ME PARECE UNA INTERESANTE APRECIACIÓN SOBRE LA ÚLTIMA PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA DE MEL GIBSON - "LA PASIÓN"
La asociación católica de
comunicación analiza «La Pasión» de Mel Gibson
Análisis del padre Peter Malone msc, presidente de Signis
ROMA, miércoles, 25 febrero 2004 (ZENIT.org).-
Publicamos el análisis del padre Peter Malone msc, presidente de la asociación
católica mundial para la comunicación Signis,
sobre la película «La Pasión de Cristo» del director de cine Mel Gibson, que
este Miércoles de Ceniza se ha estrenado en Estados Unidos y otros países del
mundo.
Una notable realización cinematográfica
ANTECEDENTES
Antes de la exhibición de La Pasión de Cristo, programada para el Miércoles de
Ceniza, el 25 de febrero 2004, ha habido durante un año bastante discusión y
controversia por todas partes sobre la película. Esto basado en temores acerca
de cómo se realizó la película, así como también en la susceptibilidad en
torno a la historia entre cristianos y judíos, y el diálogo actual entre el
judaísmo y las iglesias, especialmente en Estados Unidos. Parte de la
discusión, sobre todo en un alto nivel, entre teólogos, biblistas y líderes
religiosos, se basaba en reportes sobre borradores iniciales de la película.
La Pasión de Cristo ha sido un proyecto largamente acariciado por Mel Gibson,
el director-actor. La afiliación católica de Gibson y su apoyo al catolicismo
tradicional fue otro factor de controversia en las discusiones sobre la cinta.
Las exhibiciones de La Pasión en su versión aún no definitiva ofrecieron la
oportunidad a líderes religiosos y cristianos relacionados con los medios de
comunicación de ver el filme, ofrecer su opinión y dialogar con Mel Gibson.
Parecía haber un consenso general de que la película no era antisemita.
Algunos líderes y críticos judíos, como Michael Medved, hablaron positivamente
de la película. Varios presidentes de organismos del Vaticano vieron un avance
del filme y opinaron a favor, incluidos monseñor John Foley, Presidente del
Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, y el Cardenal Darío
Castrillón, Prefecto de la Congregación del Clero, que urgió a todos los
sacerdotes a ver la película. El Cardenal Walter Kasper recibió comentarios de
líderes judíos y publicó una declaración en que afirmaba que el Vaticano no
estaba recomendando la película y que las recomendaciones vendrían de la gente
que viera la película completa. Esta fue la postura de muchas autoridades
religiosas de los Estados Unidos incluyendo la Conferencia de los Obispos
Católicos.
Con respecto al asunto de las relaciones entre judaísmo y cristianismo y al
lenguaje explícito sobre los judíos en los evangelios, especialmente en san
Juan, es importante caer en la cuenta de que el antagonismo más formal u
oficial entre judíos y cristianos apareció en las primeras décadas del Siglo
II. Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas salieron de comunidades judías. El
Evangelio según san Lucas subraya fuertemente las escrituras judías
intercalando referencias y temas bíblicos a lo largo de todo el texto. El
conflicto entre Jesús y los líderes religiosos de su tiempo fue un conflicto
dentro del judaísmo, una controversia religiosa acerca del Mesías y de las
pretensiones de Jesús. Los discípulos que se hicieron cristianos aceptaron sus
argumentos, pero muchos jefes de los sacerdotes y de los fariseos no lo
hicieron. Hubo otros conversos como Pablo, que estaba orgulloso de su pasado
judío pero que tomó una enérgica postura acerca del discipulado de Jesús como
no atado a los detalles de la ley judaica. Dados los siglos de antagonismo y
la experiencia de represión y persecución de judíos por parte de cristianos y
de comunidades católicas, ha sido muy difícil entrar al contexto histórico del
tiempo de Jesús y a la mentalidad de la época.
La larga tradición de los cristianos de acusar a los judíos de ser los
‘asesinos’ de Jesús también influye en este debate. Mientras la Iglesia
Católica pedía perdón en un documento del Concilio Vaticano II (en 1965) por
las persecuciones y el frecuente antisemitismo del pasado, y el Papa Juan
Pablo II visitaba, el año 2000, el Muro de los Lamentos e introducía su
oración personal en una hendidura, seguían debatiéndose asuntos acerca de la
muerte de Jesús como parte del plan de Dios y de cómo los jefes de los judíos
de aquel tiempo y los romanos, con Poncio Pilato, encajaban en este plan.
