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Ezequiel:
El Buen Pastor nos dará
un corazón
de carne

 

 

CATEQUISTA-AUDIO   - TEMA EN PPS

Texto: Ez 34,11-16; 36,26-28

Palabra central: CORAZÓN DE CARNE

 


1. Leer el texto y resumirlo.

2. Marco histórico del texto

Hemos visto que los desterrados en Babilonia estaban sumamente desanimados. No se sentían con fuerzas para corregirse de sus infidelidades e ingratitudes. Su corazón se volvió demasiado duro como para poder volver a querer a Dios y a sus hermanos.

Ezequiel reconoce que mucha parte de la culpa la tienen los malos pastores que no saben anunciar el rostro verdadero de Dios, sino que se aprovechan de sus ovejas para engordar ellos mismos (34,2-10. Este texto se podría revisar con los jóvenes, pero quizás no con los niños...).

Frente a las malas enseñanzas de los pastores y la debilidad pesimista de aquellos esclavos, Yavé les promete enviarle un buen pastor, que les ayude a cambiar sus corazones. Es un mensaje que hasta hoy día tiene que llenarnos de esperanza, especialmente a los que creemos y seguimos a Jesucristo, que es el Buen Pastor anunciado por Ezequiel.

Nosotros solos muy difícilmente podemos superar nuestras malas inclinaciones. Somos muy débiles. Con frecuencia caemos en palabras y hechos que no queríamos realizar, pero las tentaciones son más fuertes que nuestra buena voluntad. Por eso Dios promete enviarnos a un Buen Pastor que nos dé las fuerzas necesarias para vencer nuestros orgullos y egoísmos, de forma que podamos desarrollar cada vez con más intensidad nuestra capacidad de amar, a todos los niveles: que seamos mejores hijos, mejores amigos y compañeros, mejores parejas, mejores padres... Crecer en el amor es lo más importante de la vida. Por eso la promesa de ablandar nuestros corazones de piedra.

La primera misión del Buen Pastor es ayudarnos a salir de todo tipo de opresión y engaño. La segunda es reunirnos alrededor de él.

Ezequiel anuncia la predilección que tendrá Jesús a favor de los más necesitados: “Buscaré la oveja perdida, traeré a la descarriada, vendaré a la herida, fortaleceré a la enferma...” (34,16). Tenemos que sentir la cercanía y el cariño de Dios cuando nos sentimos perdidos, descarriados o enfermos...

Jesús ha venido para darnos fuerzas y luz especiales a los que estamos atascados en el barro de la vida. Su fuerza es como de un motor de doble tracción, que nos hace salir de donde antes nos quedábamos. Y su luz es como de faros alógenos, que penetran las nieblas que antes nos impedían ver el futuro de nuestras vidas. Potencializa de forma inimaginable las energías del amor: corazón de carne…

3. Dialogar sobre el texto

a)     ¿También entre nosotros hay falta de buenos pastores, que sepan hablarnos con la verdad y el corazón en la mano? ¿Sentimos a veces que no hay nadie que nos comprenda y nos pueda ayudar?

b)     Repasemos las promesas esperanzadoras que da Dios a los esclavos de entonces. ¿Sentimos que esas promesas están dirigidas también a nosotros?

c)     ¿Por qué será que usa Dios estas comparaciones tan fuertes de corazón de piedra y corazón de carne?

d)     ¿Cómo hacer para que nuestro corazón de piedra se vaya convirtiendo en corazón de carne?

e)     ¿Sabemos apoyarnos en Jesús, nuestro Buen Pastor, para que el amor verdadero vaya creciendo en nosotros?

4. Orar el mensaje:

·         Creemos, Señor, que buscas a la oveja perdida, traes a la descarriada y vendas a la herida.

·         Tú nos cuidas a todos con justicia.

·         Perdona que muchas veces no nos dejamos cuidar por ti.

·         Perdón porque nos alejamos de ti y nos perdemos con frecuencia.

·         Infinitas gracias por lo mucho que nos has buscado y curado nuestras heridas.

·         Bendito seas, Papá Dios, por habernos enviado a tu Hijo Jesús para trasmitirnos la fuerza de su resurrección.

4. Salida. Digámonos unos a otros palabras de esperanza.