SEGUNDA LECTURA

La moral cristiana es una moral interesada: el trabajo que el hombre realiza y en el que se realiza, no es simplemente una contribución a la mejora de las estructuras, sino una garantía de resurrección personal más allá de la muerte del individuo y de la raza.

 

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15,54-58.

Hermanos:

Cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita:

«La muerte ha sido absorbida en la victoria.
¿Dónde está, muerte, tu victoria?
¿Dónde está, muerte, tu aguijón?»

El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado es la ley.

¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

Así, pues, hermanos míos queridos, manteneos firmes y constantes.

Trabajad siempre por el Señor, sin reservas, convencidos de que el Señor no dejará sin recompensa vuestra fatiga.