SEGUNDA LECTURA

La celebración eucarística no es solamente el centro del culto cristiano, sino el espacio esencial de la proclamación evangélica. En el cristianismo, el culto no puede ser exclusivamente litúrgico, sino también profético. Igualmente la proclamación de la Palabra es asimismo una especie de culto (Cfr. Rom 15,16).

 

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 11,23-26.

Hermanos:

Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:

Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:

«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.»

Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:

«Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía.»

Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.