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Dios
llama al
niño Samuel
para que corrija
a sus mayores

 

 

CATEQUISTA-AUDIO   - TEMA EN PPS

Texto: 1 Sam 3,1-19

Palabra central: SINCERIDAD

 

 

1. Leer el texto y contarlo hasta entenderlo bien.

2. Marco histórico del texto

Samuel es el último de los jueces y el primero de los profetas (siglo XI a.C.). Su madre, Ana, lo educó muy bien en la fe de sus padres y cuando era un jovencito lo ofreció para el servicio del Templo.

Siendo criadito del anciano sumo sacerdote Helí, Dios le encarga que avise a su jefe que está muy enojado con él porque no sabe corregir a sus hijos, que en el servicio del Templo engañan y roban a la gente. Muchas veces los niños son los únicos que ven la verdad con ojos limpios, por lo que pueden escuchar lo que quiere Dios y manifestarlo con claridad.

Este niño tan sincero será más tarde el dirigente espiritual de su país, al que, a la luz de su fe, dirá siempre la verdad y sabrá aconsejarles con acierto en todos los asuntos que hicieran referencia al bien del pueblo, especialmente los temas políticos.

Samuel siempre buscó entender lo que Dios quería de él y de su pueblo: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”. Y Dios lo eligió para transmitir su mensaje a los poderosos. Él criticó el nombramiento de reyes acaparadores (1Sam 8,11-18). No le gustaba que el pueblo pusiera demasiadas esperanzas en sus posibles autoridades; la esperanza debe estar en la propia honradez del pueblo unido, fortalecido por su fe en Dios.

Los niños y los jóvenes tienen que ser conscientes de que es posible que Dios los llame para que sepan decir a sus mayores la verdad de lo que ven y sienten, y, cuando sea necesario, denunciar las injusticias que presencian o sufren. Por eso Dios ha puesto en ellos un sentido de rebeldía a favor de la verdad y la justicia. Pero al mismo tiempo tienen que ser responsables con esta llamada que les hace Dios, sin dejarse llevar por miedos, enojos o violencias. El futuro del país depende mucho de los jóvenes, pero para ello hay que prepararse ahora con sinceridad y valentía.

Y los mayores, especialmente padres y maestros, tenemos que estar atentos para poder escuchar lo que Dios puede ser que está queriendo decirnos a través de los jóvenes...

Este texto pide a los adolescentes valentía para hablar con sinceridad, y a los mayores, humildad para saber escucharlos.

3. Dialogar sobre el texto

a)     ¿Existen también hoy entre nosotros gente que engaña y explota al pueblo en nombre de Dios?

b)     ¿Qué rebeldías sentimos los niños y los jóvenes frente a las mentiras y los abusos de los mayores?

c)     ¿Qué nos enseña este texto sobre la manera de ser y comportarse Dios?

d)     ¿Por qué será que Dios llama a veces a los jóvenes para cumplir misiones importantes?

e)     ¿Sabemos expresar nuestras rebeldías con sinceridad y sencillez, de forma que sean eficaces, conscientes de que Dios quiere hablar a través de nosotros?

4. Orar sobre la sinceridad juvenil:

·         Enséñanos, Señor, a ser rebeldes según tus criterios.

·         Danos fuerzas para poder decir con verdad todo lo que sentimos.

·         Creemos que tú te fías de nuestro sentido de la justicia.

·         Creemos que a veces tú nos llamas para corregir los defectos graves de nuestros mayores.

·         Gracias, Jesús, porque tú has sido niño y joven, y nos entiendes.

·         Bendito seas porque das sentido a nuestras vidas y nos llenas de esperanzas

5. Despedida con algún canto, a ser posible sobre la llamada de Dios a los jóvenes.

Para profundizar en los personajes bíblicos de los próximos temas, podrían adquirir el libro De Abrahán a Jesús, de JL Caravias.