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Jonás:
Dios universal que ama
a todos

 

 

 

CATEQUISTA-AUDIO   - TEMA EN PPS


Texto: Jonás 4.

Palabra central: DIOS DE TODOS

 


1. Leer este capítulo de Jonás hasta ser capaces de contarlo.

2. Marco histórico de Jonás

La historia de Jonás es una narración popular inventada para enseñar que a Dios le preocupan todos los seres humanos, y no sólo los de la propia nación de uno. Presenta a un Dios universal, que está en todos lados y está siempre dispuesto a ayudar a todos, sean de donde sean.

Aunque ya Isaías júnior había aclarado que Yavé no era solo Dios de Israel, sino de todo el mundo, un siglo más tarde las creencias volvieron a hacerse cerradamente nacionalistas, y comenzaron de nuevo a despreciar a los extranjeros como gente no querida por Dios.

 En este ambiente, los “Pobres de Yavé” redactan este hermoso cuento. En él Jonás simboliza al judío conservador y cerrado, que no está dispuesto a predicar conversión a los extranjeros. Y aunque él intenta irse lejos, Dios le fuerza por todos los medios para que vaya a Nínive, que es el símbolo de la ciudad muy corrupta. Allá realiza bien su misión y consigue que los ninivitas se conviertan a Dios, pero Jonás se enoja porque Dios los perdona, y se marcha a un cerro vecino a ver si Yavé cambia de opinión y decide castigar a aquella ciudad tan pecadora.

Dios se acerca a Jonás para preguntarle si tiene razón para estar tan enojado. Él le contesta groseramente. Y entonces Dios le hace crecer rápidamente una planta para que le dé sombra. Jonás se alegra mucho, pero al día siguiente la planta se seca, y Jonás vuelve a enojarse aun más. En ese momento se le acerca de nuevo Yavé y le hace reflexionar que si él se ha alegrado y enojado tanto por una planta que no había sembrado, por qué Dios no iba a sentir la muerte de los ninivitas, al menos la de los niños y la de los animales, que no tenían ninguna culpa.

La lección es maravillosa: Yavé se preocupa de dar vida a todos, tanto al necio y terco de Jonás, como a los corruptos de Nínive. Para él no hay diferencias. Cualquiera que se acerque con humildad a él, sea quien sea, recibirá con gusto su misericordia. Para Dios no hay despreciados. Todos los seres humanos, si lo quieren de veras, tienen derecho a recibir sus atenciones...

Nosotros debemos procurar ensanchar nuestro corazón, superando toda clase de prejuicios, de forma que no despreciemos a nadie, por más distinto a nosotros que sea.

3. Dialogar sobre el texto

a)     ¿Pensamos que Dios nos quiere a nosotros más que a la gente de otros países? Recordemos frases que se dicen sobre este tema.

b)     ¿A quiénes representa la figura de Jonás? ¿Por qué se enoja él? ¿Encontramos en nuestro ambiente gente que se parece a Jonás?

c)     ¿Por qué Dios no quiere castigar a los ninivitas? Leer Hechos 10,34-35.

d)     ¿Qué imagen de Dios se manifiesta en este texto?

e)     Compromisos que podemos sacamos de este tema, respecto a nuestro comportamiento ante otros grupos humanos a los que se les suele despreciar.

4. Orar el mensaje:

·         Reconocemos que Dios no hace diferencia entre las personas.

·         Dios acepta a todo el que lo honra y obra con justicia, sea de donde sea.

·         Perdón por las veces que despreciamos a los que no son igual que nosotros.

·         Enséñanos a creer que tú eres Padre amoroso de todos, aun de nuestros enemigos.

·         Bendito seas porque sabes perdonar a todos los que se arrepienten, sean de la religión que sean.

·         Gracias infinitas porque abres tus brazos a todos los seres humanos.

5. Despedida. Cada uno salude con respeto y cariño al que crea que es más distinto a él o ella.