COMENTARIOS A LA PRIMERA LECTURA
Hch 13, 14. 43-52

1.

Hacia el final de la segunda parte de los Hechos acerca de la expansión de la Iglesia y concretamente durante el primer viaje misional de Pablo, se enmarca el episodio de Antioquía y Pisidia.

Con este motivo Lucas traza una escena de gran importancia para Hechos y en general para toda la vida de la Iglesia; la total apertura de la predicación hacia el mundo no judío. Ya se han visto sus comienzos en Hech. 10 y 11. Pero aquí se da un paso más, pues no sólo se abre el Evangelio a los paganos como una concesión, sino se les da una cierta preferencia y también, de alguna manera, se les aparta de los judíos, aunque no del todo. La escena es simbólica, porque Pablo seguirá predicando a los judíos. No es un cambio radical en el modo de proceder de Pablo.

Probablemente hubo en esta Antioquía un cierto rechazo que da pie a la colocación de la escena en este contexto. Contrapuesta a la actitud de los judíos aparece la aceptación del mensaje por parte de los gentiles. En el contexto sale que la aceptación no es del todo ajena a la disposición humana, si bien ésta no puede ser nunca causa de la fe.

La predicación del mensaje da lugar, como en otras ocasiones, a la persecución. Por lo cual Pablo y Bernabé se marchan obligados, pero no cesan en su actividad porque no se trata de una obra suya sino del Espíritu, que los llena de alegría y fuerza.

Hay anuncio del mensaje. Unos lo aceptan y otros no. La Palabra se difunde porque los sucesos favorables son obra del Espíritu.

FEDERICO PASTOR
DABAR 1992, 28


2.

Estamos en el primer viaje misional de Pablo y Bernabé que narra Hechos de 13, 1 a 14, 28. Casi en el centro geográfico de ese viaje por Chipre y la región meridional y central de la actual Turquía, coloca Lucas un episodio teológicamente muy importante: la apertura explícita del mensaje evangélico a todas las gentes.

Naturalmente ya había habido en capítulos anteriores del libro muchos indicios de esto, pero esta narración es muy importante.

Lucas narra, de forma estilizada, el proceso del cristianismo primitivo en su apertura hacia los gentiles. Hay primero una predicación a los judíos como herederos del Antiguo Testamento, compatriotas de los primeros predicadores. Un rechazo por parte de muchos de ellos y una marcha hacia los no judíos que reciben el anuncio evangélico mucho mejor. Con ello se suscita una persecución promovida por los judíos, pero eso no es obstáculo para que los predicadores estén contentos de su actividad.

En su conjunto así fueron las cosas en los primeros años del cristianismo. Quizá también en Antioquía de Pisidia ocurrió algo parecido que fue paradigmático y por eso Lucas lo coloca aquí.

Pero de todos modos no ha de tomarse al pie de la letra, porque Pablo sigue posteriormente predicando a los judíos de otras ciudades. Es una especie de síntesis del proceso global.

Las aplicaciones son claras: no hay monopolio por parte de ningún grupo; ni seguridad absoluta, sino apertura y seguimiento de la Palabra donde quiera que esté.

F. PASTOR
DABAR 1989, 23


3.

El libro de los Hechos continúa su presentación del mensaje y anuncio sobre Jesús, su difusión, la acción del Espíritu presente en la Iglesia, cuya actividad también es tema del libro.

Todo ello mezclado y presentado por medio de momentos claves de la existencia de la comunidad y comunidades iniciales interpretados teológica- mente por Lucas. La perícopa presente se coloca en el primer viaje misional de Pablo y es uno de los textos fundamentales para conocer la apertura del mensaje evangélico a todas las gentes. Ello ya había sido preparado y presentado en los capítulos 10 y 11 del libro, con la narración de Cornelio y sucesos consiguientes. Pero la perícopa de Antioquía de Pisidia es muy importante porque el proceso de difusión del evangelio a gentes no judías se presenta estilizado y teologizado. Hay una presentación del Mensaje con todo un discurso (13, 16-41) en el que encontramos el núcleo del kerygma primitivo desarrollado por Lucas. Ante ello se produce un rechazo por la comunidad judía y la reacción paulina de ir a otros que lo aceptan.