Recibí una invitación para ver la película en las oficinas de Icon Films, la
productora de Mel Gibson, en Santa Mónica, California, el 24 de octubre 2003.
La versión que vimos estaba entonces aún en posproducción. Todavía había que
trabajar en los efectos especiales y en la banda sonora. Pude encontrarme
brevemente con Mel Gibson después de la exhibición y comentar con él sobre la
película. Mi actitud hacia el filme fue muy positiva.
EL CONTEXTO BÍBLICO
La Pasión bosqueja su relato desde cada uno de los cuatro evangelios, por
ejemplo, el temblor y la rasgadura del velo del templo de Mateo, el joven
huyendo en el momento que detienen a Jesús de Marcos, las mujeres de Jerusalén
(aquí, Verónica y su hija) de Lucas y el diálogo con Pilato sobre verdad de
Juan. Esta vinculación de acontecimientos en un relato único es el modo en que
las historias del Evangelio se recuerdan. Hay algún material que se dedujo de
las tardías historias legendarias y de los evangelios apócrifos (la Verónica y
su paño, y Dimas el ladrón 'malo').
Una de las dificultades con las se que enfrentan las películas sobre la vida
de Jesús, sobre todo de parte de estudiosos y teólogos no versados en las
técnicas y convenciones de la narración cinematográfica, es que los filmes a
veces tienden a ser criticados y juzgados como si fueran el Evangelio. Sus
expectativas se ubican en ese nivel por lo que están más cerca de la condena
que de la comprensión del filme. Éste es un peligro con el que también se
encuentra La Pasión. Es necesario repetir que ésta es una película y que por
tanto el guión es una 'versión' de las historias del Evangelio sin exigir que
el filme sea el Evangelio.
Este uso de los cuatro evangelios significa que hay perspectivas diferentes en
cada uno sobre los judíos de ese tiempo. El Evangelio de san Mateo presupone
un conocimiento detallado de las escrituras judías y ve en Jesús a quien viene
a cumplir la profecía. De este evangelio provienen las escenas más
'apocalípticas' de su muerte. Marcos y Lucas, en cambio, miran más desde fuera
de la cultura judía. Lucas escribe para los lectores conocedores del griego y
las maneras romanas de narración. El Evangelio de san Juan, escrito al final
del Siglo I, se hace eco de las raíces de la Cristiandad en el Judaísmo pero
reconoce la brecha que comienza a insinuarse.
El guión puede combinar los episodios del Evangelio en un relato coherente de
la pasión con flashbacks seleccionados de la infancia de Jesús y de su vida en
Nazaret (una caída cuando niño, haciendo una mesa en el taller del carpintero,
su relación con su madre y su salpicadura de agua juguetona hacia ella cuando
se lava sus manos) que son invenciones en el espíritu de los evangelios, el
pasado de María Magdalena dónde su persona se funde con la mujer descubierta
en adulterio de Juan 8, Pedro y sus promesas de lealtad en la Última Cena. Se
inserta un flashback de la llegada triunfal de Jesús a Jerusalén cuando la
muchedumbre lo fastidia con preguntas molestas en el camino al Calvario. Hay
un desarrollo dramático de personajes como Pilato y su esposa, Simón de Cirene,
el centurión, el buen ladrón y el ladrón que insulta a Jesús (bajo la forma de
un cuervo que lo ataca). Es interesante el retrato de Satanás, como el
Tentador, que aparece inicialmente como un personaje andrógino, con rasgos de
mujer pero con voz de varón, tornándose más obviamente femenina conforme la
película avanza y apareciendo finalmente en la crucifixión (con una técnica
visual que recuerda cuando William Wallace ve a su amada en su ejecución en
Corazón Valiente) llevando a un niño en brazos. Una vez más, ésta es una forma
imaginativa de mostrar a Jesús siendo tentado y puesto a prueba.
Como en la mayoría de las películas sobre Jesús, se presta mucha atención a
Judas. Sus motivaciones no se explicitan en la película. Se confía en el
conocimiento que el público tiene sobre Judas. La película retrata su acción
en Getsemaní y su desmayo subsiguiente y la devolución de las treinta monedas
de plata. Incorpora una secuencia de un grupo de niños encontrándose con Judas
y mofándose de él cuando va a su muerte.
EL CONTEXTO TEOLÓGICO
Los temas teológicos principales que le interesan a los espectadores de
películas sobre Jesús son: La humanidad y divinidad de Jesús, y la
resurrección de Jesús.
