Malaquías.

 

Introducción. 1. El Amor de Dios a Su Pueblo . 2. Las Prevaricaciones de Juda. 3. El Ángel Precursor. 4. El Castigo de los Pecadores.

 

Introducción.

 

Nombre y personalidad del profeta.

Malaquías (en hebreo Mal'aki: "Mi mensajero," o transcribiendo con los LXX: "Malaquías: Mal'akiyyah: "Ángel de Yahvé") l es el nombre que la tradición da al último profeta escritor del A.T. Sin embargo, son muchos los autores que creen que Malaquías es un seudónimo ("mi enviado") adoptado por un escritor anónimo en relación con el mi enviado o mi ángel de 3:1. San Jerónimo adopta la opinión de los judíos de su tiempo de que el autor de estos vaticinios fue el propio Esdras 2. De hecho, en la paráfrasis aramea del Pseudo-Jonatán aparece el nombre de Esdras intercalado en el v.1; y los LXX, en vez de transcribir el nombre propio de Malaquias, traducen "de su mensajero." En el Talmud babilónico, el libro es atribuido a Mardoqueo 3.

 

Contenido y estructura del libro.

El tema general es el amor de Yahvé hacia Israel, que no es correspondido por los judíos. El profeta les presenta la gran protección de Yahvé para con su pueblo en la historia y la ingratitud de los israelitas para con El. En concreto, los sacerdotes son los que menos corresponden a esta calidad de elegidos de Dios, y procuran ofrecer en el templo lo peor de sus bienes y ganados. Por ello, Yahvé sustituirá estos actos de culto impuros por una oblación inmaculada en todo el orbe. Por otra parte, Yahvé enviará un juicio purificador para consumir a los pecadores. Podemos dividir el libro en dos partes:

 

1. Castigo de los pecados: 1:1-2:16.

Amor de Yahvé para con Israel: 1:2-5.

Recriminación a los sacerdotes por sus sacrificios mezquinos:

1:6-14.

Pena de los sacerdotes: 2:1-9. Recriminación al pueblo por sus pecados: 2:10-16.

2. Juicio divino: 2:17-3:24(4:6).

Anuncio del juicio: 2:17-3:5. Exhortación a la conversión: 3:6-12. y Venganza de Dios dando a cada uno según sus méritos: 3:13-21(4.3)·

Elias, precursor del juicio: 3:22-24(4:4-6).

 

La sección 3:22-24 del TM, correspondiente al 4:4-6 de los LXX y Vg 4, es considerada como un apéndice que no encaja en el esquema general del libro. El desarrollo del tema está en forma de diálogo, distribuido en seis discursos. El esquema es el siguiente: Dios o su profeta lanza una afirmación, a la que corresponden objeciones de parte del auditorio (sacerdotes o pueblo); después viene la defensa de la misma, hecha por Dios con reproches y amenazas.

 

Fecha de composición.

Podemos situar con bastante aproximación la composición del libro dentro del siglo v, porque aquí encontramos una serie de indicaciones sobre el estado de la vida social de la época que coinciden con la situación reflejada en los libros de Esdras y Nehemías. Así, se supone que el templo ya está edificado (fue inaugurado en 515 a.C.) 5; que Judá está sometida a un sátrapa o pejah 6; que los matrimonios mixtos están a la orden del día7, y que existen muchos abusos sociales de toda índole. Por todas estas indicaciones podemos colegir que el libro de Malaquías ha sido redactado a mediados del siglo V, cuando el primitivo fervor religioso de los repatriados se había entibiado y el culto era atendido sin graneles ilusiones religiosas, pues se ofrecían los dones más mezquinos 8.

 

Autenticidad.

No hay grandes dificultades sobre la unidad literaria del libro. Como antes hemos indicado, algunos autores creen que 3:22-24, por su carácter de apéndice, es una adición del compilador posterior. También ha suscitado dudas la autenticidad de 1:11-14 y 2:2; pero las razones para considerar estas secciones como glosas son muy subjetivas. Algunos autores han rebajado la época de composición del libro hasta los tiempos de los Macabeos 9; pero, en general, los comentaristas ponderados suponen que el libro es sustancialmente de un autor del siglo V a.C.

 

Texto y estilo.

El texto del libro de Malaquías está, en general, bastante bien conservado, lo que no quiere decir que no existan algunas lecciones oscuras e ininteligibles, y aun divergencias entre el TM y los LXX. El estilo es, como antes hemos indicado, en diálogo y en prosa, aunque ésta incluye secciones con manifiestos paralelismos de miembros y metro poético.

 

Mensaje doctrinal.

El profeta tiene que enfrentarse con una sociedad desilusionada que en gran parte ha perdido la fe en su Dios. Las condiciones de vida son tan miserables y en tan poca consonancia con las brillantes descripciones de los profetas preexílicos, que el desánimo y la indiferencia religiosa cundía por doquier. Yahvé parecía injusto con su pueblo elegido, ya que seguía sometido al extranjero; por otra parte, la sequía aumentaba la miseria general. El profeta sale al paso de estas cavilaciones, y proclama muy alto que premia la virtud 10 y castiga el pecado n; Yahvé ha tenido una particular providencia de Israel, pues en vez de castigarle por sus pecados hasta el exterminio, como hizo con Hedor 12, le ha perdonado. En realidad, Dios es como un padre 13, y es "grande aun más allá de su territorio."14

Una característica de Malaquías es su interés por la vida del culto. Los profetas anteriores al destierro habían urgido sólo el cumplimiento de los deberes ético-sociales y la entrega del corazón a Dios, pero se desentendían, en general, de los problemas del culto, que concernían a los sacerdotes. Malaquías, en cambio, es celosísimo del esplendor del culto, como homenaje a Yahvé. Por eso recalca la obligación que todos tienen de contribuir con sus ofrendas y diezmos al sostenimiento del culto 15.

En tiempo de Darío I (521-486), el Estado persa proveía a las necesidades de culto; pero esta situación parece ya ha cambiado en tiempos de Malaquías, y el culto debe ser sostenido por los contribuyentes judíos. Naturalmente, el profeta no sólo urge la necesidad del cumplimiento del ritual externo del templo, sino que reclama también, como condición para agradar a Dios, la religión pura, basada en evitar toda clase de pecados, particularmente el adulterio, la magia y la opresión de los débiles 16. En esto empalma el profeta con los grandes profetas preexílicos. Como Esdras y Nehemías, se opone a los matrimonios con mujeres paganas 17.

Los sacerdotes deben dar ejemplo de vida pura e incontaminada y mostrar celo por los actos de culto 18. Precisamente porque no cumplen sus obligaciones sacrificiales, Yahvé va a inaugurar un nuevo culto que no va a estar vinculado al templo de Jerusalén, y se le ofrecerá una ofrenda pura desde "el orto del sol al ocaso." Puesto que las ofrendas de los sacerdotes de Jerusalén eran tan mezquinas que no serían aceptadas por el gobernador persa 19, Dios se va a procurar otras más puras en toda la redondez de la tierra; Yahvé rechaza los sacrificios judíos: "No tengo en vosotros complacencia alguna, dice Yahvé de los ejércitos; no recibiré ninguno de vuestras manos." 20

En su sustitución, Dios acepta las ofrendas puras hechas por el mundo gentil. La tradición cristiana ha visto en este anuncio el sacrificio de la Eucaristía, ofrecido por sacerdotes que no pertenecen al linaje levítico de Aarón, sino que en toda la redondez de la tierra levantan la Hostia pura e inmaculada, de la que los sacrificios del templo de Jerusalén eran su figura, y, por tanto, éstos habrían de perder su razón de ser al aparecer la Víctima por excelencia, Cristo en la cruz 21.

 

Canonicidad.

El libro de Malaquías ha sido admitido en el canon judaico y cristiano desde el principio y es reconocido como libro inspirado en los autores del Ν. Τ. Jesucristo cita a Mal 3:1 (Mt 11:10). San Pablo cita en Rom 9:13 a Mal 1:2s. Como ϊltimo de los profetas, selló toda la serie de los vaticinios, anunciando un nuevo orden de cosas cultual, y anunció el juicio que ha de preceder al advenimiento del Mesías, anunciado por el nuevo Elias, el Precursor, el Bautista 22: "Haced penitencia, porque se acerca el reino de los cielos." 23

 

1 En 2 Sam 25:44 aparece un tal Paití, que es abreviación de Paltiel (2 Sam 3:15). — 2 San Jerónimo, Comm. in Mal. pról.: PL 25:15415.1569 (1617); Targum de Jonatán in Mal. 1:1. — 3 Cf. Talmud babilónico, Megillah 153. — 4 Los LXX y la Vulgata dividen el 0.3 del TM en dos partes; la última de las dos comenzaría en 3:19. — 5 Mal 1:10; 3:1.10. — 6 Mal 1:8. — 7 Mal 2:10-16; cf. Neh 5:1-3; 6:17-19; 13:7s. — 8 Mal 1:6-8.12-13; 2:17; 3:7-10.14- — 9 Es la opinión de Winckler, Spoer, Holtzmann. — 10 Mal 2:5; 3:10-1 2; 4:2. — 11 Mal 2:3; 4:1. — 12 Mal 1:3. — 13 Mal 3:17. — 14 Mal 1:5.11.14. — 15 Mal 1:6; 3:8.10. — 16 Mal 3:5 — 17 Mal 2:11 — 18 Mal 2:7; 11:7 — 19 Mal 1:8 — 20 Mal 1.10 — 21 Cf. Didaché 14:3; San Justino, Dial, cum Triph. 41: PG 6:564; San Ireneo, Adv. haer. 4:17:5: PG 7:10235; San Cipriano, Test. adv. lud. 1:16: PL 4:687 (715); San Agustín, De civ. Dei 18:35:3: PL 41:594. — 22 Cf. Mal 3:1-4-19-21 (4:1-3). — 23 Mt 3:2.

 

 

1. El Amor de Dios a Su Pueblo.

 

Oráculo contra Edom (1-5).

1 Oráculo. Palabra de Yahvé a Israel por medio de Malaquías: 2 Yo os he amado, dice Yahvé, 1 y vosotros decís: ¿En qué nos has amado? ¿Esaú no es hermano de Jacob? oráculo de Yahvé; sin embargo, he amado a Jacob 3y he detestado a Esaú, y he hecho de sus montañas campo de devastación,y de su heredad, pastizales de desierto. 4Y si Edom dijere: Hemos sido aplastados, pero reconstruiremos las ruinas, así dice Yahvé de los ejércitos: Ellos reconstruirán, pero yo destruiré. Y los llamarán "tierra de impiedad" y "pueblo contra el que se irritó para siempre Yahvé." 5 Vuestros ojos lo verán y diréis: Grande es Yahvé más allá del territorio de Israel.

 

En el epígrafe inicial no se dice nada sobre la vida y marco histórico de Malaquías. Incluso su mismo nombre, que significa ángel de Yahvé, puede ser un seudónimo en consonancia con su calidad de mensajero de Dios a su pueblo1. Muchos comentaristas modernos suponen que el primer verso es obra de un redactor posterior, y el nombre de Malaquías provendría, según ellos, de lo que se dice en 3:1: "enviaré a mi ángel" (en hebreo Mal'akí). Los LXX traducen el v.1: "palabra del Señor a Israel por mano de su ángel. En todo caso, no se dice nada de su persona, y, por tanto, bien puede ser un nombre simbólico inventado por un redactor posterior que no conociera al autor de estos oráculos.

Antes de centrar su atención contra los sacerdotes indignos, el profeta quiere declarar solemnemente que Yahvé ha amado de un modo particular a Israel, y prueba de ello es que ha enviado la devastación y la ruina sobre su enemigo tradicional, Esaú o Edom. Con ocasión de la destrucción de Jerusalén en 586 a.C. por los caldeos, los habitantes de Edom se ensañaron con los judíos vencidos, uniéndose a los vencedores. Con ello, la tradicional enemistad de los dos pueblos llegó al paroxismo.

De ahí que ahora el profeta, que habla un siglo después de la gran catástrofe, presente como un signo de amor particular para con el pueblo elegido la devastación de Edom. El profeta Abdías se hace eco de una destrucción masiva del país edomita, llevada a cabo probablemente por las tribus árabes que en el siglo ν invadieron su territorio, estableciéndose allí de modo permanente y creando el reino nabateo.

Según la Biblia, Esaú (Edom) y Jacob eran hermanos uterinos, que estuvieron siempre en lucha 2, preludio y símbolo de las hostilidades que los pueblos israelita y edomita habían de mantener a través de la historia. Yahvé tuvo predilección por el hermano menor, Jacob, mientras que detestó a Esaú, en. el sentido de que antepuso aquél a éste. El mismo territorio en que Esaú tuvo que establecerse parece estar bajo una maldición divina, porque sus montañas son el símbolo de la devastación aun en su contextura geográfica (v.3). Pero, además, en virtud de una invasión enemiga promovida por Yahvé, su heredad se ha convertido en pastizales del desierto.

Y es inútil que los edomitas quieran reconstruir sus ruinas, porque Yahvé se encargará de enviar de nuevo la devastación (v.4). En efecto, los edomitas fueron suplantados en su territorio por los nabateos, que crearon una brillante civilización al contacto con la cultura helénica. Los edomitas tuvieron que correrse hacia el occidente y penetrar en el territorio meridional de Judá para poder subsistir. En 125 a.C. fueron sometidos por Juan Hircano y obligados a circuncidarse 3. Edom, pues, no volverá a recuperar su poderío antiguo, y en ello deben ver los judíos la omnipotencia de Yahvé, que se extiende aun más allá de su territorio de Judá (v.5)4.

 

Reprensión de los sacerdotes (6-10).

6 El hijo honra a su padre y el siervo terne a su señor,Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honra Si yo soy Señor, ¿dónde está mi temor? dice Yahvé de los ejércitos a vosotros, sacerdotes, que despreciáis mi nombre. Decís: ¿En qué menospreciamos tu nombre? 7Ofrecéis en mi altar pan inmundo y decís: ¿En qué le hemos hecho inmundo?En decir: la mesa de Yahvé es despreciable. 8 Y ofrecer en sacrificio lo ciego, ¿no es malo? y ofrecer lo cojo o lo enfermo, ¿no es malo? Anda, haz presente de ello a tu gobernador, a ver si se complace en él y le será grato,dice Yahvé de los ejércitos. 9 Buscad, pues, el favor de Dios para que os sea propicio (por vuestra mano es hecho esto). ¿Os concederá benevolencia? dice Yahvé de los ejércitos. 10¡Oh si alguno de vosotros cerrara las puertas y no encendierais en vano el fuego de mi altar! No tengo en vosotros complacencia alguna, dice Yahvé de los ejércitos; no me son gratas las ofrendas de vuestras manos.

 

Si Yahvé ha mostrado su especial predilección por Israel, ¿por qué no se le da el honor debido como Señor y Padre de su pueblo ? En particular, los sacerdotes, por ser la porción selecta de Israel, están llamados a dar ejemplo y a dirigir al pueblo, y son los primeros prevaricadores de la Ley, ya que ofrecen a su Dios un pan inmundo o mancillado por las malas disposiciones interiores de los oferentes, y, por otra parte, ofrecen las víctimas defectuosas, reservándose para sí las mejores. Esto es un desprecio implícito a Dios 5. Irónicamente, el profeta les invita a presentar estas dádivas al gobernador o pejah persa (v.8). Esta indicación es preciosa para encuadrar históricamente el vaticinio en la época de la dominación persa.

Después el profeta recalca que con estas disposiciones de mezquindad de corazón respecto de su Señor y Dios es inútil aspirar a conseguir su benevolencia: Buscad el favor de Dios. (v.9). Ellos son responsables de sus malas acciones (por vuestra mano es hecho esto), y por eso no es fácil que consigan su gracia: ¿os concederá benevolencia? La respuesta implícita es negativa. Un culto en tales condiciones no puede agradar a Dios, y sería preferible que cerraran las puertas del templo y no encendieran en vano el fuego del altar (v.10).

Un culto sacrilego no puede agradar a Dios, sino más bien enojarle. Las ofrendas en estas condiciones no le son gratas. Tanto las oblaciones incruentas como los sacrificios cruentos llevaban el sello del desprecio hacia Dios, y, como tales, no son aceptables. Dios, por ello, establecerá un nuevo sacrificio puro y universal que no estará vinculado a los indignos descendientes de Leví.

 

El sacrificio de la nueva Ley (11-14).

11 Porque desde el fondo del sol hasta el ocaso es grande mi nombre entre las gentes, y en todo lugar ha de ofrecerse a mi nombre un sacrificio humeante y una oblación pura, pues grande es mi nombre entre las gentes, dice Yahvé de los ejércitos. 12 Pero vosotros lo profanáis, diciendo: La mesa dé Yahvé es inmunda, y despreciables sus alimentos. 13 Y aun decís: ¡Oh qué fastidio! y lo despreciáis, dice Yahvé de los ejércitos, y ofrecéis lo robado, lo tomo, lo enfermo; lo presentáis como ofrenda. ¿Voy a complacerme yo aceptándolo de vuestras manos? 14¡Maldito el fraudulento, que, teniendo en el rebaño machos y habiendo hecho un voto, sacrifica a Dios lo estropeado! Porque yo soy Rey grande, dice Yahvé de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las gentes.

 

En contraposición a los sacrificios mezquinas ofrecidos en el templo de Jerusalén, el profeta anuncia un nuevo sacrificio humeante y una oblación pura 6 en todo el orbe, desde el fondo del sol hasta el ocaso; y ese sacrificio es calificado de oblación pura, y, como tal, agradable a Dios. La perspectiva del profeta se ensancha desmesuradamente, y un vaticinio universalista es proclamado a todos los pueblos. Se ha discutido mucho el sentido preciso de las palabras cíe Malaquías. Los comentaristas han dado diversas opiniones.

Asi, se ha propuesto que el profeta pensaba en los prosélitos judíos, que estaban extendidos por todos los lugares donde había comunidades judaicas en la diáspora. De hecho sabemos que en la época persa los judíos de la colonia militar de Elefantina, en el Alto Egipcio, tenían su templo y sus sacrificios, a pesar de la prohibición de la multiplicidad de los lugares de culto. No han faltado quienes, siguiendo a Teodoro de Mopsuestia, hayan propuesto que Malaquías se refería con sus misteriosas palabras a los sacrificios que los paganos ofrecían en todo el ámbito del orbe a sus dioses, como símbolo de sumisión al Dios supremo, que no era otro que el Yahvé de los judíos; pero es difícil suponer que Malaquías, que rechazaba como impuros los sacrificios del templo de Jerusalén, aceptara como puros los ofrecidos por los paganos de su tiempo en los templos idolátricos.

La interpretación más obvia en el contexto es suponer que el profeta piensa en un nuevo estado de cosas en los tiempos mesiánicos, pues habla de cerrar las puertas del templo y de la sustitución del sacrificio tradicional de Jerusalén por una oblación pura. En este supuesto, el vaticinio de Malaquías encuadra bien en el universalismo de otras profecías en las que se habla de la entrada de los gentiles en la comunidad judía para participar de la Ley y culto de Yahvé 7. El anuncio, pues, de Malaquías es mesiánico, ya que proclama un nuevo estado de cosas desde el punto de vista cultual. La ley de la unicidad del culto será abrogada, y un nuevo culto (el profeta no especifica el modo) se extenderá por todo el universo.

La tradición cristiana ha visto el cumplimiento de esta profecía en el sacrificio de la Eucaristía y en la adoración en espíritu y en verdad" de todos los seguidores de Cristo 8.

Después de anunciar este sacrificio universalista y superior al actual del templo, el profeta vuelve a recriminar a los sacerdotes por sus mezquinos sacrificios y por la negligencia con que cumplen sus deberes rituales (aun decís: ¡Qué fastidio!).

 

1 Algunos autores antiguos de la época patrística citan el libro como "el del ángel" (cf. Tertuliano, Adi>. íud. 5; San Crisóstomo, Hom. 14 "n Ep. ad Heb.). — 2 Cf. Gen 25:225. — 3 Cf. Flavio Josefo, Ant. XIII 9:1. — 4 Sobre la doctrina del dominio de Yahvé sobre otros pueblos véase Am c.i-2; 9,?s. — 5 Sobre las cualidades de las ofrendas y víctimas del sacrificio véase Lev 22:225; Dt 15:21. — 6 Los LXX traducen: "en todo lugar se ofrece incienso a mi nombre y una oblación pura." — 7 Cf. Miq 4:1; Sof 3:9; Ag 2:7; Zac 8:20s. e-Jn 4:24.

 

 

2. Las Prevaricaciones de Judá.

 

Conminación a los sacerdotes (1-9).

1 Para vosotros, pues, ¡oh sacerdotes! es este decreto: 2 Si vosotros no escucháis y no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, dice Yahvé de los ejércitos, yo mandaré sobre vosotros la maldición y haré maldición de vuestra bendición, porque no os decidís de corazón. 3Por eso os quebrantaré él brazo y os echaré al rostro la inmundicia, la basura de vuestras solemnidades, y seréis echados donde se echa ella, 4Sabréis que yo he dado este decreto para que sea real mi pacto con Leví, dice Yahvé de los ejércitos. 5 Mi pacto con él fue "vida" y "paz," y se las di; "temor," y él me temió, y ante mi nombre se llenaba de temor,6 Tuvo en su boca doctrina de verdad y no hubo iniquidad en sus labios, anduvo conmigo en integridad y rectitud y apartó del mal a muchos, 7 pues los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría y de su boca ha de salir la doctrina, porque es un enviado de Yahvé de los ejércitos. 8 Pero vosotros os habéis apartado del camino, y habéis hecho tropezar a muchos en la Ley y habéis pervertido el pacto de Leví, dice Yahvé de los ejércitos. 9 Por tanto, también yo os he hecho a vosotros despreciables y viles para todo el pueblo, a la medida en que vosotros no habéis seguido mis caminos ni habéis tenido en cuenta mi Ley.

 

La infidelidad de la clase sacerdotal obligará a Dios a cambiarles su bendición, o situación privilegiada, en maldición (v.2). Puesto que las víctimas que le presentan son inaceptables, Yahvé les arrojará a su rostro la basura de sus solemnidades (v.5), e.d., los restos de las víctimas que se echaban al depósito de basura después de las solemnidades. Les anuncia el castigo decidido por un decreto que ha de poner de relieve el pacto con Leví (v.4). En otro tiempo Yahvé había hecho un pacto con la tribu de Leví con fines benevolentes: de vida y paz, e.d., para asegurar la protección sobre sus descendientes; y, por otra parte, el pacto que anunciaba promesas de vida y de paz incluía también amenazas de temor (v.5) en caso de que fueran infieles al pacto.

Y, de hecho, gran parte de los descendientes de Leví fueron fieles al pacto, imitando el celo del propio Leví por la gloria de Yahvé 1. Malaquías traza en los v.6-7 el ideal del sacerdocio como institución. El sacerdote debe ser un doctor de la Ley, teniendo en su boca doctrina de verdad y viviendo en rectitud e integridad, pues es un enviado de Dios. El profeta considera las funciones rituales como algo relacionado a estas exigencias fundamentales 2. Contra este programa ideal, los sacerdotes del tiempo del profeta han seguido otra conducta, basada en el egoísmo, y con su pésimo proceder han sido ocasión de que otros se desviaran de la Ley (v.8). En consecuencia, Yahvé se siente desligado del pacto que con los descendientes de Leví había sellado 3, y se desentiende de ellos, haciéndolos despreciables al pueblo (v.9).

 

Abominaciones del pueblo (10-17).

10 ¿No tenemos todos un Padre? ¿No nos ha criado a todos un Dios? ¿Por qué, pues, obrar pérfidamente unos con otros, quebrantar el pacto de nuestros padres? 11 Pérfido es Judá, y en Israel y en Jerusalén se cometen abominaciones, pues Judá profana lo consagrado a Yahvé, lo que El ama, casándose con hijas de un dios extranjero. 12 ¡Quiera Yahvé, a quien tal hace, privarle de testigo y defensor en las tiendas de Jacob 4 y de que haga (por él) ofrenda de sacrificio a Yahvé de los ejércitos! 13 Y aun hacéis esta segunda cosa: bañáis de lágrimas el altar de Yahvé — de lloros y gemidos — porque no atiende a vuestra ofrenda y no acepta de vuestras manos nada grato, 14 y preguntáis: ¿Por qué? Porque Yahvé toma la defensa de las esposas de tu juventud, a la que has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la esposa de tu alianza matrimonial. 15 ¿No los hizo para ser un solo (ser) que tiene su carne y su hálito? Y este único, ¿qué busca sino una posteridad de Dios? 5 ¡Cuidad, pues, de vuestro hálito, y no seas infiel a la esposa de tu juventud! 16 El que por aversión repudia, dice Yahvé, Dios de Israel 6, se cubre de injusticia por encima de sus vestiduras, dice Yahvé de los ejércitos! Cuidad, pues, vuestro hálito y no seáis desleales. 17 Sois pesados a Yahvé con vuestras palabras, y decís: ¿En qué le somos pesados? En decir: El que hace el mal es grato a los ojos de Yahvé y en ellos se complace. Sino: ¿Dónde está el Dios justo?

 

El profeta recuerda a sus conciudadanos la vinculación que todos tienen con Dios, su Padre, y, por tanto, de unos con otros entre sí, corno hermanos (v.10). Esta afirmación general es como una introducción a lo que sigue, pues, supuesta ella, los crímenes que se fustigan adquieren mayor maldad a los ojos de Dios. Una de las abominaciones que el profeta denuncia es la práctica de muchos judíos de casarse con extranjeras. Sabemos por los libros de Esdras y Nehemías que éste fue un grave problema que obstaculizó mucho la formación de la nueva sociedad judía con plena conciencia religiosa7.

Esta conducta es una profanación de lo consagrado a Yahvé, que no es otra cosa que el pueblo israelita como pueblo elegido. Por su vocación era algo aparte entre todos los pueblos, y por eso, al mezclarse con otros pueblos paganos, se profanaba y perdía su carácter de santo, o consagrado a Yahvé. El profeta lanza un duro anatema contra los que profanan el carácter santo de su pueblo: Quiera Yahvé, a quien tal hace, privarle de defensor y testigo en las tiendas de Jacob (v.12), e.d., sea excluido de todos los derechos civiles de la sociedad israelita. Es una verdadera excomunión, pues se le priva de la defensa jurídica. Pero, además, le desea que se le prive de sus derechos religiosos, de su derecho a ofrecer sacrificios: Quiera privarle Yahvé. de que haga ofrenda de sacrificio a Yahvé de los ejércitos.

