Apéndice II

Estatutos de la Comisión Teológica Internacional

 

I. Estatutos «ad experimentum»*

1. Junto a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe se constituye una Comisión Teológica cuya misión es ayudar a la Santa Sede, y especialmente a dicha Sagrada Congregación, en el estudio de las cuestiones doctrinales de mayor importancia.

2. El presidente de la Comisión Teológica es el cardenal prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, quien puede delegar, para cada sesión, en uno de los cardenales miembros de esa misma Sagrada Congregación.

3. El cardenal presidente designa un secretario para los trabajos técnicos de la Comisión.

4. La Comisión Teológica la componen teólogos de diversas escuelas y naciones, que se distinguen por su ciencia teológica y por su fidelidad al magisterio de la Iglesia.

5. Los miembros de la Comisión Teológica los nombra el Sumo Pontífice por un período de cinco años, a propuesta del cardenal prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, después de haber sido consultadas por éste las Conferencias Episcopales. Al acabar estos cinco años pueden ser confirmados en sus puestos. El número total de miembros no superará los treinta.

6. La Asamblea Plenaria de la Comisión Teológica se convoca al menos una vez al año.

7. Si lo exige el estudio de cuestiones concretas, el cardenal presidente puede instituir comisiones especiales compuestas por miembros particularmente expertos en la materia. Dichas comisiones cesan en sus funciones cuando el estudio ha concluido.

8. Los miembros de la Comisión Teológica pueden ser también consultados por escrito.

9. Las cuestiones y temas a estudiar pueden también ser propuestos por la Comisión Teológica o por cada uno de sus miembros a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, que juzgará la oportunidad de su estudio.

10. Las conclusiones a las que llegue la Comisión Teológica en sesión plenaria o en las comisiones especiales, así como los diferentes votos de sus miembros, serán sometidos al Sumo Pontífice y transmitidos para su uso a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

11. Sobre las cuestiones tratadas por la Comisión, y teniendo en cuenta sus relaciones de colaboración con la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, los miembros de la Comisión Teológica se atendrán al secreto pontificio, conforme a la norma del Ordinis servandi de la Curia romana.

Su Santidad el Papa Pablo VI, en el transcurso de la audiencia concedida el 11 de abril de 1969 al abajo firmante cardenal prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, así como por la carta número 134.829 de la Secretaría de Estado, fechada el 24 de abril de 1969, ha aprobado los estatutos de la Comisión Teológica ad experimentum.

Roma, 12 de julio de 1969.

Franjo Card. eper

Prefecto


 

II. Estatutos definitivamente aprobados*

Han transcurrido ya trece años desde que nuestro predecesor Pablo VI, de feliz memoria, accediendo al deseo expresado por el Sínodo de los Obispos(855), instituyó la Comisión teológica internacional. A lo largo de estos casi tres quinquenios, los expertos en sagrada teología, llamados a este cometido, han realizado su labor con gran diligencia y prudencia, y sus trabajos produjeron frutos ciertamente egregios. Por esta causa, el Sumo Pontífice Pablo VI y Nos, con espíritu jubiloso, los recibimos personalmente a fin de impartirles exhortaciones paternales y felicitarlos por sus estudios y trabajos, de los que una gran parte ya es conocida al haberse publicado por deseo del mismo Pablo VI.

En el año 1969, los estatutos de la Comisión teológica internacional fueron aprobados «ad experimentum»(856). Sin embargo, parece ya llegado el momento de que a dichos estatutos se les dé una forma estable y definitiva, teniendo en cuenta la experiencia adquirida hasta ahora, a fin de que la Comisión pueda llevar a cabo más adecuadamente la misión que se le confió, tal como la describió expresamente Pablo VI en la alocución pronunciada con motivo de la primera sesión plenaria, cuando afirmó que esta nueva institución ha sido fundada «para ayuda de la Santa Sede y especialmente de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe»(857).