La humanidad y divinidad de Jesús
La Pasión de Cristo sigue generalmente el acercamiento que a la persona de
Jesús hacen los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), una Cristología
'baja', un enfoque inicial en la humanidad de Jesús y un acercamiento hacia el
descubrimiento de su divinidad. Cuando la película usa el Evangelio de san
Juan como fuente, refleja la 'alta' Cristología de ese evangelio, la
presuposición en el relato de que Jesús es divino y expresa esta divinidad en
palabra y acción. El acercamiento sinóptico es visto en los flashbacks
anteriores a la Pasión así como en los momentos principales de ésta: la agonía
en Getsemaní, Jesús ante el Sanedrín y Herodes, la flagelación y la coronación
de espinas, el Vía Crucis y la Crucifixión. El acercamiento de Juan se
encuentra en la declaración de Jesús de ser el Hijo de Hombre en su juicio
(presente también en los sinópticos) y las discusiones con Pilato sobre la
verdad y sobre su reino.
Esto significa que, teológicamente, la película presenta la enseñanza perenne
que Jesús, en su persona, era de naturaleza humana y divina.
La humanidad de Jesús se presenta a menudo de una manera llamativa: trabajando
en Nazaret, la experiencia del dolor humano profundo en su agonía, azotado,
cayéndose en el camino al Calvario, cuando es clavado y su experiencia en la
cruz. Se expresa en la dignidad con que enfrenta su juicio, su serenidad con
Pilatos y Herodes. La película también resalta la angustia del Jesús humano y
el sentido de abandono en su agonía en la cruz, junto con su entrega profunda
a la voluntad del Padre.
Mientras que el Jesús del cine es normalmente de figura ligera y delgada, Jim
Caviezel es un hombre grande y fuerte, algo robusto, un carpintero creíble y
un hombre sólido. Esto hace que el Jesús de la película sea más real que lo
usual.
La Resurrección
Algunos comentaristas critican una película que trata la Pasión por su
tratamiento exiguo de la resurrección de Jesús. (Ésta era la crítica en los
años 60 y 70 a Jesucristo Superstar). Ya que teológicamente, la Pasión tiene
sentido sólo a la luz de la Resurrección.
Si bien la película de Mel Gibson quiere sumergir a su público en la
experiencia de la Pasión, la secuencia final es la de la piedra sobre el
sepulcro. La piedra rueda y la tumba queda abierta, se ve como caen las telas
que cubren las heridas del cuerpo de Jesús y la cámara lo toma de perfil,
sentando en la tumba como un preludio a su naciente vida. Éstas son las
imágenes con que el público deja la sala. La resurrección, presentada
brevemente, es el clímax de la Pasión.
La Eucaristía
Hay flashbacks de la Última Cena durante la Pasión, sobre todo de Pedro
afirmando que no negaría a Jesús y de Jesús lavando los pies de los
discípulos.
Las escenas de la Eucaristía en la Última Cena insertadas en la crucifixión
son una de las fortalezas teológicas de la película. Mientras Jesús ofrece el
pan que es su cuerpo, nosotros vemos el cuerpo dolorosamente quebrado y dado
por nosotros. Cuando él ofrece el vino como su sangre, nosotros estamos
demasiado conscientes del desangramiento, la sangre que vertió por nosotros.
Jesús les dice a sus discípulos que no hay mayor amor que dar la vida por los
amigos, y vemos eso en plenitud. Él les dice que celebren la Eucaristía para
que su pasión y muerte esté presente en medio de ellos.
De esta manera, el guión destaca ambos aspectos de la Eucaristía, la
celebración de la comida, la comunión, y el sacrificio de Jesús.
María
María tiene una presencia fuerte en La Pasión. Ella aparece como una mujer de
40 años, curtida más que bonita. Ella aparece en dos flashbacks. Su porte es
serio. Habla muy poco. Con María Magdalena y Juan, acompaña la pasión y el Vía
Crucis sin ninguno de los histrionismos con que se caracterizó su personaje en
otros filmes, especialmente en El Evangelio según San Mateo de Pasolini. Se ve
cuando ella limpia la sangre de Jesús en el suelo del pretorio después de la
flagelación. Ella besa los pies sangrientos. El vínculo entre madre e hijo es
sugerido en varias oportunidades más por el contacto visual que por las
palabras. Se incluye la petición hecha a Juan para que cuide de María. Después
de que Jesús es bajado de la cruz, ella lo sostiene como en el motivo de la
Piedad.