El profeta lanza un segundo reproche contra sus contemporáneos. Estos creen que Dios es injusto al no aceptar las ofrendas que le presentan con lágrimas en el altar. La razón de ello es su perversa conducta, ya que con demasiada facilidad repudian a la esposa de su juventud (v.14). Con estas palabras parece aludir al hecho de que los judíos procuraban buscarse segundas esposas entre los extranjeros, dejando a la de su raza, que era su legítima esposa anterior.

El v.15 es extremadamente oscuro y muy diversamente interpretado según la traducción que se adopte. Supuesta la versión que hemos seguido, parece que el profeta encarece la indisolubilidad del matrimonio; al menos reacciona contra la facilidad del divorcio de su tiempo. Por ello recuerda que Yahvé hizo a los que se casan para un solo ser que tiene su carne y su hálito (o vida) (v.15a), es decir, constituyen como una unidad carnal en orden a la procreación, como a continuación se indica: y este único (ser), ¿qué busca sino una posteridad de Dios? o consagrada a Dios 8.

Lo que es claro de toda esta argumentación es la preocupación del profeta por evitar la facilidad del repudio. Así, dice que el que injustamente repudia a su mujer se cubre de injusticia por encima de sus vestiduras (v.16), e.d., hace aparecer públicamente su injusticia ante la sociedad, como si la llevara recubriendo sus propios vestidos 9. En consecuencia, el profeta invita a sus contemporáneos a ser remisos en esto: Cuidad, pues, vuestro hálito (o vida) y no seáis desleales.

El v.17 parece debe considerarse como introducción a lo que se dice en el c.3 de consolación. El profeta se hace eco de las quejas de sus compatriotas respecto de la conducta de Dios, que permite que los impíos prosperen en esta vida, como si tuviera complacencia en ellos: Sois pesados en vuestras palabras., en decir: El que hace el mal es grato a Dios (ν.17). Creen que Yahvι no es justo bendiciendo a los pecadores. Los tiempos parecen demasiado penosos para los fieles a la Ley de Dios, pues los prevaricadores que tienen relaciones con los extranjeros son los que triunfan en la vida, mientras que los buenos perecen de miseria. En efecto, después de la repatriación, la situación de los judíos fieles a su Dios fue en extremo penosa. El profeta en el c.3 les presentará a éstos un horizonte de triunfo y de gloria.

 

1 Cf. Ex 32:268. — 2 Cf. Os 4:55; Lev 10:11; Dt 31:10-13. — 3 Cf. Núm 25,c12s. — 4 Así según Hoonacker. Cantera: "Extermine Yahvé de las tiendas de Jacob a los hombres que tal hacen, ai maestro y al discípulo." — 5 Así siguiendo a la Bib. de Jér. y a Hoonacker. — 6 Bi6. de Jér.: "Yo odio el repudio, dice Yahvé, y que se extienda la injusticia sobre su vestido." — 7 Cf. Neh 6:17-19. — 8 Esta es la interpretación de Hoonacker y otros comentaristas. Hitzig cree que aquí se alude a la conducta de Abraham. Sería una objeción de los oyentes a Malaquías. Contra las prédicas de éste creían autorizarse acudiendo a la historia de Abraham, que tomó una segunda mujer: "¿Qué hizo el único (Abraham) que buscaba la posteridad de Dios?" — 9 Algunos autores, basándose en el árabe, han creído ver en la palabra testidura una alusión a la esposa misma; pero este sentido no aparece en el hebreo.

 

 

3. El Ángel Precursor.

 

El día de Yahvé (1-5).

1 He aquí que voy a enviar a mi mensajero, que preparará el camino delante de mí, y luego enseguida vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, y el Ángel de la alianza que deseáis. He aquí que llega, dice Yahvé de los ejércitos, 2 y ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién podrá mantenerse firme cuando aparezca? Porque será como fuego de fundidor y como lejía de batanero, 3 y se pondrá a fundir y depurar la plata i y a purgar a los hijos de Leví, y los acriso Jará corno al oro y la plata, \ para que ofrezcan a Yahvé oblaciones en justicia,4 Entonces agradará a Yahvé la oblación de Judá y de Jerusalén, como en los días antiguos, los años pasados,5 Y vendré con vosotros a juicio y seré testigo pronto contra los hechiceros, contra los adúlteros y los perjuros y contra los que oprimen al jornalero,a la viuda y al huérfano, y agravan al extranjero sin temor de mí, dice Yahvé de los ejércitos.

 

A la pregunta de por qué los impíos prosperan, el profeta contesta que se acerca el día de la justicia divina. La manifestación del Señor será precedida de su mensajero o ángel, que en 4:23 es identificado con Elías. El Ángel de la alianza es el mismo Señor o Yahvé, que realizará el juicio discriminador sobre los pecadores. El título de Ángel de la alianza hay que relacionarlo con las expresiones del A.T., donde aparece un ángel como instrumento de la alianza del Sinaí. Por otra parte, la expresión es paralela a la de Ángel de Yahvé, que muchas veces equivale a Yahvé mismo, manifestándose en la historia 1. En nuestro texto de Mal 3:1, la expresión Ángel de la alianza es paralela al Señor, y ha de entenderse como un epíteto explicativo aplicado a Yahvé, que va a hacer una nueva alianza con su pueblo.

