Carta del Papa a lectores de un
semanario católico bávaro sobre el viaje a su patria
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 8 septiembre 2006 (ZENIT.org)
– Publicamos el texto de la carta que Benedicto XVI ha dirigido a los lectores
del «Münchener Kirchenzeitung», el semanario católico de la archidiócesis de
Munich y Freising, con motivo de su visita a Baviera que tendrá lugar del 9 al
14 de septiembre.
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Queridos lectores del «Münchener Kirchenzeitung»:
Finalmente puedo acoger la cálida invitación a visitar mi patria bávara. Estoy
contento de poder encontrarme con las personas que viven en Baviera, con los
lugares de mi infancia y juventud, de mis estudios y de mi actividad como
profesor de Teología y como arzobispo de Munich y Freising.
En mis años romanos y aún más intensamente tras mi elección como sucesor de
Pedro, he recibido muchas atenciones precisamente de Baviera, que quisiera
agradecer e intercambiar de todo corazón. La afinidad con las personas de mi
patria, la oración que siempre me han asegurado con confianza muchas personas
son para mí un apoyo importante en mi responsabilidad hacia la gran Iglesia
universal católica.
Por este motivo, me causa alegría el pensamiento de que muchas personas puedan
saludarme por las calles, que quieran rezar conmigo en las plazas y en las
veneradas iglesias, y celebrar el misterio de la santa Eucaristía. Sé que estoy
unido a ellos y les doy las gracias por estar dispuestos a afrontar el cansancio
de la peregrinación y de muchas horas de paciente espera.
Los obispos de las diócesis por las que pasará mi visita han escogido un pasaje
de mi homilía de inicio de pontificado como lema para los días de nuestro
encuentro: «¡Quien cree, nunca está solo!». Nos encontraremos en la fe
compartida y experimentaremos que somos una comunidad de creyentes. Esta
comunidad se extiende a través de los siglos por muchas generaciones, dejando
una huella cristiana en el pueblo bávaro y su cultura en el espíritu del
Evangelio. Esta comunidad abraza al mismo tiempo también a las personas de hoy
de manera que un cristianismo, a veces cansado, pueda vivir un tiempo
pentecostal y sacar valentía para un nuevo despertar.
Quisiera expresar, como deseo del fondo de mi corazón, que mi vista a mi patria
pueda despertar la alegría en el cristianismo y sobre todo que pueda reforzar la
confianza en la responsabilidad que se ha asumido la comunidad eclesial de
realizar un futuro humano para todos. A esto, uno también la esperanza de que
haya cada vez más jóvenes que puedan superar sus dudas en la capacidad de futuro
de la Iglesia y seguir la vocación de servicio como sacerdotes o religiosos.
En estos días de mi visita a Baviera y en el período sucesivo dejémonos
impregnar por esta conciencia que nos apoya, es decir, que la Iglesia no vive a
partir de nosotros ni de nuestra contribución, sino que sólo es regida por el
amor de Cristo, en quien podemos poner siempre nuestra confianza.
Vuestro Papa Benedicto XVI,
Castel Gandolfo, 15 de agosto de 2006
[Traducción del original alemán realizada por Zenit
© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
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