COMENTARIOS A LA SEGUNDA LECTURA
1Co 10, 1-06.10-12

 

1.

Muchos de los problemas morales planteados en la Primera a los Corintios tienen su substrato común. Bastantes corintios estaban excesivamente confiados por su conversión al Evangelio, entendida de forma entusiástica y se despreocupaban demasiado de la vida concreta en que esas vivencias cobran su forma determinada. Pablo les exhorta a no fiarse de exterioridades necesarias pero no suficientes, sino a llevar una vida responsable, coherente con esa conversión. No basta la pertenencia a un grupo, ni siquiera la mera ideología.

Para ello apela a casos del Antiguo Testamento, particularmente del Éxodo. Aquí no es preciso detallar, pero es importante no dejarse distraer por los rasgos de esta perícopa, importante para saber cómo utiliza el apóstol el Antiguo Testamento. En ella hay "midras", alegoría alejandrina y los principios tipológicos paulinos.

Esto último es lo más importante para la comprensión del párrafo. Pablo está convencido de la unidad fundamental de las líneas de acción de Dios en su comunicación con el hombre. De ahí que los sucesos pasados sean lección, "tipo", para nosotros (v. 11) a fin de que aprendamos de lo ya sucedido.

La aplicación concreta de éste en la perícopa es la apuntada al principio. La pertenencia al grupo, en este caso a la Iglesia, no es suficiente si no hay un actitud total, interna y externa coherente con ello. Las consecuencias para hoy so obvias.

FEDERICO PASTOR
DABAR 1986, 17


2.

La presente lectura sólo puede comprenderse si se tiene en cuenta el más amplio contexto en el que San Pablo aborda la cuestión de la licitud o no para los cristianos de comer carne sacrificada a los ídolos. La palabra "sacrificar", que tiene hoy para nosotros un segundo sentido y más usual completamente profano (sacrificar una res en el matadero), nos habla de unos tiempos en los que toda carne para el consumo humano había sido antes sacrificada a los dioses. Esto planteaba un problema de conciencia para los primeros cristianos ya que entendían que comer carne sacrificada a los ídolos era tanto como participar en el culto pagano. Pablo da una solución a este problema fundándose en la libertad de los hijos de Dios, pero advierte que los cristianos deben evitar una participación expresa en las orgías y en los cultos paganos. Les dice que pueden comer de toda carne vendida en los mercados públicos, pero que la participación en la cena del Señor es incompatible con la participación en una comida expresamente sacrificial pagana. Pablo amonesta a los Corintios para que no se dejen llevar por las costumbres paganas del ambiente en que viven, y les recuerda lo que sucedió en otro tiempo a los israelitas que prevaricaron en el desierto y adoraron al becerro de oro. Pablo quiere que los cristianos escarmienten en cabeza ajena, que el nuevo Israel no se olvide nunca del castigo que sobrevino contra el viejo Israel.

Los israelitas fueron especialmente favorecidos por Dios con unas señales que anticipaban proféticamente las gracias cristianas: El paso del mar Rojo, que fue para ellos la señal inequívoca de haber sido liberados de la esclavitud de Egipto, anticipaba el bautismo por el que los cristianos son liberados de la esclavitud del pecado; el maná con el que fueron ellos alimentados en su peregrinación a través del desierto, no era más, según dice San Pablo (siguiendo en esto a Filón de Alejandría, que veía en esa "roca" el símbolo de la presencia de la sabiduría de Dios en medio de su pueblo) que una anticipación profética de la presencia del Señor en medio de la Iglesia que peregrina por este mundo.

En consecuencia, Pablo ve también en los castigos que sobrevivieron a Israel por sus pecados una amenaza ejemplar a la Iglesia y una advertencia de los castigos que le pueden sobrevenir si se deja contaminar de la idolatría ambiental.

EUCARISTÍA 1986, 11


3.  

Los capítulos 8,1-11,1 responden a la pregunta de si se podían comer las carnes inmoladas a los ídolos. Esta cuestión tenía una importancia especial para las comunidades cristianas venidas del paganismo. Comer estas carnes suponían una convivencia con el culto pagano y exigía tener clara la libertad cristiana y sus límites. Pablo afirma la libertad pero pone en guardia contra hacer de ella un criterio absoluto y exclusivo en la actuación.

FE/DEBILES: La libertad y el conocimiento = la ciencia deben someterse a la caridad, porque sólo el amor edifica y nos lleva al servicio de los demás. La verdadera ciencia ha de tener en cuenta a los "débiles" en la fe que no pueden poner en práctica todavía los conocimientos que han adquirido.

Para demostrarlo y convencer Pablo, en el cap. 9, dice que él se ha hecho todo para todos, a pesar del profundo conocimiento que tiene de Cristo y de su libertad.

