SALMO RESPONSORIAL
Sal 118, 57 y 72. 76-77. 127-128
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.
Mi
porción es el Señor,
he resuelto guardar tus palabras.
Más estimo yo los preceptos de tu boca,
que miles de monedas de oro y plata.
Que
tu voluntad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo;
cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad.
Yo
amo tus mandatos,
más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos,
y detesto el camino de la mentira.
Tus
preceptos son admirables,
por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes.