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Jesús
es un joven
trabajador

Marcos 6, 1-4:

¿No es éste el carpintero?

 

CATEQUISTA-AUDIO   -   TEMA EN PPS

 

1. PRESENTACIÓN DEL TEMA

Jesús era un joven sencillo. La gente decía: es el carpintero hijo de María. Socialmente no era más que un carpintero rural. Sus manos mostraban el documento de identidad de los pobres: los callos. Supo lo que es el cansancio del trabajo. Su rostro estaba curtido por el esfuerzo, el sol y el sudor.

Aquel carpintero de pueblo, joven habilidoso, estaba siempre al servicio de las necesidades ajenas. Y la pobreza le obligaba a veces a salir en busca de trabajo. Por sus palabras se ve que conoce bien los trabajos del campo, de la albañilería y el pastoreo.

Jesús sabe por propia experiencia lo que es la dureza del trabajo; las preocupaciones y dolores del pobre. Su amor a nosotros le hizo experimentar a fondo las necesidades del pueblo. Hasta sufrió también el desprecio de sus compueblanos cuando pretendió enseñarles algo más de lo que ellos sabían.

Jesús era un buen obrero. Sabía que trabajando bien perfeccionaba la creación de su Padre Dios. También nosotros pasamos la vida trabajando. Y es necesario que aprendamos a trabajar con calidad, al estilo del joven Jesús.

El trabajo no es un castigo de Dios. No es una maldición. Lo que está maldito es el egoísmo del que trabaja sin preocuparse por sus hermanos. Y el sistema económico que explota el trabajo humano.

Dios entregó la tierra a los hombres para que la dominemos y perfeccionemos. Por eso la persona que aprende bien un oficio se hace más humana y más parecida a Dios. El trabajador continúa la creación de Dios. Por eso tenemos que sentirnos orgullosos de nuestro trabajo. Jesús, desde muy joven, trabajador competente y honrado, responsable de la alimentación de su madre, es un modelo para todos nosotros.

2. ORACIÓN INICIAL

Recemos primero la oración que nos enseñó este joven obrero: Padre nuestro

3. LECTURA DEL EVANGELIO

Marcos 6, 1-4: ¿No es éste el carpintero?

4. DIÁLOGO COMUNITARIO

Ver:

a)      ¿Qué es lo que dice el Evangelio que acabamos de escuchar? Procurar resumirlo.

b)     ¿Nos gusta a nosotros trabajar? ¿Nos sentimos felices al realizar bien un trabajo?

c)      ¿Hemos sentido alguna vez que nos desprecian por querer ser mejores?

Pensar:

a)      ¿Tenemos derecho todos a tener un trabajo competente y digno? ¿Por qué?

b)     ¿Tiene derecho a comer el que no quiere trabajar? (Ver 2 Tesalonicenses 3, 6-12)

c)      ¿Por qué el trabajo nos hace más personas?

Actuar:

a)      ¿Debemos unirnos para defender nuestros derechos como trabajadores? ¿Cómo?

b)     ¿Podemos quedarnos indiferentes ante nuestros hermanos sin trabajo? ¿Cómo podemos ayudarles?

c)      ¿Cómo exigir al Gobierno que nos ayude a capacitarnos mejor para un trabajo digno?

5. DINÁMICA

Si hay tiempo y ambiente, hacer un sociodrama en el que se represente la dureza del trabajo de los jóvenes y lo poco que sacan de él.

6. ORACIÓN COMUNITARIA

·         Creemos que Jesús joven tenía manos callosas, igual que nosotros. (Se repite)

·         Creemos que Cristo está presente en nuestros trabajos.

·         Creemos que todo trabajador tiene derecho a un salario justo.

·         Perdón por nuestras ociosidades y nuestros trabajos mal hechos.

·         Perdón porque a veces despreciamos nuestro propio trabajo.

·         Perdón porque no nos unimos para reclamar salarios justos.

·         Gracias, Señor, porque con nuestro trabajo continuamos la obra de tu creación.

·         Gracias por las veces que somos unidos en el trabajo.

·         Gracias por los movimientos juveniles que nos ayudan a prepararnos mejor.

7. EVALUACIÓN

¿Se conversó bien sobre la realidad de nuestro trabajo?

¿Qué nos gustó más? ¿Faltó algo que decir?

6. CANTO

     Buscar un canto popular que hable del trabajo de los jóvenes.