También es verdad que con esa aceptación no se obvian todas las dificultades ni se camina por un sendero de rosas (v. 50-51), cosa clara en todo el libro de Hechos. Aplicaciones: no monopolio del mensaje, necesidad de abrirse a él so pena de quedar excluidos, aunque parezca que se tiene más derecho que otros, no encorsetar la Palabra en formas concretas predeterminadas por tradiciones que pueden ser superadas por la dinámica del evangelio. Prontitud para pasar por encima de las resistencias. Alegría final.

DABAR 1983, 26


4.

Todos invitan a Pablo a que hable sobre el mismo tema el sábado siguiente. Pablo toma en ese momento una importante decisión: en vez de encerrarse entre los judíos, durante la semana, va con preferencia a los "temerosos de Dios", a los que conquista por su total ausencia de racismo. Ellos, a su vez, atraen a mucha gente a la reunión del sábado siguiente; ahí se juntan paganos que nunca se habían comprometido con los judíos.

Entonces se produce la crisis. La asamblea se divide en dos bandos. Los judíos más cerrados y orgullosos se asustan al verse invadidos por esos paganos "impuros", se oponen a Pablo e incluso tratan de echarlo fuera por cualquier medio. Intervienen las mujeres ricas y piadosas. Desde ese momento se constituye una comunidad cristiana separada de la de los judíos.

¿Quién no se da cuenta que junto a la Iglesia actual todavía hay "prosélitos", o sea, hombres de buena voluntad, que esperan que se les predique un evangelio realmente abierto a todos, y para los cuales no hay cabida en nuestras asambleas?

EUCARISTÍA 1992, 23


5.

Esta ciudad, fundada por Seleuco I, era ya desde los tiempos de Augusto una ciudad romana con todos sus derechos y privilegios, una gran ciudad con una numerosa colonia judía. Pablo y Bernabé, tan pronto llegaron a Antioquía procedentes de Perge, se dirigieron a la sinagoga y comenzaron a predicar en ella según tenían por costumbre. Los vv, que se han suprimido en la lectura litúrgica informan sobre el contenido de esa predicación. Sus palabras despertaron gran interés, motivaron discusión y provocaron el conflicto que iba a manifestarse al sábado siguiente. Mientras algunos que les habían escuchado con agrado, judíos y prosélitos practicantes, siguieron hablando con los apóstoles, la mayoría dieron largas al asunto para mejor ocasión. Otros empezaron a inquietarse.

Pasada una semana, acudieron también los gentiles a la sinagoga para escuchar a los forasteros. Su presencia masiva molestó a los judíos, que se llenaron de envidia y comenzaron a responder con insultos a las palabras de Pablo. Se reprodujo una situación semejante a la de Nazaret, cuando Jesús comentó en la sinagoga de su pueblo un texto de isaías, pero no hizo allí los milagros que hacia en otras partes. En todo el Nuevo Testamento se alude muchas veces a la tragedia de Israel, que, siendo el pueblo elegido, cuando llegó su "hora" rechazó el Evangelio.

La hostilidad de los judíos pone aún más de relieve el coraje de los apóstoles y descubre las dos actitudes que pueden adoptarse ante el Evangelio. Los judíos lo rechazan y se quedan con sus prejuicios, los gentiles lo aceptan y alcanzan la "vida eterna". Esta expresión -"vida eterna"- es típica de Juan, en los Hechos (Cfr. 2, 28; 3, 15; 5, 20; 11, 18); se habla generalmente sólo de "vida". En ambos casos se trata, sin embargo, del contenido y de la promesa de Evangelio.

No se trata de una predestinación en sentido absoluto: pues, de ser así, no tendría sentido hablar de la responsabilidad de los judíos, como se hace en el v. 46. No satisfechos con haber arrojado a Pablo y a Bernabé de la sinagoga, los judíos pretenden arrojarlos de la ciudad y del territorio. Lo que consiguen con la ayuda de mujeres devotas e influyentes y de gente importante.

Pero la misión ha de continuar mientras haya ciudades en el mundo que aún no hayan escuchado el evangelio. Así que los apóstoles sacuden el polvo de los pies ante las puertas de Antioquía en señal de protesta y se dirigen a Iconio, ciudad situada a unos 130 kilómetros de distancia. Cuando las viejas iglesias se conviertan en sinagogas, el mensaje de Jesús emigra a los que parecían más alejados. La historia se repite muchas veces.

