Abdías.


Introducción. Capítulo único. La Justicia de Yahve.
 

 

Introducción.

 

Personalidad del profeta.

Ninguna filiación patronímica ni geográfica se da en la Biblia del profeta Abdías (en hebreo Obadyah: "siervo de Yahvé"); y su pequeño escrito — el más breve de los escritos proféticos — está lleno de oscuridades y de alusiones misteriosas, difíciles de identificar. Por eso San Jerónimo dice de este escrito: "quanto brevius est, tanto difficilius. Parvus propheta, versuum supputatione, non sensuum" l. En realidad, no es fácil su interpretación por su brevedad y estilo. Incluso se ha supuesto que su nombre sería un seudónimo para ocultar su verdadera personalidad, pero no es raro este nombre en el A. Τ. 2

 

Contenido y división del libro.

El tema general del escrito es la humillación total del orgullo de Edom, seguida del establecimiento del reino de Yahvé:

a) Juicio divino sobre Edom (1-9).

b) El pecado de Edom (10-15).

c) Instauración del reino de Yahvé (16-21).

 

La acusación general contra los edomitas se basa en que se han ensañado con los judíos cuando éstos estaban humillados y devastados por pueblos enemigos. El profeta apela a la comunidad fraternal de sangre entre Edom y Jacob para justificar la enormidad de la conducta fratricida de los edomitas.

 

Fecha de composición y autenticidad.

En el librito de Abdías se alude a una serie de hechos concretos, que son los únicos datos posibles para poder localizar la época de composición del mismo. Así, se supone que Jerusalén ha sido invadida por los extranjeros y que sus habitantes huyen de la ciudad 3; que Edom se unió a los invasores en el saqueo general4; que Israel y Judá están en la cautividad, y que Edom se siente segura; pero el profeta anuncia que será arruinada por sus antiguos enemigos5.

Los autores se dividen al localizar históricamente todos estos datos. Así, podemos distinguir dos hipótesis: a) la que supone que el libro es anterior al exilio babilónico 6. Abdías, en este caso, habría predicado en tiempos de Joram de Judá (849-842), durante cuyo reinado su tierra fue invadida por los filisteos y árabes7. Para probar esta tesis, suponen que Joel y Jeremías conocen la profecía de Abdías 8. Otra hipótesis, más común hoy día, es que Abdías es posterior al destierro, pues los hechos aludidos sobre la invasión de Jerusalén por los extranjeros y el mal trato dado por los edomitas a los judíos vencidos se explican mejor en el supuesto de que se refiera a la destrucción de Jerusalén por los babilonios (587-86), con cuya ocasión los edomitas hicieron causa común con los vencedores en la conculcación de los vencidos 9.

 

Autenticidad y unidad de autor.

Los críticos han encontrado muchas diferencias de perspectiva histórica y aun literarias entre la primera parte (1-15b) y la segunda (15a-21). En aquélla, el castigo sobre Edom se presenta como realidad histórica pasada, mientras que en la segunda parte se habla de un juicio sobre las naciones, entre las que está Edom, y esto como un hecho futuro. Los edomitas serán entonces totalmente exterminados, mientras que en la primera profecía se habla de una humillación cumplida.

Y, sobre todo, en la segunda parte el castigo afecta a todos los pueblos, mientras que en la primera sólo a Edom. En la primera, los instrumentos de la justicia divina contra Edom son las naciones paganas aliadas, mientras que en la segunda parte el instrumento de la justicia divina sobre Edom es el propio Israel, cuyo furor vengador se extenderá a otras naciones.

Por estas razones, no pocos autores creen que la segunda parte, de tipo apocalíptico, es una adición posterior a la primera profecía de Abdías. Como en esta primera parte se supone a los edomitas ya expulsados de su territorio y ocupada su capital-refugio, Petra, se cree que el autor es del siglo IV 10. La parte apocalíptica sería posterior, cuando los judíos aún no poseíam Efraím, Samaría ni Galaad.