Realmente Pedro y los demás apóstoles, y también sus sucesores en la sagrada tradición -esto es, el Romano Pontífice, y juntamente con él todos los obispos de la Iglesia-, de una forma totalmente singular, recibieron el encargo y la responsabilidad del Magisterio auténtico, según el mandato de Cristo: «Ponéos en marcha, pues, y enseñad a todas las gentes bautizándolas..., enseñándoles a observar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación de los siglos» (Mt 28, 19-20). El Concilio Vaticano II, principalmente en la Constitución dogmática «Lumen gentium» (c. 3), siguiendo en esta materia las huellas de toda la tradición de la Iglesia, considera estos cometidos como carismas que les confieren solidez, fuerza y autenticidad.

Sin embargo, este ministerio específico necesita también del estudio y del trabajo de los teólogos, y de ellos, según las palabras del mismo Pablo VI, espera «una firme ayuda a la misión confiada por Cristo a sus apóstoles con estas palabras: "Ponéos en marcha, pues, y enseñad a todas las gentes" (Mt 28, 19)»(858). Es de desear que este mismo auxilio se preste de forma peculiar y casi «institucional» por los miembros de la Comisión teológica internacional los cuales, ciertamente, por el hecho de proceder de diversas naciones y mantener relaciones con culturas de gentes diversas, comprenden mejor los nuevos problemas, que son como aspectos nuevos de problemas viejos y, por ello, pueden captar mejor las aspiraciones y modos de pensar de los hombres que viven actualmente; dichos miembros, por tanto, pueden contribuir en gran medida a que, de acuerdo con la norma de la fe revelada por Cristo y transmitida en la Iglesia, se den respuestas a las cuestiones planteadas, de un modo cada vez más apropiado y profundo.

 

Así, pues, habiendo examinado profundamente todas las cosas, por propia iniciativa y con nuestra autoridad apostólica, promulgamos los nuevos estatutos de la Comisión teológica internacional y decretamos lo que sigue:

1. Es cometido de la Comisión teológica internacional estudiar los problemas doctrinales de gran importancia, principalmente los que presentan un aspecto nuevo, y de este modo prestar ayuda al Magisterio de la Iglesia, y de forma especial a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, junto a la cual ha sido instituida.

2. El cargo de presidente de la Comisión teológica internacional es desempeñado por el cardenal prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, quien, sin embargo, para cada una de las sesiones, si la necesidad se hace sentir, puede delegar otro moderador.

3. La Comisión teológica internacional está integrada por cultivadores de las ciencias teológicas de diversas escuelas y naciones, que destacan por su ciencia, prudencia y fidelidad al Magisterio de la Iglesia.

4. Los miembros de la Comisión teológica internacional son nombrados por el Sumo Pontífice, a cuyo juicio son propuestos por el cardenal prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, oídas las conferencias episcopales.

Los miembros son nombrados por un quinquenio, terminado el cual, pueden ser confirmados de nuevo. El número de los miembros no debe sobrepasar la cifra de treinta, sino en casos particulares.

5. El secretario general de la Comisión teológica internacional, a propuesta del cardenal presidente de dicha Comisión, es nombrado por el Sumo Pontífice por un quinquenio y forma parte de los consultores de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Terminado el quinquenio, puede ser confirmado nuevamente.

Conviene, sin embargo, que el cardenal presidente, en la medida de lo posible, haga una consulta entre los miembros de la Comisión antes de someter al Sumo Pontífice los nombres de las personas aptas para este cargo.

Corresponde al cargo de secretario general, especialmente, coordinar los trabajos y publicar los escritos de dicha Comisión, sea durante las sesiones, sea antes y después de la celebración de las mismas sesiones.

6. Al secretario adjunto lo nombra el cardenal presidente. Ayuda al secretario general en su cargo ordinario y especialmente se ocupa de cuestiones técnicas y económicas.

7. La reunión plenaria de la Comisión teológica internacional se convoca al menos una vez al año si circunstancias contrarias no impiden esta sesión.

