EL PAPA EN SAVONA Y GÉNOVA
 

VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova - “El ejemplo de serena firmeza dado por el Papa Pío VII nos invita a conservar inalterada en las pruebas la fe en Dios, concientes de que Él, aunque permite que existan momentos difíciles para la Iglesia, no la abandona jamás”

VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova — “Que el Instituto Gaslini sea un auténtico ‘santuario de la vida’ y un ‘santuario de la familia’, donde junto a la profesionalidad los trabajadores de cada sector unan afecto y atención por la persona”

VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova — “Cada unos de vosotros, queridos jóvenes, si permanece unido a Cristo y a la Iglesia puede realizar grandes cosas”

VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova — En el Ángelus recuerda a todos los misioneros que salieron del puerto de Génova para América y para otras tierras lejanas y la Conferencia sobre las bombas de racimo

VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova — “Es necesario que cultivemos el mismo espíritu misionero que animó a San Pablo con una constante formación espiritual, ascética y pastoral”

 

VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova - “El ejemplo de serena firmeza dado por el Papa Pío VII nos invita a conservar inalterada en las pruebas la fe en Dios, concientes de que Él, aunque permite que existan momentos difíciles para la Iglesia, no la abandona jamás”

Savona (Agencia Fides) - En la tarde del sábado 17 de mayo, el Santo Padre Benedicto XVI inició su visita pastoral a Savona y Génova con un homenaje a la Virgen Santísima en el Santuario de Nuestra Señora de la Misericordia en Savona. El Papa, después de detenerse un momento en adoración al Santísimo Sacramento, bajó a la cripta del Santuario para el acto de veneración y oración a la Virgen, ofreciéndole al final una rosa como recuerdo de la visita. Luego se trasladó a la “Piazza del Popolo”, en el centro de la ciudad, donde recibió el saludo del Alcalde y presidió la Santa Misa en la solemnidad de la Santísima Trinidad.
“¡En esta solemnidad - dijo Benedicto XVI en su homilía - la liturgia nos invita a alabar a Dios no simplemente por haber realizado maravillas, sino por cómo es Él; por la belleza y la bondad de su ser, del que se desprende todo su actuar. Estamos invitados a contemplar, por decir así, el Corazón de Dios, su realidad más profunda, que es aquella de ser Unidad en la Trinidad, suma y profunda Comunión de vida y amor”.
El Papa, seguidamente, evocó la aparición de la Virgen María, que se presentó como “Madre de la Misericordia” a un campesino hijo de esta tierra, el 18 de marzo de 1536. “María no hablaba de sí misma, no habla nunca de sí misma, sino siempre de Dios - continuó el Santo Padre -, y lo hizo con este nombre tan antiguo y siempre nuevo: misericordia, que es sinónimo de amor, de gracia. Aquí está toda la esencia del cristianismo, porque es la esencia de Dios mismo. Dios es Uno en cuanto es todo y sólo Amor, y porque es Amor es apertura, acogida, diálogo; y en su relación con nosotros, hombres pecadores, es misericordia, compasión, gracia, perdón”.
En el versículo del Evangelio de Juan proclamado hace unos momentos - “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16) - se evidencia toda la obra de la Santísima Trinidad: “el Padre que pone a nuestra disposición aquello que más ama; el Hijo que, adhiriéndose a la voluntad del Padre, se despoja de su gloria para donarse a nosotros; el Espíritu que brota del abrazo divino para irrigar los desiertos de la humanidad. Por esta obra de su misericordia, Dios, disponiéndose a asumir nuestra carne, ha querido necesitar del ‘sí’ humano, del ‘sí’ de una mujer que se convirtiera en la Madre de su Verbo encarnado, Jesús, el rostro humano de la divina misericordia. María se convierte así y permanece para siempre como ‘Madre de la Misericordia’.”
“En el curso de la historia de la Iglesia - prosigue el Papa -, la Virgen María no ha hecho otra cosa que invitar a sus hijos a volver a Dios, a confiarse a Él en la oración, a llamar con confiada insistencia a la puerta de su Corazón misericordioso. En verdad, Él no desea otra cosa que derramar sobre el mundo la sobreabundancia de su Gracia... Mi visita a Savona, en el día de la Santísima Trinidad, es antes que nada una peregrinación, por medio de María, hacia las fuentes de la fe, de la esperanza y del amor. Una peregrinación que es además memoria y homenaje a mi venerado predecesor Pío VII, cuya dramática vicisitud está indisolublemente ligada a esta ciudad y a su Santuario mariano”.