El contacto con la idolatría es peligroso... Mirad lo que aconteció a los padres. A pesar de ser bautizados en el mar y en la nube y de comer y beber (eucaristía) no les sirvió de nada, Dios no se complació en ellos. De la historia del pueblo de Israel los corintios deben sacar la conclusión y aplicarla a su forma de vida.

La intención principal de la 1 Corintios es la edificación de la Iglesia, que en Corinto estaba en peligro por la tensión entre ciencia y caridad. Los corintios se creían la comunidad ideal.

Fiados en la consagración bautismal y en la cena eucarística creían ser perfectos. Poseían el Espíritu y el cuerpo no tenía importancia para su vida de fe. Pablo con su argumentación les recuerda que la edificación y el progreso de la Iglesia consisten en asumir la "forma de Cristo", configurarse con Cristo. El cristiano es entonces un ser que está siempre "re-formándose", recibiendo la forma de Cristo. Quien quiera edificar la Iglesia desde estos criterios debe tener clara la relación ciencia-caridad. No puede sobrevalorar la propia ciencia. La libertad ha de tener como medida la caridad que edifica.

PERE FRANQUESA
MISA DOMINICAL 1986, 5


4. /1Co/10/01-13

La perícopa de hoy es un ejemplo característico de interpretación tipológica del AT. Esta interpretación es posible gracias a una determinada comprensión de la historia de salvación, en la que la continuidad de la acción salvífica de Dios permite establecer una relación entre los tiempos de la antigua alianza y los de la nueva. El dato temporal que da Pablo cuando habla de «el fin de los tiempos» (v 11) debe entenderse del momento típico en el cual se sitúan los cristianos: la encrucijada en que acaba el tiempo viejo y comienza el nuevo y definitivo.

La interpretación del Apóstol acepta no sólo la historicidad de los hechos antiguos, sino también la concreta realidad salvífica que significaron para el pueblo de Israel en un momento determinado. Además de signos externos, eran actualización de la salvación de Dios o, si se prefiere, el hecho mismo implica la presencia salvífica de Dios manifestada mediante unos signos.

Habría que examinar de cerca los detalles del texto; pero es evidente que Pablo establece un paralelismo entre las manifestaciones salvíficas de Dios en Israel y los sacramentos cristianos: bautismo y eucaristía. También estos signos de la nueva época son presencia salvífica de Dios, pero no a través de la roca, sino a través de Cristo. Se trata, pues, de una presencia definitiva y plena que los signos antiguos no hacían sino enunciar profética y figurativamente. La salvación de Dios está presente y es real en toda la historia, pero en un tiempo como figura e imagen, en otro como plenitud y realidad.

El paralelismo que establece Pablo entre las situaciones del pueblo de Israel y el nuevo pueblo de Dios está matizado con gran sensibilidad. La situación de la Iglesia brotada de Cristo se compara con la del pueblo que caminaba por el desierto, situación que algunos profetas consideran como el tiempo de la infancia y otros como tiempo de la prueba. En todo caso, para san Pablo es claro que el peligro crece con la inexperiencia, y que no es precisamente el más pequeño el hecho de confundir la confianza en la presencia salvífica de Dios en medio del pueblo con la negligencia en asumir responsablemente una nueva vida según el Espíritu.

A. R. SASTRE
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 517 s.


5.

-"Nuestros padres... fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar": Todos los cristianos, tanto los que proceden del judaísmo como de los gentiles, son hijos de Abrahán, por su incorporación a Cristo, descendencia de Abrahán. El paso a través del mar Rojo lleva la referencia hacia el bautismo: el paso por el agua como liberación de la esclavitud y del pecado.

-"Todos comieron el mismo alimento espiritual": Unos nuevos hechos del Éxodo ilustran la Eucaristía: el maná y el agua que brota de la roca en el desierto. La expresión "espiritual" se ha interpretado de varias maneras: como sinónimo de simbólico; o por su origen milagroso; pero la mejor lectura es referirlo a Cristo resucitado. La Eucaristía es una comida y una bebida que hacen participar al hombre de la situación gloriosa de Cristo. Notemos cómo Pablo añade una leyenda rabínica sobre la roca que seguía al pueblo en el desierto: la roca se convierte en un símbolo de Cristo.

-"Todo esto les sucedía como un ejemplo": Pese a las maravillas que Dios realizó en favor de su pueblo, algunos cayeron en la idolatría o murmuraron y murieron castigados en el desierto. Conviene que los cristianos lean el AT como una advertencia también para ellos, ya que están insertos en la misma historia de la salvación.

JOAN NASPLEDA
MISA DOMINICAL 1995, 4