8. Los miembros de la Comisión teológica internacional pueden ser consultados también por escrito.

9. Las cuestiones y los temas que deben someterse a estudio son fijados por el Sumo Pontífice o por el cardenal presidente. También pueden ser propuestos por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, por otros dicasterios de la curia romana, por el Sínodo de los Obispos o por las conferencias episcopales. Debe observarse, sin embargo, lo prescrito por el número 136 de la Constitución Apostólica «Regimini Ecclesiae universae»(859).

10. Para preparar el estudio de cuestiones particulares el cardenal presidente crea subcomisiones especiales, constituidas por miembros especialmente competentes en aquella materia.

El trabajo de estas subcomisiones está dirigido por un miembro elegido por el cardenal presidente a fin de que, en conexión con el secretario general, lleve a cabo la preparación de] trabajo de la sesión plenaria. Estas subcomisiones, de ordinario, constan de un número de miembros inferior a diez, y las mismas pueden reunirse también fuera de Roma para una sesión preparatoria breve y especial.

Si el caso lo aconseja, pueden ser consultados otros peritos, incluso no católicos. Sin embargo, los que son llamados a esta consulta, no son hechos por ello miembros de la Comisión teológica internacional.

Completado el trabajo, y también al final del quinquenio, las subcomisiones cesan en su cometido, pero pueden ser nombradas y renovadas para el quinquenio siguiente.

11. Las conclusiones a las cuales llegue la Comisión teológica internacional en sesión plenaria o en subcomisiones especiales, como también, si se considera oportuno, los votos individuales de los miembros, serán sometidos al Sumo Pontífice y serán puestos a disposición de la Sagrada Congregación para Doctrina de la Fe.

12. Los textos específicamente aprobados por la mayor parte de los miembros de la Comisión teológica internacional pueden publicarse, si no existe impedimento alguno por parte de la Santa Sede.

Los textos sólo aprobados genéricamente pueden ser publicados como obras personales de los miembros de la Comisión teológica internacional, pero en modo alguno implican la responsabilidad de la misma Comisión. Esta disposición vale aún más si se trata de los informes preparatorios y de los votos de peritos extraños. La diversidad de estas cualificaciones debe notificarse claramente en la presentación de los textos.

13. Los miembros de la Comisión teológica internacional, en las cuestiones tratadas por la Comisión, según la naturaleza e importancia de las mismas, guardarán secreto estrictamente, observando las normas que regulan el llamado secreto profesional.

Las cuestiones pertenecientes a la colaboración, tanto colectiva como individual, con la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, según la naturaleza del asunto, están protegidas por el secreto propio de esta Congregación o por el secreto pontificio, según la norma de la Instrucción sobre este secreto(860).

Todo lo decretado por Nos mediante esta carta dada «motu proprio» mandamos que sea firme y ratificado y que surta efectos íntegros desde el día primero del mes de octubre de este año, sin que obste nada en contrario digno incluso de especial mención.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 6 del mes de agosto de 1982, en la fiesta de la Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo, año cuarto de nuestro Pontificado.

Juan Pablo II


 

 

Apéndice III

Mensaje de la Comisión Teológica Internacional con ocasión del Año Mariano*

Acogiendo la invitación del Santo Padre Juan Pablo II, la Iglesia celebra este año, de un modo especial, a la Madre de Dios, lo que ofrece a la Comisión teológica internacional la oportunidad de proponer una breve reflexión acerca del papel de la Virgen María en el misterio de Cristo y de la Iglesia.

Debemos a María el nacimiento de Cristo redentor. María es ciertamente una obra de la gracia divina: Ella jamás se identificó de otro modo que como la sierva humilde y disponible frente a la acción de Dios. Bien sabe Ella que todo lo que es y lo que está llamada a realizar, lo debe a Dios, y no sólo su fecundidad humana, sino la capacidad, mucho más importante, de poder acoger el designio de Dios con todo su ser femenino, al mismo tiempo virginal y maternal, jamás herido por el pecado. El hombre, dice San Pablo, «viene por la mujer», Cristo por María, pero «todo viene de Dios» (cf. 1 Cor 11, 12).

El «sí» de María es el acto de fe más puro que haya podido expresarse, y era necesaria esa fe incondicional para que el Verbo se hiciera carne, para que el Hijo de Dios llegara a ser Hijo del hombre. María da pruebas de su fe no sólo en el momento en que el Espíritu Santo la hace fecunda, sino durante toda su vida: así cuando no comprende por qué Jesús se queda en el Templo; cuando Él parte para fundar su nueva familia -«bienaventurados más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen» (Lc 11, 28)-; cuando Jesús en la Cruz la da por Madre a Juan, a la Iglesia y finalmente a todos aquellos por los cuales Él se entrega a la muerte. María es hasta tal punto Madre, que no se la puede entender al margen de su maternidad. Todo lo que le ha sido concedido, Ella lo cumple y lo acepta en la simplicidad de su obediencia. Nada hay más fecundo que su consentimiento: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38).

El Apocalipsis nos muestra a María en la imagen de la Mujer que está entre el cielo y la tierra. Ella gime en los dolores del parto, porque sintetiza toda la fe de Israel y también secretamente los deseos de toda la humanidad que espera su liberación. Gime también como Madre de todos los hermanos y hermanas de Jesús, es decir, de todos los miembros de su Cuerpo místico, especialmente de los pobres y de los perseguidos a causa del Evangelio, porque María es al mismo tiempo la Madre de la Iglesia y su más perfecta realización (cf. LG 65): la misma Iglesia inmaculada (cf. Ef 5, 27).

María es la Hija de Sión que, colmada de gracias inefables, se transporta de gozo en Dios su Salvador y lo expresa en su canto, el Magnificat (cf. Sof 3, 14s; Lc 1, 46-55): todas las generaciones se gozarán con Ella y a causa de Ella. Esta alegría deberá pasar por todos los dolores de la Pasión de su Hijo, pero la Asunción será el reflejo definitivo de la gloria de Cristo sobre su Madre.

En su fe total, ¿acaso no ha experimentado María toda la plenitud de su feminidad virginal y maternal, tanto las más altas cumbres de la alegría, como los abismos del sufrimiento?

María es la más humana de las mujeres y al mismo tiempo la más colmada de la gracia divina.

¡Que Ella interceda por nosotros, pobres pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, a fin de que podamos compartir la gloria de la resurrección!

Roma, 2 de diciembre de 1987

La Comisión Teológica Internacional


 

Apéndice IV

Miembros de la Comisión Teológica Internacional en los cinco primeros quinquenios de su existencia

1er quinquenio: nombramientos del 1 de mayo de 1969*

P. Barnabas Ahern, C.P. (Estados Unidos)

Rev. Hans Urs von Balthasar (Suiza)

P. Louis Bouyer, del Oratorio (Francia)

P. Walter Burghardt, S.I. (Estados Unidos)

S.E. Mons. Carlo Colombo, Obispo titular de Vittoriana (Italia)

P. Yves Congar, O.P. (Francia)

Mons. Philippe Delhaye (Bélgica)(861)

Rev. Johannes Feiner (Suiza)

P. André Feuillet, P.S.S. (Francia)

Rev. Lucio Gera (Argentina)

Rev. Olegario González de Cardedal (España)

P. Ignace Abdo Khalifé. S.I. (Líbano)

P. Franz Lakner, S.I. (Austria)

P. Marie-Joseph Le Guillou, O.P. (Francia)

P. Joseph F. Lescrauwaet, M.S.C. (Holanda)

P. Bernard Lonergan, S.I. (Canadá)

P. Henri de Lubac, S.I. (Francia)

P. Andreas H. Maltha, O.P. (Holanda)

Rev. Jorge Medina Estévez (Chile)

P. Peter Nemeshegyi, S.I. (Japón)

Rev. Stanislaw Olejnik (Polonia)

Mons. Gérad Philips (Bélgica)