Benedicto XVI renovó luego el reconocimiento de la Santa Sede y de toda la Iglesia “por la fe, el amor y la valentía” con los que los habitantes de Savona sostuvieron al Papa en su obligada residencia, impuesta por Napoleón Bonaparte, en esta ciudad... aquella página oscura de la historia de Europa se ha convertido, por la fuerza del Espíritu Santo, en una historia rica de gracias y de enseñanzas, también para nuestros días. Ella nos enseña la valentía en el afrontar los desafíos del mundo: materialismo, relativismo, laicismo, sin ceder jamás a compromisos, dispuestos a pagar con nuestra propia vida con tal de permanecer fieles al Señor y a su iglesia. El ejemplo de serena firmeza dado por el Papa Pío VII nos invita a conservar inalterada en las pruebas la fe en Dios, concientes de que Él, aunque permite que existan momentos difíciles para la Iglesia, no la abandona jamás”.
El Pontífice alentó a siempre tener fe “en los instrumentos de la gracia que el Señor pone a nuestra disposición en cada situación... ante todo en la oración: la oración personal, familiar y comunitaria”. Benedicto XVI exhortó luego a las familias jóvenes a experimentar, desde los primeros años de matrimonio, “un estilo simple de oración doméstica, favorecido por la presencia de hijos pequeños”, e invitó a las parroquias y asociaciones “a darle tiempo y espacio a la oración, ya que las actividades son pastoralmente estériles si no están precedidas, acompañadas y sostenidas constantemente por la oración”.
Por otra parte, el Santo Padre resaltó el valor del Día del Señor: “el Domingo debe redescubrir sus raíces cristianas a partir de la celebración del Señor Resucitado, encontrado en la Palabra de Dios y reconocido en la fracción del Pan eucarístico. Y también el Sacramento de la Reconciliación requiere ser revalorizado como medio fundamental para el crecimiento espiritual y para poder afrontar con fuerza y coraje los retos actuales. Junto con la oración y los sacramentos, otros instrumentos indispensables para el propio crecimiento son las obras de caridad realizadas con una fe viva”.
En la parte conclusiva de su homilía, el Papa Benedicto XVI dirigió un pensamiento particular a los detenidos y al personal del Instituto penitenciario “San Agustín” de Savona, y a los enfermos que están en los Hospitales, casas de reposo o en casas privadas. A los sacerdotes expresó su aprecio por “el trabajo silencioso y la delicada fidelidad” con la que lo desarrollan, y los exhortó a “ir en busca de la gente, como hacía el Señor Jesús: visitando a las familias, acercándose a los enfermos, dialogando con los jóvenes, haciéndose presentes en todo ambiente de trabajo y de vida”. A los religiosos y religiosas recordó que “el mundo necesita de su testimonio y de su oración”.
A los jóvenes el Papa dirigió un especial y caluroso saludo: “Queridos amigos, poned vuestra juventud al servicio de Dios y de los hermanos. Seguir a Cristo comporta siempre la valentía de ir contra corriente. Pero vale la pena: es éste el camino para la verdadera realización personal y por ello para la verdadera felicidad... Es por ello que os aliento a tomaros en serio el ideal de la santidad... Queridos jóvenes, ¡no tengáis miedo de comprometer la vida en decisiones valientes, no vosotros solos, naturalmente, sino con el Señor!”. El Santo Padre concluyó su homilía expresando su deseo de que “la fe en el Dios Uno y Trino infunda en cada persona y en cada comunidad el fervor del amor y de la esperanza, la alegría de amarse como hermanos y de ponerse humildemente al servicio del prójimo”.
Al término de la Celebración Eucarística, el Santo Padre se dirigió al Obispado de Savona, donde visitó de manera privada las habitaciones en las que vivió el Papa Pío VII, prisionero de Napoleón, en los años 1809-1812. Luego, habiéndose despedido de las Autoridades, partió en helicóptero de regreso a Génova. (S.L.) (Agencia Fides 19/5/08; líneas 80, palabras 1232)


VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova — “Que el Instituto Gaslini sea un auténtico ‘santuario de la vida’ y un ‘santuario de la familia’, donde junto a la profesionalidad los trabajadores de cada sector unan afecto y atención por la persona”

Génova (Agencia Fides) - A las 9 de la mañana del domingo 18 de mayo el Santo Padre Benedicto XVI visitó en forma privada el Santuario de la Virgen de la Guardia en Cerànesi-Campomorrone. Después de la adoración del Santísimo Sacramento el Papa rezó ante la imagen de la Virgen, depositando una rosa de oro a sus pies en recuerdo de su visita. Seguidamente se traslado al Hospital “Gaslini” donde se detuvo unos momentos en el Pabellón 16 saludando a los niños y a sus padres y entregándole al Capellán un regalo para los pequeños internos para a continuación dirigirse a la plaza de ingreso del hospital para el encuentro con los dirigentes, el personal médico, los enfermeros y los niños internados y sus familiares.
‘El Gaslini nació gracias al corazón generoso de un benefactor, el industrial y Senador Gerolamo Gaslini, quién dedicó esta obra a su hija fallecida con apenas 12 años, y ahora es parte de la historia de caridad que ha hecho de Génova una ‘ciudad de caridad cristiana” —afirmó el Santo Padre en su discurso—. También hoy día la fe inspira a muchas personas de buena voluntad gestos de amor y de apoyo concreto a este Instituto, que con justo orgullo los Genoveses lo consideran como un patrimonio precioso. Agradezco a todos y os aliento a continuar.”
Dirigiéndose a los médicos, investigadores, personal paramédico y administrativo así como a los capellanes, voluntarios y a cuantos se ocupan de la asistencia espiritual de los pequeños huéspedes y de sus familiares, el Papa subrayó su esfuerzo conjunto por “hacer que el Instituto Gaslini sea un auténtico ‘santuario de la vida’ y un ‘santuario de la familia’ donde junto a la profesionalidad los trabajadores de cada sector unan afecto y atención por la persona. La decisión del Fundador, por la cual el Presidente de la Fundación tiene que ser el Arzobispo pro tempore de Génova, manifiesta la voluntad de que la inspiración cristiana del Instituto nunca decaiga y que todo se sostenga en los valores evangélicos”. Citando la voluntad del Fundador, Benedicto XVI recordó que “irradiar el bien a través del afectuoso cuidado a los pequeños enfermos es el fin de este hospital”, deseando que “este excelente Instituto Pediátrico continúe a desarrollarse tecnológicamente, en la atención y en los servicios; pero también en extender cada vez más los horizontes en esa óptica de positiva globalización por la que se reconocen los recursos, los servicios y las necesidades creando y reforzando una red de solidariedad tan urgente y necesaria en la actualidad”.
Para que este lugar de salud sea cada vez más un “lugar de esperanza” no es suficiente basarse sólo en las especialidades en campo pediátrico, por las que es muy estimado y reconocido, sino que “es indispensable que esta esperanza sea sostenida por una visión más alta de la vida, que permita al científico, al médico, al profesional, al asistente, a los mismos padres, empeñar todas sus capacidades, sin ahorrar esfuerzos, para obtener los mejores resultados que la ciencia y la técnica pueden ofrecer hoy, en el campo de la prevención y de la cura. Es así que se hace presente el pensamiento de la silenciosa presencia de Dios, que acompaña casi imperceptiblemente al hombre en su largo camino en la historia. La verdadera esperanza ‘confiable’ es sólo Dios, que en Jesucristo y en su Evangelio nos abre en el futuro la oscura puerta del tiempo”.
Después de haber recordado la predilección de Jesús por los niños, como nos lo recuerda el Evangelio, el Santo Padre se dirigió a los niños internados en el hospital: “El Papa os quiere mucho. Veo también a vuestros familiares, que comparten con vosotros momentos de trepidación y de esperanza. Tened por cierto: Dios nunca nos abandona. Permaneced unidos a El y no perderéis nunca la serenidad, ni siquiera en los momentos más oscuros y complejos. Os aseguro mi oración y os confió a María Santísima”. (S.L.) (Agencia Fides 19/5/2008; líneas 47, palabras 695)


VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova — “Cada unos de vosotros, queridos jóvenes, si permanece unido a Cristo y a la Iglesia puede realizar grandes cosas”

Génova (Agencia Fides) - El domingo 18 de mayo después de visitar el Hospital “Gaslini”, el Papa tuvo un encuentro con los jóvenes en la Plaza Matteotti de Génova. “¡Vosotros sois la juventud de Génova! ¡Os abrazo con el corazón de Cristo! Afirmó el Papa al inicio de su discurso agradeciendo también el trabajo de preparación “no sólo exterior sino sobre todo espiritual”.
“Es hermoso ser joven y hoy todos quieren ser jóvenes, permanecer jóvenes y se disfrazan de jóvenes, aún cuando el tiempo de la juventud ha pasado ya, visiblemente pasado” subrayó el Santo Padre que quiso responder inmediatamente después a la pregunta “¿Por qué es hermoso ser joven?”. “La juventud tiene todo el tiempo por delante, todo es futuro, tiempo de esperanza. El futuro está lleno de promesas —afirmó el Papa—. Sin embargo, hoy, para muchos está lleno de amenazas, sobre todo sienten la amenaza de un gran vacío. Por eso quieren detener el tiempo por miedo a un futuro en el vacío. Quieren consumir toda la belleza de la vida en un instante y así el aceite de la lámpara ha sido ya consumido cuando la vida está aún por comenzar”.
Frente a ello el Santo Padre subrayó la importancia de saber elegir: “Quién ha escogido a Dios, también en la vejez tendrá un futuro sin fin y sin amenazas delante de si. La primera elección fundamental tiene que ser Dios, el Dios que se ha revelado en su Hijo Jesucristo, y es a la luz de esta opción que se nos ofrece al mismo tiempo una compañía en este camino, una compañía confiable que no nos deja nunca. A la luz de esta elección es que se encuentran los criterios para las otras opciones necesarias”.
El Papa les recordó a los jóvenes que Jesús “es el Amigo que no traiciona nunca, fiel hasta dar su vida en la cruz... sólo Él puede disipar vuestras preocupaciones y temores y colmar vuestras expectativas”. Continuando con su discurso el Papa alentó a cultivar la vida espiritual a través de la cual se pueden encontrar con Jesús, el “Rostro concreto de Dios”. “Pero —preguntó el Papa— ¿cómo se puede amar lo que no se conoce? El conocimiento impulsa al amor y el amor estimula el conocimiento. Es así también con Cristo. Para encontrar el amor con Cristo, para encontrarlo realmente como compañero de nuestra vida, debemos sobre todo conocerlo... es importante no reducirnos a la superficialidad de aquellos que han escuchado algo de Él —que era una grande personalidad etc.— sino instaurar una relación personal para conocerlo realmente. Para esto es necesario conocer la Escritura, sobre todo los Evangelios, donde el Señor habla con nosotros... Este diálogo con el Señor en la Escritura debe ser no sólo un diálogo individual sino también comunitario, en la gran comunión de la Iglesia, donde Cristo está siempre presente, en la comunión de la liturgia, en el encuentro personalísimo de la Santa Eucaristía y en el sacramento de la Reconciliación... Sólo así, conociendo personalmente a Jesús, podremos también comunicar esa amistad a los demás”.
Al final del encuentro el Santo Padre entregó a algunos jóvenes el Evangelio como signo de un mandato misionero. Anticipando este gesto, en la homilía el Santo Padre afirmó: “Id y anunciad, queridos jóvenes, en los ambientes de la vida, en las parroquias, en los barrios más difíciles, en las calles! Anunciad a Cristo Señor esperanza del mundo. Permaneced Unidos pero no cerrados. Sed humildes pero no pávidos. Sed simples pero no ingenuos. Sed reflexivos pero no complicados. Entrad en diálogo con todos, pero sed vosotros mismos. Permaneced en comunión con vuestros pastores: son ministros del Evangelio, de la divina Eucaristía, del perdón de Dios. Son para vosotros padres y amigos, compañeros en vuestro camino. Vosotros tenéis necesidad de ellos, y ellos —todos nosotros— tenemos necesidad de vosotros. Cada uno de vosotros, queridos jóvenes, si permanece unido a Cristo y a la Iglesia puede realizar grandes cosas” (S.L.) (Agencia Fides 19/5/2008; líneas 46, palabras 685)


VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova — En el Ángelus recuerda a todos los misioneros que salieron del puerto de Génova para América y para otras tierras lejanas y la Conferencia sobre las bombas de racimo

Génova (Agencia Fides) - Al final de encuentro con los jóvenes, el Santo Padre Benedicto XVI guió la oración del Ángelus el domingo 18 en la plaza Matteotti en Génova. Al iniciar la oración mariana el Santo Padre recordó su visita al Santuario de Nuestra Señora de la Guardia, siguiendo las huellas de sus predecesores Benedicto XV y Juan Pablo II.
El Papa invocó la maternal asistencia de la Virgen de la Guardia sobre toda la Comunidad Diocesana: “A Ella le pedimos cuidar, de manera particular, a los enfermos y a los que sufren y de hacer que fructifiquen las iniciativas misioneras que se están preparando, para llevar el anuncio del Evangelio a todos. A María le confiamos toda la Ciudad, con su variada población, sus actividades culturales, sociales y económicas; los problemas y los desafíos de estos tiempos y el compromiso de cuantos colaboran con el bien común”.
Contemplando la Liguria, “cubierta de iglesias y de santuarios marianos” Benedicto XVI agradeció a Dios “por la fe robusta y tenaz de las generaciones pasadas” y recordó que “Liguria y especialmente Génova son desde siempre tierra abierta al Mediterráneo y a todo el mundo: ¡cuántos misioneros han salido de este puerto para América y otras tierras lejanas! ¡Cuánta gente ha emigrado desde aquí a otros países, pobre quizá, de recursos materiales, pero rica de fe y valores humanos y espirituales, que han transplantado en los lugares de destino! Que María, estrella de la esperanza, siga guiando el camino de los genoveses, especialmente de las nuevas generaciones, para que sigan, con su ayuda la justa ruta del mar muchas veces tempestuoso de la vida”.
Después de la oración mariana del Ángelus, el Santo Padre recordó la Conferencia sobre las municiones a racimo con estas palabras: “Quisiera ahora recordar un importante evento que tendrá inició mañana en Dublín: La Conferencia diplomática sobre las municiones a racimo, convocada con el fin de producir una Convención que prohíba estos mortíferos artefactos. Espero que gracias a la responsabilidad de todos los participantes se llegue a crear un instrumento internacional fuerte y creíble: es necesario remediar los errores del pasado y evitar que se repitan en el futuro. Acompaño con mi oración a las víctimas de las municiones de racimo y a sus familiares, así como a todos los que participan en la Conferencia, formulando mis mejores deseos de éxito”. (S.L.) (Agencia Fides 19/5/2008; líneas 30, palabras 430)



VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Savona y Génova — “Es necesario que cultivemos el mismo espíritu misionero que animó a San Pablo con una constante formación espiritual, ascética y pastoral”

Génova (Agencia Fides) - Después del encuentro con los jóvenes y el rezo del Ángelus en la genovesa Plaza Matteotti el domingo 18 de mayo, Benedicto XVI se dirigió a la catedral de San Lorenzo, que guarda las reliquias de San Juan Bautista, para reunirse con el Capítulo de la Catedral y los consagrados. “En los pasados siglos —afirmó el Santo Padre en su discurso—, la Iglesia de Génova ha conocido una rica tradición de santidad y de servicio generoso a los hermanos, gracias a las obras de celosos sacerdotes, religiosos y religiosas de vida activa y contemplativa... Pero también hoy, a pesar de las dificultades por las que atraviesa la sociedad, la pasión evangelizadora es fuerte en vuestras comunidades. En particular ha crecido el deseo común de estrechar relaciones cada vez más fraternas para colaborar en la acción misionera promovida en toda la archidiócesis.”
En particular el Santo Padre indicó como ejemplo para los religiosos y religiosas al apóstol Pablo, “del que nos preparamos a celebrar un jubileo especial, con ocasión del bimilenario de su nacimiento”. “Es necesario que cultivemos el mismo espíritu misionero que animó a San Pablo —exhortó el Pontífice— con una constante formación espiritual, ascética y pastoral. Es necesario sobre todo que lleguemos a ser ‘especialistas’ de la escucha de Dios, y ejemplos creíbles de una santidad que se traduzca en fidelidad al Evangelio sin ceder al espíritu del mundo”.
El Pontífice agradeció a todas las personas consagradas por su presencia, exhortándolas a confiar, “a pesar de la disminución de los números y de las fuerzas”, en cuanto “nuestros tiempos no son los de Dios y su Providencia”. Y añadió: “Es necesario rezar y crecer en la santidad personal y comunitaria. El Señor provee. Os ruego no consideraros nunca como si estuvieseis en el ‘atardecer’ de la vida: Cristo es el alba perenne, nuestra luz. Os ruego continuar con vuestras obras, pero sobre todo con vuestra presencia: el venir a menos de vuestras comunidades os empobrece a vosotros, pero también a Génova. Los pobres, los enfermos, las familias, los niños, nuestras Parroquias, todo es un precioso campo de servicio y de donación para construir a la Iglesia y servir a los hombres. Os encomiendo sobre todo la educación de los niños y de los jóvenes: vosotros sabéis que el desafío educativo es el más urgente, porque sin una auténtica educación del hombre no se llega lejos. Y todos vosotros, aunque en modos diversos, tenéis una histórica experiencia educativa. Debemos ayudar a los padres en su extraordinaria y difícil tarea educativa; debemos ayudar a las Parroquias y a los grupos; debemos continuar también con grandes sacrificios las escuelas católicas, grande tesoro de la comunidad cristiana y verdadero recurso para el país”.
Al final de su discurso, Benedicto XVI recordó “La larga tradición espiritual de Génova” que cuenta con seis Papas, y subrayó: “Lo que nos une a todos es que estamos llamados a anunciar la alegría de Cristo y la belleza de la Iglesia... Para ser testigos y heraldos del mensaje de salvación no podemos contar sólo con nuestras energías humanas. La fidelidad de Dios nos estimula y conforma nuestra fidelidad a El: por eso, dejémonos guiar por el Espíritu de la verdad y del amor”. (S.L.) (Agencia Fides 19/5/2008; líneas 36, palabras 548)