Jaume Boada i Rafí O.P.

La progresiva ascensión hacia las cumbres del amor total

 

Hace unas semanas viví una experiencia oracional hermosa. Me encontraba acompañando en unos Ejercicios Espirituales a un grupo de hermanas de Suiza y de Francia en un lugar paradisíaco y entrañable. La pequeña localidad de St. Maurice está enclavada en un estrecho valle todo rodeado de altas montañas. Hasta siete cumbres nevadas podía contemplar desde la ventana de mi habitación. Una de ellas me atraía de una manera especial. Su cumbre aguda y esbelta, un puro roquedal siempre nevado destacaba entre los siete picos que atraían mi mirada. Era una invitación a contemplar la belleza de la creación. Una auténtica maravilla de Dios.

Pero aquellos mismos días comencé a entrar de lleno a explicar, desde mi propia experiencia de vida, lo que hace tiempo intuía: es esencial para todo aquel que ha hecho opción de vida por Jesús encontrar el lugar del corazón. Bajar al propio corazón que es donde nace lo más esencial de tu vida.

Es allí donde tú eres más tú; es el lugar del encuentro sincero y profundo con el Señor. Allí sabes que se vive el misterio de amor que es tu vida en Dios. Allí se crea la comunión de amor y de ternura con los hermanos. Todo amor que no nace en el lugar del corazón es un amor sin raíces, tiene la duración de la semilla que ha sido sembrada al borde del camino. El silencio del corazón es el que te lleva a encontrarte contigo mismo en el Amor. Encontrar el lugar del corazón será para ti una fuente de vida, y un manantial de oración.

En aquellos días de St. Maurice, que recuerdo con una especial ternura, vivía en mi interior un bello contraste: por una parte me sentía atraído a contemplar aquellas hermosas cumbres en silencio; pero, por otra, sentía la fuerte atracción de la invitación de Jesús a entrar en mi propio corazón. Y es que para poder vivir la ascensión a las cumbres del amor total necesito bajar en la humildad y en el silencio al centro del corazón. Sí, es la mirada puesta en la cumbre del amor, que es Cristo, que "elevado sobre la tierra atrae de manera irresistible a todos aquellos que quieren seguirle".

Por ello siento que el Señor me invita a proponerte los caminos que has de seguir para llegar a las cumbres interiores del amor total. Es el único que puede dar sentido a toda tu vida. El te ha llamado porque quiere tu amor. Y en el amor no vale ni el "poco", ni el "mucho": sólo tiene sentido el "todo".

Cristo-Amor, fuerte como la muerte, te ha invitado a ponerlo a Él como sello sobre tu corazón y sobre tu frente..., sobre tu alma y sobre tu vida. Nunca olvides que te has comprometido a seguir radicalmente a Cristo Jesús. Él, que es tu Amor y tu Señor, no sólo vive lo que predica a lo largo de los años de su vida pública con tanta claridad como fuerza, sino que da la vida por fidelidad de amor al Padre, que le ha enviado, y a los postulados del Reino de los cielos. El misterio pascual es la evidencia clara de este Cristo que se entrega y se da hasta la cumbre de la plena obediencia a la voluntad del Padre.

Tú, sigues a Jesús hasta el final..., y estás dispuesto a pasar por el mismo camino que Él eligió. Lo haces atraído fuertemente por la llamada de Cristo con un amor sin límites. El mismo amor que Él te tiene a ti. Por amor a Él lo dejaste todo. Por Él has de estar dispuesto a todo. Por amor a Él querrás llegar a la plenitud de tu donación en la progresiva ascensión hacia las cumbres del amor total.

El sentido de una entrega desde la opción por el seguimiento de Cristo Jesús no puede estar en el más o en el menos. Ha de estar en el todo de una fidelidad creciente y generosa. Con esta clara consciencia te invito a seguir este camino oracional a partir del Evangelio en el que Jesús te invita a ser digno de Él "manteniendo tu mano en el arado".

«...Jesús le respondió: Quien después de haber puesto la mano en el arado, vuelve su mirada hacia atrás, no es bueno para el Reino de Dios» (Lc 9, 62)

 

La escala espiritual del "SÍ", y el camino ascendente hacia el amor total

PRIMER PASO

SEGUNDO PASO

TERCER PASO

CUARTO PASO

QUINTO PASO

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Probablemente te sientas pequeño y limitado ante tantas cosas que puedes encontrar en la escala espiritual del "sí". También te sentirás incapaz de pensar o de creer que estás entre los pocos que han sido llamados a entrar por la "puerta estrecha". Sea lo que sea, confía en su gracia, apóyate en María. Intentarás vivir con la máxima sencillez de lo que se puede llamar el "martirio de la esperanza". Es el testimonio de aquellos hermanos y de aquellas hermanas, que no han llegado ni llegarán a ser reconocidos por la Iglesia como mártires...

Pero que, día a día, gota a gota, obediencia a obediencia..., han dado toda su vida por Él..., y siempre con un inmenso amor... Es el amor que quieres alcanzar cuando te dispones a caminar hacia sus altas cumbres partiendo de la humildad profunda del lugar del corazón.