La mayoría del público estará satisfecho con el retrato que se ofrece de
María. Para aquéllos que encuentran algunas de las representaciones
cinematográficas del pasado como postales sagradas o estatuas de yeso
apreciarán una María más bíblica.
EL CONTEXTO CINEMATOGRÁFICO
La Pasión de Cristo viene tras un siglo de películas sobre Jesús. El cine mudo
produjo películas cortas, con sentido instructivo, como Del Pesebre a la Cruz,
el Cristo italiano y la sección del Evangelio de Intolerancia de D.W.Griffith.
Las películas de los estudios realizadas en los años veinte fueron Ben Hur y
El Rey de Reyes, películas épicas de Cecil B. Mille.
Durante treinta y cinco años, de 1927 a 1961, el rostro de Jesús no se vio en
las películas de los grandes estudios de Estados Unidos. Sí se lo vio en
numerosos filmes producidos por compañías protestantes norteamericanas. Se lo
mostró por partes (una mano, un brazo, sus piernas en la cruz o visto a
distancia) en películas como El Manto Sagrado y Ben Hur en los años cincuenta.
Después de ese intervalo, Jeffrey Hunter aparecía como Rey de Reyes, Max Von
Sydow en La más Grande Historia jamás contada. Cuando Jeffrey Hunter habló en
Rey de Reyes, era la primera vez que el público había oído que un actor dijera
las palabras de Jesús. Pasolini hizo una impactante versión en blanco y negro
en los años sesenta, El Evangelio según San Mateo, y Rosselini hizo El Mesías
en los tempranos 70. Brian Deacon interpretaba al nazareno en un acercamiento
más evangélico en la película Jesús (que era distribuida en una versión
editada para los peregrinos que visitaban Roma para el Jubileo 2000). Esta
tendencia alcanzó su punto más alto con Jesús de Nazaret de Zeffirelli en la
segunda mitad de los 70.
Los movimientos de música popular de finales del 60 produjeron Jesucristo
Superstar y Godspell, ambos filmados en 1973.
La mayoría de las películas buscaron presentar un Jesús 'realista' pero muchos
de ellos (incluso Pasolini) tomaron los textos directamente del Evangelio como
una parte substancial de sus guiones, un uso excesivamente literal de los
Evangelios. Zeffirelli, en cambio, empleó el mismo método usado en la
construcción de los evangelios, tomando episodios de la vida de Jesús y
combinándolos de un modo dramático para lograr una reacción del público. No
obstante, debido al uso de actores occidentales, locaciones europeas o
americanas, estas películas no conseguían ser tan realistas como pretendían.
Los musicales pusieron en evidencia como la narración en imágenes del
Evangelio es más 'estilizada' que 'realista'.
Desde 1988, ha habido numerosos retratos de Jesús: La Última Tentación de
Cristo (1988) que era una versión ‘novelada’ de los evangelios, Jesús de
Montreal (1988) y Man Dancin' (2003) que eran historias sobre la preparación
de una representación teatral sobre la pasión en una ciudad moderna, el Jesús
animado en The Miracle Maker (2000) y la película de Jeremy Sisto como mezcla
comprometida de lo humano y divino en el telefilme estadounidense, Jesús
(1999). Más recientemente, se ha producido la imagen de Jesús más
norteamericana de que se tenga registro en el telefilme de Producciones
Cinematográficas Paulinas, Jesús (2001, que se estrenará en el 2004) y un
Jesús más tradicional en El Evangelio de san Juan, de Philip Saville
Con esta tradición La Pasión llega a las pantallas. Mel Gibson había mostrado
ya sus habilidades en la dirección con El Hombre sin rostro (1993) y la
ganadora del Oscar, Corazón Valiente (1995).
Una de las intenciones principales del director y su co-guionista, Ben
Fitzgerald, es sumergir al público en el realismo de la pasión de Jesús. El
actor Jim Caviezel fue escogido para interpretar a Jesús (el único otro
intérprete de renombre es la italiana Mónica Bellucci, que personifica a María
Magdalena). Caviezel tenía la misma edad de Jesús cuando se rodó la película.
Como se mencionó anteriormente, él es un Jesús humano creíble, grande, un
obrero fuerte que pudo enfrentar los sufrimientos terribles de la pasión antes
de morir.
