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H O M I L Í A

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DOMINGO XX 

TIEMPO ORDINARIO

CICLO B

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MISA/QUÉ-ES.

Continuando la lectura del capítulo sexto del evangelio de Juan, llegamos hoy a las palabras más conocidas y repetidas de este capítulo. "El pan que yo daré -dice JC- es mi carne, para la vida del mundo".

-La Eucaristía, encuentro con JC

Evidentemente estas palabras de JC son captadas por nosotros como UNA REFERENCIA A LA EUCARISTÍA. Y con razón. Pero también con CIERTO PELIGRO: el peligro de olvidar lo que hemos escuchado en los domingos anteriores. Si así fuera, desfiguraríamos las palabras del evangelio y -a la vez- fomentaríamos algo que ya sucede bastante en nuestro modo de venir a la Eucaristía.

Porque -exagerando un poco- podríamos decir que a veces parece que venimos a misa como quien va a algo que NO TIENE MUCHA RELACIÓN CON EL CAMINO DE JESÚS DE NAZARET. Quizá venimos a misa para cumplir con un precepto; quizá para pedir esto o aquello; quizá por costumbre, por tradición, otros para sentirse reunidos en comunidad. Entonces, en cualquiera de estos y otros casos, el Pan que comemos, la participación en el Cuerpo de JC la vemos como UNA RESPUESTA A ESTAS DISTINTAS MOTIVACIONES PERSONALES.

Quizá podríamos decir que venimos a misa como quien va a un supermercado a buscar esto o aquello. Lo primero es lo que nosotros buscamos, no lo que la misa es. Nuestra actitud debería ser todo lo contrario. LO PRIMERO, en la eucaristía, NO SOMOS NOSOTROS y nuestras necesidades. Lo primero, en la Eucaristía, ES EL SEÑOR JC. La misa es sobre todo esto: EL ENCUENTRO CON JC, el reunirnos en torno a una mesa para renovar SU MEMORIAL, su recuerdo vivo, mediante la participación en un Pan que es su Cuerpo, su Carne entregada por nosotros, para dar vida al mundo. Por eso decía que no podemos olvidar lo que leímos en domingos anteriores. El pan del que habla JC, antes de ser este pan de la eucaristía, es él mismo. JC -decimos a veces- nos da un Pan de vida; nos da su Cuerpo. Sería mejor decir: JC SE NOS DA EL MISMO, EL PAN ES EL. No comulgamos en el Cuerpo de JC, sino en JC, que tiene cuerpo.

-Encuentro con JC que da su vida

Quizá pensaréis que todo esto es demasiado sutil, es complicar las cosa. Quizá sí. Pero temo que demasiadas veces, cuando nos reunimos para la misa, NOS OLVIDAMOS DE LO PRINCIPAL. Y lo principal es que la misa es NUESTRO SUMERGIRNOS EN JC. Lo hacemos mediante los signos del Pan y del Vino, que expresan para nuestra fe la realidad de su Cuerpo y de su Sangre. Pero no podemos quedarnos en los signos ni tan sólo en la realidad que expresan, si todo ello no lo referimos a la misma persona de JC vivo, de JC resucitado.

¿POR QUÉ ENTONCES HABLAMOS TAN A MENUDO DEL CUERPO Y DE LA SANGRE de JC? ¿Por qué no decimos simplemente "JC"? La respuesta la hallamos en el evangelio de hoy y también en las palabras de JC en la última Cena. El JC con quien nos encontramos en la Eucaristía, ES EL JC QUE ENTREGA SU VIDA, que se da hasta la muerte. La insistencia del evangelio de hoy en hablarnos de la "carne" y la "sangre" significa esto: es lo que en el modo de hablar de la Iglesia se llamaba EL SACRIFICIO DE JC. Es decir, la lucha, la donación, la entrega en el dolor de su carne, en el derramamiento de su sangre, que realiza JC.

-Encuentro con JC vivo:EU/MEMORIAL:

La eucaristía no es el memorial de un predicador, o de un fundador de una religión, o de un hombre que hacía milagros. Ni tan sólo el de un hijo de Dios que se hubiere paseado por el mundo. LA EUCARISTÍA ES EL MEMORIAL DE UN HOMBRE AJUSTICIADO. Por eso hablamos de la CARNE de JC atravesada en la cruz, por eso hablamos de la SANGRE derramada hasta el fin. Pero al mismo tiempo la Eucaristía es también UN ACTO DE FE EN LA RESURRECCIÓN. En la de JC y en la nuestra. Es lo que hemos leído en el evangelio de hoy: hay una carne y una sangre que son COMIDA Y BEBIDA, QUE DAN VIDA. Por eso utilizamos estos signos sencillos que expresan comunicación de vida: EL PAN QUE ALIMENTA, EL VINO QUE ALEGRA. Comulgamos en la Vida de JC, en una vida que creemos es una realidad, una fuerza, un camino. Mejor dicho: creemos que es la Vida, la Fuerza, el Camino. Esto es para los creyentes la misa: INJERTARNOS EN LA VIDA DE JC, EN UNA VIDA QUE ES CARNE Y SANGRE, lucha y entrega. Pero que por eso mismo creemos QUE ES REALIDAD Y ESPERANZA DE VIDA para siempre, de Vida en absoluta plenitud.

Hermanos: lo que creemos, lo que expresamos en la Eucaristía, VIVÁMOSLO en la realidad de nuestro camino cotidiano. Para participar del camino de JC tanto en la lucha por amor como en la fiesta de vida para siempre. Amén.

JOAQUIM GOMIS
MISA DOMINICAL 1979, 16



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