 

1 San Jerónimo, Comm. in Abd. i: PL 25:1100 (1153). — 2 Cf. 1 Re 18:3. La Vg transcribe Abdías. Los LXX, según los códices, Abdías u Obdías, que es más conforme al TM. — 3 Abd 11-14. . — 4 Abd 10-14. — 5 Abdi-Q. — 6 Es la opinión de Knabenbauer, Kaulen-Hoberg, Vigouroux, Theis, Cornely-Hagen, Kutal, Orelli, Bruston, Keil. — 7 Cf. 2 Grón 21:16. — 8 Cf. Abd ib y jer 49:14; Abd 2 y Jer 49:15; Abd 4 y Jer 49:16; Abd n y Jl 3:3; Abd 15 y Jl 1:15; Abd 17 y Jl 2:32 (3:5). Parece mejor suponer que Abdías depende de éstos. — 9 Cf. Ez 35:1-15; Lam 4:21; Sal 137 (136),7· — 10 Según Diodoro De Sicilia (XIX 94), Petra fue tomada a los edomitas en 312 a.C. Sostienen la fecha postexílica de composición de Abdías: Halevy, Tobac, Hoonacker, Chaine, Sellin, Robinson, Smith, Holscher.

 

 

Capítulo único. La Justicia de Yahvé.

 

Vaticinio sobre la ruina de Edom (1-9).

1 Visión de Abdías: Así dice de Edom el Señor, Yahvé: Hemos oído de parte de Yahvé un rumor, y un heraldo ha sido enviado a las gentes: ¡Arriba! ¡Alcémonos en guerra contra él! 2He aquí que te he hecho pequeño entre las gentes, eras sobremanera despreciable. 3El orgullo de tu corazón te ha engañado. Quien habita en las cavernas de las rocas y cuya morada son las alturas, se dice a sí mismo: ¿Quién me hará bajar a tierra ? 4Pues aunque te subas tanto como el águila y pongas en las estrellas tu nido, yo te derribaré — oráculo de Yahvé —. 5Si vinieran a ti de noche ladrones, ¿no se llevarían lo que necesitaran? Si vinieran vendimiadores a vendimiarte, ¿no dejarían rebusco? 6¿Cómo has sido saqueado! ¡Cómo está Esaú de hollado y de rebuscados sus escondrijos! 7 Hasta la frontera todos tus aliados te arrojaron. Te cercaron, te derrotaron tus amigos. I Tus asociados pusieron trampas debajo de ti 2. No hay en él cordura. 8 ¿No haré yo aquel día — oráculo de Yahvé — desaparecer de Edom los sabios, y del monte de Esaú la prudencia? 9 Tus guerreros, ¡oh Teman! se sobrecogerán de terror para que todo varón sea exterminado de las montañas de Esaú.

 

Nada se dice en el título sobre la personalidad de Abdías ni de la época en que profetizó. El vaticinio empieza ex abrupto, con lo que la impresión es más fuerte en el lector. El profeta se hace eco de un mensaje divino (Hemos oído un rumor de parte de Yahvé (v.1) relativo a un ataque de las gentes contra Edom. Para dramatizar más la situación, presenta a un heraldo convocando a todos los pueblos al ataque: Alcémonos en guerra contra él. Las gentes, al atacar a Edom, no hacen sino cumplir un designio divino de castigar y humillar su poderío: Te he hecho pequeño entre las gentes. sobremanera despreciable (v.2).

Para dar mayor efectividad al vaticinio, se presenta ya el hecho como cumplido. Yahvé ha querido humillar a Edom precisamente por su insolencia y el orgullo de su corazón (v.3) al considerarse inexpugnable en su pétrea orografía. La capital de Edom era Petra (en hebreo Selah), verdadera fortaleza natural, ya que está excavada en roca viva 3; sus habitantes habitaban materialmente en las cavernas de las rocas, en cimas difícilmente accesibles (cuya morada son las alturas). Militarmente, el territorio de Edom parecía inexpugnable; de ahí el sentimiento de autosuficiencia de la nación: ¿Quién me hará bajar a tierra? Pero de nada le servirán sus nidos de águila, ya que la mano de Yahvé es poderosa para derribarlos (v.4)4.

La ruina de la nación será completa fuera de toda medida. La catástrofe que se avecina no se puede comparar a la incursión de unos ladrones que roban sólo lo que necesitan (v.5). Quedará más asolada que una viña después de la vendimia, pues después de ésta siempre queda un rebusco, mientras que la ruina que Yahvé va a traer sobre Edom la dejará totalmente desolada: ¡Cómo has sido saqueado! ¡Cómo esta Esaú de hollado! (v.6). Los enemigos invasores de Edom no se marcharán hasta que hayan rebuscado sus escondrijos 5.