P. Karl Rahner, S.I. (República Federal Alemana)

Rev. Joseph Ratzinger (República Federal Alemana)

Mons. Roberto Roxo Mascarenhas (Brasil)

P. Tomislaw agi-Buni_, OFM Cap. (Yugoslavia)

Mons. Rudolf Schnackenburg (República Federal Alemana)

Rev. Heinz Schürmann (República Democrática Alemana)

Mons. Tharcisius Tshibangu (Congo-Kinshasa)

P. Cipriano Vagaggini, O.S.B. (Italia)

2º quinquenio: nombramientos del 1 de agosto de 1974*

P. Barnabas Ahern, C.P. (Estados Unidos)

* P. Juan Alfaro, S.I. (España)

* P. Catalino Arévalo, S.I. (Filipinas)

Rev. Hans Urs von Balthasar (Suiza)

P. Louis Bouyer, del Oratorio (Francia)

P. Walter Burghardt, S.I. (Estados Unidos)

* Rev. Carlo Caffarra (Italia)

* Rev. Raniero Cantalamessa, O.F.M. (Italia)

P. Yves Congar, O.P. (Francia)

Mons. Philippe Delhaye (Bélgica)

* Rev. Wilhelm Ernst (República Democrática Alemana)

Rev. Olegario González de Cardedal (España)

* P. Edouard Hamel, S.I. (Canadá)

* Rev. Boguslav Inlender (Polonia)

* P. Boaventura Kloppenburg, O.F.M. (Brasil)

P. Marie-Joseph Le Guillou, O.P. (Francia)

* Rev. Karl Lehmann (República Federal Alemana)

P. Joseph F. Lescrauwaet, M.S.C. (Holanda)

* P. John Mahoney, S.I. (Gran Bretaña)

* P. Gustave Martelet, S.I. (Francia)

Rev. Jorge Medina Estévez (Chile)

* Rev. Vincent Mulago (Zaire)

Rev. Joseph Ratzinger (República Federal Alemana)

* P. Georges Saber, monje maronita (Líbano)

Rev. Heinz Schürmann (República Democrática Alemana)

* P. Otto Semmelroth, S.I. (República Federal Alemana)

* Rev. Anton Strle' (Yugoslavia)

* P. Jean-Marie Tillard, O.P. (Canadá)

P. Cipriano Vagaggini, O.S.B. (Italia)

* P. Jan Walgrave, O.P. (Bélgica)

El mismo día, el Santo Padre confirmó en su cargo de secretario de la Comisión a Mons. Philippe Delhaye.

3er quinquenio: nombramientos del 12 de agosto de 1980*

P. Barnabas Ahern, C.P. (Estados Unidos)

P. Juan Alfaro, S.I. (España)

P. Catalino Arévalo, S.I. (Filipinas)

Rev. Hans Urs von Balthasar (Suiza)

Mons. Carlo Caffarra (Italia)

* Mons. Giuseppe Colombo (Italia)

P. Yves Congar, O.P. (Francia)

Mons. Philippe Delhaye (Bélgica)

Rev. Wilhelm Ernst (República Democrática Alemana).

* Mons. Pierre Eyt (Francia)

* P. Ivan Fu_ek, S.I. (Yugoslavia)

* Rev. Ferenc Gál (Hungría)

P. Edouard Hamel, S.I. (Canadá)

* Rev. Walter Kasper (República Federal de Alemania)

* P. Elie Khalife Hachem, O.L.M. (Líbano)

P. Boaventura Kloppenburg O.F.M. (Brasil).

* Rev. Michael Ledwith (Irlanda)

Mons. Karl Lehmann (República Federal de Alemania)

Rev. Jorge Medina Estévez (Chile)

* Rev. John Onaiyekan (Nigeria)

* Rev. Carl Peter (Estados Unidos)

* P. Cándido Pozo S.I. (España)

* P. Walter Principe, C.S.B. (Canadá)

* Mons. Ignacy Rózycky (Polonia)

