PRIMERA LECTURA

El saber sacerdotal modela el orden humano a la luz de la santidad de Dios. Precisa que el camino de santidad se anda o se desanda al tomar actitud ante los hombres hermanos. El impío niega al hombre por el odio, el rencor y la venganza. El justo lo afirma por la corrección fraterna y por el amor. Amor a los hombres es lo que encarna en el mundo la santidad de Dios. Esa síntesis de la ley la hará también Jesús en el Nuevo Testamento (Mt 22,39).


 

Lectura del libro del Levítico 19,1-2. 17-18.

Dijo el Señor a Moisés:

-Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: Seréis santos, porque yo, el Señor vuestro Dios, soy santo.

No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente para que no cargues tú con su pecado.

No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.