EUCARISTÍA 1983, 21


6. /Hch/13/44-52: /Hch/14/01-07:

Pablo y Bernabé llevan adelante sus tareas evangelizadoras en Antíoquía de Pisidia (13,44-51) y en Iconio (14,1-7). En ambas ciudades, tras la inicial acogida positiva, seguida de numerosas conversiones de judíos y gentiles temerosos de Dios, la predicación de Pablo se torna en seguida en signo de violenta contradicción. Como habían hecho anteriormente en Chipre (13,5) y era una constante táctica misionera de Pablo (16,13; 17, 2.10.17; 18,4.19; 19,&; 28,17), los misioneros se dirigen primero a los judíos en sus sinagogas (13,14; 14,1). Aunque el anuncio de la salvación ofrecida en Jesucristo a los judíos y a los gentiles se apoya en la misma Escritura, los judíos reaccionan desfavorablemente y promueven incesantes persecuciones en todas partes. Nutridos de una pedagogía que casi idolatraba la justicia de la ley, considerarían una blasfemia frases como ésta: «De todo aquello que no pudisteis justificaros por la ley de Moisés, se justifica, gracias a él, todo el que cree» ( 13, 38-39). Su atávico segregacionismo religioso se llena de celos ante la generosa acogida que otorgan los gentiles a la nueva fe. Ya se había manifestado entre los «creyentes de la circuncisión» cuando Pedro acogió a Cornelio (11,3), estalló con furia en los judíos incrédulos de Antioquía (13,45) e inspiró movimientos insidiosos y persecutorios tanto en Iconio como en Listra (14,2.19).

La prioridad otorgada a Israel en el anuncio del evangelio, atestiguada constantemente en el NT, parece tener un sólido fundamento histórico. Motivos a la vez prácticos y teológicos lo aconsejaban así. También resulta comprensible que un rechazo frecuente, acompañado de obstinada incredulidad, les impulsara con fuerza hacia la misión entre los gentiles. Sin embargo, la presentación que se hace a través de la obra de Lucas, y especialmente en los Hechos, parece indicar rasgos muy claros de una teología redaccional. El episodio de Jesús en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,16-30), que abre su ministerio público en el tercer Evangelio, ya es como el paradigma de una línea teológica inherente a toda la obra. Jesús ofrece el evangelio primero a su pueblo, que lo rechaza debido a su carácter universal.

La experiencia de Pablo en Antioquía (Hch 13,14-52) constituye un paralelo impresionante. También Pablo anuncia primero la buena nueva a su pueblo, cuyo entusiasmo inicial se transforma pronto en celosa persecución al ver cómo los gentiles se abren al evangelio. Lucas quiere resaltar cómo la Iglesia abierta a los gentiles, y no el judaísmo incrédulo es la verdadera continuadora del pasado de Israel. Una presentación de la fe muy sensible a las exigencias de aquella época. Hacer un anuncio del mensaje adecuado a los signos de los tiempos es una fidelidad a la misión.

F. CASAL
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 200 s.


7. 2004. Comentarios Servicio Bíblico Latinoamericano

Seguimos meditando los textos de la segunda gran sección de los Hechos de los Apóstoles (6, 1 - 15, 35). Dijimos que esta sección tiene como eje los Hechos de los Helenistas, donde también se insertan, en función de los Hechos de los Helenistas, algunos Hechos de Pablo y Pedro.

Lucas agrupó los Hechos de los Helenistas en cuatro secciones:
(1) Constitución del grupo de los Helenistas: 6, 1 - 8, 40
(2) Fundación de la Comunidad de Antioquía por los Helenistas: 11, 19-30
(3) La gran misión de la Comunidad de Antioquía: 13, 1 - 14, 28
(4)Asamblea de Jerusalén para legitimar la misión de Antioquía: 15, 1-35

Desde el 24 de Abril hasta el 14 de Mayo estamos meditando los textos de estos Hechos de los Helenistas, lo que muestra la importancia de éstos en este tiempo pascual.

Los textos de los Hch de la liturgia de este Domingo nos presentan el momento más importante de la misión de la Iglesia de Antioquía, llevada adelante por Pablo y Bernabé. Más adelante veremos la estructura global de esta misión. Por el momento meditemos en los texto de hoy. El evento aquí narrado sucede en Antioquía de Pisidia, que no hay que confundir con Antioquía en Siria, de la cual se habla a lo largo de toda la sección capítulos 11 a 15 de Hch. Se trata aquí del momento crucial y paradigmático de la apertura de la misión cristiana a los gentiles. Veamos el detalle.