Mons. Heinz Schürmann (República Democrática Alemana)

* P. Bernard Sesboüé, S.I. (Francia)

* P. John Thornhill, S.M. (Australia)

P. Cipriano Vagaggini, O.S.B. (Italia)

* P. Christoph Schönborn, O.P. (Suiza)

P. Jan Walgrave, O.P. (Bélgica)

4º quinquenio: nombramientos de 23 de mayo de 1986*

* Rev. Barthelemy Adoukonou (Benín)

* Rev. Jan Ambaum (Holanda)

Rev. Hans Urs von Balthasar (Suiza)

* P. Jean-Louis Brugués O.P. (Francia)

Mons. Carlo Caffarra (Italia)

Mons. Giuseppe Colombo (Italia)

* Rev. Jean Corbon (Patriarcado greco-melquita)

* P. Georges Cottier O.P. (Suiza)

Mons. Philippe Delhaye (Bélgica)

Mons. Wilhelm Ernst (República Democrática Alemana)

* Prof. John Finnis (Inglaterra)

* Rev. Joachim Gnilka (República Federal de Alemania)

* Rev. José Miguel lbáñez Langlois (Chile)

Rev. Walter Kasper (República Federal de Alemania)

S.E. Mons. Boaventura Kloppenburg O.F.M. (Brasil)

* P. Gilles Langevin S.I. (Canadá)

Mons. Michael Ledwith (Irlanda)

* Prof. William May (Estados Unidos)

S.E. Mons. Jorge Medina Estévez (Chile)

* Rev. Peter Miyakawa (Japón)

* P. Francis Moloney S.D.B. (Australia)

* P. Stanislaw Nagy S.C.I. (Polonia)

* Rev. Henrique de Noronha Galvo (Portugal)

* P. James Okoye C.S.Sp. (Nigeria)

* Rev. Franc Perko (Yugoslavia)

Rev. Carl Peter (Estados Unidos)

P. Cándido Pozo S.I. (España)

P. Christoph Schönborn O.P. (Suiza)

P. Jan Walgrave O.P. (Bélgica)

* Rev. Felix Wilfred (India)

5º quinquenio: nombramientos de 3 de julio de 1992*

* Rev. Charles Acton (Inglaterra)

Rev. Barthelemy Adoukonou (Benín)

Rev. Jan Ambaum (Holanda)

P. Jean-Louis Brugués O.P. (Francia)

Mons. Giuseppe Colombo (Italia)

Rev. Jean Corbon (Patriarcado greco-melquita)

P. Georges Cottier O.P. (Suiza)

* P. Joseph Doré P.S.S. (Francia)

* P. Avery Dulles S.I. (Estados Unidos)

* P. Mario de França Miranda S.I. (Brasil)

* Rev. Adolphe Gesché (Bélgica)

Rev. Joachim Gnilka (República Federal de Alemania)

* Rev. Ivan Golub (Croacia)

* Prof. Gösta Hallosten (Suecia)

* P. Tadahiko Iwashima S.I. (Japón)

* P. Sebastiano Karotemprel S.D.B. (India)

* P. Luis Ladaria S.I. (España)

P. Gilles Langevin S.I. (Canadá)

Mons. Michael Ledwith (Irlanda)

Prof. William May (Estados Unidos)

P. Francis Moloney S.D.B. (Australia)

P. Stanislaw Nagy S.C.I. (Polonia)

Rev. Henrique de Noronha Galvo (Portugal)

* Rev. Joseph Osei-Bonsu (Ghana)

* P. Servais Pinckaers O.P. (Suiza)

* Rev. Hermann Joseph Pottmeyer (República Federal de Alemania)

P. Cándido Pozo S.I. (España)

S.E. Mons. Christoph Schönborn (Austria)

* P. Norbert Strotmann M.S.C. (Perú)

* P. Andrzej Szostek M.I.C. (Polonia)(862)

* Mons. Max Thurian (Suiza)

* Rev. Laszlo Vanyo (Hungría)(863)