Y, para mayor escarnio, los que causarán esta ruina serán los que antes eran considerados como sus aliados (ν.7). El profeta probablemente alude a tribus αrabes invasoras que en otro tiempo fueron auxiliares de los edomitas contra los países vecinos. En el siglo IV a.C. las tribus nabateas se establecieron en el territorio de Edom, suplantando la nacionalidad de los edomitas, de tal forma que éstos tuvieron que emigrar al sur de Palestina: Hasta la frontera todos los aliados te arrojaron.

El exterminio de Edom traerá como consecuencia la desaparición de los sabios renombrados en la antigüedad (v.8) 6. Es el día de la manifestación de la ira divina, y por eso nada tendrán que hacer sus guerreros (v.9). Teman, una de las famosas ciudades de Edom, simboliza aquí a todo el reino edomita, castigado por la justicia divina. Otra denominación paralela es la de montañas de Esaú, que alude al mismo tiempo al carácter montañoso del país y a la procedencia de los edomitas del antepasado-epónimo Esaú (Edom), hermano de Jacob.

 

Venganza de la cruel conducta de los edomitas contra los israelitas (10-16).

10 Por la mortandad, por la violencia infligida contra tu hermano Jacob, te cubrirá la vergüenza y serás extirpado para siempre. 11 El día en que, estando tú presente, el día en que los extranjeros saqueaban sus riquezas y los extraños penetraban por sus puertas y echaban suertes sobre Jerusalén, fuiste también tú uno de tantos. 12 No contemples el día de tu hermano, el día de su desastre. No te goces de los hijos de Judá el día de su perdición. No profieras arrogancias con tu boca el día de la tribulación. 13 No entres por las puertas de mi pueblo el día de su ruina ni te estés contemplando su desgracia el día de su desastre. No tiendas las manos sobre sus riquezas el día de su ruina. 14 No te pongas en la encrucijada para exterminar a los fugitivos. No entregues sus evadidos el día de la tribulación. 15 Porque se acerca el día de Yahvé para todos los pueblos. Como hiciste, así te harán a ti; tu merecido caerá sobre tu cabeza. 16 Como bebisteis vosotros (mi copa), los de mi monte santo, así beberán siempre todas las gentes. Beberán y sorberán, y serán como si no hubieran sido.

 

El profeta echa en cara a Edom sus crímenes e injusticias cometidas contra su hermano Jacob (Israel) (v.10). Con ocasión de la destrucción de Jerusalén por los babilonios, los habitantes de Edom — ávidos de revancha contra Judá, al que habían estado sometidos — se unieron a los invasores en el despojo y en la mortandad de los vencidos. Abdías les aconseja no participar en este ultraje, porque también para ellos llegará la hora del castigo. Aunque el profeta supone ya los hechos ocurridos, por artificio literario los presenta como futuros para preparar el anuncio de la ruina de Edom7. Los edomitas llegaron a exterminar a los fugitivos de Judá8. Esta conducta cruel tendrá su merecida retribución (v.15). Todas las gentes tendrán que beber el cáliz de la cólera divina, como en otro tiempo lo hicieron los judíos, moradores de su monte santo (la colina de Sión) 9. Tantos crímenes no pueden quedar impunes.

 

La restauración gloriosa de Sión (17-21).

17 Pero en el monte de Sión habrá una porción salvada, y será santa, y la casa de Jacob despojará a los que la despojaron. 18 La casa de Jacob será el fuego, la casa de José será la llama y la casa de Esaú será la paja. La encenderán aquéllos y los devorarán, y no quedará superviviente de la casa de Esaú, porque Yahvé ha hablado. 19 Ocuparán los del Negueb la montaña de Esaú, y los de la "Sefela" (el país de los filisteos, y ocuparán la campiña de Efraím y el campo deSamaría; y los de Benjamín, a Galaad 10; 20 y los cautivos de este ejército de los hijos de Israel ocuparán (el país) de los cananeos hasta Sarepta 11, y los cautivos de Jerusalén que están en Sefarad ocuparán las ciudades del mediodía, 21 Subirán salvadores al monte de Sión para juzgar la montaña de Esaú, y a Yahvé pertenece el imperio!