Los misioneros enviados por la Iglesia de Antioquía, Pablo y Bernabé, llegan a Antioquía de Pisidia y el sábado van directamente a la sinagoga. Lucas presenta esta visita en forma muy semejante a la visita de Jesús a la sinagoga de Nazaret, que también tiene un carácter programático (Lc. 4, 16-30). Jesús fracasa en su visita a Nazaret. Pablo, por el contrario, tiene un éxito enorme en Antioquía.

El discurso de Jesús en Nazaret tiene un talante liberador y universalista. En la sinagoga escuchan a Pablo tanto judíos como gentiles temerosos de Dios. El sábado siguiente "se congregó casi toda la ciudad para escuchar la Palabra de Dios" (14, 44). Este éxito de Pablo, posiblemente entre los gentiles temerosos de Dios, provoca la envidia de los judíos (de los dirigentes de la sinagoga), que empiezan a contradecir con blasfemias cuanto Pablo decía. Este es el momento cumbre de todo el viaje, cuando Pablo y Bernabé, en forma valiente y solemne, hacen una declaración con carácter programático sobre el sentido de la misión:

"Era necesario anunciarles a Uds. en primer lugar la Palabra de Dios, pero ya que la rechazan...nos volvemos a los gentiles.

Pues así nos lo ha ordenado el Señor:
Te he puesto como luz de los gentiles,
para que lleves la salvación hasta el fin de la tierra" (vv.46-47).

La estrategia misionera normal de Pablo y Bernabé es predicar primero a los judíos para conseguir su conversión. La misión a los gentiles viene después y está subordinada a esta conversión primera de Israel. Pablo se vuelve ahora momentáneamente a los gentiles, únicamente porque los judíos han rechazado la salvación que Pablo les ofrece.

Si se hubiera iniciado un movimiento significativo de conversión de los judíos, Pablo no se hubiera dirigido inmediata y directamente a los gentiles. Pablo justifica ahora su vuelco hacia los gentiles, interpretando su conversión y elección por parte del Espíritu, a la luz de la Palabra de Dios en Is.49, 6 que ahora Pablo atribuye a Cristo.

Esta decisión de Pablo de dirigirse ahora a los gentiles no significa, sin embargo, que Pablo abandone su estrategia de ir primero a los judíos y de cómo él entiende su vocación. En la próxima ciudad adonde van, Iconio, Pablo y Bernabé entran del mismo modo (es decir: como de costumbre) en la sinagoga de los judíos (14, 1). Pablo sigue buscando la conversión de Israel. Si su estrategia fracasa, no es porque sea errónea, sino por culpa de los dirigentes judíos o de algunos judíos incrédulos que la hacen fracasar. La gran novedad que Lucas nos presenta en Antioquía de Pisidia, no es un cambio en la estrategia de Pablo, sino su vuelco hacia los gentiles, después que los judíos rechazan el Evangelio. Pablo, manteniendo su estrategia original, se vuelve ahora a los gentiles con plena conciencia, seguridad y valentía.

Lucas subraya con fuerza lo positivo de este vuelco hacia los gentiles: "los gentiles se alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra de Señor.....y la Palabra del Señor se difundía por toda la región" (v. 48-49). A pesar de la expulsión de los misioneros: "los discípulos quedaron llenos de gozo y del Espíritu Santo" (v. 52).

Esta expulsión fue organizada por un grupo de mujeres distinguidas que adoraban a Dios junto con los principales de la ciudad, ambos incitados por los judíos. Es curioso que esta persecución sea realizada por la élite poderosa de la ciudad. Esto nos hace pensar que la predicación de la Palabra del Señor a los gentiles tuvo una connotación social de opción por los más despreciados dentro de la ciudad. Esta presentación tan positiva del vuelco hacia los gentiles revela la intención de Lucas. Posiblemente Lucas no está de acuerdo con la estrategia de Pablo y se alegra que lo hechos están empujando la misión directamente hacia los gentiles.

La misión directa a los gentiles, sin subordinarla a la conversión de los judíos, es para Lucas la voluntad del Espíritu Santo, es la obra para la cual Pablo y Bernabé fueron elegidos. Se tiene también la impresión que Bernabé, en contra de Pablo, también piensa como Lucas. Quizás Juan Marcos, quien está más en sintonía con Bernabé que con Pablo y que se volvió a Jerusalén, cuando Pablo desplazó a Bernabé en la conducción de la misión (véase Hch 13, 13).