Entre los aspectos polémicos de la película se encontraba la decisión original
de hacer los diálogos en arameo y latín pero sin subtítulos. La decisión del
idioma se resolvió y funciona bien. Necesitamos los subtítulos, muchos de
ellos son citas de la escritura. No hay distracción en escuchar un anacrónico
inglés norteamericano o británico con distintos acentos. En cambio, el público
escucha la conversación como era en esos días. ¡Vale la pena recordar que
Jesús habló arameo y no inglés!
Una distinción útil para hacer es la diferencia entre 'realismo' y
'naturalismo'. Este último se refiere a hacer que la película retrate la
acción como es, las películas caseras son un ejemplo popular. El 'Realismo',
por su parte, es hacer una película que ayude al público a tener una
percepción genuina de qué está pasando en la pantalla, como si fuera real. Un
número de técnicas cinematográficas, como el estilo de las diferentes
composiciones para la pantalla, los tamaños de plano y el ritmo de la edición
pueden usarse para dar esta impresión de realismo.
Mel Gibson ha elegido que gran parte de su filme sea 'naturalista'. Él tiene
suficiente tiempo disponible y no tiene prisa en quitarnos la imagen de Jesús
sufriendo. Quizás varias personas del público encontrarán la flagelación
(particularmente en dos partes) como algo difícil de mirar. Con la mayoría de
personajes siendo retratados de una manera naturalista, la acción parece
auténtica. Sin embargo, Gibson puede usar recursos del cine que alteran la
percepción, ayudándonos a comprender que estamos viendo una versión particular
de la Pasión, como todos cuando escuchamos los relatos de este pasaje y usamos
nuestra imaginación. Él usa la cámara lenta frecuentemente para subrayarnos un
momento particular.
Este naturalismo se ve en la confrontación en Getsemaní, en el juicio de
Jesús, con la flagelación y la coronación de espinas y, especialmente en el
Vía Crucis mostrando como Jesús se esfuerza con la cruz, cae haciendo un ruido
sordo por el impacto, es clavado y levantado en la cruz. La estilización se
usa en los primeros planos, con diferencias en la iluminación: el azul para
Getsemaní, la pálida luz del espacio asfixiante de la corte del Sumo
Sacerdote, la amplia luz del día en el Vía Crucis), la presentación de los
personajes de acuerdo a la tradición de pinturas cristianas, la iluminación y
la composición, el paso de tiempo cuando Jesús cuelga de la cruz, su muerte y
la consecuencia apocalíptica, los avisos de la resurrección.
Esto consigue una imagen creíble y una mejor comprensión de la persona de
Jesús. Gibson ha utilizado algunos elementos eficaces para reforzar esto. Por
ejemplo, en Getsemaní, Jesús es golpeado en el ojo y desde aquel momento y
durante el juicio, él usa solo un ojo; pero cuando él puede abrir su ojo
herido, Gibson le otorga mucho poder al contacto visual que él establece con
Pilato, con su madre y con Juan al pie de la cruz, cuando éste asiente y
acepta cuidar a María.
Ya he comentado sobre el uso e inserción de flashbacks.
Dramáticamente, los personajes más familiares del Evangelio son desarrollados
brevemente lo que facilita el relato: Pedro, Judas, Pilato, la esposa de
Pilato, Simón de Cirene, Herodes y los dos ladrones crucificados junto a
Jesús. A Verónica se la presenta cuando ve pasar a Jesús y limpia su cara con
su paño. Pero Gibson no nos permite ver el interior del paño, sólo si miramos
muy de cerca se pueden vislumbrar los rasgos de la cara de Jesús. Los soldados
romanos son crudamente retratados: un comandante sádico dirige el brutal
azotamiento, la tropa ebria se mofa e insulta a Jesús por el camino y en el
Calvario, y el centurión más compasivo. En toda película de Jesús la figura
Judas siempre tiene un impacto dramático poderoso. Las secuencias de la burla
frente a un Judas atormentado y la persecución de los niños hasta su muerte
están dramáticamente bien logradas.
La Pasión de Cristo ofrece un Jesús naturalista, creíble, cuyos sufrimientos
de cuerpo y espíritu son reales. Es muy difícil de predecir el impacto que
tendrá el filme en aquéllos que no son creyentes. Para aquéllos que creen, se
les presenta el desafío de ver en forma descarnada el dolor y la tortura sobre
los que tantas veces hemos leído, pero existe también la satisfacción de
experimentar de una manera diferente las conocidas historias del Evangelio.
Peter Malone,msc
Presidente de Signis, asociación católica
mundial para la comunicación.