tropezamos aquí con el tema clásico de la omisión y la neutralidad. El teórico "no hacer nada malo" es también una manera de hacer el mal. Algo así como el negar auxilio en carretera. Es no dar de comer al hambriento, es no vestir al desnudo.

La neutralidad no existe. Todos estamos siempre comprometidos. Lo importante es saber con qué o con quién.

EUCARISTÍA 1990/52


3. I/SANTA-PECADORA: DIEZ VÍRGENES, NECIAS Y SENSATAS, IMAGEN DE LA IGLESIA ANTES DE LAS BODAS.

Los primeros cristianos han querido ver a la Iglesia-esposa en las diez vírgenes, tanto las prudentes como las necias, pues la Iglesia, antes que las bodas se celebren, está compuesta de buenos y pecadores; en este sentido esta parábola tiene mucha semejanza con la red que recoge toda clase de peces, buenos y menos buenos (Mt 13, 48), a la sala de banquetes donde se reúnen justos y pecadores (Mt 22. 10), al campo, donde crecen tanto la buena como la mala semilla (Mt 13. 24-30). La Iglesia es, pues, semejante a un cortejo de hombres que caminan hacia el Señor; de ellos, unos tienen encendidas las lámparas de su vigilancia, mientras que los restantes no se preocupan de alimentar su fe. Los primeros procuran vivir sin dispersar su atención en mil cosas fútiles, ya que han escogido a Cristo y ponen los medios necesarios para permanecer fieles a Él; los otros se contentan con una pertenencia al grupo de los creyentes puramente sociológica. La discriminación sólo se hará al término del periplo de la Iglesia sobre la tierra, en el día de las nupcias de Cristo con la humanidad que permanezca fiel.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII
MAROVA MADRID 1969.Pág. 251 s.


4.

La primera impresión que produce la lectura de la parábola de las vírgenes prudentes y necias es un interrogante: ¿qué pasaría si las prudentes hubieran prestado el aceite y todas tuvieran las lámparas encendidas?, ¿castigaría el Buen Dios a las que compartieron el aceite? Si Jesús quisiera decir eso que pensamos a primera vista habría que hablar de una contradicción y constatar inmediatamente que el mismo Jesús nos manda multitud de veces repartir nuestro aceite.

La conclusión es fácil: Jesús está hablando de alguna exigencia que no se puede resolver con aceite prestado. Tanto en el mundo de la fe como en el de la realidad humana hay multitud de valores que son ardua adquisición o no se tienen.

ACEITE/SB: El aceite y la lámpara encendida significan aquí algo personal e intransferible, que forma parte de la propia identidad, que está o no está en toda la biografía personal. Sin eso que aquí se significa, el hombre no es hombre, el hombre es irreconocible incluso para Dios: "no os conozco".

¿Qué significa tener aceite y tener lámparas encendidas? La liturgia sugiere una cierta identidad entre el aceite de la parábola y la Sabiduría (Sb 6. 13-17), y entre las lámparas apagadas y la aflicción desesperada ante la muerte (1 T 4. 13-17). Según esto, Dios no podría hacer nada por un hombre sin luz y sin esperanza, y esto no porque a Dios le falte misericordia, sino por la imposibilidad radical de poder llamar hombre a una vida sin luz y sin sentido.

Sólo nos queda una salida: o afirmamos que no hay hombres sin luz, aunque sea mínima, o aceptar que si nos faltara ese mínimo estaríamos inevitablemente excluidos de la fiesta del Padre. De vigilar esa seria posibilidad que pesa sobre cada uno de nosotros nos habla la liturgia de estos domingos.

¿Se puede ser optimista? Parece que sí; no por lo fácil que pueda parecer tener luz, sino porque Dios nos hizo heridos y marcados por ella. Lo leemos hoy: "La sabiduría se anticipa a darse a conocer a los que la desean...", "ella busca por todas partes a los que son dignos de ella".

JAIME CEIDE
ABC/DIARIO
DOMINGO 11-11-90/Pág. 95


5. PARUSIA/FUTURO:

El texto responde a una concepción de la peripecia humana con final en sintonía divina. Se trata de una concepción GLOBAL de la historia, de su sentido y dirección. Como tal concepción global no se la puede reducir ni confundir con la muerte individual de las personas. El desconocimiento del día y de la hora no se refiere al hecho de nuestra muerte, de la que tampoco conocemos el momento. La venida del Hijo del hombre no tiene nada que ver con el día de nuestra muerte. Resulta, pues, totalmente desfasado interpretar la invitación a velar como una invitación a estar preparados para la muerte.

El texto no encierra tremendismos ni terrores, sino una concepción religiosa y positiva de la historia. El acontecer humano tiene sentido y se nos invita a vivir sabiendo que lo tiene. Por aquí va la invitación a velar.

El riesgo que hoy corremos, tal como lo empezaban a correr los contemporáneos de Mateo, es el pensar que el futuro divino se demora porque tal futuro no existe. Por aquí va uno de los problemas del hombre contemporáneo. De ahí su convulsivo aferramiento al goce del presente. El texto de hoy nos invita a salir de ese aferramiento limitante, estéril y falto de horizonte. El asunto es grave y ciertamente muy complejo. Pero el discípulo de Jesús debe caracterizarse, entre otras cosas, por vivir sabedor del horizonte que arranca en Dios.

ALBERTO BENITO
DABAR/90/55


6.

La parábola es una llamada a nuestra responsabilidad. Precisamente porque sabemos que el Padre nos invita a la gran fiesta, no tenemos que dejarnos perder la "sabiduría radiante" que, como dice la 1a.lectura es "inmarcesible; fácilmente la ven los que la aman y la encuentran los que la buscan".

Esta celebración de hoy tiene que ensanchar nuestro corazón y ahondar nuestro gozo de sabernos llamados al gran banquete de bodas: ya estamos en la casa de la novia con las lámparas encendidas, pero aún no ha llegado el novio. Entretanto la Eucaristía tiene que multiplicar y renovar, cada domingo, el aceite de nuestras lámparas, la verdadera sabiduría, que es JC. Y al mismo tiempo tiene que ser una intimación y una llamada -que bien necesitamos- a la responsabilidad de nuestra vida cristiana.

Recordemos otra palabra de Jesús: "Que así resplandezca vuestra luz ante los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre del cielo" (Mt 5. 16). Es así como tenemos que esperar al Señor: encendidas las lámparas de nuestras buenas obras.

J. TOTOSAUS
MISA DOMINICAL 1978/20


7.

El hecho de que las sensatas no den parte de su aceite significa que la actitud que ellas representan no puede adquirirse sin preparación, sino que tiene su precio.

El hecho de que el Señor no les abra la puerta significa que las necias no pueden en realidad entrar en la sala del banquete; es algo parecido a lo que sucede con un profano en música, que no puede "entrar" en una sinfonía, sino que siempre se quedará fuera de ella, a pesar de lo que puedan desear los músicos (Mt 11, 17)