El profeta anuncia la llegada de Dios, que viene a purificar a su pueblo para entrar de nuevo en relaciones más íntimas con él (v.2). Su obra depuradora se ejercerá, sobre todo, en la clase sacerdotal, los hijos de Leví (v.3), contra los que había lanzado los mayores reproches por su infidelidad. Yahvé va a actuar como fuego y como lejía para lavar y acrisolar los valores de la clase sacerdotal, de forma que subsistan sólo los que son dignos y fieles a su ministerio. Sólo así podrán presentar sus oblaciones en justicia, e.d., con las debidas disposiciones morales en consonancia con su misión. La purificación de la clase sacerdotal será seguida de la purificación de toda la sociedad judía, que estaba llena de hechiceros, adúlteros y perjuros y de opresores de los débiles y desvalidos. Es la contestación a las impaciencias de los fieles que se quejaban del triunfo de los pecadores e impíos.

 

Los diezmos y primicias para el templo (6-12).

6 Porque yo, Yahvé, no me he mudado, y vosotros, hijos de Jacob, no habéis fenecido, 7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis preceptos, no los habéis guardado. Volveos vosotros a mí y yo me volveré a vosotros, dice Yahvé de los ejércitos. Pero vosotros decís: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Puede el hombre robar a Dios? Pues vosotros me estáis robando y decís: ¿En qué te robamos? En los diezmos y en las primicias. 9 Malditos seréis de maldición, porque me estáis robando la nación toda entera, 10Traed íntegramente los diezmos al alfolí para que haya alimentos en mi casa, y probadme en esto, dice Yahvé de los ejércitos, a ver si no abro yo las esclusas del cielo y no derramo sobre vosotros la bendición sin medida. 11 Ε impedirι que la langosta os aflija, devorando los frutos de la tierra; y las viñas de los campos no os serán estériles, dice Yahvé de los ejércitos. 12 Todas las gentes os llamarán dichosos, porque seréis una tierra de delicias, dice Yahvé de los ejércitos.

 

El profeta pone en boca de Dios su carácter inmutable respecto de su pueblo en cuanto a mantener las promesas y a castigar a los culpables. Yahvé es el mismo de las promesas antiguas, pero también el controlador de su justicia (Yo no he mudado); y prueba de que Yahvé no abandona sus promesas es que los israelitas, como nación, a pesar de las muchas prevaricaciones, no han fenecido (v.6). Toda su historia ha sido una historia de prevaricación; sin embargo, Yahvé los invita a la penitencia (ν.7). Pero es necesario que cambien de conducta y no defrauden a su Dios, negándole los diezmos y primicias del templo. Las contribuciones obligatorias para el culto constituían la parte de Yahvé 2, y, por tanto, al no entregarlas, era defraudarle en sus derechos (v.8).

Es necesario que enmienden su conducta si aspiran a participar de las bendiciones de su Dios. Si de veras cumplen sus obligaciones cultuales, la tierra se verá favorecida con la lluvia y libre de las plagas de langostas, y todos los habitantes serán llamados dichosos por las gentes, ya que habitarán en una tierra de delicias (v. 10). En la nueva alianza en tiempos de Nehemías, la comunidad se comprometió a cumplir sus obligaciones de aportar los diezmos y primicias 3.

 

Dios retribuirá α los que le son fieles (13-18).

13 Vuestras palabras contra mí son insoportables, dice Yahvé. Decís: ¿Qué hemos hablado contra ti?14 Dijisteis: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha guardar sus preceptos y caminar en duelo en presencia de Yahvé de los ejércitos? 15 Ahora llamáis dichosos a los soberbios y prosperan los malhechores, y los que provocan a Dios quedan impunes! 16 He aquí lo que unos a otros se dicen los que temen a Yahvé. Y Yahvé ha prestado atención y ha oído, y ha sido presentado ante El un memorial en favor de los que temen a Yahvé y reverencian su nombre. 17 Será para mí, dice Yahvé de los ejércitos, el día en que yo me ponga a hacer posesión propia, y me llenaré de indulgencia hacia ellos, como indulgente es uno para el hijo que le sirve. 18 Entonces mudaréis de parecer, y echaréis de ver la diferencia entre el justo y el malvado, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.

 

De nuevo el profeta sale al paso de las consideraciones insultantes de los que se quejaban de la providencia de Dios al permitir la prosperidad de los impíos. Llegará pronto el día en que se hará justicia al bueno y justo, que será tratado por Dios como un hijo predilecto. La prosperidad actual de los pecadores es engañosa, porque no conocen lo que les espera. La situación actual tendrá pronto fin, y Dios retribuirá a cada uno según sus obras. Entonces los buenos mudarán de parecer sobre las permisiones de la providencia de Yahvé.

 

1 Sobre el sentido de Ángel de Yahvé en el A.T. véase F. ceuppens, Theologia Bibli~ ca: II. De Sanctissima Trinitate (Roma 1949) p.105. El P. Lagrange cree que la expresión Ángel de Yahvé aplicada a Dios es una redundancia, debida a retoques eruditos teológicos posteriores para salvar la trascendencia de Yahvé. Véase su artículo L'ange de Yahvé: RB

2 Cf. Núm 18:83.20; Dt 18,1s.

3 Cf. Neh 10:383.

 

 

4. El Castigo de los Pecadores.

 

El día de Yahvé (1-6).