 

Realizado el juicio punitivo sobre las naciones, sobre todo sobre Edom, se iniciará el período glorioso de Israel. Yahvé se reservará una porción salvada o rescatada de las ruinas. Será el resto glorioso, núcleo de restauración de la futura teocracia que tendrá su sede en el monte de Sión, que será santo, porque volverá a vivir en él Yahvé, y porque sus ciudadanos serán santos o consagrados a Dios como heredad de bendición (v.17). Por otra parte, hará que el pueblo israelita tome su revancha sobre sus tradicionales enemigos los edomitas. La casa de Jacob y la casa de José parecen designar, respectivamente, al reino del norte, Israel, y el del sur, Judá. José era el padre de Efraím, la tribu principal del reino del norte. De nuevo las doce tribus se unirán y serán como un fuego abrasador sobre la casa de Esaú (Edom), que será consumida como paja (v.18).

Los confines del antiguo reino davídico volverán a restaurarse: Los del Negueb, e.d., los judíos habitantes del sur de Palestina, ocuparan la montaña de Esaú, la región de Edom que se extiende al este del Araba. Los de la Sefela, e.d., la región que, paralela a la costa, se extendía desde la zona montañosa hasta la llanura costera, ocuparán el (país) de los filisteos, e.d., la parte occidental de Palestina, juntamente con la campiña de Efraím y de Samaría, es decir, la parte central de Palestina; y los de Benjamín, tribu al norte de Jerusalén, ocuparán la parte de Galaad, en el nordeste de Transjordania. El profeta, pues, acaba de anunciar que los israelitas, dispersos en la tierra de Palestina, ensancharán sus fronteras hasta volver a reconstruir el imperio de los tiempos de David y de Salomón.

A continuación su mirada se dirige a los de la Diáspora, exilados en las más lejanas naciones. Parte de ellos ocuparán la región de los cananeos hasta Sarepta (ν.20), ο parte septentrional de Palestina, colindante con Fenicia 12. Y otra parte procedente de Sefarad ocupará el Mediodía, o sur de Palestina. ¿Qué localidad es esta de Sefarad? Los LXX traducen Efrata, lo que no hace sentido. La Vg, Bosforo. San Jerónimo nos dice que un judío le dijo que era la región donde Adriano había deportado a muchos judíos. En el Siríaco, el Targum y en la literatura rabínica de la Edad Media se identificaba con España (de ahí el nombre de sefarditas dado a los judíos de procedencia hispánica, en contraposición a los askenazim del centro de Europa).

Algunos autores han creído identificar Sefarad con la Shaparda (en el Asia Menor: Sardis?) de las inscripciones persas y aun con Esparta. Generalmente se cree hoy día que Sefarad designa una localidad mesopotámica, que pudiera ser la Shaparda de las inscripciones cuneiformes del tiempo de Sargón, que se hallaba al sudoeste de Media, cerca de Babilonia. Desde luego, la mención de los cautivos de Jerusalén parece favorecer esta opinión, ya que sabemos que los habitantes de Jerusalén fueron llevados en cautividad a Mesopotamia por Nabucodonosor 13.

El profeta anuncia solemnemente la repatriación de los exilados, que volverán como salvadores o héroes 14 al monte de Sión (v.21), para desde allí regir y juzgar la montaña de Esaú, o Edom, símbolo de las naciones paganas, que se convertirán en vasallos del pueblo elegido, porque a Yahvé pertenece el imperio. Es la hora de Yahvé, que inaugura su reinado universal sobre los pueblos, con Jerusalén como capital. El pueblo judío será el primogénito entre todos los de la tierra, quedando así compensado de todas sus aflicciones pasadas.

 

1 "Cómo has sido saqueado" está traspuesto del verso anterior, pues en el lugar actual interrumpe el sentido. — 2 Tus asociados, reconstrucción a base de un ligero cambio de letras. — 3 Cf. Jer 49:15; Gant 2:14. — 4 Cf. Jer 49:16. 3 Cf. Jer 49:9-6 Cf. Job. 2:11. — 7 Cf. Ez 2S,is. — 8 Cf. Ez 25:5. — 9 Sobre el cáliz de la cólera divina cf. Jer 25,i5s; 27:28. — 10 Algunos autores prefieren leer (suprimiendo la part. et): "Efraím poseerá la región de Samaría." Cf. S. Bullough, Verbum Dei II p.?2g. — 11 La traducción que hemos adoptado sigue la versión de los LXX y la Vg. La Bib. de Jér. sigue la versión de los LXX. — 12 El TM está oscuro y parece que falta el nombre de una localidad paralela a la de Se-farad. — 13 Sobre la localización de Sefarad véase la revista Sefarad (1944) 349S, y Shrader, Die Keilinschriften und das Alte Testament 2.a ed. (1883) p.446s. — 14 Cf. Jue3:9.15.