1 (19) Pues he aquí que llega el día, ardiente como horno, y serán entonces los soberbios y obradores de maldad como paja, y el día que viene le prenderá fuego, dice Yahvé, de suerte que no les quedará ni raíz ni follaje. 2 (20) Mas para vosotros, los que teméis mi nombre, se alzará un sol de justicia que traerá en sus alas la salud,y saldréis y brincaréis como terneros (que salen) del establo, 3 (21) y pisotearéis a los malvados, que serán como polvo bajo la planta de vuestros pies, el día en que yo me pondré a hacer, dice Yahvé de los ejércitos. 4 (22) Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, a quien di yo en Horeb preceptos y mandatos para todo Israel,5(23)He aquí que yo enviaré a Elias el profetantes que venga el día de Yahvé, grande y terrible. 6 (24) El convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres, no sea que venga yo y entregue la tierra toda al anatema.

 

El día del juicio es purificador para Judá, pero exterminador como horno ardiendo para los pecadores (v.1/19) 1. Será el día de la gran separación entre justos y pecadores. Para los primeros, el día de Yahvé será un sol de justicia, e.d., una nueva aurora prometedora de justicia y equidad, pues traerá en sus alas la salud. El sol naciente de justicia es comparado a un ave de buen augurio que trae la salud a los justos. En Sal 139:9 se habla de las alas de la aurora. El sol era representado en los monumentos como un disco alado. Los justos triunfarán plenamente, lo que supondrá la humillación de los pecadores (v.3/21).

El v.4/22 parece glosa posterior para encarecer la observancia de la Ley mosaica. La mención del monte Horeb como lugar donde se dio la Ley a Moisés, parece insinuar que el autor alude al Deuteronomio como conjunto legal 2.

El v.23 parece un eco de 3:1, donde se habla de un ángel de Yahvé que prepara el camino del día de Yahvé, su manifestación punitiva y discriminadora. Este ángel es Elías el profeta revivió, que será el precursor del día de Yahvé, grande y terrible. Según la tradición, Elías había sido trasladado vivo en un carro de fuego al cielo. Este hecho dio origen a una expectación en torno a Elías, que se refleja en la literatura apócrifa judía, de la que participaban los discípulos de Jesús y los judíos que iban a oír la predicación de Juan en el Jordán. Los evangelistas reiteradamente dicen que esta profecía de Malaquías se cumplió en Juan el Bautista.

En efecto, según Malaquías, una de las misiones de Elías será trabajar por la reconciliación de la sociedad: convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres (v.6/24). En la mente del profeta, la misión de Elías es preparar moralmente a la sociedad antes de la aparición del día de Yahvé, para aminorar las proporciones de la catástrofe como consecuencia de la intervención justiciera de Dios sobre los pecadores: no sea que venga yo y entregue la tierra toda al anatema o exterminio.

Los evangelistas han visto el cumplimiento de la profecía en la misión de Juan el Bautista, predicando la penitencia a orillas del Jordán. San Lucas es el que nos da la verdadera clave para interpretar la misión del Bautista: "caminará delante del Señor (son palabras del ángel a Zacarías) en el espíritu y poder de Elías, para reducir los corazones de los padres a los hijos, y los rebeldes a los sentimientos de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto." 3

En Mt 11:10, Cristo dice a propósito del Bautista: "Este es de quien está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero delante de tu faz, que preparará tus caminos delante de ti." La cita es de Mal 3:1. Por otra parte, en Me 1:2 se unen las profecías de Mal 3:1 y de Is 40:3: "He aquí que envío delante de mí a mi ángel, que preparará tu camino. Voz de quien grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos."

Según Mt 11:14, Jesús declaró solemnemente que Juan "es Elías, que ha de venir." Más tarde, cuando los discípulos le ponen la cuestión concreta sobre el advenimiento de Elías, dice enigmáticamente: "Elías en verdad está para llegar y restablecerá todo. Sin embargo, yo os digo: Elías ha venido ya y no le reconocieron. Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan Bautista." Jesucristo, pues, al explicarles el misterioso advenimiento de Elías, indica que, más que de su persona, se trata de su misión de precursor, como lo había anunciado Mallaquías, y, en efecto, su misión era la de restablecer todas las cosas en orden a preparar la manifestación del Mesías. Y después recalca que el protagonista de esta misión,, que encarnó en espíritu y fuerza de Elías, ya apareció; fue el propio Bautista, que preparó los caminos del Mesías, como culminación del profetismo.

Elías, pues, ya apareció encarnado en el Bautista, y no es necesario esperar su advenimiento. En el contexto de Mal 4:5 no se trata del juicio final del mundo, sino del juicio discriminativo de Yahvé sobre justos y pecadores antes de la inauguración de la era mesiánica. Los profetas apocalípticos habían hablado de este juicio aparatoso contra las naciones paganas y contra los pecadores. El Bautista habló del bieldo en manos de Dios para purificar su era Y Jesús habló del juicio que cada uno se otorga al tomar una actitud de aprobación o reprobación de la doctrina de Jesús: "El que cree en El, no es juzgado; el que no cree, ya está juzgado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios." 4

 

1 En los LXX y Vulgata comienza un cuarto capítulo. — 2 Cf. Dt 1:6; 4:10; 5:2. — 3 Cf. Le 1:17. — 4 Jn 3:18.